viernes, 31 de agosto de 2012

I will learn to love cap 3




—No — se apresuró a contentar— Nunca he conocido a gente rica y yo misma no tengo dinero. Si no fuese por Joel, estaría muerta de hambre... o tendría que conseguir un trabajo.

—Vive con él, ¿verdad? — la observaba entrecerrando los ojos.

—En cierto modo sí.

—Pero usted no es solamente una mujer mantenida —declaré—. Sé un pocosobre usted... quizá tanto como usted de mí. Según Thea, usted es como un anuncio ambulante del negocio de Joel Columbo.

—Así es como empezó. Se podría decir que él me creó y que actualmente me recrea cada vez que salimos o cuando hace alguna presentación aquí. Mi trabajo es atraer la atención... y a los compradores.

—Usted no sólo atrae, sabe lo que hace. Yo diría que es muy valiosa para él, dejando de lado lo que haya invertido en usted. Claro —entrecerró los ojos de nuevo—, su valor sería inapreciable si pudiera conseguir que yo financiera su galería. Si usted lo consigue, su futuro estará asegurado.

—Mi futuro ya está asegurado —habló con completa convicción—. Joel y yo formamos un equipo permanente y ahora lo que quiero asegurar es su futuro.

—Ya veo —su mirada era fría y especuladora — Deduzco que se trata de un equipo lo suficientemente flexible como para permitir un intercambio de mi dinero por sus favores sexuales.

—No tan flexible —le corrigió Miley, aunque su suposición no la había sorprendido.

Sabía que la gente pensaba que Joel y ella eran amantes, ya que ese tipo de relación sería considerada como algo normal en su medio.
Mucha gente creía que Joel usaba el cuerpo de Miley para sí y también como recompensa para los compradores.

Pero ese no era el delito de Joel y eso constituía un motivo más por el cual Miley lo quería tanto.
Desde el principio había dejado claro que no se aprovecharía de ella de esa manera y que no permitiría que nadie más lo hiciera.
Si no hubiese sido por esa aclaración, Miley nunca se habría ido a vivir con él.

Después de limpiar la bu-hardilla, de conseguirle una mesa y una cama usadas, instaló una cerradura en la puerta y le entregó la llave.

—Esto es para ti, Miley —había dicho con firmeza—. Dormirás sola. No lo harás conmigo ni con nadie más. Parte de tu magia, parte de lo que te hace tan importante para mí es que no tienes ese tipo de experiencia. La gente puede pensar lo que quiera.

En ese momento Miley miraba fijamente a Nicholas Jonas.

—Eso va en contra de nuestra ética. Es lo único que no haría por él y lo único que él jamás me pediría.

—Qué conmovedor —observó con cinismo divertido—. Uno casi creería que ustedes dos están muy enamorados.

—Lo estamos.

—Felicidades. Les deseo que sean muy felices —sonrió de nuevo con aquel gesto que suavizaba sus rasgos y que significaba que se estaba divirtiendo a expensas de Miley .
Pero a ella no le importaba, pues ella quería que se divirtiera

—.Pero, ¿en dónde encajo yo en este enredo? —seguía sonriendo — Si usted esinaccesible por ese lado, me parece que no ganaré nada invirtiendo una fuerte suma de dinero. ¿Qué hago yo con todo esto?

—Diversión, señor Jonas —se apresuró a contestar Miley .

Decidió que era un hombre agradable, atractivo e inteligente

— Si usted invierte su dinero en la galeríade Joel podrá divertirse tanto como quiera.

—No lo dudo si usted es parte del trato —rió y sus ojos brillaron de admiración—. Usted es muy audaz, señorita...

—Cyrus , pero puede llamarme Miley .

—Claro. Thea la llama la fría Miley y la princesa de hielo.
Fue otro error de mi parte suponer que solamente se refería a su apariencia. ¿Siempre ha sido la fría Annie o acaso también eso es parte de la creación de Joel?

—Todo es creación de Joel —se dio cuenta con alegría de que estaba comenzando a mostrar interés por ella—. Antes de hacerse cargo de mi yo tenía muy mal carácter y me deprimía con frecuencia.

—¿Por qué?

—Porque no me gustaba a mí misma. Nunca encajaba en ninguna parte y odiaba todo aquello que después él ha convertido en ventajas.

—¿Qué es todo «aquello»?

—Casi todo. La gente siempre pensaba que yo era una persona extraña porque yo no era una buena conversadora.

—Yo diría que es buena, pero yo también soy un poco raro —sonrió con malicia—. Supongo que la cuestión es que la princesa de hielo, o la fría Miley, no tiene ya que perder su tiempo en lo que la mayor parte de la gente considera una charla frívola.

—Así es. Usted no puede imaginar el alivio que significa para mí no tener quepreocupAnnie más por eso. Y tampoco tengo que preocupAnnie más por mi apariencia.

—¿Qué había de malo en ello?

—Me odiaba a mi misma. Estaba demasiado delgada...

—Sólo un poco —objeto él— ¿Acaso Joel la hizo engordar?

—Claro que no. El escogió una ropa que ocultara mis defectos.

—Hizo mucho más que eso —observó Nicholas Jonas admirando la suave curva de sus senos, acentuados por el corte del vestido.


jueves, 30 de agosto de 2012

La caida de Jonas cap 15




Miley dobló sus rodillas, los muslos abiertos sin vergüenza permitiéndole el acceso a su carne más íntima.
Lo que estaba haciendo estaba amenazando con destruirla.

Estaba jugando con la bolita en el extremo de la curva de metal que atravesaba la capucha de su clítoris, dando vueltas a la lengua sobre él, acariciando contra el pequeño manojo de nervios.

Miley se vio tan perdida en el placer, la espiral, las increíbles sensaciones calientes, que no podía hacer nada más que retorcerse y gemir por debajo de él.
Era tan bueno.
Mejor que sus sueños.

Era difícil hacer rodar la bola de oro en contra de su lengua y acariciar su clítoris al mismo tiempo.
Chupó todo en su boca, mojándose a su alrededor.
Las sensaciones se apilaban en su interior.
Su corazón se aceleró.
La sangre tronó por sus venas.
Ella sentía por dentro y por fuera los retorcijones del placer tan increíblemente calientes que sólo podía gritar por ello.

—Fácil de hacer, bebé. — Callosas manos la agarraron por las caderas, la clavó en su lugar contra la cama. —Deja que se sienta bien, Miley . Esa es mi chica. —Él la besó. Besó su clítoris. Chasqueó la lengua por él. —Tan bonita. Solo déjame jugar un minuto y luego puedes correrte sobre mí, nena. Sólo un minuto.

Ella no quería esperar un minuto.
Miley gimió contra el placer, con las manos enhebrando su pelo, tirando de él, tratando de arrastrarlo más cerca.

—Vamos, Miley —susurró diabólicamente. —Dime lo que quieres.

—Quiero correrme. — Su cabeza cayó en la cama.

—Dime cómo te hago venir, nena. A ver, dile a Jonas cómo te hace sentir bien.

—Nick, —jadeó, una protesta y un grito de necesidad. —Oh Dios, Nick, chupa mi clítoris. Succiónalo. Déjame correrme.

Chupó, rodeó, pero sólo la hizo ir más alto, hizo más caliente el placer, más brillante, cuando la necesidad de correrse hacía carreras de electricidad a través de su carne.
Su lengua jugaba con el pequeño anillo de oro y la bola piercing de su clítoris.
Chupó y le encantó.

Él le tomaba el pelo.
Atormentándola.
Llenándola de sudor, haciendo que suplicara, y cuando empezó a ma.mar de ella, con firmeza, con rapidez, su lengua tocando el balón de oro por encima de su clítoris, ella explotó.

Voló.
Sintió que se derretía y se fue voluntariamente en el torrencial arco iris de los fuegos artificiales.

El empuje de su polla dura en su interior, la sensación del anillo en su po.lla acariciando su piel, se arrastró sobre ella, la dejó temblando, arqueándose.
Llorando.
Y la envió a otro orgasmo destructor.

—¡Sí!

—Jo.der, Miley . —Él la arrastró más cerca, cuando se puso de rodillas sobre ella, sus caderas empujando.

El placer-dolor.
La quemazón del estiramiento.
La recaudación, el éxtasis increíble de esto.

¿Cómo había esperado?
¿Cómo había permanecido apartada de él durante tanto tiempo, sabiendo por instinto, en su alma, lo que significaría estar con él?

Sus brazos alrededor de su cuello, sus uñas en su carne.
Ella se levantó y se corrió, gritando su nombre, y luego se sintió desfallecer otra vez.

Era demasiado.
El placer.
Fue como morir y renacer en su interior.
Era como estar llena de vida.

Por encima de ella, dentro de ella, sintió la liberación de Nick.
Profunda, chorros duros de su semen llenándola y su aliento se retuvo con la comprensión de que una vez más, no había usado condón.

¿No habían dicho sus amigos entre risas, que todas sus mujeres se quejaron porque no importaba cuan protegidas o seguras estuvieran, Nick siempre usaba condón?

Hasta ella.
Hasta ahora.

—¡Oh Dios! Acabas de chuparme la vida. —Se desplomó a su lado y una vez más la arrastró sobre su pecho.

—Duérmete pequeña salvaje. Prepararé la comida más tarde. Vamos a tener que comer antes de que pueda moverme otra vez.

Tenía una mano en su espalda.
Trazado círculos sobre ella, tranquilizándola.
La otra estaba enredada con la suya.

Miley dejó que sus pestañas se cerraran, dejó que el cansancio la cubriera.
Sólo por un minuto, se dijo.
Se levantaría en un minuto.
Porque no quería despertar en sus brazos, gritando de dolor.
A veces, las pesadillas eran tan brutales como el pasado había sido.



La caida de Jonas cap 14




—No he usado un jodido condón. — Nick se dejó caer sobre su espalda, pero la arrastró con él, envolviéndola por encima de su pecho, y la obligó a mirarlo.

Debería haberla dejado tumbada a su lado, porque la expresión de su rostro era peligrosa para un hombre que se había aferrado a su corazón durante tanto tiempo.

¿Lo había hecho? Infierno.
Estaba empezando a sentir el lazo de mierda y se sentía cómodo.

—Estoy protegida. — Una arruga se dibujó en su frente mientras bajaba los labios para darle un beso, y sus dedos se enterraron en el pelo para detenerla.

—¿Cómo sabes que estoy limpio? — Entornó los ojos hacia ella.

Llegó el hoyuelo.
Un poco tímido.
Demasiado condenadamente sexy.

—Tus amigos solían hablar cuando venía a dejar la comida mientras te estabas recuperando, — admitió —Realmente, Nick. Eres un fanático del condón.

Lo había sido.
La dejó bajar sus labios a los suyos.
Maldito si podía evitarlo.

—Y no lo usé contigo, —gruñó, tirando de su cabello con una mano mientras la otra estaba alrededor de su cuello sujetándola a él — Deberías exigir una compensación por eso.

Y lo hizo, con su boca.
Sus labios, su lengua, un beso tan profundo que lo sintió en sus bolas.
¡Infierno! Tenía que alejarse de ella.
Era peligrosa.

Le estaba dando todas las fantasías que tenía sobre las mujeres, como si pudiera ver dentro de su cabeza y darle exactamente lo que necesitaba.

Sus labios estaban ansiosos, sus gemidos derramándose sobre él.
Su ágil, pequeño increíble cuerpo lo acariciaba desde el pecho hasta los tobillos, y él volvió a ponerse condenadamente duro como si no acabara de tomarla apenas unos minutos antes.

—Quiero tocarte.

La dejó retirarse.
Su cabeza cayendo sobre las almohadas cuando movió sus labios a su mandíbula, su cuello.
Podía ser inexperta, y por el infierno sí sabía que ella lo era.
Lo sintió cuando empujó su primer golpe.
Había estado equivocada con lo de su himen.
Había sido débil, fácil de romper, pero había estado allí.

Ahora, su aventura virgencita corría sus labios sobre su cuello, su pecho.
Sus labios cubriendo sus pezones, uno a la vez, aspirado y lamiendo y, a la mierda con él, lo estaba quemando vivo.
Luego fue bajando.
Lamiendo.
Besando.
Cuanto más se acercaba al eje de su gruesa polla, más sentía su angustia.
Su necesidad.
Ella quería ir sobre él.
Podía sentirlo, o infierno, tal vez sólo quería volverlo loco.

Hizo una pausa, su aliento moviéndose sobre la cabeza de su polla mientras levantaba la vista hacia él.

—Ayúdame, — susurró, su respiración dura y áspera ahora, la necesidad en sus ojos arañando con el calor.

—Oh, cariño, — gruñó, empujándose sobre las almohadas, levantando la espalda. — Sólo hazle amor con tu boca. Una polla es bastante fácil de complacer. Succiónala, lámela, hazla saber que es amada, y estará preparada durante toda la noche para ti.

Ese pequeño hoyuelo de nuevo.
Brilló en la mejilla.

—Me gusta mucho eso, —susurró, bajó la cabeza y lamió sobre la corona pesada. — Un montón, Nick.

Dios le ayudara.
Ella hizo el amor con su polla.
Con un poco de estimulación, aquí y allá, y un montón de gemidos devastados de él.
Lo torturó.
Estaba pagando por sus pecados de la mejor forma.

Esta pequeña y dulce virgen estaba chupándole el alma por la cabeza de su polla y estaba disfrutando cada segundo de ello.

—Sí, nena, chúpala profundamente. — Sus manos se agarraron a los tirabuzones largos de su cabello. — Cristo. Sí. Chúpala así.

Ella metió la cabeza contra el techo de su boca, su lengua trabajando debajo de ella, jugando con la bola curva que atravesaba su prepucio, como le había dicho y casi haciendo que se perdiera.
Sus manos acariciaban, frotaban suavemente.

Conocía las nociones básicas, y lo que no, lo aprendió rápido.
Ella amaba a su polla como si fuera chocolate, y estuviera muriéndose por ella.
Lamió y chupó, se quejó a su alrededor.
Jugaba con la perforación por debajo de la cabeza de la misma manera que él quería jugar con ella.
Con un placer tortuoso.

Hasta que llegó al punto en que, un toque más e iba a perderse.
Iba a llenar su boca cuando lo que quería más que nada era llenar su coño caliente de nuevo.
La levantó lejos de él, empujando su espalda en la cama a pesar de sus luchas eróticas.
Ella jadeaba, respirando pesadamente. Y cuando él sacudió sus caderas hacia delante y puso sus labios en su clítoris, se quedó inmóvil.

Sabía a mujer caliente, dulce, y a él mismo.
No era un hombre que normalmente se probara sí mismo en una mujer, pero con esta mujer…
¡infiernos!, sin embargo no podría conseguir apartar sus labios de ese clítoris, eso era todo para él.

Y el gusto de ellos juntos, joder, no debería ser emocionante.
No debería hacer que su polla se pusiera más dura.
Pero lo hizo.
Y la reacción de su respuesta arrancó destellos a través de sus sentidos.



miércoles, 29 de agosto de 2012

La prometida del desierto cap12



Era extraño que dos años atrás no se le hubiera ocurrido que Nick  podía estar ya casado.
La revista no lo había mencionado... pero quizá no estuviera casado entonces.
Se llevó las manos temblorosas a la cara fría

—¿Por qué estás disgustada? — preguntó con ferocidad y frustración Nick —. Quizá estés avergonzada de haberme juzgado tan mal —sugirió Nick con rabia —. Este no es el castillo de Barba Azul. ¡No soy ningún asqueroso violador que fuerza a mujeres indefensas! ¿Crees seriamente que mi padre habría consentido que trajera a una mujer inglesa aquí si no pensara casarme con ella? ¿Crees que somos unos salvajes?

Miley quería soltar una carcajada histérica y abofetearle con dureza para expresar sus emociones a la vez.

—¿Y la princesa Selena? —susurró con voz estrangulada.

—Selena tendrá que aprender a adaptarse. Eso no es mi problema —dijo Nick con desdén agitando una mano deforma imperiosa—. Yo no tengo nada de qué avergonzarme. He esperado dos largos años por ti y ella es bien consciente de esta...

Miley lo miró con horror.

—Tu compasión es impresionante.

—La compasión no es infinita... ni lo es la tolerancia.¿Por qué me respondes así? ¡Es incompresible!

—Anoche... — Miley estaba haciendo un esfuerzo por pensar con claridad mientras se preguntaba porqué le parecía incomprensible su respuesta.

Dios bendito,
¿es quecreía que una proposición de matrimonio de dos años atrás era suficiente para que ella cambiara su actitud hacia él?
¿Pensaría que iba a arrojarse a sus piesagradecida?
Y cuando ahora le había recogido que para él era el más alto de los honores,
¿creía que iba a vencer toda resistencia como por arte de magia?

 —¿Qué pasó anoche? —preguntó Nick con emoción.

—Anoche no dejabas de decir que cuando volviera a mi mundo... ¡No estabas pensando en el matrimonio entonces!

Nick esbozó una sonrisa.

—Estaba dejando claro que si te dejaba libre serías infeliz. Te daré el divorcio, por supuesto, pero sólo después de que des a nuestro matrimonio una oportunidad.

En lo más profundo, Miley se sintió dolida por encima de la incredulidad y volvió la cabeza.

No se casaría con Nick bajo ninguna circunstancia. Incluso aunque no existiera Fátima ni las demás mujeres, reflexionó con pena, le hubiera dicho que no.

El matrimonio no era ni sería nunca para ella.
Había visto demasiado la miseria del matrimonio, y, aparte de eso, la miseria aún mayor de las uniones entre dos culturas diferentes.
Aun así, le asombraba la idea de que Nick  quisiera casarse con ella.

Dos años atrás había querido tener una aventura y ella no habría sido su primer ligue en el campus.
No, bastante lejos de eso.
Ella no había conocido a Nick hasta el segundo trimestre, pero había oído hablar de él.
¡Vaya si había oído!
Su fama le había precedido.

Nick  se había lanzado con entusiasmo a un mundo de mujeres que estaban deseando compartir su cama sin exigirle el menor compromiso.
Bendecido por su extraordinario atractivo, su chapurreo encantador del inglés mezclado con el francés, la enorme riqueza y la seguridad de que algún día sería rey, Nick  había sido para todas las estudiantes como un billete de lotería arrojado al aire.
Una especie de histeria colectiva había reinado en su entorno,recordó con dolor.

—Nunca podría casarme contigo — dijo Miley con tensión.

—No me digas nunca... No lo aceptaré.

—¡Insisto en que llames a un coche para que me lleve alaeropuerto!

—Me niego.

—Estás pensando en mantener las apariencias.

Miley deseó de repente no entender su cultura tanbien como la entendía.
Si ya había informado a su familia de que pensaba casarse con ella y ella le rechazaba, sería una humillación para él.
Una humillación pública.
Sin duda, no habría ni una sola mujer en Datar que rechazara el honor de convertirse en una de sus esposas.

—Otra vez me estás insultando —Nick  le lanzó una mirada de reproche y apretó los puños—. Lo que hay entre nosotros es mucho más profundo que unas simples apariencias.

Miley estaba pálida como el papel, pero rígida con la misma fuerza de voluntad que él.

—No hay nada entre nosotros ni nunca lo habrá. En mi opinión mi único atractivo ante tus ojos es el hecho de que exista una sola mujer en el mundo que no quiera tener nada que ver contigo.

 —¡Cuando dices esas mentiras tan descaradas pierdo la paciencia contigo! —explotó Nick  con una brusquedad tal que Miley di un respingo. Entonces acortó la distanciaentre ellos de dos largas zancadas—. ¡Esas mentiras son unaprovocación descarada!

Cuando la atrajo a sus brazos, Miley se puso rígida por la sorpresa.
Sus brillantes ojos dorados la abrasaronhasta los huesos.

—Tú ardes por mí igual que yo por ti.

—¡No!

—Vi tu deseo anoche — Nick levantó una mano y deslizó sus largos dedos por su pelo —. Cuando te abrazo, tu corazón palpita más rápido que el de una gacela perseguida. Y palpita por mí, no por otro hombre. Y, sin embargo, nunca te he tocado — jadeó con un tono ronco defrustración que le produjo cosquilleos por toda la espinadorsal —. Nunca... ¿Cuántos hombres de tu mundo pueden decir eso de una mujer que se mueren por poseer? ¿Cuántos hombres te tratarían con tal respeto incuestionable?

Ahora la estaba frotando el lóbulo de la oreja con el pulgar.
Miley sintió un escalofrío por todo el cuerpo.
Unos ojos penetrantes como los de un ave rapaz se clavaronen su cara sonrojada fascinándole con sus profundidad. Tembló y sintió un mareo al sentir su aliento tan cerca.

—Nick , yo...

—Tú confías en que respete las barreras.... ¿por qué? — dijo deslizando el dedo índice por su labio inferior para dibujar su plenitud con un erotismo insoportable—. En el estado en que estoy, tu confianza puede ser desmedida. Quizá haya sido demasiado honorable hasta ahora.. Te puse muy fácil al irme de Inglaterra, pero esta vez no te lo pondrétan fácil.  

—Deja que me vaya —murmuró Miley.

Su rigidez se transformó de repente en una temblorosa debilidad mientras aquel dedo experto exploraba su boca temblorosa.
Ahora la estaba sacudiendo una oleada de deseo tan fuerte como para desmoronar todas sus defensas.

—¿Es que no te han abrazado otros hombres... o besado? ¿Por qué esperas que yo sea diferente?

Sus senos subían y bajaban agitados y los pezon espujaban contra el encaje de su sujetador.
Sintió un ardor sexual entre los muslos que le hizo arquearse como un gato al sol, pero en lo más profundo de su mente había un miedo igualmente animal ante sus propia! respuestas

—¡No!

—Pero tus ojos dicen sí... y si me hubiera comportado como un hombre de tu mundo, no me hubieras esquivado hace dos años. Te dejé libre — entonó Nick con embrujadora intensidad—. ¿Sabes por qué a una mujer soltera no se le permite estar a solas con un hombre en Arabia? Se supone que los hombres pecarán y la mujer es demasiado débil como para resistirse a la tentación, porque está hecha para dar el mayor placer a la existencia de un hombre. Como tú serás mía de corazón, alma y cuerpo porque me lo prometí en Inglaterra, pienso cumplir esa promesa con más dulzura de la que te puedas imaginar.

—¡Quiero irme al aeropuerto!

Nick se rió con suavidad.
Una mano fina se hundió en el hueco de su espalda y la atrajo hacia él mientras bajaba con arrogancia su cabeza morena.

—La imagen de un avión despegando... el paraíso abriéndose mientras las puertas de tu jardín secreto... es de lo más adecuado. Pero también es cierto que tú eres una mujer extraordinariamente sensual. Lo sentí desde el principio.


La prometida del desierto cap11




En el aire caliente, la tensión palpitó con la fuerza eléctrica de su retadora mirada.

El poseía una personalidad poderosa y un temperamento muy volátil y emocional que exhibía sin ningún pudor, pero no había duda de la ferocidad que yacía bajo todo aquello.

Pero sólo en ese momento se enteró ella de la humildad con que se veía a sí mismo a un nivel intelectual y deseó poder echarle las manos al cuello a su obstinado padre, que le había denegado a su hijo lo que había otorgado con libertad a sus súbditos.

—Nick , nadie que haya visto lo que has conseguido aquí en Datar durante los últimos cinco años podría pensar que no eres un hombre educado.

—Escucho a consejeros de todos los niveles de la sociedad. No toleraré el despotismo y quiero liberalizar nuestra cultura por el bien de mi pueblo... pero sé lo que piensas, aziz. Piensas que cómo puedo hablar de liberalización y raptar a una mujer.

—Soy muy consciente de que raptar a una mujer es un elemento de las culturas tribales, pero...  - Una sonrisa brillante surcó su preciosa boca jugosa.

—No es un delito mientras a la mujer se la trate con respeto y honor —interrumpió él con suavidad.

Miley bajó su cabeza a punto de soltar una carcajada.
Cuando le convenía, Nick era diabólicamente simple y había utilizado su admisión como una justificacióna su conducta.

—Pero naturalmente, el matrimonio debe tener lugar en un corto espacio de tiempo —señaló él con suavidad—. Es lo esperado.

El silencio se prolongó entre ellos.
Nick dio entonces un paso adelante y se detuvo con un brillo de incredulidad que emparejaba al de ella.

—En el nombre de Ala, aziz...¿seguramente no pensarías que iba a insultarte ofreciéndote algo menos que el matrimonio? Anoche... ¿fue por eso por lo que te asaltó el pánico? — Entonces se estiró para alcanzar sus manos ytirar de ella para ponerla de pie — Te he traído aquí para que te conviertas en mi esposa.

«Su segunda esposa»

En una tormenta de rabia,  Miley lo miró con absoluta incredulidad y entonces tiróde las manos y se zafó violentamente de él


El pasar bajo el arco más cercano, Miley se encontró en una sala de recepción.
Haciendo Aun esfuerzo por recuperar el control, cerró los ojos.

«El príncipe Nick sólo toma a una mujer. Siempre dice que... sólo la única ».

La explicación de Zulema del disgusto de selena la asaltó de nuevo.
Parecía que Nick estaba dispuesto a romper su promesa con su mujer, y en una sociedad en la que era todo poderoso,
¿qué podría hacer una mujer herida?

Probablemente podría vivir con las diversiones femeninas de su marido, pero se sentiría amenazada y traicionada ante la perspectiva de que otra mujer ocupara su puesto.

Matrimonio...
El robo de una mujer era aceptable siempre que se le ofreciera el matrimonio para satisfacer los convencionalismos.

Una carcajada estrangulada y vacía dediversión se le escapó de la garganta.
Ahora no le extrañaba que la hubieran tratado de forma tan regia en el aeropuerto.
¡Todos menos ella esperaban que el matrimonio sucediera asu llegada!

Un matrimonio polígamo.
Las enseñanzas del Corán decían. que los musulmanes estaban autorizados a tener hasta cuatro mujeres a la vez.
En toda una vida, el número podía ser mucho mayor si lo deseaban, pero divorciándose.

Las ex mujeres, por supuesto tenían que ser mantenidas.
Una de las razones por las que la poligamia era cada vez menos frecuente en el mundo árabe era por el coste de mantener a numerosas familias.
Pero Nick  era fabulosamente rico.



La prometida del desierto cap10


Nick había llevado a otra mujer al palacio y la pobre criatura estaba muy alterada.
La evidente crueldad de su comportamiento devastó a Miley .

Era en todos los aspectos, el salvaje y déspota príncipe árabe que creía que sus deseos eran innatamente superiores a los deseos y necesidades de cualquier mujer.

Con una punzada de dolor que se negaba a reconocer, Miley bajó las escaleras de mármol.
Nick  se dio la vuelta, sus duras y atractivas facciones sonrojadas y todavía con expresión de ardor y furor.
Y entonces, al posar los ojos dorados en Miley la tensión se evaporó de él.
Una sonrisa radiante transformo su dura y morena cara.

Aquella sonrisa la sacudió y se detuvo cuando el corazón le dio un vuelco gigantesco.
Por un segundo se sintió transportada al día de su encuentro.
Había sido al salir de la biblioteca.




Él estaba apoyado en el capó de su Ferrari, rodeado de un enjambre de estudiantes femeninas,todas rubias y conocidas por no ser nada inhibidas con los hombres.

Entonces él había levantado la vista, la había dirigido a Miley y la había paralizado con aquella mirada tan intensa hasta esbozar de repente aquella gloriosa sonrisa.

Pero esta vez no, se juró a sí misma, despreciando las emociones que le borraban toda idea racional.

—Siempre había oído que los hombres árabes protegen y cuidan a las mujeres de su familia —le atacó—. Pero eso no coincide con la realidad, ¿verdad? La princesa Selena no parece merecer ni una onza de tu respeto.

La sonrisa de Nick se desvaneció como si ella lehubiera golpeado.

—¿Lo has visto?

—Lo he visto.

—Me disgusta que hayas sido testigo de una escena tan desagradable, pero no voy a hacerte el honor de discutirla contigo.

Miley se dio la vuelta.
No podía soportar mirarlo.
Al menos le quedaba un poco de decencia.
Que se avergonzarade que ella hubiera visto aquella escena... era sorprendente.

Era casi como si pretendiera que ella aparentara no enterarse de que aquellas mujeres existían en su vida.
Concubinas y una mujer
Y, sin embargo, nunca había podido odiarlo de verdad por su estilo de vida.
Igual que ella era producto de su mundo, Nick  era producto del suyo.

Y Datar no era el único sitio del mundo en que se permitían las concubinas.
Era un tema que se ignoraba para no ofender a los poderosos de tales países.

Y Miley se había preguntado amenudo si los hombres occidentales no se permitirían la libertad de aquella variedad sexual si les diera el consentimiento su sociedad.

—¿Has dormido bien?

 Una carcajada seca se escapó de su garganta.

—Tú debes saberlo bien ya que me drogaste.

—Tenías fuertes dolores. No podía soportar verte sufrir. Era sólo una poción sonnifera para permitirte descansar.

A Miley le sacudió una oleada de tristeza.
Se sentó en el borde de piedra de la fuente y deslizó los dedos por el agua.

—¿Y cómo contestas al cargo de secuestro?

—No me dejaste otra opción.

Miley inspiró con fuerza y lo miró apartando la ideade que el traje impecablemente cortado de color gris acentuaba sus anchos hombros, estrechas caderas, largas piernas que le eran tan familiares.
En el exterior, todo era sofisticación occidental, pero en el interior no le había rozado siquiera.

—Ya sabes que no te dejaría hacer una escapada como esa.

—¿Escapada?

 —Una evasión.

Miley se imaginó que las mujeres de su vida se poníana sus pies cada vez que les sonreía, pero,
 ¿qué era lo que había atraído a Razul hacia una mujer de otra cultura como ella?
 ¿Su espíritu, su independencia?

En Datar hasta los hombres admiraban a Nick Jonas Harun.
Un día sería su rey.

—No pretenderás en serio mantenerme prisionera aquí.

—No tiene por qué ser una prisión. Dame tu palabra de que no intentarás escapar y podrás moverte con libertad.

—Eso es algo contra dictorio.

Aquellos ojos dorados la tenían inmovilizado y con la garganta seca.
¿Por qué no le estaba gritando?
El dolor había superado a la rabia.

Y lo que era peor, había aquella parte traidora suya que ansiosamente agradecía cada momento que pasaba a su lado.
Y saberlo le llenó deprofunda vergüenza.

—Te quiero —le había dicho en francés e inglés dos años atrás —. Eres mía —había susurrado como un gato.

Tentación pecaminosa, dulce y destructivo.

—Tú eres un hombre educado —murmuró Miley con bastante firmeza.

—Sólo por fuera. No intentes halagarme —dijo con repentina aspereza—. Ya conozco tu opinión cerca de mí. Mi padre permitió a cientos de dataris acudir a las universidades británicas y americanas durante las pasadas dos décadas. Y sólo lo hizo porque tenía claro que debíamos ser completamente independientes de los trabajadores extranjeros. Pero a mi no me permitió el mismo privilegio. Soy bien consciente de que leer muchos libros y haber hecho algún curso en alguna universidad no me convierte en un hombre educado... sobre todo ante los ojos de una mujer que tiene un montón de títulos académicos.


martes, 28 de agosto de 2012

Dama de treboles cap 24




Bien entrada la noche, en el piso superior del almacén de las Keller aún permanecían las luces encendidas.

Harriet, sentada frente al tocador, cepillaba su brillante melena mientras soportaba a duras penas los reproches de su madre.

—Emma Sutton me ha pedido explicaciones por lo sucedido. Estaba muy disgustada, incluso se atrevió a recordarme que Kiowa no está demasiado lejos y lleno de tiendas mejores que la nuestra. No quiero ni pensar qué pasaría si perdemos clientes. No debiste mentir a esa mujer en el precio de esa tela.

   —Debió de entenderme mal, ¿por qué no me crees? —giró el rostro hacia su madre con los dientes apretados.

   —Porque te conozco demasiado bien. Hija —dijo dulcificando el tono—, hiciste muy bien al rechazar a ese Jonas. Quién sabe qué vida de penurias hubieses tenido que soportar en aquel rancho? Olvídate de él.

   —Nunca me interesó la vida que me ofrecía.

   —Mejor así. —Se llevó el índice a los labios, pensativa—. Creo que te precipitaste al desdeñar a aquel contable del banco.

 La sola mención puso furiosa a Harriet.
Su antiguo pretendiente ahora llevaba la contabilidad de la empresa cervecera Neef Brothers.
 De no haberse mostrado tan exigente, él no habría acabado casándose con la hija del doctor Holbein y, a día de hoy, sería ella la que disfrutaría de una mansión en Denver en lugar de esa sosa.

 —Y recuerda una cosa —concluyó su madre en tono de advertencia—: lo más importante es mantener la clientela.

En cuanto la viuda Keller salió del dormitorio, Harriet estampó con rabia el cepillo contra la puerta.

El negocio, el maldito negocio y sus beneficios. Su madre no pensaba más que en ver el cajón rebosante de dólares mientras ella se pudría en aquel pueblo del diablo.

Y, encima, ahora simpatizaba con aquella mosquita muerta.
No la soportaba, con ese aire de inocencia y su ridícula sencillez.
¡Pues claro que debía desairar a la nueva señora Jonas!
A ver si se arrepentía de una vez y huía lejos de allí.

 ¡Qué demonios! El mundo no giraba alrededor de Nick Jonas.

Ella era demasiado lista para descubrir el último as que guardaba bajo la manga.
Su madre enfermaría con su partida, pero acabaría cediendo a sus ruegos e insistencias, y le permitiría pasar una temporada con sus tíos en San Luis.

Tal vez allí encontrase un marido acorde a sus necesidades.
Talento y encantos no le faltaban para seducir a cualquier hombre.
Una vez casada, su madre ya no supondría la pesada lacra que, aferrada a ella con la excusa del cariño, interfería en su vida convirtiéndola en un martirio.

Acercó el rostro al espejo y retirando el pelo de la cara estudió su cutis.
Aquellas arruguitas apenas perceptibles alrededor de sus ojos la mortificaban, aunque por suerte poseía un rostro agraciado y elegante.

Y su cuerpo menudo no dejaba adivinar su verdadera edad.
Lejos de aquel pueblo, nadie se atrevería a sospechar que ya había cumplido los veintiocho años. ¡Una solterona!
Se estremeció solo de pensarlo.



amigaaaaa!!!
mitchie♥ estos cap van para ti que me los pediste :D
y para sari y mari que se que kes gusta mucho
las quiero niñas ♥ C:

Dama de treboles cap 23




Joseph las saludó desde lejos aprovechando un intercambio de parejas y Miley  observó que los ojos de Minnie brillaban al verlo bailar.

   —Veo que os lleváis muy bien —comentó observando que no de jaba de buscar al muchacho entre la multitud.

   —Es mi mejor amigo —aseguró—. A él no le importa…, ya sabes. Es un gran chico.

   —¿Te gusta bailar con el?

   —Claro —rio sonrojándose—, y no solo con él. Mi madre siempre lo dice, si algo bueno tiene el Oeste es que aquí las mujeres somos algo muy valioso.

Miley tuvo que darle la razón, a la vista de cómo revoloteaban los hombres alrededor de cualquier cosa con faldas.
Incluso las solteras, la mayoría de las cuales aún asistía a la escuela, se permitían el lujo de desdeñar las galanterías de una numerosa corte de jóvenes que morirían por recibir tan sólo una sonrisa.

   que, a la sombra de los robles, contemplaban las evoluciones de las parejas.

Nick, apoyado en un tronco con los brazos cruzados, se limitaba a observar con desgana.

Lejos quedaban los años en que disfrutaba de fiestas como aquellas.
Además, la mujer que en ese momento debía llevar entre sus brazos, no sabía bailar.
Mejor así, porque no podía presumir de esposa, ya que su vestido ramplón gritaba a los cuatro vientos la precariedad económica del rancho.

El pequeño Tommy empezó a gimotear en brazos de Miley , ella lo acomodó sobre su antebrazo y, para tranquilizarlo, empezó a moverse recostándolo sobre su hombro.

   —Te están saliendo los dientecitos, por eso te duele tanto —le susurró.

Nick la miraba molesto.
Cada vez la aborrecía más por negarle sus favores.
Y también la amabilidad y el afecto que mostraba a todo el mundo.
A todos, menos a él.

Vio que acariciaba la encía de Tommy con la yema del dedo y el niño callaba aliviado.
La visión del dedo de Miley dentro de la boquita entre abierta de Tommy le hizo sentir un cosquilleo en el estómago.

El pequeño sonrió intentando imitarla y Miley le atrapó un dedito pequeño entre sus labios.
Aquel detalle de inocente ternura excitó a Nick de un modo devastador.    

Hubiese deseado que ella tomase su dedo entre sus labios.
Necesitaba saber cómo era el tacto de aquella boca entre abierta, disfrutar de su cálida humedad.

Se llamó a sí mismo estúpido por sentir que un bebé le estaba arrebatando unas caricias que solo le pertenecían a él.

En dos zancadas se colocó ante ella y le arrebató al niño de entre los brazos casi de un zarpazo.

   —Vamos —la apremió entregando el bebé a Minnie.

   —Lo siento —dijo alzando la vista—, ya sabes que no sé bailar.

   —Esto es una pérdida de tiempo —concluyó con un gesto para que se diese prisa.

Miley  farfulló una excusa para despedirse de Minnie que observaba atónita la inexplicable descortesía de Nick.
Éste rodeó la iglesia a toda prisa seguido de Miley .
Desató a los dos caballos, tendiéndole a su esposa las riendas con rudeza.

   —Harías bien en mirarte al espejo antes de mostrarte en público —murmuró con desprecio.

Nick montó y se puso en camino sin darle tiempo a replicar.
Estaba avergonzado por no poder costearle un nuevo vestuario como ella se merecía.
Y, furioso consigo mismo, se maldijo por descargar su rabia contra ella con un comentario tan cruel.

Durante un minuto, Miley permaneció junto al caballo con la cabeza baja.
De todos los reproches que había tenido que soportar, éste había sido sin duda el más humillante.
Pero nada podía hacer.
Su esposo se avergonzaba de ella y no sabía cómo remediarlo.

Porque la viuda Cyrus, con su afán por mantenerla alejada del pecado, la había convertido en una dama hacendosa y respetable.
Una dama que, con veintitrés años, aún no sabía comportarse como una mujer.

 Desde la explanada, unos ojos contemplaron la partida de los Jonas.
Fingiendo escuchar las galanterías de un admirador Harriet contemplaba con disimulada satisfacción la cara de disgusto de Nick y el semblante desolado de su nueva esposa.


Dama de treboles cap 22




El 4 de julio, a primera hora de la tarde, el ambiente festivo impregnaba cada rincón de Indian Creek.
La arboleda era un bullicio, los niños corrían de un lado a otro y tanto mujeres como hombres, agrupados en corros, comentaban novedades y rumores.
Las mujeres aprovechaban para alabarse unas a otras y de paso observar detalles que poder copiar en los vestidos de las demás.

No era pueblo de desfiles y cabalgatas, eso quedaba para las ciudades.
Desde hacía años, la celebración consistía en un baile que comenzaba al atardecer y que se alargaba hasta bien entrada la madrugada.
Hacía más de un mes que no llovía apenas, por lo que se optó por trasladar el festejo a la explanada grande.

Miley se hizo visera con la mano y buscó entre el gentío.
Las dos semanas que llevaba en Indian Creek no habían sido las mejores de su vida, pero tampoco las peores.
Estaba decidida a vivir cada día sin pensar en el siguiente.
Como de costumbre, su esposo la ignoró dejándola sola en cuanto llegaron al pueblo.
Ella hubiese preferido quedarse en casa, pero Nick la obligó a acompañarlo.
No quería aparecer solo en la fiesta, aunque se olvidó de ella en cuanto llegaron al pueblo.

Conforme a sus advertencias, Miley se esmeró en cuidar su aspecto.
Desterró el gorro anticuado y las trenzas apretadas.
Pero su viejo vestido marrón oscuro: demasiado ancho y sin apenas vuelo, distaba de los vistosos modelos del resto de mujeres.

Al frente del cuarteto de músicos descubrió a Aaron, lo saludó agitando la mano y él le correspondió con unos acordes de fiddle que arrancaron aplausos de los más jóvenes, ansiosos por empezar a bailar.

Se acercó a Emma, que charlaba con Grace con el niño en brazos.
Al comienzo de la primera pieza, aprovechó para quitarse de en medio y buscó asiento en uno de los bancos colocados bajo los álamos.
Cerca de ella, un nutrido grupo de señoras de edad, de las que rara vez bailaban, se consagraban a su pasatiempo preferido: observar y criticar.

—¿No baila?

Miley miró hacia su izquierda.
Una sonriente pelirroja la miraba con ojos vivarachos.
Unas cuantas pecas sobre la nariz le daban un aspecto juvenil que contrastaba con su avanzado estado de gestación.

   —No sé bailar —confesó Miley con cierta vergüenza mirando hacia otro lado.

Con aire acelerado vieron acercarse a Joseph, acompañado de una jovencita rubia que cargaba en brazos al pequeño Tommy.
Joseph se sentó de forma tan atolondrada que hizo tambalear el banco.

   —Vaya, lo siento —rio esquivando un codazo de la pelirroja—. ¿Ya os conocéis?

   —La verdad es que no —contestó Miley .

   —Te presento a Doreen McRae, es la esposa de Gideon. Y ésta Minerva Owen. Minnie, Doreen, ésta es mi tía Miley Jonas.

   —Me alegro de conocerte, todos me llaman Minnie —sonrió tendiéndole la mano.

   —Yo también, Minnie.

   —Es un placer conocerla, señora Jonas —dijo Doreen con cortesía.

   —Para mí también y, por favor, llámame Miley .

   —Ya empieza la música —comentó Joseph mirando hacia la planada—. ¿Miley , puedes quedarte con Tommy?

   Ella tomó al pequeño de los brazos de Minnie, que no tardó en correr junto a Joseph hacia el espacio habilitado para el baile.

   —Tenía intención de pasar por tu casa —se excusó dirigiéndose a Doreen—, pero he estado muy ocupada poniéndome al tanto de todo.

   —No te disculpes —aseguró con una sonrisa—, soy yo quien debería haber pasado a presentarme; Gideon insistió en ello, pero ya no puedo montar. Ya me ves, apenas puedo moverme.

Doreen era una chica encantadora de la misma edad que Miley y ambas congeniaron de inmediato.
Era hija de un profesor que, al enviudar envió a su hija a una prestigiosa Escuela de Señoritas de Baltimore.
Al morir su padre, sola y sin familia, decidió embarcarse en la aventura más apasionante de su joven existencia.
Y, desdeñando las proposiciones de varios admiradores, se aventuró a responder al anuncio de un vaquero del lejano Estado de Colorado que solicitaba esposa.
Cuando Gideon apareció en Indian Creek casado, poca gente creyó que aquella chica culta y elegante se adaptaría a la dura vida del Oeste.
De eso hacía ya dos años.

—Te aseguro que fue la mejor decisión de mi vida —aseguró mirando embelesada a su esposo, que se acercaba hacia ellas.

   Gideon era un hombre alto con complexión de vaquero: cuerpo fibrado y musculoso a fuerza de pasar horas a caballo y a derribar terneros con las manos. Sorprendía en su cara de tipo duro aquella sonrisa de niño.

   —Señora Jonas, veo que ya conoce a mi esposa —dijo quitándose el sombrero—. Vamos, cariño, el doctor insiste en que debes pasear.

   Gideon ayudó a levantarse a Doreen, que obedeció entre protestas, y Miley los contempló alejarse cogidos del brazo.
   Minnie Owen se acercó a ella con un par de vasos de limonada.

   —Pensé que te apetecería —dijo tendiéndole uno de ellos.

   Miley notó que Minnie le mostraba especial simpatía. Y se alegró de ello, ya que durante todo el baile había podido notar la mirada despectiva de Harriet Keller.

   —No le hagas ningún caso —dijo Minnie mirando hacia Harriet, que en ese momento no apartaba los ojos de ellas.

   Miley se centró en jugar con el pequeño evitando entrar en el tema.

   —A mí también me detesta —continuó la chica, sosteniéndole la mirada a distancia—, pero no se atreverá conmigo.

   —Soy nueva aquí —adujo Miley —. No es fácil hacer amigos de buenas a primeras.

  —Pues ya tienes una amiga. No eres la única —concluyó en tono confidencial—. Joseph me lo contó todo, yo también soy adoptada.

   Miley sintió que acababa de nacer un vínculo que la unía a aquella jovencita decidida, por encima de la diferencia de edad.

 

lunes, 27 de agosto de 2012

La caida de jonas cap 13




Se retorcía debajo de él, clavándole las uñas en los bíceps.
Le iba a explotar la cabeza si no hacía algo ahora.
Él la agarró por las muñecas y la apretó contra la cama.
Clavándola allí.
Se arqueó, se quejó.

—Oh sí, te gusta así, ¿no?

Y a él le gustaba.
Pero estaba condenado viendo una cosa tan pequeña y dulce como Miley ir a por él con tanta facilidad.
Sin control, la necesidad salvaje arañando entre ellos.
El infierno, ¿cómo había pasado esto tan rápido?

Empujó la cabeza de su polla contra los pliegues de su coño.
Dulce cielo, que dios se apiade de su alma.
Caliente. Al igual que la seda, cuando sus jugos recubrieron la cabeza de su polla.
Parpadeó el sudor de los ojos.
Infierno, él mismo nunca había llegado a estar tan caliente tan rápido.

¿Qué demonios estaba haciendo con él?
Apretó sus caderas más cerca, apretó los dientes al sentir la corona llena de sangre de su polla apretar en la pequeña abertura de su vagina, sentía el piercing en su pene con el placer dándole un tirón implacable.
Ella era pequeña.
Él no era enorme, pero tampoco era pequeño.
Un matón de Mierda.

Maldita sea, ella necesitaba a alguien suave.
El piercing debajo de la cabeza de su po.lla se alojó en la carne tierna, acariciándola y él, y anudando sus bolas por el placer.

Entonces la vio coger aliento, sus pezones se oscurecieron y se endurecieron imposiblemente cuando metió la cresta de su polla justo en la entrada de su coño.
Apretó los dientes, observó sus ojos.

—Nick. Más. —Un soplo de sonido.

 El rubor de la excitación profundizándose.
Su aliento retenido.
Mierda.
Tenía una pequeña rabieta, simplemente no podía creerlo.
Inclinándose sobre ella, sonrió.
Era lo único que podía hacer.

—¿No vas a durar mucho tiempo verdad, nena?

Su coño estaba apretando, y apretando, espasmos en torno a la cabeza de su polla.
Mierda.
¿Por cuánto tiempo iba a durar?
Ella respiraba con dificultad, con los ojos dilatados hasta que sólo un delgado anillo de color azul pálido se mantuvo.

Oh, él sabía lo que su pequeña Miley Justo ahí, en ese instante.
Debido a que era su mayor jodida fantasía.
Empujando duro y profundo, en primer lugar, y sintiendo como se conducían a la locura excitándose con sus toques.

La fantasía de todo hombre.
Si, condenadamente cierto.
Un coño tan ajustado como un puño a su alrededor, flexionándolo y ordeñándolo, corriéndose y vibrando a su alrededor porque le quería a él.

—Mils —susurró su nombre. —No quiero hacerte daño.

Era la primera vez en su vida que maldijo el tamaño de su pene.
El cual no era enorme pero ella era tan jodidamente apretada…
Sus labios se entreabrieron.

—A este tipo de dolor, voy a sobrevivir. — Ella se elevó, estrechándose, y por primera vez en su vida.

Jonas perdió la calma con una mujer.
Perdió el control.
Perdió todo, salvo ese último hilo frágil de cordura que le ayudó a controlar su fuerza.
Pero no su polla.
Empujó en ella.

Golpeando duro, empujando mas allá de sus tejidos y sus músculos apretados, impulsándose en ella hasta que gritó su nombre y sintió que se corría a su alrededor.
Lo ordeñó.
Flexionándose a su alrededor.
¡Ah, carajo!

Enterró su longitud completa y como un hijo de puta, se corrió.
Vertiéndose en ella.
Chorros duros y pesados sin la restricción de látex, y muriendo con cada erupción dura de semen saliendo de su polla.

Y ella seguía vibrando alrededor de él, arqueándose contra él.
Machacando su clítoris contra la pelvis, su cuerpo tembloroso, sacudo, con los ojos aturdidos.

La pequeña Mils acababa de correrse entre sus brazos como ninguna otra mujer lo había hecho.
Y Jonas tuvo la sensación de que podría haber perdido un trocito de su corazón.
Por no hablar de su cordura.
Porque sabía que se había olvidado del condón, y estaba empezando a preguntarse si le importaba.


A merced del griego cap 2



Pero cuando la joven abrió los ojos Nick experimentó una extraña sensación que no pudo definir.
Tenía unos ojos asombrosos, del más puro e intenso azul.

Entonces parpadeó, desorientada, y el momento se perdió mientras la realidad se imponía.
La realidad de su trabajo interrumpido cuando apenas lequedaba tiempo para llevarlo a cabo.

-Al parecer se ha desmayado - informó a la joven mientras ésta trataba desentarse.

Miley miró al hombre que se hallaba de pie ante ella y sintió que la garganta se le cerraba. Llevaba seis meses acudiendo a las seis y media de la tarde a sus oficinas para limpiar.

Lo había observado de lejos con el rabillo delojo mientras trabajaba en su despacho con la puerta abierta... aunque, por loque había oído aquellos meses, muy pocos se habrían atrevido a asomarse a éste para iniciar una charla desenfadada con él.

Ella misma no había podido evitar estremecerse ante su profunda y poderosa voz cuando le había oído dirigirse a alguno de sus empleados.

Aquel hombre intimidaba a todo el mundo, pero para ella era el hombre más atractivo que había visto en su vida.
Los rasgos de su rostro eran fuertes, casi severos, pero poseía una bellezaclásica muy masculina.
Su pelo, negro como el azabache y peinado hacia atrás,se rizaba a la altura de su nuca y, aunque Miley nunca había tenido el valor de mirarlo directamente a los ojos, sabía que eran oscuros e insondables, y que estaban enmarcados por unas pestañas que muchas mujeres habrían querido poseer.

Si hubiera trabajado directamente para él tal vez lo habría encontrado tan imponente como sus empleados, pero dado que no ejercía ninguna influencia.
sobre el curso de su vida, podía apreciarlo sin temor.

Además, ella no era una persona que se intimidaracon facilidad ante nadie.
Su naturaleza era alegre y risueña y se consideraba igual a cualquiera, fuera cual fuese su estatus social y por muy arruinada que estuviera.
Lo que contaba estaba dentro, no fuera.

Mientras Miley se preguntaba cómo habría acabado en aquel sofá, Nick se acercó al mueble bar y regresó con un pequeño vaso que contenía un líquido marrón.

-Beba un poco de esto.

Miley parpadeó.

-¿Qué es?

-Coñac.

-No puedo.

-¿Disculpe?

-No puedo. La empresa para la que trabajo no permite beber durante las horas de trabajo. Podrían despedirme y necesito el dinero.

Para Nick , aquello ya era demasiada información.
Lo único que quería eraque la joven tomara un poco de coñac para que se despejara y saliera de allí cuanto antes.

Necesitaba tiempo para acabar lo que tenía entre manos si quería evitar una discusión con la última mujer con que estaba saliendo, cuya paciencia ya había sido puesta al límite por la frecuencia de la cancelación de sus citas.

-Beba - ordenó a la vez que acercaba el vaso a sus labios.

Miley obedeció, tomó un pequeño sorbo y se ruborizó con expresión culpable.

-¡Oh, vamos! -exclamó Nick - ¡Acaba de desmayarse! Beber un poco de coñac no es vender su alma al diablo.

-Nunca me había desmayado - dijo Miley - Mamá solía decirme que no era de la clase de chicas que se desmayan fácilmente. Según ella, los desmayos eran para chicas sub alimentadas, no para las regordetas como yo. Claire se desmayaba mucho mientras crecíamos. Bueno, no exactamente mucho, pero sí algunas veces. Lo que ya es bastante para...

Nick experimentó la sensación de estar siendo bombardeado por todos los frentes.
Por unos instantes perdió literalmente el poder de la palabra.

-Puede que esté a punto de caer enferma con algo - continuó Miley con el ceño fruncido.

Esperaba sinceramente que no fuera así.
No podía permitírselo.
Su trabajo con la empresa de limpiezas era temporal y carecía de bajas.
Y su trabajo como profesora ayudante en un colegio cercano al lugar en que vivía no le bastaba para llegar a fin de mes.
Sintió que se ponía pálida.

Nick observó con fascinación la exteriorización de emociones del rostro de Miley antes de volver a acercar el vaso a sus labios.

-Le conviene beber un poco más para recuperar la energía.

Miley dio un trago más largo y sintió una agradable calidez en la boca del estómago.

-No me reconoce, ¿verdad?

-¿Reconocerla? ¿Por qué iba a reconocerla? Escuche, tengo mucho trabajopor delante. Puede permanecer en el sofá hasta que se sienta lo suficientemente fuerte como para salir, pero, si me disculpa, yo voy a seguir trabajando -Nick tuvo de pronto una idea brillante - Si quiere puedo hacer que el guardia deseguridad venga a recogerla

-Sid. - dijo ella

-¿Disculpe?

-El guardia de seguridad se llama Sid. ¿No debería saberlo? -preguntó Miley con curiosidad - Lleva trabajando para usted más de tres años!

Molesto por el tono acusador de su voz, Nick olvidó momentáneamente el informe que tenía sobre su escritorio.

-¿Acaso cree que debería saber el nombre de todos los guardas deseguridad que han trabajado aquí?

-¡Es usted quien los emplea!

-Empleo a mucha gente. Además, ésta es una conversación ridícula. Tengo mucho trabajo y...

-Y yo lo he interrumpido. Lo siento - Miley  suspiró y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas al pensar que iba a perder su empleo si estaba mala.

Estaban a mediados de enero y debía haber un millón de virus pululando por ahí.

-No estará a punto de llorar , ¿no?

Nick sacó un pañuelo del bolsillo trasero de su pantalón mientras maldecía el buen carácter que había demostrado llevando a aquella joven a su despacho.



niñas aca les dejo 2 caps de esta nove y se lo dedico a mitchie♥ amigaaa oowww ya no vamos a hablar mucho por el problema de tu compu :(
espero que se arregle pronto tq♥
bueno a todas las quiero 
cuidence besitos comente mucho C: 

A merced del griego cap 1




Nick estaba leyendo un informe financiero cuando escuchó el ruido.
El sonido recorrió los pasillos vacíos de las oficinas con estridente intensidad.
Cualquier otra persona habría reaccionado sobre saltándose, o asustándose.

A fin de cuentas, ya era tarde, e, incluso contando con vigilantes de seguridad, no había un solo edificio en Londres que pudiera considerarse seguro si había alguien empeñado en entrar en él. Pero no Nick Jonas.

Sin molestarse en tomar algún objeto contundente con el que defenderse de un posible ataque, el ceñofruncido con gesto de impaciencia por haber tenido que interrumpir su trabajo,salió de su elegante despacho y encendió las luces del exterior.

Nick no era un hombre que huyera asustado de nada, y menos aúnde un posible intruso tan patoso como para anunciar su llegada con aquel ruido.
No tardó mucho en deducir cómo se había producido el estrépito.

En medio del pasillo había un carrito caído cuyo contenido se había dispersado a su alrededor; objetos de limpieza, un cepillo, una fregona... y un cubo de agua cuyo contenido estaba siendo lentamente absorbido por la moqueta que cubría el suelo de las oficinas.

Un instante después se oyeron unos precipitados pasos que precedieron ala llegada del guardia de seguridad, pero fue Nick el primero en agacharse junto a la chica que yacía en el suelo junto al carrito.

-Lo siento, señor - balbuceó Sid mientras Nick trataba de encontrar el pulso a la joven - He venido lo antes que he podido... Ya puedo ocuparme de todo.

-Ocúpese de limpiar todo esto.

-Por supuesto, señor Jonas. Lo siento mucho... Parecía un poco pálida esta tarde cuando ha llegado, pero no sabía que...

-Deje de balbucear y recoja todo esto - ordenó Nick .

Al menos, la chica había tenido el detalle de no morirse en sus oficinas.
Su pulso era firme y, aunque estuviera bastante pálida, respiraba.
Se había desmayado... probablemente a causa de un embarazo.
Era un síntoma de los tiempos que corrían.

Mientras se esforzaba por controlar su irritación, la tomó en brazos, ajeno ala expresión de preocupación del guardia de seguridad.

Nick era apenas consciente de que sus empleados, fuera cual fuese su rango, lo trataban concierta sumisión.

Tampoco era consciente de que aquella sumisión rayaba en el miedo, de manera que se sintió exasperado cuando, al mirar al guardia deseguridad, vio que estaba retorciendo las manos con nerviosismo

-Yo puedo ocuparme de ella, señor... No hace falta que se moleste...

-Asegúrese de que todo esto quede recogido y luego vuelva a su trabajo. Si lo necesito lo llamaré.

Aquella interrupción había sido una auténtica molestia.
Eran más de las nueve de la noche del viernes y aún tenía medio informe que revisar antes de enviar por correo electrónico a su homólogo al otro lado del mundo la copia corregida para la reunión de alto nivel que tendrían el lunes.

Abrió la puerta de su despacho con el pie y dejó a la joven, que ya empezaba a moverse entre sus brazos, sobre el elegante y largo sofá que ocupaba una pared entera de la amplia habitación.
El mobiliario, antiguo y escaso, era de gran calidad, las paredes estaban cubiertas de madera y los ventanales llegaban del suelo al techo.

Nick miró a la joven, que empezó a agitar las pestañas a la vez que recuperaba la conciencia. Parecía bastante robusta bajo el peto azul de rayas blancas que vestía, que cubría una elección de ropa que Nick habría encontrado ofensiva en cualquier mujer.

Un grueso jersey de un color marrón indiscriminado y unos vaqueros desgastados en el dobladillo cuyo mérito consistía en ocultar parcialmente unos gruesos zapatos de trabajo que habrían resultado más adecuados para un obrero de la construcción.


Esperó cruzado de brazos, informando a la joven con su lenguaje corporal que, a pesar de haberla rescatado, su caridad tenía un límite.

Mientras aguardaba con creciente impaciencia, detuvo la mirada en su rostro, en su pequeña y recta nariz, en su generosa boca, en sus cejas,sorprendentemente definidas y que no encajaban con el tupido pelo rizado queparecía empeñado en escapar de su coleta.



sábado, 25 de agosto de 2012

I will learn to love cap 2




Al verlo por primera vez, supo queera un hombre reservado y distante, decidido... no era un tipo fácilmente impresionable.
Aunque la concurrencia vestía ropa informal, Nicholas Jonas llevaba traje de etiqueta y se movía con arrogante elegancia.

Miley supuso que tendría un lujoso apartamento en Upper East Side y que conocería a la perfección el ambiente del Soho.
No sería fácil.

Sus ojos grises le habían revelado que era un escéptico que no se dejaba engañar fácilmente.
Gracias a Joel, Miley tenía la capacidad de encantar a la gente,pero sabía que tendría que intentar algo distinto con ese hombre para lograr su propósito.

—Usted sí que es un foco de atención — observó Nicholas Jonas rompiendo susilencio—. ¿Su función es decorativa o utilitaria?

—Espero tener ambas — tardó un momento en volverse para mirarlo de frente —. ¿Con cuál de las dos se queda, señor Jonas?

—Creo que con la utilitaria —la breve sonrisa le sugirió que la entendía tan bien como ella a él—. He visto cómo mostraba las obras a dos posibles clientes. Tal vezpodría hacer lo mismo conmigo.

—Claro. Joel representa a varios de los mejores artistas jóvenes de NuevaYork — recitó el bien ensayado discurso — Hace seis meses ninguno de ellos era famoso, pero hoy los coleccionistas se disputan sus obras.

—Sí, lo sé — se detuvo para mirar una pintura — A menos que me equivoque , este es un Debasio, ¿verdad? Un amigo mío adquirió una pintura... un paisaje urbano. A mí me parece que este es mejor.

—A mí también —a Annie le sorprendió ver que Nicholas Miley tenía un buen sentido estético —. Paul trabaja con rapidez y cada vez se le ve más seguro de símismo... eso se ve en todos sus óleos, y este es el último.

Mientras estudiaba los cuadros, Miley se convenció de que no era ningún tonto.
Tenía una presencia física asombrosa.
Su elevada estatura la obligaba a levantar unpoco la cabeza para mirarlo a los ojos.

A pesar del holgado corte de su traje no podía ocultar los anchos hombros de su cuerpo musculoso.
Era atractivo aunque no guapo, pero cada vez que sonreía sus rasgos se suavizaban y adquirían un aire despreocupado y amable.

Debía tener más de treinta años y no era tan acartonado como Joel había dicho.
Su cabello oscuro era rebelde y su cuerpo se movía con gracia y sin tanto formalismo.

Pero no parecía tan temerario como para invertir su dinero en una galería dearte, a menos que Miley pudiera aprovecharse de un nuevo rasgo que detectaba enél : una inquietud, casi un descontento, que tal vez ansiara lo nuevo y lo distinto.

Miley decidió que lanzaría su ataque por ese flanco.

—¿Cuál me recomienda? — Preguntó después de examinar todos los cuadros — Después de una presentación tan minuciosa y completa, no puedo irme sin compra algo.


Miley aprovechó la oportunidad.

—Ninguno — se atrevió a contestar —, a menos que haya alguno que de verdad le interese.

—¿Ninguno? —sus ojos grises la miraron curiosos y un tanto divertidos — Esa no es manera de vender cuadros.

—Pero yo no le quiero vender una pintura, señor Jonas  —decidió que era hora de dar el paso definitivo—. Lo que quiero venderle es una galería.

—Me temo que eso es demasiado ambicioso — replicó sonriendo, pero no se alejó—. A veces compro algún cuadro, pero no estoy metido en este negocio.

—Tampoco tendría por qué estarlo. Usted solamente sería el dueño formal dela galería. Solamente pretendo que usted la financie.

—¿Ah, sí? —
estaba perplejo, pero seguía allí.

Miley se alegró cuando la condujo a un lugar menos concurrido en el ático.

—¿Por qué me lo propone? ¿Piensa acaso que soy un filántropo o un mecenas?

—Por supuesto que no, señor Jonas  —bromeó la chica—. Es obvio que usted hace lo que le gusta y Thea dice que...

—Ya veo — sonrió sin humor — Thea está intentando que gaste mi dinero denuevo, ¿verdad?

—Supongo que sí, aunque esta es la primera vez que sé que lo intenta. Parece que piensa que usted se siente culpable por tener todo el dinero de la familia...

—¡Cielos! — Miley se alegró al verlo de nuevo sorprendido —. Eso pasó hace cuarenta años y no fue así... No, Thea está equivocada. No me siento culpable de ello.

—No pensaba que se sintiera así — Miley se recogió la falda y se sentó en una silla—. Lo que ocurre es que la gente que no tiene dinero siempre piensa que la que sílo tiene debería sentirse culpable de ello.

—Nunca había pensado en eso — la miró durante un momento y después sesentó a su lado — ¿Habla por experiencia propia?



I will learn to love cap 1



Miley , esta noche tienes que estar mejor que nunca, ser imagen de belleza y encanto — declaró Joel emocionado —. Todo tiene que estar perfecto: tu cabello, el vestido... Debemos decidir qué te vas a poner.

se levantó de los almohadones delsuelo para dirigirse al dormitorio de Miley , la habitación que usaba para guardar trastos antes de que ella se fuera a vivir con él.

—¿Qué tiene de importante esta noche? — preguntó Miley .

—Todo - contestó de forma vaga revisando la ropa anticuada que le comprabaa la chica en las tiendas de Greenwich Village y Solio - ¿Cuál te vas a poner? - Examinó cada uno de los vestidos - ¿Algo llamativo o algo elegante? ¿Qué atraerámás a un acomodado hombre de negocios? ¿Qué podrá ser, mi Miley ?

«Mi Miley », repitió la chica.

Incluso después de un año, esas dos palabras todavía la conmovían y la llenaban de un indescriptible afecto.
Hasta que conoció a Joel, nadie se había preocupado por ella.
Sus padres la cuidaron hasta los seis o siete años de edad y luego la olvidaron para escaparse a recorrer mundo.

Miley tuvo que arreglárselas sola durante todos esos años; hasta que Joel la admitió en su vida, pensó, maravillada. Joel la había cuidado desde el principio y ofreció el calor y la fuerza de su personalidad.

En tan sólo una semana se hizo cargo de la vida de la chica, la instaló en su apartamento y empezó a tratar de que creyera en sí misma.

—Eres mucho más de lo que pareces a simple vista — declaró con voz solemne — Hay un gran potencial bajo tu apariencia de niña torpe. Puedes ser una mujer hermosa. Yo te puedo transformar. Querida Miley , ¿confiarás en mí?

Miley siempre había confiado en él colocando la vida en sus manos.
Bajo su afecto e interés llegó a florecer.
Joel había hecho mucho por ella y Miley desbordaba de gratitud.
Había decidido que intentaría hacer lo posible para pagar la enorme deuda que tenía con Joel.

—Sí, llevarás este vestido de boda - decía Joel mientras inspeccionaba el vestido - Lo guardaba para algo como esto, pero me pregunto si no será demasiado descarado - lo puso frente a la joven -  Es muy obvio — sonrió con malicia—, pero eso es lo que quiero esta noche. No vale la pena ser sutil con un hombre de negocios. Este vestido lo logrará.

—Vamos, Joel - sonrió Miley ante el extraño entusiasmo de Joel - ¿De qué adinerado hombre de negocios hablas?

—Del que va a venir esta noche - dejó el vestido en una silla y empezó a jugarcon su cabello - Algo simple, virginal... muy puro - murmuré al coger los rizoscastaños entre los dedos - Tal vez una cinta o las flores de seda...

—Joel... —insistió, en vano.

—Sí, hacia atrás con las flores de seda... - le soltó el cabello - ¿Qué pasa Miley ? - al fin la escuchó.

—Por favor explícame lo de ese adinerado hombre de negocios.

—Es el más rico. Es el hombre más rico al que podrías impresionar para mí, Miley querida. Es la respuesta a nuestras plegarias. Thea por fin ha conseguido que su primo venga esta noche.

—¿Quién? ¿Nicholas Jonas? —Preguntó Miley —. ¿Estás seguro de que es realo tan sólo es una fantasía de Thea?

—Thea imagina muchas cosas —concedió Joel—, pero su primo existe. Nick Jonas es riquísimo y en cierta manera es un coleccionista. Ya es hora de que nos proporcione el apoyo financiero que necesitamos para crear la nueva y emocionante galería de arte de Soho.

—¿Va a venir esta noche? — La contagió el optimismo de Joel —. ¿Estás seguro?

—Segurísimo. Le prometió a Thea que vendría. Verás, él heredó todo el dinero de la familia, lo cual fue una desgracia para Thea y para mí también, ya que si no hubiese sido así ella ya me habría podido dar el dinero que necesitábamos. Pero el viejo Nick a veces se siente culpable con Thea y de cuando en cuando hace algo por ella.

—¿Y el venir esta noche será lo mejor para Thea?

—No. Darme el dinero para mi galería será lo mejor para Thea - corrigió Joel con la excentricidad de un genio — Lo hará, si tú sigues al pie de la letra mis instrucciones. Para empezar, tiene que quedar encantado contigo... más que con ninguna otra mujer. Y tú lo puedes conseguir, Miley querida - la cogió de las manos -  Lo sé. Te he transformado en algo tan maravilloso que Nick no podrá resistirseante ti. Yo no puedo lograrlo — bromeó mientras la besaba en la mejilla.

Miley advirtió la presencia de Nicholas Jonas incluso antes de que éste hablara.
Se encontraba al otro extremo del ático.
Miley estaba calculando cuánto tiempo tardaría en cruzar la habitación llena de gente para acercarse a él cuando derepente desapareció de su vista.
Poco después ella advirtió que se encontraba justo detrás de ella.
Se mantuvo inmóvil durante un momento.

Tenía un sexto sentido para adivinar las intenciones de las personas con sólo echarles una mirada.
En ese momento se valía de aquel don para ayudar a Joel.

Ya sabía que no sería fácil atraer el interés de ese hombre.
Joel y Thea estaban convencidos de que Nicholas Jonas estaría de acuerdo en financiar la  galería de Joel, pero Miley sabía que sería difícil.




stay here with me cap 20



Joe estaba arreglando todas las cosas para la sorpresa de Demi , llamo a asu casa para decirle a la sra fingleton que alistara las cosas que le iba a mandar , cuando esta le dijo que demi no estaba que habia salido con una maleta y que le avisara a el que se iva a quedar en la casa de miley .

Joe colgo el telefono amargo , molesto como era posible que demi nisiquiera se tomara la molestia de avisarle ella misma ! de llamarlo o algo ...

El que estaba tan feliz por su ideas de reconquistarla de un momento a otro estaba amargo molesto.
Como era posible que esa mujer de un tiempo para aca lograga cambiarle el humor tan rapido .

Con solo mirarla sonreia se sentia feliz de tenerla con el asu lado y cada vez que la tocaba la acariciaba y la besaba se volvia a enamorar una y otra vez de ella ....

Pero cuando demi habria la boca lo hacia renegar , aveces reir ...

Cuando ella se sonrojaba o lo miraba con esos enormes ojos cafe lo exitaba de tal manera que la tomaria ahi mismo , pero cuando hacia cosas como dejarlo sin decirle nada se ponia furioso

Pero eso lo arregaria ahora mismo iria a la casa de miley ha hablar con demi y le dejaria bien en claro que no ponia irse sin decirle ni media palabra llevaba a su hijo en el vientre y desde ahora en adelante tendria que decirle todo lo que planeaba hacer a el mismo y en persona!

tomo las llaves de su auto y se encamino a pams springs'
hablaria muy seriamente con demi y ella no se podria negar .


Demi llego ala casa de miley y todo estaba muy calmado no se oia ni un solo ruido y eso viniendo de la casa de miley era inusual .
llamo ala puerta dos veces pero nadie salio lo intento una vez mas y salio miley

-demi llegaste te espera un poco mas tarde  - dijo miley sonriendo

- miles pense que no habia nadie - dijo mientras pasaba - llame a la puerta 3 veces pero no salia nadie y no se escucha nada de ruido tampoco

- si disculpa lo que pasa es que till salio a hacer las compras , cody se fue a la oficina viene por nosotras a las 8pm

- y dest & nicky  no los veo por ningun sitio - dijo como buscando

- nick se los llevo hoy

-que! y tu no hiciste nada?

- no es lo que piensas se los llevo por el fin de semana

- ah.. pense que te los habia quitado

-si yo tambien no te imaginas como me puse cuando vino y dijo que queria llevarcelos pero me cuando me dijo que solo era por el fin de semana

- ah bueno me preocupe , y no hablaron de nada mas?

- no nada mas - miley bajo la cabeza - pero es mejor asi no? - sonrio triste

- miley ....  por que no conversas bien con el ...

- no demi ya no hay solucion - tenia una mirada trite

- pero miley  cuenta lo que te pasaba dile del desorden ...

- No demi no puedo y no quiero .

- por que no quieres?

- por que el ya no me ama .

- como puedes saber tu no as..

- demi hace meses que tiene una amante desde antes de mi enferdad estaba con ella y ahora no deja de restregarme la en la cara todo el tiempo  - la imterunpio miley

- Miley..

- quisas no fui la mejor esposa

- estabas enferma - la interrunpio demi

-si bien estaba enferma pero aun asi el me engaño y nose si pueda soportar viviendo con eso

- todavia lo amas verdad?

miley bajo la cabezo como podia negarlo ante demi ella la conocia como nadie

- si pero ya no hay vuelta atras ... el quiere el divorcio y tal vez yo tambien , apenas me lo pida yo se lo voy a dar .

demi miro con tristeza a miley pero ella levanto la cara , sonrio tristemente demi la abrazo y miley añadio :

- ademas ya me decidi , quiero volver ha hacer la de antes sonreir , estar con mis hijos , divertirme , cody tiene razon cambie mucho  y es hora  de cambiar eso . Voy a tratar de olvidar a nick y voler hacer mi vida con mis hijos y tratar de ser feliz otra vez

- te apoyare en todo lo que necesites amiga , sabes que puedes contar conmigo .

- si lose gracias bueno vamos a arreglarnos no? desde hoy empieza mi cambio .

demi miro a su amiga y se dio cuenta de que ella no era la mejor consejera , despues de todo ella le dijo lo mismo a miley cuando esta le djo lo mismo hace 3 años atras ...

demi estaba pensando cuando unos fuertes golpes la sacaron de sus pensamientos





MITCHIE♥! amigaaa este cap va dedicadisisismo a ti ! :D
que te lo prometi y espero que te guste mas tarde si puedo publico mas (:
y agarrate por que ya vienen los celos wuajjjajaa'
a sari lorita gracias por comentar, a mari♥ y a todas la que comentan gracias 
niñas las quiero mil besos comente mucho C:

Seduccion Peligrosa cap 32 final


A la mañana siguiente, cuando salió de su coche ya en Ladymead, la sorprendió que lo primero que vio fue a Nick saliendo de la casa y dirigiéndose directamente hacia ella.

-¿Dónde has estado? - le preguntó él explosivamente - Llevo despierto toda la noche, preocupándome por ti. ¡Iba a llamar otra vez a la policía!

Miley se quedó extrañada por su cambio de actitud y no pudo decir nada.
Nick la abrazó tan fuertemente que casi la levantó del suelo.

-No me importa donde hayas estado. Has vuelto a casa.

-Nick...

-Por favor, no me vuelvas a hacer esto - dijo él soltándola y tomándola luego de las manos - He pasado las peores cuarenta y ocho horas de mi vida. Ya sé que me lo he buscado, pero grítame la próxima vez, no desaparezcas. Ni quiero que haya una próxima vez. ¡Nunca más volveré a
arriesgarme a perderte!

Nick había vuelto a casa.
Y estaba prácticamente de rodillas y lleno de gratitud porque ella hubiera vuelto.
La cabeza le daba vueltas.
Evidentemente, él no había hablado con Frankie.
O eso o Frankie había decidido dejarlo estar.

-¿Ya no estamos a punto de divorciarnos? -le preguntó sólo para ver.

- No yo he... Estaba enfermo de celos y amargura, cara. Quería devolverte el golpe, aunque eso me destruyera a mí también.

-Eres como de hielo.

-No quería que vieras el daño que me habías hecho.

-¿Cuándo has vuelto?

-Ayer... tan pronto como pude. Pensé que estarías aquí. Luego llamé a todos los sitios que se me ocurrieron y me entró el pánico. Tenía miedo de que hubieras sufrido un accidente. Llamé a la policía...

-Fui a conocer a Elisa.

Nick la miró entonces fijamente.

-¿Qué?

-Pasé la noche allí. Me cayó bien.

-¿Pasaste la noche allí?

-Cuando oí ese nombre pensé que había descubierto una amante secreta y decidí ir a enfrentarme con ella.

-Dío... - exclamó Nick poniéndose pálido - Así que es allí donde has estado todo este tiempo.

-Pero pronto me di cuenta de que no tenía nada de que preocuparme. No sé de dónde ha sacado alguien la idea de que ella y yo nos parecemos.

-Fue Paul el que empezó con esa tontería el día de la boda! Elisa tuvo en su momento el cabello oscuro y largo, pero esa es la única similitud entre vosotras. Paul ve muy mal, pero es demasiado vanidoso como para llevar gafas. Dudo incluso que se acuerde bien de Elisa.

-Pero Claudia me dijo que yo era como la doble de Elisa.

Nick soltó una palabrota en italiano y Miley sonrió dulcemente.

-Y no recuerdo que tú lo negaras cuando lo mencioné. ¿Crees que podrías explicarme eso, Nick?

-Pensé que unos pocos celos mo te vendrian mañ o te harían pensar de otra manera.

-En ti. Y no en Liam - supuso Miley - Pero en ese momento ya no estaba pensando en él.

-Cada vez que veía ensombrecerse tu rostro, cada vez que te quedabas callada, daba por hecho que estabas pensando en él. No podía dejar de hacerlo incluso cuando me daba cuenta de que estaba siendo poco razonable. Después de todo, me había casado contigo sabiendo que amabas a otro hombre. Pensé que podía ser paciente, pero lo encontré más difícil de lo que me había imaginado. - confeso el

-Deberías haberme dicho que seguías en contacto con Elisa.

-Mi familia tiene la mala costumbre de comportarse como si Elisa fuera el gran y trágico amor que destruyó mi vida y me rompió el corazón, algo de lo que, según ellos, nunca me he recuperado. La verdad era que no me importaba mucho que tú pensaras un poco en esa relación, pero ciertamente, no quería que tuvieras esas mismas ideas fijas. Cuando ella se marchó me hizo daño, pero, con el tiempo, he visto que hizo muy bien. Por los dos. Cuando me la volví a encontrar, dos años más tarde, nos pudimos reír y vimos lo mala pareja que éramos una vez que el romance había terminado.

-Así que seguisteis como amigos, ¿no?

-No. Seguimos nuestras vidas por separado hasta hace tres años, cuando ella me llamó para pedirme consejo financiero. John acababa de arruinarse y estaban en un buen lío. Me alegró poder ayudarlos.

-Fue muy amable por tu parte.

Nick se encogió de hombros.

-Son una gran pareja. Pero unos inútiles en los negocios.

-Anoche, ¿de verdad que estabas tan preocupado por mí?

-Tremendamente.

-¿Cuándo decidiste volver a casa?

-Cinco minutos después de que el helicóptero despegara -dijo él tomándola de nuevo de las manos-. Ya sé que me porté mal, pero me estaba haciendo tanto daño a mí mismo como a ti. Dío, cara, llevo tanto tiempo amándote.

-¿Cuánto?

-Desde el primer mes que empezaste a trabajar para mí.

Sorprendida, Miley lo miró.

-Pero me dijiste que no creías en el amor.

-Miley, te habría dicho que el cielo es rosa si con eso te hubiera impresionado. Habría dicho o hecho cualquier cosa con tal de convencerte de que era una buena idea que te casaras conmigo. Si te hubiera contado lo que realmente sentía, te habría asustado. Eres tan considerada con los sentimientos de los demás que podrías haber decidido que no era justo que te casaras conmigo.

-Así que me ofreciste un matrimonio de conveniencia.

-Algo nada amenazante.

-Y no te quejaste de nada hasta que no tuve este anillo en el dedo.

-Pensé que tenía que ser paciente.

-No eres precisamente un hombre paciente.
-Cuando supe que Liam y tu prima habían roto y me imaginé dónde podías estar tú... Y me mentiste. Eso fue toda una mala experiencia. Me sentí fatal.

-Nick, yo...

-Pero aun así, volví. No me creí tu versión de los hechos, pero tu tía llamó esta mañana y me pidió que te dijera que te agradecía el pequeño favor que le habías hecho y que Liam y selena se habían vuelto a hablar. Ella no tenía ni idea de que yo no sabía a lo que se estaba refiriendo. Miley... debería haber confiado en ti.

-Cuando la gente miente, la confianza puede ser muy difícil -dijo ella suavemente.

-Si no me hubieras mentido, no habrías hecho ningún pequeño favor. No te lo habría permitido.

-Habrías sentido lástima por Liam. Selena le engañó cuando le dijo que estaba embarazada.

Nick oyó eso con una completa falta de interés y sin dejar de mirarla a ella.

-¿Estabas hablando en serio cuando me dijiste que me amabas?

-Miley le puso las manos en los hombros y lo miró extasiada.

-¿Tú qué crees?

-Creo que quiero que me lo digas, por lo menos, una vez cada cinco minutos.

-Te amo.

Entonces, Nick le abarcó el rostro con manos temblorosas.

-No sé cómo no te diste cuenta de que estoy locamente enamorado de ti, ansioso de llamar tu atención de que solo tuvieras ojos para mí...
Su hambrienta boca se apoyó en la de ella y el doloroso vacío de su interior se esfumó para siempre. Luego la tomó en brazos y así subieron las escaleras hasta el dormitorio.

-¿Realmente vas a estar tan loca como para querer un hijo mío? -le preguntó él mientras le recorría el rostro a besos.

-¿Tenemos que llegar a hacer esto mucho para conseguir ese objetivo?

-¿Necesitamos una excusa?

Decidieron entonces que no la necesitaban para nada y se concentraron en la dificultad de desnudarse a toda prisa, cuando ninguno de los dos tenía la menor gana de seguir mucho tiempo de pie.
Un buen rato después, estaban tumbados en la cama con los cuerpos entrelazados.
Entonces, de repente, un pensamiento se le ocurrió a Miley.

-Nick, ¿crees que podrías conseguirle un trabajo mejor a Liam?
Cuando los rasgos de él se pusieron tensos, Miley le pasó un dedo por la boca.

-No me ha parecido mal que tú hayas ayudado a Elisa y a su familia, ¿verdad?

-No, pero...

-El matrimonio de Liam y Selena tendría muchas más posibilidades de salir adelante si él ganara un poco más de dinero.

La tensión desapareció de los rasgos de Nick y Miley sonrió satisfecha.

-Estoy aprendiendo a pensar como tú, mi amor... será mejor que te andes con cuidado.

-Todo eso de los celos ya está olvidado -dijo Nick, poniéndose a la defensiva.

-Porque ahora ya sabes que no tienes que estar celoso. Empecé a enamorarme de ti desde el primer día. ¿Cómo podía haber sido de otra manera? Eres atractivo, sexy y suspicaz sólo cuando es en mi bien. Y, de paso, a Liam no le gustaría nada trabajar en Alaska.

-En Dubai hay un buen mercado turístico. Así tendrían un descanso de la familia, una buena vida social, sol y una doncella y cocinera -dijo Nick sonriendo con ganas-. ¿Tú qué crees?

-Creo que vas a tenerme que aguantar bastante tiempo.

-Y yo creo que eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida, bella mía.

Y, con la ayuda de un beso apasionado, Nick se aseguró de que los problemas de los demás fueran lo último en lo que a ella se le ocurriera pensar en esos momentos.
En vez de eso, Miley se rindió completamente a las sensaciones.



FIN

llego asu fin  espero que les haya gustado tanto como ami :)
y se  lo dedico a mari♥ corazon  gracias por tu comentarios 
y ami queridisiisisima amiga mitchie♥ mas tarde subo lo que te prometi 
la quiero♥ y gracias , gracias a todas por sus comentarios :D