martes, 14 de agosto de 2012

La caida de jonas cap 8




Se detuvo delante de la nevera de la carne por segunda vez con el ceño fruncido por la variedad de productos allí.
Tenían de todo.
El problema era que el hambre que la desgarraba no tenía nada que ver con la comida y todo que ver con algo mucho más íntimo.

—El pescado es fresco.

Se puso tensa al oír la voz de Jonas a sus espaldas.
Se metió un mechón de pelo que había escapado de la coleta en la parte posterior de cabeza tras la oreja y miró a la nevera.

Cogió un paquete de pechuga de pollo individual, lo puso en su canasta, y siguió adelante.
Bueno, una manzana, un tallo de apio pequeño, un pimiento verde, había algo de lechuga en su nevera… Dios, no quería pollo.

—¿Vas a perdonarme, Mils

—Mi nombre es Miley —le dijo en voz baja. —O señorita Cyrus si lo prefieres.

Respiró profundo tras su espalda.
—Nadie más te llama Mils, Hace que una parte de ti sea solo mía.

Estaba muy cerca.
Tan cerca que podía sentir el calor de él contra su espalda.
Tan cerca que sus pezones se pusieron duros, su clítoris creció apretado y sensible, y el estómago se le retorció por la necesidad.

—No me quieres, ¿recuerdas?

Maldito sea. No quería quererle.
¿Acaso pensaba que era voluntario?

—No te servirán más refrescos en el bar. Te lo prometo. —Su voz era un murmullo tranquilo y oscuro. Tenía un toque de diversión. Un indicio de algo más oscuro, más profundo. —Y no me digas que no quieres ir.

Ella se encogió de hombros.

—No voy a ir de nuevo a su bar, Señor Jonas.

Se movió por el pasillo.
Probablemente podría coger otra pequeña caja de leche.
A veces se la bebía, a veces no.
La colocó en la canasta antes de seleccionar una pequeña cuña de queso que le gustaba comer con las galletas que guardaba en el armario.

—¿No me vas a perdonar? Vamos, Mils, somos vecinos. No puedes guardarme rencor. —Sintió un cosquilleo en la parte superior de la cabeza cuando sonrió, calentando su alma.

Miley se detuvo y se volvió y la nariz casi se entierra en su pecho.
Dios, estaba tan cerca.
Ella levantó la cabeza, miró a esos ojos castaños salpicados de ámbar, y sintió como la sangre subía a su rostro… y el calor húmedo de sus jugos corriendo para preparar su vagina, llenándolo, filtrándose a sus bragas.

—¿Te molesta que no lo haga? —Le preguntó finalmente.

Arqueó una ceja.
—Claro que sí, —murmuró. —Me pones más duro que una roca. Y estoy cansado de saber que estás enfadada conmigo.

—Muy bien. —Se dio la vuelta y reanudó su camino hacia la caja. —No voy a estar enfadada nunca más contigo.

No estaba enfadada en principio.
Estaba herida. Había estado tratando desesperadamente de hacer amigos en esta pequeña ciudad.
Saber que Nick Jonas había estado advirtiendo a todos en su contra la hizo sentirse más aislada que nunca.

Había estado aislada durante casi toda su vida.
No quería estarlo por más tiempo.
Lo oyó respirar pesado detrás de ella otra vez y quiso volverse a verlo, tanto que no podía soportarlo.
Le encantaba mirarlo.
Podía pasarse horas haciéndolo.
Pero decidió que era mejor no mirar.
Simplemente no debía hacerlo.

Jonas, miró a Miley mientras se alejaba de él.
Su figura esbelta y delicada se deslizaba, se movía con una gracia sensual inconsciente que tenía sus bolas apretadas y su mienbro palpitante.
Joder, si seguía así mucho más se arriesgaba a perder su mienbro
La dejó tranquila, y se dirigió hacia las bebidas.

Cogió un paquete de seis cervezas de la nevera al final, y la alcanzó en la caja, permaneciendo tranquilo mientras hablaba con las madres que había en la cola.
Se mostraban cautelosas.

Era una ciudad pequeña. Mils era una ‘intrusa’ y pasarían años antes de que fuera aceptada completamente, a menos que alguien interviniera.

Y él había hecho daño en ese proceso.
 La advertencia que había puesto en el bar de que nadie le pusiera una mano encima se había transformado de alguna manera, como lo hacía en las pequeñas ciudades, en un mensaje de que tenía que ser desplazada. Infierno si entendía por qué pasaba eso. A veces, olvidaba que era como su casa, sin embargo.

—Señorita Maggie, el bebé está muy crecido. — Se puso detrás de Mils y miró por encima del hombro al pequeño que agitaba las manos hacia Mils  cuando ella se volvió para divertir al bebé en lugar de tratar de forzar una conversación con la madre.
Los ojos marrones de Maggie se afilaron en ellos, cuando puso la barbilla en el hombro de Mils
Mils se quedó quieta y en silencio delante de él.

—Jonas, ¿estás siendo malo otra vez? —Maggie estrechó sus ojos en él.

Había ido a la escuela con Maggie.
Ella era varios años mayor que él y tenía varios niños ahora.
Tenía hermanos, un marido e hijos.
Maggie Fallon era una mujer que daba maldito miedo.

—Siempre soy malo, Maggie. —Brilló una sonrisa rápida, moviendo la mano a la cadera de Mils acercándola a su cuerpo mientras se acercaba a hacerle una mueca al bebé.

Maggie se rió y Fallon Kyle le dio una sonrisa babeante.
El chico era lindo como el infierno. Mils estaba tan tensa como una tabla.

—¿Alguien la ha advertido acerca de él, señorita Miley ? —La mirada de Maggie se calentó un poco mientras miraba a Mils —Hay que tener cuidado con ese delincuente que está detrás de usted. Es un rompe corazones.

—Ya lo he descubierto. —Su voz tenía la cantidad justa de interés, ronca, y con reserva cautelosa.
Deseaba poder verle la cara. Sus ojos. Maggie lo miró con una sonrisa y movió su dedo hacia él.

—Nick Jonas, no debes ir corriendo hacia las chicas nuevas en esta ciudad y romperles el corazón. Esta ciudad es lo suficientemente pequeña.

Jonas se echó a reír mientras "jugaba". Dejó que sus dedos se curvaran en su agarre de la cadera de Mils  Su mano se apretó contra ella y aspiró el fresco aroma de su pelo, deseando no defraudarla.

—Si necesita algún consejo en lo referente a este hombre salvaje, señorita Cyrus , llámeme. —Maggie sacudió la cabeza hacia Jonas, divertida indulgencia llenado los ojos. —Lo conozco desde que nació.

—A ella le gusta jactarse de que cambió mis pañales, —dijo arrastrando las palabras cerca del oído de Miley, mientras Maggie se reía. —Ella fue la primera chica que entró en mis pantalones.

—¡Nick Jonas!—Maggie se escandalizó aparentemente, pero se mostraba muy divertida de hacer bromas con él. —Eres peor contra más viejo te haces.

Y Miley se sonrojó.
Podía ver su perfil, podía ver el rubor aumentando en sus mejillas.
El cajero se rió.
Mark Dempsey era el dueño de la tienda de comestibles, y trabajaba a menudo, junto con su esposa y dos hijos.

Pero Mark y Maggie estaban más relajados ahora, las miradas más curiosas al mirar a Mils
Maggie pagó por sus compras y Mils se trasladó hasta la cinta transportadora donde Mark escaneaba de manera rápida y le pasó la cuenta.

—Gracias, Señor Dempsey. —Ella le pagó rápidamente.

¿Sus manos estaban temblorosas? se preguntó.

—No hay de qué, señorita Miley —Mark le devolvió la sonrisa. —Vaya con cuidado con este chico, Maggie tiene razón. Es un canalla.

—Voy a asegurarme de hacer eso, —prometió.

Debió de sonreír, con esos hoyuelos escurridizos, porque la cara de perro apaleado de Mark se suavizó por un instante al darle la espalda.
Y Miley se alejó con rapidez.

El suave vestido verano sin mangas de color azul oscuro, de nuevo abotonado hasta el cuello, se agitaba alrededor de sus caderas y las pantorrillas mientras salía de la tienda con sus compras.

—Parece una buena chica. —Mark le miraba expectante. —Vecina tuya, ¿no?

—Es una buena mujer, —asintió con la cabeza bruscamente Jonas. —No creo que esté muy contenta conmigo, sin embargo. —Se echó a reír.

Mark negó con la cabeza con una sonrisa.

—Tienes que sentar cabeza, Jonas. Las mujeres reconocen cuando las provocas salvajemente y responden a ello. Ella es muy lista, o eso parece. Apuesto a que ve la verdad a través de todo ese encanto tuyo.

Jonas arqueó las cejas y sonrió.
—Así lo hace, Mark. Así lo hace.

Misión cumplida. Podía ir a casa y dejar de sentirse tan jodidamente culpable por haber hecho casi llorar a Mils .

Mierda.
¿Desde cuándo había aparecido la conciencia?



1 comentario:

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥