La prometida del desierto cap18

El la apretó contra la pared y entrelazó con fuerza las manos con las de ella para besarla sin aliento hasta que sus sentidos se ahogaron ante el placer.

—Cuento las horas hasta que te tenga en mi cama... — confesó Nick  con voz ronca antes de alejarse.

Mareada y aturdida se quedó sola.
Cuando abrió los ojos, él ya se había ido. Miley se deslizó a lo largo de la pared como una marioneta y empezó a temblar devastada por lo que le hacía sentir emocional y físicamente.

¿Qué diablos iba a hacer si Selena no la ayudaba?
¿Cuánto tardaría en arreglarlo?

Pero Selena volvió a aparecer a la media hora de haberse ido Nick .
De nuevo la puerta se abrió sin una llamada previa.
Una figura velada permaneció en el umbral.

Selena estaba ataviada con los voluminosos pliegues del chador, que cubría la silueta femenina de lacabeza a los pies.
Desde luego era un disfraz eficaz.

 —Date prisa. El coche nos está esperando.

—¿Ahora?

—¿Es que has cambiado de idea?

—¡Por supuesto que no!

Con el corazón desbocado, se puso el chador que era como una tienda de campana.

—Tápate las manos en los bolsillos — le aleccionó Selena —. Mantén la cabeza baja y no hables.

No había rastro de Zulema en el pasillo de fuera., A Miley le costó una enormidad caminar con toda aquella tela encima.

«Cuando vuelva a casa me reiré de todo esto», seprometió a sí misma.

Pero sabía que no lo haría...
De hecho,en lo único que podía pensar era en que no volvería a ver a Nick nunca, y eso la ponía furiosa y amargamente enfadada consigo misma.

Selena condujo a Miley por un polvoriento patio trasero bordeado por una fila de garajes.
Un Range Rover estaba parado con el motor en marcha.
Miley se metió en la parte trasera como un marinero borracho.

El coche arrancó y Miley mantuvo la cabeza gacha.
En media hora llegarían al aeropuerto, pensó mientras apretaba su bolso bajo el chador.
Tenía su pasaporte pero no billete devuelta Tomaría un pasaje para cualquier sitio con tal que saliera de Datar.


El coche se bamboleó y el motor rugió.
Iban aconsiderable velocidad.

Miley salió de su ensoñación cuando se dio cuenta de que el conductor estaba tardando mucho más de lo debido.
Se inclinó para mirar por la ventanilla y comprobó que estaban cruzando una llanura salada sin ninguna señal de carretera ni nada de tráfico.

Abrió los labios.
¿Dónde ... ?

Un gemido de dolor se le escapó cuando unas uñas afiladas como cuchillos la arañaron la mano descubierta.

Sus ojos tropezaron con los de color castaño de Selena y tragó saliva.
Se metió la mano en el bolsillo pero sintió la sangre del asalto de Selena.
Pasaron diez minutos más. Miley no sabía qué hacer.