martes, 7 de agosto de 2012

La prometida del desierto cap 1




El lujo y opulencia del aeropuerto de Al Kabihi sorprendieron a miley .

El brillante suelo de mármol, lasinmensas arañas de cristal y la preponderancia deornamentos dorados le hicieron parpadear de asombro.

— Impresionante, ¿verdad? — señaló Ed Lancaster en lalenta cola de aduanas —. Y, sin embargo, hace cinco añosno era más que cemento.

-El rey Azmir sacaba el petróleo,pero guardaba los beneficios.
Su tacañería causó mucho  resentimiento, no sólo entre los trabajadores locales sino entre los extranjeros también.
Las condiciones eran  infrahumanas.

El hombre de negocios americano había hecho transbordo y había tomado su vuelo en Dubai.
Desde entonces no había dejado de hablar ni treinta segundos.

Pero miley había agradecido la distracción de la sombría realidad de que si su jefe de departamento no hubiera insistido en que centrara su investigación en aquella parte del Medio Oriente, ninguna fuerza humana la hubiera convencido de poner los pies en el país de Datar.

Con extrema severidad antes de dirigirse a sus dos hombres en árabe.

 —¿Fraude? — La policía del aeropuerto la custodiará hasta su salida.

La policía del aeropuerto ya la estaba mirando con una descarada especulación sexual. Incluso en medio delincreíble problema de estar expuesta a la deportación

inmediata, aquellas insolentes miradas le hicieron a miley apretar los dientes de rabia.

A veces pensaba que sus atributos físicos eran una broma macabra para la especie masculina.

— ¡Está usted cometiendo un grave error! ¡Exijo hablarcon su superior! —exclamó miley poniéndose rígida —. Mi visado fue legitimado por la embajada de Datar en Londres.

Se detuvo cuando se dio cuenta de que nadie la estaba escuchando y que los dos policías ya la estaban cercando conun aspecto alarmante.

miley tuvo una sensación desconocida.
 Era miedo,puro y desnudo.
El pánico la asaltó.

 Inspiró y utilizó la única táctica defensiva que le quedaba.

 — Me gustaría que supiera que soy amiga personal del príncipe Nick.

El oficial, que ya se estaba dando la vuelta, se quedo paralizado.

— Nos conocimos cuando él estaba estudiando en Londres.

Le ardieron las mejillas de vergüenza por tener queutilizar una influencia, pero alzó la barbilla y al hacerlo, los focos se reflejaron con fiereza en el largo torrente de pelorizado, jugando con los vibrantes mechones que iban desdeel cobrizo al dorado en una cascada de gloriosos colores.


El oficial casi soltó un gemido y se quedó con la boca abierta al fijarse en aquel pelo.

Dio un paso atrás y con la cara repentinamente pálida, habló en un árabe gutural con
los dos hombres.



2 comentarios:

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥