sábado, 18 de octubre de 2014

Un rencuentro volatil cap 35 Epilogo

Dieciocho meses después, Demi salió al porche con una bandeja de limonada y galletas para los niños.
Joe observaba a Lili conduciendo su cochecito de juguete por el jardín mientras su hijo, Timon, gateaba tras ella con la famosa determinación de los Volakis.
–Tenemos que comprar otro cochecito – sugirió Joe mientras los dos niños volvían alporche en busca de galletas – antes de que empiecen a pelearse por él.
Con casi dos años, Lili era una niña delgadita, de sedosos rizos oscuros y enormes ojos castaños.
Demi la había adoptado oficialmente meses antes, en uno de los momentos más felices de su vida.
La pareja dividía su tiempo entre Londres y la casa del sur de Francia.
Y afortunadamente, gracias al sol y al yodo del mar, el eccema de Lili se había curado del todo.
Con una galleta en la mano, la niña apoyó la carita en la rodilla de Demi .
Estaba muy apegada a su madre adoptiva, como Demi a ella.
Poco antes de que Timon naciera, Demi había leído la carta que Oleia había dejado para Joe antes de morir y lloró de pena sabiendo que algún día, cuando Lili tuviese edad paraentender lo que había pasado, tendría que dársela.
Los dos niños eran muy diferentes.
Lili era nerviosa y desconfiaba de los extraños aunque mucho menos que cuando era más pequeña. Timon, sin embargo, era todo lo contrario, un niño seguro de sí mismo que no tenía miedo de nada y tan independiente como su padre.
A veces, Demi sentía que necesitaría cuatro pares de ojos para vigilarlo porque siempre andaba gateando de un sitio a otro, y agradecía enormemente el apoyo de la niñera, sin la que sería imposible vivir tranquila.
Los padres de su marido estaban locos por él, pero Demi sabía que la madre de Joe seguía queriendo una nieta.
Tal vez en un año o dos podría considerar la idea de intentarlo de nuevo…
Mientras tanto, sus dos hijos eran más que suficiente para llenar su vida.
El embarazo había sido un momento de inquietud para Joe y para ella porque, a pesar de contar con todo lo necesario para evitar problemas, los dos estaban secretamente preocupados por el momento del parto.
Joe la había tratado como si fuera de porcelana durante esos nueve meses y la felicidad con la que recibieron la llegada de Timon era un testimonio claro del amor que compartían.
Crystal seguía trabajando en la boutique, un trabajo para el que parecía haber nacido, y unos grandes almacenes estaban interesados en contratarla.
Su madre adoraba el mundo de la moda y viajar a las pasarelas internaciones… por no hablar de los descuentos que conseguía en las mejores marcas.
Estaba a punto de comprar su propio apartamento y un día anunció que, por el momento, había perdido el interés por los hombres.
Demi creía que, sencillamente estaba disfrutando de su nueva independencia y estaba encantada al verla tan feliz.
Binkie, que se había retirado, los visitaba a menudo porque, además, su nieta era la niñera de Timon y Lili.
Pero el mayor cambio en la vida de Joe y Demi era el contacto con Anatole Karydas, su mujer, Ariadne, y su hija Cosima.
Cuando acudieron al cumpleaños de Anatole el año anterior, en Atenas, Demi conoció aparientes a los que no había visto en su vida.
La mujer de su padre los había recibido con losbrazos abiertos y Demi estaba encantada de su nueva relación con Cosima, que por fin la trataba como si fuera una hermana.
Su empresa de decoración funcionaba a las mil maravillas y Robert Miller había consentido por fin que Joe comprase su parte del negocio.
Robert estaba saliendo últimamente con una modelo estadounidense y, si había que creer los rumores que publicaban las revistas, era una relación seria.
Cuando la niñera se llevó a los niños al interior de la casa para bañarlos, Joe tomó a Demi de la mano y la sentó sobre sus rodillas, acariciando sus rizos.
–¿Te han dicho alguna vez que tienes un pelo muy sexy?
–Puede que sí. Tal vez por eso ya no me lo aliso – respondió ella, con los ojos brillantes – Qué gusto más raro tienes…
Riendo, él la besó con innegable ansia, deslizando una mano por el interior de sus muslos.
Joe … – lo reprendió.
–Te quiero, señora Volakis, y creo que te quiero más cada día. No sabía que tener una familia pudiera ser tan maravilloso.
Demi lo miró, burlona.
–Entonces, es que tardas mucho en aprender.
Con un brillo de amor en sus ojos dorados, Joe se levantó para tomarla por la cintura con manos posesivas y la besó hasta tenerla rendida.
Se abrazaban como si fueran imanes, el placer que encontraban el uno en el otro embriagador…




1 comentario:

  1. INFINITAAAS GRACIAS!!! <3
    Me encanto :3 sigue las demas :3

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si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥