sábado, 26 de enero de 2013

Un rencuentro volatil cap 14


En la terraza tomaron yogur fruta fresca y cruasanes rellenos de chocolate.
Cuando terminaron de desayunar Joe por fin había recuperado el buen humor y salieron de la casa para pasear por la playa.

Demi se quitó el pareo y empezó a jugar en la orilla como una niña…

–Nunca pudimos relajarnos así cuando estábamos casados. Entonces yo trabajaba demasiado – dijo Joe con expresión apenada – Sólo llevábamos juntos unas semanas cuando te quedaste embarazada de modo que no nos conocíamos bien…

–Sí es verdad – reconoció Demi – Entonces no lo veía así pero es cierto.

–Tuvimos que portarnos como adultos y yo no estaba preparado para esa responsabilidad – siguió diciendo él mirando el mar.

–No tuviste tiempo para acostumbrarte a la idea de ser padre.

Joe giró la cabeza para mirarla.

–En lo que se refiere al niño era algo más que eso.

–¿Algo más?

Joe hizo una mueca.

–Yo no tuve una infancia feliz. Nadie me trató mal pero sencillamente no fui un niño deseado o querido. No sé qué hice para que fuera así pero mi madre parecía sentir repulsión cada vez que la abrazaba y mi padre no tenía tiempo para mí… Sin embargo Titos recibía todo su cariño – le contó encogiéndose de hombros después de tan sorprendente revelación como si estuviera por debajo de él reconocer cuánto le dolía.

Demi tuvo que hacer un esfuerzo para disimular su compasión porque sabía que a Joe le resultaba muy difícil hablar de cosas tan personales.

–No lo sabía – murmuró.

–Entonces decidí que nunca tendría hijos – siguió diciendo él – No quería hacerle a un niño el daño que me habían hecho a mí y temía ser tan frío como mis padres.

Demi se quedó helada porque jamás se le había ocurrido que tuviera dudas sobre su capacidad para ser un buen padre.
Había atribuido sus reticencias a algo más superficial y egoísta.

–Yo creo que si tuvieras oportunidad serías un buen padre. Tú no eres como ellos – le dijo – Soy la primera en admitir que apenas los conozco pero por lo que he visto me parecen unas personas frías y sin sentimientos.

Joe tuvo que sonreír.

–Eres muy amable – murmuró burlón antes de besarla con un fervor que hizo que se le doblasen las rodillas.

Demi puso las manos sobre sus hombros para no perder el equilibrio y lo miró con el corazón en la garganta.
Era una reconciliación falsa se recordó.
No quería volver con Joe y no quería amarlo.

Pero él no lo sabía y eso la hizo sentir culpable porque ella no era una persona deshonesta.
Sin embargo cuando volvió a besarla su mundo se puso patas arriba.

Sentía un calor insoportable en la pelvis sus pezones endureciéndose bajo el biquini.
Estaba preguntándose si tenía que amarlo para acostarse con él pero Joe la sacó de ese conflicto sugiriendo que se bañasen un rato.

No parecía querer seguir con lo que habían dejado a medias y Demi no se atrevió aprotestar.

Dos días después llegó el segundo ramo de rosas.

< Te echo de menos. Robert > decía la tarjeta.

–¡Esto es ridículo! – exclamó Joe rompiéndola en pedazos – ¿Qué pretende ese hombre?

–Nuestra reconciliación tomó a Robert por sorpresa – intentó explicar Demi – Y está siendo deliberadamente provocador… lo cual es muy raro en él. Pero debe de ser culpa mía que se sienta abandonado.

–¿Qué significa Miller para ti? –le espetó Joe .

– Somos amigos y le tengo mucho cariño pero no quiero hablar de él. Ahora que estoy contigo otra vez todo ha cambiado.

Aunque molesto por su reticencia Joe decidió dejar el tema.
Pasaron la tarde buceando y el día terminó con una cena en un restaurante del puerto.

Cuando volvieron a lavilla Abu les sirvió un té de menta con pastelitos que se derretían en la boca.
Joe le entregó entonces una cajita de piel.

–Lo compré en Londres y me gustaría que te lo pusieras.

Dentro de la caja había un anillo y Demi lo miró sorprendida.

–¿Es demasiado pronto?

Abruptamente Joe se levantó para dirigirse a la barandilla de la terraza mirándola con impaciencia

–Estoy intentando respetar las reglas que tú has impuesto pero no es fácil para mí. No quiero ser tu nuevo amigo moli mou.

Desconcertada y confusa por el deseo de echarse en sus brazos Demi miró el anillo de nuevo.
Le parecía algo tan tradicional para un hombre que rara vez era predecible…

–Quiero ser tu amante ...tu marido.... el padre de tu segundo hijo – siguió Joe con voz ronca.

Esa declaración envió un escalofrío de anhelo por su espina dorsal.
Como amante era fabuloso y resistirse a su poderoso carisma era cada día más difícil porque ya no era la joven inocente que había sido cuando lo conoció.

Pero debía hacerlo.
Aún era demasiado pronto.

Esa noche sola en la enorme cama Demi se cuestionó si estaba fingiendo con Joe .
Desde luego no estaba fingiendo que se sentía feliz.

Joe era muy buena compañía y le había contado cosas de su infancia algo que no había hecho cuando estaban casados.

Esa demostración de confianza y su evidente intención de hacer las cosas de otra manera significaban mucho para ella porque Joe era un hombre muy independiente nada sentimental y nada dado a examinar sus actos.

De nuevo Joe era en lo primero que pensaba por la mañana al despertar y en lo último que pensaba cuando se iba a dormir.

Pero aunque él no lo sabía dormir sola había sido una manera de declarar su independencia.
Algo le decía que no sería sensato usar el sexo como recompensa cuando era algo que Joe podía tener cuando quisiera.

Ignorar eso sería una estupidez por su parte.

«El padre de tu segundo hijo».

Que hubiera dicho eso le emocionaba hasta tal punto que sus ojos se llenaron de lágrimas.
No podía negar que le gustaría tener otro hijo.

Había un espacio vacío dentro de ella que sólo podía ser llenado por un niño tuvo que reconocer.
Tal vez ésa era la curación que necesitaba…

Antes de que pudiese cambiar de opinión Demi saltó de la cama y cruzó el pasillo hasta la habitación que ocupaba Joe .

Él estaba tumbado en la cama con un calzoncillo oscuro viendo un canal de noticias económicas.
Al oírla entrar giró la cabeza sorprendido.

Pero Joe era como siempre un hombre astuto y flexionando sus poderosos músculos se sentó en la cama y alargó una mano en muda invitación.

Con el corazón latiendo a mil por hora Demi aceptó esa mano.

–No hay marcha atrás yineka mou.

Era tan típico de Joe mostrarse agresivo y aprovechar un momento de debilidad poniendo condiciones que Demi casi estuvo a punto de soltar una carcajada.

–Muy bien – asintió.

–Y mañana te pondrás mi anillo y no volverás a quitártelo.

Demi miró sus ojos dorados el corazón palpitando dentro de su pecho.
No podía creer que tuviese tanta cara… estaba ofreciéndole sexo sólo si se comprometía a un matrimonio a largo plazo.

Si algo demostraba cuánto había cambiado y madurado Joe era esa proposición.
Pero había vuelto a vivir con él a cambio de que su padre pagase la deuda de Crystal y no había pensado bien lo que estaba haciendo.

Era el momento de tomar una decisión y Demi se dio cuenta en ese instante de que nohabía la menor duda.

Sólo había un hombre en el mundo para ella sólo un hombre le hací asentir lo que Joe le hacía sentir y no podía decirle adiós le costase lo que le costase esa decisión.

Seguía amándolo a pesar de todo.
Seguía amándolo más de lo que había creído que podría amar a una persona.

Joe se inclinó hacia delante para buscar sus labios y ese contacto despertó el fuego que ardía dentro de ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥