viernes, 24 de agosto de 2012

Seduccion Peligrosa cap 31



Pete frunció el ceño, vio la cara que habían puesto los dos y se marchó a toda prisa.

-¿Sabías algo de esto? - le preguntó entonces Frankie - ¿Que Nick estaba de nuevo en contacto con ella? ¿Qué siempre había sabido dónde estaba?
-No.

-Elisa viviendo en Gales - dijo Frankie incrédulamente - Y nunca me ha dicho una palabra.

-Tengo entendido que ella ha sido siempre alguien muy especial para hablar de ella.

-Si estás pensando que Nick tiene una querida a la que sólo ve dos veces al año, es que has perdido la cabeza. Nick está loco por ti.

-Nunca me lo ha dicho.

-Porque es un poco corto con las palabras. Pero se casó contigo. Y está viviendo en una casa heladora con un solo baño, por ti. Está haciendo tonterías tales como comprar muebles. Éste no es el Nick que conozco desde que nací.

-¿No?

-Miley, está tremendamente feliz contigo. No para de nombrarte en todo momento. No se queda nunca en la oficina después de las cinco. Es un tipo que ahora no puede esperar a estar de vuelta en su casa con su esposa todas las noches. Ahora te pregunto: ¿te parece que es un hombre capaz de mantener una amante del pasado?

-Creo que me gustaría conocerla antes de contestar - dijo Miley, decididamente.

-¿Para qué?

-¿Tienes miedo de lo que pueda descubrir? Yo también lo tengo. Pero me daría mucho más miedo quedarme en casa, pensando.

Ya era media tarde y había unos trescientos kilómetros hasta el pequeño pueblo donde vivía Elisa, pero Miley se metió decidida en el Jaguar.
Podría ser que Nick ya se hubiera marchado cuando ella llegara.
Bueno, que le iba a hacer.
Era a Elisa a la que quería conocer.
No quería ver a Nick con esa mujer.

Horas después llegó delante de una casa de campo de piedra a un par de kilómetros del pueblo donde le habían dicho que encontraría a Elisa.
No se veía ninguna luz dentro.
Miley apagó el motor del coche y apoyó en el respaldo la cabeza.

¿Y ahora qué?
¿Estaba Nick con ella?

Ese pensamiento la dejó completamente abatida.
Dos antiguos amantes metidos en una cómoda y blanda cama.
Elisa había traicionado a su primer marido.

¿Por qué no iba a ayudar ahora a traicionar a una mujer a la que ni siquiera conocía?

Sumida en sus pensamientos, de repente oyó que alguien daba unos golpes en la ventanilla del coche.
Estaba en semejante estado que ni siquiera se sobresaltó.
Levantó la mirada y vio a una mujer vestida con un incongruente vestido de noche color rosa.
Bajó un poco el cristal.

-¿Miley? -le preguntó la mujer, insegura-. Tú eres Miley, ¿verdad? Miré cuando oí detenerse un coche. Nick me ha descrito este coche. ¿Quieres entrar?

-¿Entrar?

Miley parpadeó cuando vio que la casa estaba muy iluminada.

-Voy a parecer un poco rara así si pasa algún coche. Y está empezando a llover.

-¿Tú eres Elisa?

El suave acento escocés de la mujer era igualmente desconcertante.
Miley había dado por hecho que Elisa era italiana.

-Bueno, ahora todo el mundo me llama Liz, menos Nick.

Miley salió entonces del coche.

-Me temo que no lo vas a encontrar. Creo que es por él por lo que has venido, pero él nunca se queda. De todas maneras, me alegro de que hayas venido. No me gusta nada estar sola por la noche. John se ha llevado a los niños a casa de su madre esta noche y no volverá hasta mañana.

-¿John?

-Mi marido - dijo Elisa abriéndole la puerta de la casa y fue entonces cuando Miley la pudo ver bien por primera vez.

No era precisamente la viva imagen de la seducción.
Ni tampoco era tan parecida a ella.
Tenía los ojos azules, el cabello corto y castaño y una figura más bien regordeta.
Pero tenía un rostro hermoso y una especie de cálida vivacidad que lo inundaba todo.
Elisa la estaba mirando a ella igualmente fascinada.

-Me moría de ganas de conocerte, pero a Nick no le parecía una buena idea.

-¿No?

-No me lo ha dicho - dijo Elisa abriendo la puerta de la pequeña cocina - Nick puede tener mucho tacto cuando quiere, pero puede saltar a la más mínima cuando le pisan. No es como John. John es un hombre con el que es maravillosamente fácil vivir... ¡Lo siento! - exclamó Elisa llevándose rápidamente una mano a la boca.

-No es necesario que te disculpes -le dijo Miley, sonriendo-. En realidad, he venido pensando que tenías un lío con Nick.

Elisa frunció el ceño, sorprendida.

-Pero, ¿por qué?

-Nick no le ha dicho a nadie que seguía en contacto contigo.

-Se lo pedí yo. Dejé atrás mi antigua vida y no quiero que me vuelva a atrapar. John lo sabe todo al respecto, por supuesto, pero no me gustaría nada que la familia de Nick supiera que seguimos en contacto. Realmente me odian - dijo Elisa, suspirando - Pero Nick ha hecho mucho por nosotros desde que nos arruinamos con nuestro primer negocio. No nos las podríamos haber arreglado sin él.
Nos ayudó a volver a empezar. Cielo Santo... un lío con Nick.

Entonces quitó un montón de ropa de encima de una silla mientras Miley miraba unas fotos encima de una estantería.

-¿Vuestros hijos?

-Bueno, técnicamente, los de John. Cuando lo conocí, hace ya diez años, era viudo y con tres hijos. Ese fue mi nuevo principio. Me puse en contacto con Nick dos años después de nuestra ruptura porque seguía sintiéndome culpable. La verdad es que huí de su lado, lo que no estuvo muy bien, dada la forma en que él dio la cara por mí.

-¿Por qué lo dejaste?

-Estaba estorbando en su vida, Miley. No era feliz conmigo. No lo admitía, pero yo me daba cuenta. Le debía mucho. Sin el apoyo de Nick nunca habría tenido el valor de dejar a Sal. Mi primer marido era un hombre muy violento. Nick sintió lástima por mí, yo empecé a depender de él, y el resto ya te lo imaginarás.

-Sí -dijo Miley, sonriendo-. Siento haber aparecido en tu puerta con esto...

-Pero has sido muy valiente para hacerlo. Mi falta de valor siempre puso nervioso a Nick.

-¿Puedo preguntarte por qué ha venido a verte hoy?

-Él tiene la mayoría de las acciones de nuestro negocio, Miley. Importamos terracota desde Italia. Él invirtió en el negocio cuando no nos concedieron un préstamo. A John no se le dan muy bien los negocios y Nick le echa un vistazo a la cuestión económica de vez en cuando. Bueno, para serte sincera, la tiene controlada como si fuera un halcón para que no volvamos a tener problemas. Tampoco es que él gane mucho con esto. Es un amigo muy generoso.

Miley se tapó la mano con la boca cuando no pudo controlar un bostezo y Elisa se rió.

-No vas a poder conducir esta noche. ¿Quieres quedarte aquí a pasar la noche?


1 comentario:

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥