ALA
MAÑANA siguiente, Demi vio en la intimidad del baño, las marcas que Joseph
dejó en su cuerpo y sintió rencor, más por las huellas mentales que físicas.
¿Cómo pudo hacerle eso? Sobre los hombros tenía varias manchitas rojas como
ligeras quemaduras, pero eran las magulladuras las que llamaban la atención. Se
le veían en los brazos, hombros y pechos y supo que tendría que ponerse algo
que la tapara para ocultárselos a Maggie. Sería *****zoso que alguien se
enterara de lo que Joseph le hizo. Se sentía víctima de una violación y ¿no fue
eso lo que le hizo aunque era su marido?
Lo que
más le dolía era que la utilizó. Si lo hubiera impulsado una profunda pasión
amorosa lo hubiera perdonado, pero lo que causó su cruel comportamiento fue la
ira y se sintió humillada.
Ella
era suya y el pensar que se había entregada a otro hombre no lo podía perdonar.
La poseyó para grabarla con su propia marca, como si fuera una res.
Cuanto
antes arreglara el divorcio, mejor.
Jake
la miró de arriba abajo con severidad cuando la recogió para llevarla a la
audición.
—No
puedes usar eso —dijo sin más ni más.
—¿Por
qué no?
—Paddy
querrá ver algo de ti —dijo con insolencia.
Demi se sonrojó. El suéter de cuello alto y los jeans que
usaba le parecían muy apropiados y ocultaban lo que quería ocultar.
— Soy
actriz, no cabaretera.
—No
pongas cara agria, querida —dijo Jake moviendo la cabeza.
Jake
miró el reloj.
—Y
bien, tendrá que servir. Ya es tarde y Paddy no va a esperar.
En el
coche ella se disculpó y él le agarró una mano y se la acarició.
—De
acuerdo, cariño, olvídalo. Paddy puede pedirte que te desnudes en cualquier
otro momento —y su burlona sonrisa le aseguró que ése sólo era un chiste, pero ella
se preguntó si en realidad lo era.
Estaba
nerviosa, hacía ya mucho tiempo que no actuaba y sabía bien que sólo obtuvo el
papel por la intervención de Jake. Sabía cómo funcionaban las cosas. La verían
para tenerlo contento y luego, se lo darían a otra persona con más talento y
experiencia.
Pero
cuando le presentaron al director, se la quedó mirando con los ojos
entreabiertos y la hizo caminar alrededor del estudio mientras los otros
hombres que estaban con él la observaban. Tenía que mantener alta la cabeza y
sin embargo, evitar los cables que se arrastraban por todas partes y era
difícil. Se sentía tensa y poco natural.
—¿Qué
os parece? —gritó el director, aparentemente sin dirigirse a nadie. Demi oyó el zumbido pero no veía a nadie, hasta que
levantó la vista y descubrió gente en una ventana que daba a las oficinas.
Luego, indefensa, buscó con los ojos a Jake, que la miraba acompañado de una de
las chicas de piernas largas y rostro afilado que pululaban por allí. Él le
guiñó un ojo.
Los
hombres hablaban de Demi como si no estuviera presente y no le pidieron que
hiciera nada de lo que ella consideraba que era actuar. Sólo estaban
interesados en saber si su rostro era expresivo y si resultaría agradable en la
pantalla.
—Está
bien -dijo Paddy, como si hubiera tomado una decisión, aunque ella no se enteró
de lo que hablaron-. Oigámosla entonces.
Ella
miró a Jake. Él la cogió del brazo.
—¿Tienes
listo el guión?
¿Qué debo hacer?
El
miró a Paddy, quien desenredó un guión que sacó de un enorme bolso y se lo arrojó
a Jake.
—Dios
—dijo Jake mirándolo y luego sonrió—. Si está haciendo cosas culturales —Demi leyó por encima del hombro y suspiró.
— Lo
haré con ella — dijo Jake a Paddy.
Paddy
arqueó una ceja.
—Si
quieres...
Demi vio que los hombres intercambiaban miradas. La creían
la última conquista de Jake, pensaban que la promovió porque quería
complacerla. No esperaban nada de la prueba.
Pensó
en Joseph, que la había utilizado tan cruelmente, en Jake y Maggie tan seguros
de saber mejor que nadie lo que ella debía hacer con su vida y sintió que no
podía controlar la furia.
Repasaron
las hojas que Jake eligió para actuar con ella y lo dejó dirigirla, que la
impusiera su interpretación, pero cuando hicieron la escena frente a la cámara,
dejó escapar las palabras de forma cortante, con voz aguda y clara y rostro
tenso.
Jake
la miró sorprendido. Así no era como tenía que actuar, pero se encogió de
hombros.
Paddy
observaba con la cabeza ladeada, tenía metido en la boca un puro apagado y se
frotó la palma de la mano.
Cuando
terminaron se les acercó y volvió la cabeza de Demi con una mano, como si fuera una muñeca
de plástico.
—Hmmm
—dijo pensativamente—. Pasen los dos a mi oficina.
En su
diminuta oficina se sentó en la silla giratoria y puso los pies sobre el
escritorio.
—Háblame
de tu carrera, Demi .
Jake
comenzó a hablar y Paddy chasqueó los dedos.
—Le
dije a la chica.
Brevemente,
Demi le
contó los pocos detalles que podía ofrecer.
—¿Luego
te casaste?
—Sí.
—¿El
matrimonio fue un fracaso?
La
brutalidad de la pregunta le hirió como una puñalada.
—Sí
—dijo casi sin mover los labios.
—Es
duro —pero no le interesaba, lo único que a él le importaba era la actuación-.
No es un papel grande -señaló-. Entras, sales, unas cuantas líneas... muchos cambios
de vestuario.
Ella
asintió.
—Y
bien —le dijo poniéndose de pie-. Te avisaremos.
Jake
silbaba cuando iban de regreso al apartamento.
—Salió
mejor de lo que esperaba.
—Me alegro
de que estés satisfecho.
Se la
quedó mirando.
—¿Qué
te pasa a ti? Todo el día has estado enfurruñada.
—Nada
- dijo mintiendo.
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