domingo, 27 de enero de 2013

A merced del griego cap 33



 Mientras regresaba a su casa aquella noche había analizado la situación con honestidad y se había visto obligado a admitir que su plan de ir a verla para « aconsejarla como buen amigo » no había sido más que una burda excusa.


Había ido a verla porque estaba celoso para averiguar si iba en serio con el otro hombre.

Y juzgando por cómo se había suavizado la expresión de Miley cuando había hablado de él no había tenido más remedio que reconocer que probablemente la cosa iba en serio.

Y le había parecido muy injusto que Miley le hubiera dicho al irse que no se conformaba con ser la segundona.

¿Cuándo la había tratado él como una segundona?
¡Más bien al contrario!

Nunca se había entregado a otra mujer como a ella.
Había pasado semanas regulando su trabajo para poder estar más con ella.

La presencia de su madre había influido desde luego pero lo cierto era que se había esforzado por llegar a casa antes de lo habitual e incluso la había acompañado algunas veces al supermercado... algo que no había hecho en su vida.

Pero pensar en todo aquello no le hizo sentirse mejor.
La única verdad de todo el asunto era que la echaba de menos.
Su piso parecía repentinamente vacío y abandonado sin ella.

Tras llegar a aquella conclusión para lo que tuvo que circular por avenidas mentales por las que nunca había circulado dejó de tratar de concentrarse en su trabajo y abordó la situación desde un punto de vista mucho más pragmático.

Era posible que Miley estuviera saliendo con aquel tipo y que tal vez encontrara ciertas ventajas en aquella relación pero en lo que a él se refería aquello no suponía más que un mero contra tiempo técnico.

Quería recuperar a Miley y lo lograría.
Era así de sencillo.

Considerablemente animado por aquellos pensamientos estaba a punto de irse a la cama cuando habían llamado a la puerta...

Nick volvió a centrar su atención en el motivo de su llamada.

-Sé que no son horas de llamar pero tienes que venir aquí ahora mismo.

-Por qué? ¿Qué sucede? - repentinamente asustada por la tensión que captó en el tono de Nick .

Miley encendió la luz de la mesilla de noche.

-Nada que pueda decirte por teléfono.

La mente de Miley se llenó de preguntas.
Normalmente Nick no era un hombre imprevisible.

La visita que le había hecho aquella tarde ya había sido bastante imprevisible pero aquella llamada de teléfono surgida de la nada hizo que su mente se llenara de toda clase de posibilidades preocupantes... incluyendo que Nick hubiera sufrido alguna clase de accidente y se encontrara en mal estado.

Tal vez ya había pedido una ambulancia pero necesitaba su ayuda... o al menos la necesitaba para que vigilara el piso mientras él estaba en el hospital.

-Necesitas que lleve algo? -preguntó mientras salía de la cama a toda prisa.

-¿Algo como qué?

-No sé! - Miley trató de imaginar qué necesitaría alguien con algún hueso roto - Hay un botiquín de primeros auxilios en la cocina en el armario que hay bajo el fregadero - que ella supiera Nick  jamás había abierto aquel armario.

-En serio?  - dijo Nick desconcertado- Gracias es una información muy útil. Ahora voy a colgar. Asegúrate de venir rápido. De hecho mientras te vistes voy a enviar a mi chófer por ti. Estará allí en veinte minutos.

-De acuerdo  - dijo Miley y Nick colgó antes de que pudiera decir nada más.

Mientras se vestía a toda prisa pensó que debería pasar por el apartamento de Beth para decirle que no iba a estar en su piso aquella noche pero la perspectiva de tener que enfrentarse a otro bien intencionado sermón de su amiga le disuadió de hacerlo.


Media hora después Nick le abría la puerta de su casa.
Al ver que parecía estar en perfecto estado Miley suspiró de alivio.

-Veo que no te has roto ningún hueso.

-Disculpa? -preguntó Nick mientras la miraba perplejo.

Se notaba que Miley se había vestido a toda prisa y que no había tenido tiempo de peinarse... lo que le daba un aspecto realmente sexy.

Tras decidir que quería reconquistarla Nick había llegado a la conclusión de que debía abordarla de forma distinta.


Reconocía que como ella había dicho no había sabido valorarla pero tenía intención de rectificar muchos aspectos de su relación con ella de manera que sonrió cálidamente a la vez que se apartaba de la puerta.

-Estás sonriendo - dijo Miley con expresión suspicaz - ¿Por qué? No me ha parecido que estuvieras precisamente de buen humor cuando te has ido de mi apartamento. Creía que no querías volver a verme.

Nick se sonrojó.

Ni siquiera quería recordar el modo en que se había ido.
No había sido nada caballeroso.




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