domingo, 6 de enero de 2013

Un rencuentro volatil cap 5




Se había casado con un hombre manipulador y lo sabía; de hecho una vez había admirado esa astucia que en general lo mantenía un paso por delante de sus competidores.

Joe era increíblemente inteligente y de alguna forma estaba haciéndole sentir cosas que no debería sentir.
A medida que él avanzaba ella daba un paso atrás… hasta que chocó con la puerta.

–Me vuelves loco yineka mou –murmuró Joe

Inclinando su oscura cabeza para rozarle la cara con la mandíbula como un gato en busca de atención.

El familiar aroma a sándalo y jazmín de su colonia masculina invadió lossentidos de Demi  el roce de su barba haciendo que despertase a la vida.

De repente se sentía como al borde de un precipicio en peligro de caer.
No quería estar allí pero cuando Joe buscó su boca sujetándola por los hombros supo que no podía apartarse…

Ese beso fue como morir y renacer en un segundo.

Demi llena de dudas y dehostilidad hasta ese momento de repente quería dejarse seducir por Joe .
Su corazón palpitaba como loco sus terminaciones nerviosas agitadasmientras él abría sus labios e introducía la lengua en el tierno interior de su boca.

Era una pasión tan primaria que un grito de sorpresa escapó de su garganta.
Le daba vueltas la cabeza las piernas le temblaban violentamente y tuvo que agarrarse a él para no caer al suelo.
Sus alientos se mezclaban y era dulce tandulce… como un afrodisíaco.

Demi levantó las manos para enterrar los dedos en su pelo y sujetarlo mientras le devolvía el beso disfrutando del calor sensual de suboca.
Se aplastó contra él sin defensas deseando estar aún más cerca.

Joe le apretó las nalgas con su enorme mano urgiéndola a un contacto más íntimo y ellalo dejó hacer emocionada al notar el efecto que ejercía en él… que ni siquiera la ropa podía ocultar.

Demi deslizó una mano entre los dos para acariciarlo como habíahecho tantas veces y dejando escapar un gemido ronco Joe se acercó un poco más invitándola a tocarlo mientras se inclinaba para levantar su vestido y acariciarle los muslos hasta que la tuvo temblando.

El calor que sentía era más de lo que podía soportar y apretó los muslos como si así pudiera controlar la situación… para abrirlos de nuevo cuando él empezó a acariciarla entre las piernas.

Se estremeció cuando él encontró su punto más sensible su cuerpo anhelante después de tantos meses de abstinencia.

Joe acarició el diminuto capullo mientras ella dejaba escapar un gemido temblando como un caballo de carreras en el cajón de salida sin aliento sin pensar en nada poseída por el deseo.

Dejando escapar un gemido impaciente Joe rasgó las braguitas para acariciar los húmedos pliegues rosados y un gemido escapó de la garganta de Demi cuando él se puso de rodillas y empezó a usar la lengua para darle placer.

El sensual asalto hizo que le temblasen las piernas y tuvo que sujetarse a él para no caer al suelo. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando Joe se levantó y la tomó en brazos.

Algo cayó al suelo rompiéndose en pedazos y él la depositó sobre algo duro pero ninguna de esas dos cosas podía interferir con un incendio que ya no se podía controlar.

Joe tiró de ella hacia el borde de la mesa con manos impacientes y se deslizó en su húmedo interior largo e increíblemente duro, ensanchando su canal hasta el máximo.

Cuando se apartó y volvió a entrar Demi experimentó el delirio.
Élla sujetaba de las caderas mientras se perdía en ella profundamente y Demi el control perdido por completo gritó cuando llegó al clímax temblando la intensidadde las sensaciones amenazando con partirla en dos.

–Sigues siendo la mujer más sexy que he conocido nunca – murmuró Joe jadeando mientras la besaba en el cuello.

Tomándola en brazos la levantó de la mesa para llevarla al piso de arriba.
Demi era apenas consciente de que Joe iba pisando trozos rotos decerámica y pétalos de flores lo único que quedaba del arreglo floral que había visto cuando llegó a la casa.

Tan sorprendida estaba que apenas podía pensar.

–¿Qué estás haciendo? –fue lo único que pudo decir.

Joe no respondió.
Clavando en ella sus ojos dorados la miró a la cara y sencillamente la dejó sobre la que una vez había sido su cama de matrimonio.

Pero no quería hablar de nada.
Había intentado hablar con ella muchas veces y sus intentos le habían explotado en la cara.

Ahora decidido a guardar silencio,apartó el embozo de la cama tirando la colcha sobre el suelo de madera y empezóa besarla de nuevo con un ansia que no había disminuido en lo más mínimo.

Joe siempre había besado de maravilla y sus besos la dejaban sin aliento.
Nada ni nadie le había gustado nunca más que Joe Volakis.

Sin pensar  Demi alargó una mano para acariciarle la cabeza mientras él se desnudaba.
El loco deseo que mostraba la excitaba y le hacía sospechar que tal vez su marido había sido más fiel de lo que ella había esperado.

Estaba desesperada por tocarlo acariciando su satinada espalda y sus pectorales cubiertos de vello antes de deslizar la mano hacia abajo...

–No juegues conmigo yineka mou –le advirtió Joe con voz ronca los músculos de su estómago contrayéndose bajo sus dedos de una forma que la hizo sentir increíblemente deseada.

–Yo no… –Demi lo miró a los ojos y sintió que le daba un vuelco el corazón.

Cuando él la invitó a tocarlo con esa sexualidad que sólo el dolor la había obligadoa rechazar se negó a pensar en nada que no fuera el momento.

Sabía y aceptaba que iba a lamentar ese último encuentro pero no podíaenfrentarse con ello en ese instante.

¿Cómo iba a contrastar las conflictivas respuestas que Joe había despertado en ella desde el día que salió de su vida con la falta de control deaquella tarde?

Pero aunque no quería examinar lo que estaba haciendo saber que el hombre al que había dejado libre se metía en la cama con ella a la primera oportunidad le dio una gran satisfacción.

La animaba a pensar que tal vez no había habido otras mujeres en su vida después de su separación y eso hacía que lo que estaba pasando fuese aceptable para ella.

–Eres irresistible yineka mou –musitó Joe retorciendo un erecto pezónentre los dedos – No me canso de ti.

La deseaba de nuevo con más fuerza que la primera vez la palpitación en suentrepierna casi insoportable.

Murmurando su nombre se colocó encima para enterrarse en ella.
Y si salvaje había sido el encuentro en el piso de abajo el control y la intensidad predominaron en el segundo.

Mientras Joe se enterraba en ella una yotra vez la excitación de Demi llegaba a niveles que no había soñado y tuvo que esconder la cara en la almohada y morder la tela para contener un grito de placer.

Después estaba tan débil que no podía moverse y fue un alivio dejarse caeren sus brazos.
Por primera vez en mucho tiempo se sentía contenta y feliz y sin darse cuenta se quedó dormida.
Todo en su mundo estaba patas arriba pero ese caos no sabía por qué ya no le parecía aterrador.

Despertó al amanecer sobresaltada y desorientada.
Las cortinas estabanapartadas y la luz de la mañana iluminaba los muebles dándoles un tono melocotón.

Pero lo único que le importaba en ese momento era la realidad de que estabasola.
La almohada a su lado tenía la marca de la cabeza de Joe pero él había desaparecido y la sábana estaba fría cuando pasó la mano.

Demi saltó de la cama… y pagó el precio por tan impulsivo movimientohaciendo una mueca cuando un escozor entre las piernas le recordó con toda claridad cómo había pasado la noche.

Mientras ocultaba su desnudez con la colcha que había estado tirada en el suelo miró por la ventana y vio sin la menor sorpresa que el helicóptero habíadesaparecido.

En realidad le había parecido oír las hélices poco antes de despertar.
Joe había dormido con ella y luego se había ido y Demi se sintió desolada.

Por no decir la mujer más tonta de la Tierra.


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