miércoles, 29 de agosto de 2012
La prometida del desierto cap12
Era extraño que dos años atrás no se le hubiera ocurrido que Nick podía estar ya casado.
La revista no lo había mencionado... pero quizá no estuviera casado entonces.
Se llevó las manos temblorosas a la cara fría
—¿Por qué estás disgustada? — preguntó con ferocidad y frustración Nick —. Quizá estés avergonzada de haberme juzgado tan mal —sugirió Nick con rabia —. Este no es el castillo de Barba Azul. ¡No soy ningún asqueroso violador que fuerza a mujeres indefensas! ¿Crees seriamente que mi padre habría consentido que trajera a una mujer inglesa aquí si no pensara casarme con ella? ¿Crees que somos unos salvajes?
Miley quería soltar una carcajada histérica y abofetearle con dureza para expresar sus emociones a la vez.
—¿Y la princesa Selena? —susurró con voz estrangulada.
—Selena tendrá que aprender a adaptarse. Eso no es mi problema —dijo Nick con desdén agitando una mano deforma imperiosa—. Yo no tengo nada de qué avergonzarme. He esperado dos largos años por ti y ella es bien consciente de esta...
Miley lo miró con horror.
—Tu compasión es impresionante.
—La compasión no es infinita... ni lo es la tolerancia.¿Por qué me respondes así? ¡Es incompresible!
—Anoche... — Miley estaba haciendo un esfuerzo por pensar con claridad mientras se preguntaba porqué le parecía incomprensible su respuesta.
Dios bendito,
¿es quecreía que una proposición de matrimonio de dos años atrás era suficiente para que ella cambiara su actitud hacia él?
¿Pensaría que iba a arrojarse a sus piesagradecida?
Y cuando ahora le había recogido que para él era el más alto de los honores,
¿creía que iba a vencer toda resistencia como por arte de magia?
—¿Qué pasó anoche? —preguntó Nick con emoción.
—Anoche no dejabas de decir que cuando volviera a mi mundo... ¡No estabas pensando en el matrimonio entonces!
Nick esbozó una sonrisa.
—Estaba dejando claro que si te dejaba libre serías infeliz. Te daré el divorcio, por supuesto, pero sólo después de que des a nuestro matrimonio una oportunidad.
En lo más profundo, Miley se sintió dolida por encima de la incredulidad y volvió la cabeza.
No se casaría con Nick bajo ninguna circunstancia. Incluso aunque no existiera Fátima ni las demás mujeres, reflexionó con pena, le hubiera dicho que no.
El matrimonio no era ni sería nunca para ella.
Había visto demasiado la miseria del matrimonio, y, aparte de eso, la miseria aún mayor de las uniones entre dos culturas diferentes.
Aun así, le asombraba la idea de que Nick quisiera casarse con ella.
Dos años atrás había querido tener una aventura y ella no habría sido su primer ligue en el campus.
No, bastante lejos de eso.
Ella no había conocido a Nick hasta el segundo trimestre, pero había oído hablar de él.
¡Vaya si había oído!
Su fama le había precedido.
Nick se había lanzado con entusiasmo a un mundo de mujeres que estaban deseando compartir su cama sin exigirle el menor compromiso.
Bendecido por su extraordinario atractivo, su chapurreo encantador del inglés mezclado con el francés, la enorme riqueza y la seguridad de que algún día sería rey, Nick había sido para todas las estudiantes como un billete de lotería arrojado al aire.
Una especie de histeria colectiva había reinado en su entorno,recordó con dolor.
—Nunca podría casarme contigo — dijo Miley con tensión.
—No me digas nunca... No lo aceptaré.
—¡Insisto en que llames a un coche para que me lleve alaeropuerto!
—Me niego.
—Estás pensando en mantener las apariencias.
Miley deseó de repente no entender su cultura tanbien como la entendía.
Si ya había informado a su familia de que pensaba casarse con ella y ella le rechazaba, sería una humillación para él.
Una humillación pública.
Sin duda, no habría ni una sola mujer en Datar que rechazara el honor de convertirse en una de sus esposas.
—Otra vez me estás insultando —Nick le lanzó una mirada de reproche y apretó los puños—. Lo que hay entre nosotros es mucho más profundo que unas simples apariencias.
Miley estaba pálida como el papel, pero rígida con la misma fuerza de voluntad que él.
—No hay nada entre nosotros ni nunca lo habrá. En mi opinión mi único atractivo ante tus ojos es el hecho de que exista una sola mujer en el mundo que no quiera tener nada que ver contigo.
—¡Cuando dices esas mentiras tan descaradas pierdo la paciencia contigo! —explotó Nick con una brusquedad tal que Miley di un respingo. Entonces acortó la distanciaentre ellos de dos largas zancadas—. ¡Esas mentiras son unaprovocación descarada!
Cuando la atrajo a sus brazos, Miley se puso rígida por la sorpresa.
Sus brillantes ojos dorados la abrasaronhasta los huesos.
—Tú ardes por mí igual que yo por ti.
—¡No!
—Vi tu deseo anoche — Nick levantó una mano y deslizó sus largos dedos por su pelo —. Cuando te abrazo, tu corazón palpita más rápido que el de una gacela perseguida. Y palpita por mí, no por otro hombre. Y, sin embargo, nunca te he tocado — jadeó con un tono ronco defrustración que le produjo cosquilleos por toda la espinadorsal —. Nunca... ¿Cuántos hombres de tu mundo pueden decir eso de una mujer que se mueren por poseer? ¿Cuántos hombres te tratarían con tal respeto incuestionable?
Ahora la estaba frotando el lóbulo de la oreja con el pulgar.
Miley sintió un escalofrío por todo el cuerpo.
Unos ojos penetrantes como los de un ave rapaz se clavaronen su cara sonrojada fascinándole con sus profundidad. Tembló y sintió un mareo al sentir su aliento tan cerca.
—Nick , yo...
—Tú confías en que respete las barreras.... ¿por qué? — dijo deslizando el dedo índice por su labio inferior para dibujar su plenitud con un erotismo insoportable—. En el estado en que estoy, tu confianza puede ser desmedida. Quizá haya sido demasiado honorable hasta ahora.. Te puse muy fácil al irme de Inglaterra, pero esta vez no te lo pondrétan fácil.
—Deja que me vaya —murmuró Miley.
Su rigidez se transformó de repente en una temblorosa debilidad mientras aquel dedo experto exploraba su boca temblorosa.
Ahora la estaba sacudiendo una oleada de deseo tan fuerte como para desmoronar todas sus defensas.
—¿Es que no te han abrazado otros hombres... o besado? ¿Por qué esperas que yo sea diferente?
Sus senos subían y bajaban agitados y los pezon espujaban contra el encaje de su sujetador.
Sintió un ardor sexual entre los muslos que le hizo arquearse como un gato al sol, pero en lo más profundo de su mente había un miedo igualmente animal ante sus propia! respuestas
—¡No!
—Pero tus ojos dicen sí... y si me hubiera comportado como un hombre de tu mundo, no me hubieras esquivado hace dos años. Te dejé libre — entonó Nick con embrujadora intensidad—. ¿Sabes por qué a una mujer soltera no se le permite estar a solas con un hombre en Arabia? Se supone que los hombres pecarán y la mujer es demasiado débil como para resistirse a la tentación, porque está hecha para dar el mayor placer a la existencia de un hombre. Como tú serás mía de corazón, alma y cuerpo porque me lo prometí en Inglaterra, pienso cumplir esa promesa con más dulzura de la que te puedas imaginar.
—¡Quiero irme al aeropuerto!
Nick se rió con suavidad.
Una mano fina se hundió en el hueco de su espalda y la atrajo hacia él mientras bajaba con arrogancia su cabeza morena.
—La imagen de un avión despegando... el paraíso abriéndose mientras las puertas de tu jardín secreto... es de lo más adecuado. Pero también es cierto que tú eres una mujer extraordinariamente sensual. Lo sentí desde el principio.
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wowww sin palabras...
ResponderEliminarme encantooo
como es nick
quiero saber que pasaa...
please siguelaaaaaaaaaaaaaaa