En un lateral charlaba con otros hombres de espaldas a ella.
Le temblaron las piernas al contemplarlo tan alto que destacaba del resto.
Lo admiró de arriba a abajo el pelo ondulado se le rizaba un poco en el cuello.
Los músculos de sus brazos y hombros se adivinaban bajo la camisa de rayas.
Contempló con deleite las estrechas caderas y se sorprendió porque la visión de su trasero le provocó un cosquilleo tan intenso que la obligó a apretar los muslos.
Las largas piernas enfundadas en un pantalón color tabaco que mantenía un poco abiertas en lo que era su pose habitual, acababan en las botas negras relucientes.
Miley dio por bien empleado todo el tiempo que paso abrillantándolas y planchando la ropa, porque el resultado saltaba a la vista: contemplarlo era una auténtica delicia.
Nick conversaba sobre el negocio con otros ganaderos.
De pronto los que estaban con él cesaron de hablar mirando al frente con la boca abierta.
Con curiosidad se giró a ver que llamaba tanto la atención del grupo.
—Diablos Jonas por eso la tenías tan escondida —dijo uno de ellos con los ojos muy abiertos.
Se quedó como si le hubiesen soldado las botas al suelo.
Allí en la puerta del salón junto a su hermana y su cuñado que charlaban animadamente con otros vecinos estaba la mujer más tentadora que recordaba haber visto jamás.
El elegante vestido de satén azul se le ajustaba al cuerpo resaltando sus curvas.
Se había peinado de una manera distinta.
El pelo recogido ligeramente arriba dejaba caer ondas que le enmarcaban el rostro de una manera muy seductora.
Recorrió las mejillas y los labios sonrosados y aquellos ojos azules que iluminaban su rostro.
Se obligó a moverse y se acercó a Miley que quieta y con las manos en el regazo no dejaba de mirarlo a los ojos.
Se plantó frente a ella y la tomó por las manos.
—Miley estás… preciosa. — Miró a su alrededor y frunció el ceño al ver las miradas que despertaba su esposa entre el resto de los hombres— Esta noche me parece que voy a tener que permanecer pegado a ti como si fuera tu sombra.
—Nada me gustaría más — confesó ella mirándolo sin pestañear—. ¿Te gusta mi vestido?
—Me gustas tú — le susurró al oído.
Nick se contuvo para no sucumbir al deseo de cogerla allí mismo en brazos y llevársela lejos donde la tuviera solo para él.
Minnie que la había visto llegar se acercó a ellos.
—¡Dios mío Miley ! Esto si es lucir un vestido.
—Minnie por favor estoy como siempre —mintió azorada; la mirada de Nick la ponía nerviosa.
Los músicos empezaron a tocar la pegadiza melodía de «Nelly Billy» y el violinista animó a las parejas a colocarse en la pista para participar en un baile de cuadrillas.
Unos cuantos chicos se acercaron a Hanna con la actitud de gallos de pelea.
El escogido fue David el hijo de los dueños del hotel.
El chico la tomó de la mano un poco cohibido y tras mirar de reojo a Matt la sacó a bailar.
Hanna aceptó con fingida timidez ante la mirada de advertencia que desde la distancia le enviaba su padre.
—¿Quieres bailar?
No era una pregunta Nick ya llevaba a Miley al centro del salón.
— Nick no puedo bailar contigo ahora tengo mi primer baile reservado.
Él paró en seco con evidente contrariedad.
En ese momento llegó Joseph que haciendo caso omiso de la presencia de su tío tomó a Miley de la mano.
—¿Me concedes este baile? —preguntó con aire solemne.
—Será un placer —aceptó haciendo una reverencia.
Nick se quedó prendado ante la elegancia de su esposa con aquel gesto tan desacostumbrado en aquel territorio.
Sin duda Miley conservaba los modales de una dama.
Pensó con admiración que no desentonaría en un ambiente distinguido.
Aquella rubia de ojos claros lo tenía cautivado, tan pronto se mostraba aguerrida como cualquier vaquero como de improviso enseñaba su faceta más refinada.
Los vio unirse a las demás parejas que en grupos de cuatro se disponían a bailar.
Mientras bailaba con Joseph no paraba de sonreír y se alegró de verla feliz.
—Parece que nos hemos quedado sin pareja — dijo con un suspiro de resignación dirigiéndose a Minnie que permanecía a su lado.
—¿Quién yo? Joseph no es mi pareja no es nada mío…
Él la miró alzando las cejas y ella roja hasta las orejas huyó sin decir palabra hacia un grupo de chicas de la escuela.
Nick de reojo estudió a Harriet.
En ese momento bailaba con un hombre que la contemplaba con adoración.
No le importaba en absoluto su presencia es más hubiese preferido no verla por allí y no le gustó nada la manera en que miraba a Miley porque en sus ojos no vio desdén ni burla sino odio.
Se notaba de lejos que detestaba que le hubiesen arrebatado todo el protagonismo aquella noche.
No le dio importancia estando él presente no se atrevería a acercarse a ella.
graciaas(merci, thanks you.) por seguirlaa
ResponderEliminarenserio me encanto el mini maraton...