jueves, 31 de enero de 2013
Dama de treboles cap 79
Los más pequeños correteaban por la sala.
Algunas madres decidieron sacarlos de allí para que dejaran de incordiar y el porche terminó por convertirse en un baile infantil paralelo.
Cuando la pieza estaba a punto de terminar Nick se acercó a su hermana y su cuñado.
Tommy sin ganas de irse a dormir daba palmas muy animado por la novedad.
Matt tomó al niño de los brazos de Emma y se lo entregó a Nick.
—Hazte cargo de tu sobrino. Vamos cariño acabo de hacer una petición a los músicos — dijo arrastrándola tras él.
Empezó a sonar una rápida pieza tejana y ambos comenzaron a moverse por la pista al ritmo de la música.
La maestría del matrimonio fue enseguida la admiración de los presentes.
Nadie dominaba aquel baile como ellos y no tardaron en quedarse solos mientras el resto los animaba con palmas.
Miley se enterneció al ver a Nick con el bebé se acercó a él y colgándose de su brazo descansó la mejilla en su hombro.
Él se sorprendió de esta nueva actitud pues en público se cuidaba mucho de mantener la compostura.
Respiró contento ya que lo último que quería esa noche era notar cualquier atisbo de enfado.
Pero la proximidad no duró mucho porque el niño al verla le tendió las manitas y ella lo tomó en brazos.
Cesó la música y el matrimonio fue jaleado con silbidos por su excelente demostración.
Matt besó con fuerza a su esposa en los labios, lo que animó todavía más a los que silbaban.
—¿Qué pasa Sutton no tienes bastante con cinco chicos? — gritó alguien entre el público.
Miley contemplaba la escena mientras Nick le explicaba lo que iba a pasar en cada momento.
—Ahora Emma se acercará y le dirá que le quiere. Mira, ¿ves que él le habla al oído? Le estará haciendo alguna proposición cargada de lujuria y ahora mi hermana se fingirá escandalizada y tratará de apartarlo. Ahora Matt hinchará el pecho como un semental y la retendrá con más fuerza. He crecido viendo escenas como ésta.
—Se nota que son muy importantes para ti.
—Los dos lo son — reconoció — Matt es más que un hermano para mí. Y a mi hermana ya la ves es imposible no quererla.
Emma se acercó a donde estaban ellos todavía con la respiración acelerada.
—¡Me he divertido como hacía mucho tiempo!
—Parecía que teníais una conversación muy interesante — comentó Nick guiñando un ojo a Miley .
—No sé qué locura me estaba diciendo de cinco niños más. — Agitó la mano desechando la idea pero se la veía radiante — De eso nada ahora os toca a vosotros.
—Nick no se conformará con cinco — anunció Miley
Nick y Miley intercambiaron una mirada capaz de encender un fuego pero la llegada de Matt los hizo retornar a la fiesta.
—No creas que éste es tu último baile — dijo tomando al niño de brazos de Miley — espero que Tommy aguante despierto y nos deje bailar un par de piezas más.
—Este niño es como tú ¿no ves lo bien que lo está pasando? Voy a por algo de beber.
El pequeño reía ante la mirada satisfecha de su padre, que estampó un beso en su rolliza mejilla.
—Tráeme algo ¿quieres? Si no queda cerveza que sea ponche — rogó Matt.
La música volvió a sonar en esta ocasión era un vals y Miley fue arrastrada de la mano al centro de la sala por un decidido Nick que no pensaba volver a quedarse mirando.
La abrazó por la cintura tomando su mano y ella apoyó la otra mano en su hombro.
—Por fin me llega el turno —dijo entre dientes.
Ambos vieron a Joseph acercarse a Minnie.
Al principio ésta lo rechazó.
Pero ante la insistencia del muchacho accedió a bailar con él como si le estuviera haciendo un favor.
Se unieron a las demás parejas y cuando pasaron junto a Nick y Miley Minnie cruzó los dedos a su espalda y Miley le guiñó un ojo sonriendo a la vez que cruzaba también los dedos.
—¡Vaya par de intrigantes! —aseguró Nick divertido.
Compadeció a su sobrino que bailaba con una sonrisa beatífica, ajeno a lo que se cocía a espaldas suyas.
—Algunas personas necesitan un empujón para decidirse.
Lo miró a los ojos, consciente de la doble intención de sus palabras.
—Sigue mirándome de ese modo y nos echarán de aquí por conducta indecorosa —susurró.
A Miley el corazón se le aceleró de nuevo.
Giraba en sus brazos sintiéndose ligera sin apartar ni un segundo su mirada de la de él.
No necesitaba pensar en los pasos de baile porque él dominaba la situación.
Notaba el calor de su mano abierta en la espalda y habría deseado estar a solas con él para no tener que mantener la distancia del decoro.
Acarició su hombro duro y él le apretó la mano al notar su caricia.
—¿Qué pasaría si te besara aquí delante de todos? —murmuró parando en seco.
—No lo hagas —gimió.
No hubo ocasión.
La música cesó y tuvieron que apartarse a un lado ya que las parejas se disponían de nuevo a bailar a ritmo de polca.
El doctor Holbein sacó a bailar a Miley .
Desde la muerte de su esposa, no frecuentaba bailes y fiestas, pero no había resistido la tentación de acercarse un rato.
Nick fue a saludar a un corrillo de hombres que charlaban a la entrada del salón.
Desde el fondo Emma contemplaba a su hija Hanna bailar la polca con David y frunció el ceño al ver que él aprovechaba cualquier giro para acercar su cara a la de ella.
—Matthew Sutton, ve inmediatamente y quítale a mi niña a ese aprovechado de encima.
—Por la cara de felicidad que pone «tu niña», si hago lo que dices estará enfadada conmigo durante una semana.
Cuando empezó la siguiente melodía, Miley y el doctor se acercaron a los Sutton.
Mientras comentaban la buena salud del niño, ambas cuñadas se separaron un poco de los hombres.
De pronto, las dos guardaron silencio atentas a la escena que ocurría al otro lado de la sala.
Nick estaba apoyado en el quicio de la puerta de brazos cruzados.
Harriet cruzó el salón, se puso frente a él y lo tomó por el codo.
Pero él le apartó la mano a la vez que negaba con la cabeza, ni siquiera se molestó en abrir la boca.
Ella le dio la espalda pálida de rabia.
La señorita Harriet Keller paladeaba el amargo sabor de verse rechazada en público.
Emma observó a su cuñada que miraba la escena sin pestañear y en sus ojos vio el brillo del triunfo.
En ese momento las dos fueron requeridas por un par de hombres que las sacaron a bailar.
Emma observó a su hermano que no quitaba ojo a Miley mientras ésta giraba por la sala en brazos de un fornido ayudante del sheriff.
Cuando acabó la pieza los músicos anunciaron un breve receso que fue recibido con algunas protestas.
Emma se acercó a su cuñada y la tomó del brazo.
—¿Lo estás pasando bien?
—Mejor que nunca —respondió Miley dichosa.
—Ya te lo dije. Hay alguien que lleva toda la noche mirándote con ojos de halcón — dijo señalando a su hermano con la barbilla.
Nick se encontraba en ese momento en plena conversación con el dueño del hotel y con el padre de Minnie.
Clavó en ella su mirada color castaño y Miley sintió que un escalofrío le recorría la espalda.
lunes, 28 de enero de 2013
A merced del griego cap 34
Afortunadamente Miley parecía estar pensando en otra cosa porque de pronto empezó a darle con un dedo en el pecho.
-Y veo que no te ha pasado nada malo!
Nick frunció el ceño.
-Esperabas que me hubiera pasado algo malo?
Miley estuvo a punto de empezar a protestar por lo preocupada que le había dejado su llamada pero se contuvo justo a tiempo.
-No pienso pasar hasta que no me expliques por qué me has hecho salir de la cama y venir aquí a estas horas.
-No es la primera vez que te despierto a horas intempestivas -dijo Nick pensando en las noches en que la había despertado por asuntos de trabajo... o más adelante para hacerle el amor.
Miley trató de no dejarse afectar por la sensual sonrisa que le dedicó Nick .
-Eso no importaba cuando sólo implicaba ponerme una bata para ir a tu despacho - entrecerró los ojos - No me digas que me has hecho venir porque necesitas que te ayude con algún trabajo...
-Todo quedará aclarado en cuanto pases - Nick hizo un gesto con la mano para que entrara - De hecho ni siquiera voy a tener que darte una explicación.
Intrigada pero aún suspicaz Miley pasó al interior esforzándose por no rozar a Nick .
-De acuerdo. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Es tarde y no estoy de humor para jueguecitos.
-Espera un momento. ¿Te apetece beber algo?
Sin esperar su respuesta Nick fue a servirle un vaso de vino.
-Ven a sentarte al sofá - dijo tras entregárselo - Siento haberte despertado añadió tratando de mostrarse arrepentido algo que no le resultaba especialmente fácil - Yo también estaba trabajando cuando...
-Cuando...? ¿Cuando qué...?
Nick no contestó porque no necesitó hacerlo.
Miley giró la cabeza para seguir la dirección de su mirada y se quedó boquiabierta.
De pie en todo su esplendor se hallaba la hermana a la que no veía desde hacía no sabía cuánto tiempo.
Claire apenas había cambiado aunque su pelo parecía más rubio que hacía unos años.
Una sonrisa de puro placer iluminó el rostro de Miley que tras la sorpresa inicial dejó su vaso en la mesa se levantó y se dirigió a su hermana con los brazos abiertos.
-Claire - dijo mientras la abrazaba. Tras apartarse para mirarla un momento volvió a abrazarla - ¡No me has avisado de tu llegada!
Claire sonrió tímidamente.
-Hace muy poco que he decidido venir y cuando lo hice pensé en darte una sorpresa - carraspeó y miró a su hermana atentamente - Has cambiado. Has perdido peso o algo. ¿Recuerdas lo regordeta que solías ser?
Miley se sintió repentinamente catapultada atrás en el tiempo a la época en que sus papeles habían estado perfectamente definidos con la bella Claire recibiendo todas las aclamaciones por su físico.
Se ruborizó y asintió.
-Si me hubieras avisado con tiempo habría... te habría preparado una cama. Ya no vivo aquí pero he alquilado un apartamento bastante cerca.
Claire ya se había sentado en el sofá junto a Nick y estaba mirando a su alrededor con expresión encantada.
-Es una pena. Este piso es una maravilla como ya le he dicho a Nick al llegar.
Miley parpadeó ante la imagen que tenía ante sí.
Su preciosa y rubia hermana, más bonita de lo que ella podría llegar a ser nunca por muchas dietas que hiciera sentada junto a Nick ...
Sintió que se ruborizaba.
Los celos estaban tratando de apoderarse de ella y tuvo que esforzarse para no sucumbir a ellos.
Como para añadir leña al fuego Claire se volvió hacia Nick y empezó a hablar tic las maravillas de su piso.
Miley ocupó una silla mientras su hermana seguía hablando y no pudo evitar notar lo concentrado que estaba Nick en ella.
Era todo oídos... y probablemente también ojos pensó Miley aturdida.
Cuando finalmente logró hacer notar su presencia preguntó a su hermana por qué había decidido tan repentinamente ir a Londres.
¿Estaba de vacaciones?
¿Había vuelto para quedarse?
Pero al parecer Claire estaba agotada.
En lugar de contestar bostezó delicadamente y luego se levantó y se estiró.
domingo, 27 de enero de 2013
A merced del griego cap 33
Mientras regresaba a su casa aquella noche había analizado la situación con honestidad y se había visto obligado a admitir que su plan de ir a verla para « aconsejarla como buen amigo » no había sido más que una burda excusa.
Había ido a verla porque estaba celoso para averiguar si iba en serio con el otro hombre.
Y juzgando por cómo se había suavizado la expresión de Miley cuando había hablado de él no había tenido más remedio que reconocer que probablemente la cosa iba en serio.
Y le había parecido muy injusto que Miley le hubiera dicho al irse que no se conformaba con ser la segundona.
¿Cuándo la había tratado él como una segundona?
¡Más bien al contrario!
Nunca se había entregado a otra mujer como a ella.
Había pasado semanas regulando su trabajo para poder estar más con ella.
La presencia de su madre había influido desde luego pero lo cierto era que se había esforzado por llegar a casa antes de lo habitual e incluso la había acompañado algunas veces al supermercado... algo que no había hecho en su vida.
Pero pensar en todo aquello no le hizo sentirse mejor.
La única verdad de todo el asunto era que la echaba de menos.
Su piso parecía repentinamente vacío y abandonado sin ella.
Tras llegar a aquella conclusión para lo que tuvo que circular por avenidas mentales por las que nunca había circulado dejó de tratar de concentrarse en su trabajo y abordó la situación desde un punto de vista mucho más pragmático.
Era posible que Miley estuviera saliendo con aquel tipo y que tal vez encontrara ciertas ventajas en aquella relación pero en lo que a él se refería aquello no suponía más que un mero contra tiempo técnico.
Quería recuperar a Miley y lo lograría.
Era así de sencillo.
Considerablemente animado por aquellos pensamientos estaba a punto de irse a la cama cuando habían llamado a la puerta...
Nick volvió a centrar su atención en el motivo de su llamada.
-Sé que no son horas de llamar pero tienes que venir aquí ahora mismo.
-Por qué? ¿Qué sucede? - repentinamente asustada por la tensión que captó en el tono de Nick .
Miley encendió la luz de la mesilla de noche.
-Nada que pueda decirte por teléfono.
La mente de Miley se llenó de preguntas.
Normalmente Nick no era un hombre imprevisible.
La visita que le había hecho aquella tarde ya había sido bastante imprevisible pero aquella llamada de teléfono surgida de la nada hizo que su mente se llenara de toda clase de posibilidades preocupantes... incluyendo que Nick hubiera sufrido alguna clase de accidente y se encontrara en mal estado.
Tal vez ya había pedido una ambulancia pero necesitaba su ayuda... o al menos la necesitaba para que vigilara el piso mientras él estaba en el hospital.
-Necesitas que lleve algo? -preguntó mientras salía de la cama a toda prisa.
-¿Algo como qué?
-No sé! - Miley trató de imaginar qué necesitaría alguien con algún hueso roto - Hay un botiquín de primeros auxilios en la cocina en el armario que hay bajo el fregadero - que ella supiera Nick jamás había abierto aquel armario.
-En serio? - dijo Nick desconcertado- Gracias es una información muy útil. Ahora voy a colgar. Asegúrate de venir rápido. De hecho mientras te vistes voy a enviar a mi chófer por ti. Estará allí en veinte minutos.
-De acuerdo - dijo Miley y Nick colgó antes de que pudiera decir nada más.
Mientras se vestía a toda prisa pensó que debería pasar por el apartamento de Beth para decirle que no iba a estar en su piso aquella noche pero la perspectiva de tener que enfrentarse a otro bien intencionado sermón de su amiga le disuadió de hacerlo.
Media hora después Nick le abría la puerta de su casa.
Al ver que parecía estar en perfecto estado Miley suspiró de alivio.
-Veo que no te has roto ningún hueso.
-Disculpa? -preguntó Nick mientras la miraba perplejo.
Se notaba que Miley se había vestido a toda prisa y que no había tenido tiempo de peinarse... lo que le daba un aspecto realmente sexy.
Tras decidir que quería reconquistarla Nick había llegado a la conclusión de que debía abordarla de forma distinta.
Reconocía que como ella había dicho no había sabido valorarla pero tenía intención de rectificar muchos aspectos de su relación con ella de manera que sonrió cálidamente a la vez que se apartaba de la puerta.
-Estás sonriendo - dijo Miley con expresión suspicaz - ¿Por qué? No me ha parecido que estuvieras precisamente de buen humor cuando te has ido de mi apartamento. Creía que no querías volver a verme.
Nick se sonrojó.
Ni siquiera quería recordar el modo en que se había ido.
No había sido nada caballeroso.
A merced del griego cap 32
-Scott no es ningún depredador.
-Cómo lo sabes? El modo en que ibas vestida en cl club era una auténtica invitación para cualquier hombre sin compromiso. Te estoy diciendo esto por tu propio bien Miley .
-Has venido a sermonearme? ¿Acaso crees que no soy lo suficientemente adulta como para cuidar de mí misma?
Miley se levantó y alargó una mano para que Nick le entregara su taza
- Creo que es hora de que te vayas. No deberías haber venido aquí. ¡No tienes derecho a venir a mi apartamento a tratarme como a una cría!
-Cálmate. Empiezas a parecer un poco histérica.
Miley rió histéricamente y al retirar la taza de manos de Nick parte de su contenido se derramó sobre los pantalones de éste.
Lo único que lamentó fue que el café se hubiera enfriado aunque Nick se levantó de un salto.
-Y no pienso ofrecerme a lavarte los pantalones! - exclamó - ¡Te lo mereces!
Aunque no lo manifestó Nick Miley estaba sorprendido por la muestra de genio de Miley.
¿Dónde estaba la jovencita calmada atenta y alegre?
-¿Por qué? ¿Por haber sido lo suficientemente decente como para pensar en protegerte? - espeto Nick .
A pesar de su enfado Miley se contuvo de gritarle que la única persona de la que necesitaba protección era de él... y sólo porque había sido lo suficientemente idiota como para enamorarse de él.
Respiró profundamente para tratar de calmarse
-Ha sido todo un detalle por tu parte - dijo en tono gélido - Me disculpo por haberte arrojado el café encima pero no pienso pagar el recibo de la lavandería.
-Al diablo con los malditos pantalones! - explotó Nick que se acercó hasta una pared y se apoyó en ella con los brazos cruzado s- ¡Me da igual si tengo que tirarlos! ¡Me gritas como una loca cuando soy yo el que debería sentirse ofendido! ¡Me has arrojado a la cara mis buenas intenciones!
Miley volvió a respirar profundamente unas cuantas veces.
-Puedo cuidar de mí misma -se cruzó de brazos en un gesto de autoprotección y notó que Nick la miraba atentamente.
-Un consejo: vigila lo que te pones y asegúrate de no exhibirte como lo estabas haciendo hace unos momentos.
-Lo recordaré. Gracias.
La repentina docilidad de Miley irritó a Nick que la miró con los ojos entrecerrados.
Tal vez estaba tratando de cerrar la verja después de que el caballo ya había huido.
De pronto sintió la imperiosa necesidad de saber si Miley se había acostado con su cita pero no podía achacar aquel interés a su afán por protegerla.
Se acercó lentamente hasta el sillón que ocupaba Miley y se inclinó hacia ella a la vez que apoyaba las manos en los reposabrazos.
Miley sintió que su corazón se desbocaba a causa de la cercanía de Nick y redobló sus intentos de calmarse a base de profundas respiraciones.
-Y lo recordaste cuando saliste con tu cita? ¿0 imaginaste inocentemente que te estaba hablando a ti y no a tus tetas?
-No te atrevas a insultarme así - dijo Miley aunque su tono careció de convicción pues no podía evitar sentirse hipnotizada por la mirada de los magníficos ojos de Nick .
-Acaso pretendes decirme que ese tipo no logró ponerte las manos encima?
-Lo que te estoy diciendo es que eso no es asunto tuyo. Lo cierto es que Scott es un tipo encantador. Me respeta... ¡que es algo más de lo que puedo decir sobre ti!
Nick hizo un sonido despectivo y Miley lo miró con frialdad.
-Scott nunca «hablaría a mis tetas»... que por cierto es una expresión realmente repugnante. Supongo que piensas que es un pelele pero no lo es. ¡Y él nunca me hablaría con desdén!
Mientras contemplaba la expresión de Miley una nueva emoción se sumó a la hiperactiva mente de Nick .
No supo definir de qué se trataba pero no le gustó.
Empezaba a lamentar profundamente el generoso impulso que lo había llevado a visitarla.
Debería haber dejado que se sumergiera en la noche de Londres para luego esperar a que volviera arrastrándose a él.
Naturalmente no lo habría encontrado esperándola pero habría aprendido una importante lección.
Miley seguía mirándolo con expresión tozudamente cauta y con un suave gruñido Nick inclinó la cabeza y la besó.
Sorprendida Miley cedió por unos momentos al placer que sólo los labios de Nick podían ofrecerle y sintió que su cuerpo se encendía pero cuando la realidad se impuso unos segundos después lo apartó de su lado de un empujón.
-Acaso pretendes mostrarme de primera mano la clase de hombre que debo evitar? -preguntó con voz temblorosa.
Se sentía agredida... y terriblemente excitada.
¿Cómo podía traicionarla su cuerpo de aquel modo?
Nick se apartó de ella.
-Tal vez trataba de mostrarte que conformarte con un segundón después de haber estado conmigo no ha sido buena idea.
-Puede que yo no quiera ser la segundona! -espetó Miley trémula- ¡Puede que quiera ser la primera para alguien! ¿Qué tiene eso de malo?
Por primera vez desde que lo conocía Miley vio que Nick se había quedado sin saber qué decir.
A continuación sin pronunciar palabra giró sobre sus talones y salió del apartamento.
Cuando la puerta se cerró a sus espaldas Miley rompió a llorar desconsoladamente.
Miley estaba dormida cuando sonó el teléfono.
Aturdida alargó la mano hacia la mesilla y descolgó el auricular.
-Soy yo -dijo Nick desde el otro lado de la línea.
Desorientada Miley se sentó en la cama y miró el reloj.
Estaban a punto de dar las doce.
¡Hacía apenas dos horas que Nick se había ido de allí!
Conmocionada necesitó varios segundos para darse cuenta de que le estaba diciendo algo.
-Cómo has conseguido mi teléfono?
-Has escuchado algo de lo que te he dicho? -Nick volvió la mirada e hizo una mueca a la persona con la que estaba, que observaba con gran interés todo lo que la rodeaba- Tu número estaba en un cuaderno que había junto al teléfono y lo he anotado... afortunadamente.
-Sabes qué hora es?
Nick reprimió un gemido.
Había llegado a casa de un humor de perros y había tratado de superarlo trabajando un rato con su ordenador pero ni siquiera los retos de su último acuerdo comercial habían podido aplacarlo.
Acostumbrado a tenerlo todo bajo control no lograba asimilar la falta de control que sentía desde que Miley se había ido de su casa.
Había pasado aquellas semanas diciéndose que era lo mejor que podía haber pasado y había supuesto que las cosas volverían a la normalidad en poco tiempo... aunque no pudiera evitar pensar en ella de vez en cuando.
Al notar que pensaba en ella más de lo que había anticipado se dijo que se debía a que Miley había sido algo más que uno de sus habituales ligues.
A fin de cuentas ¿no había trabajado para él y había compartido su casa durante más de un año?
Habría sido inhumano si no hubiera sentido algo de añoranza al perder su compañía.
Pero toda su capacidad de razonamiento se había ido por la ventana al verla con otro hombre.
Había reaccionado con una furia que lo había dejado perplejo.
A merced del griego cap 31
Enfurecido ante la posibilidad de que Miley lo estuviera viendo en su mente como el «lobo malo» sobre todo teniendo en cuenta que había ido a visitarla por su propio bien Nick decidió dejar las cosas claras.
-Cuando mi madre se presentó inesperadamente en mi casa y sacó conclusiones erróneas sobre nuestra relación platónica, admito que, por el bien de su salud te pedí el favor de que no la sacáramos de su error. Pero no te obligué a meterte en la cama conmigo. Jamás te utilicé ni me aproveché de ti. Disfrutamos de lo que teníamos y siempre supiste que yo no era la clase de hombre que se comprometía. Pero no he venido aquí a discutir contigo
Sus palabras fueron como un mazazo para las ftágiles esperanzas de Miley que se levantó y se puso a recoger la mesa rechazando la oferta de Nick de ayudarla.
Cuando se encontró en condiciones de hablar se volvió hacia él y se cruzó de brazos.
-Yo tampoco quiero discutir contigo. Teniendo en cuenta de que nos conocemos bastante bien sería una pérdida de tiempo -dijo en el tono más civilizado que pudo.
Pero estaba claro que había malinterpretado el motivo de la visita de Nick .
¿Cuándo iba a aprender?
¿Habría cursos para las personas como ella?
Personas que permitían que engulleran su corazón y que luego olvidaban los consejos de sus amigos y de su propia cabeza para poder volver a caer en la misma trampa y ser nuevamente devoradas.
Nick aún no le había dicho por qué había ido a verla pero empezaba a pensar que debía tratarse de algo terriblemente banal.
Probablemente quería que fuera a recoger algo que había olvidado en su piso en sus prisas por irse.
-Te apetece un café? Me temo que voy a tener que pedirte que te vayas bastante pronto. Estoy agotada.
-Estás saliendo mucho de juerga?
Miley detectó un matiz de diversión en el tono de Nick y se obligó a sonreír animadamente.
-Entre otras cosas. Ahora que tengo mi propio piso no veo sentido en quedarme metida en él todo el rato.
-Más consejos de tu sabia amiga?
-No está bien que critiques a Beth sin haberla conocido - dijo Miley que a continuación miró su reloj y luego a Nick .
-Lo había olvidado. Estás agotada - Nick se levantó y flexionó sus músculos - De acuerdo. Acepto esa taza de café. Todavía tengo que hablar contigo y por algún motivo aún no lo hemos logrado.
-Si quieres ve a sentarte al cuarto de estar y yo te llevo el café - Miley sabía que la presencia de Nick en la cocina le impedía concentrarse y en aquellos momentos necesitaba hacerlo.
Ella no se sirvió un café... otra indirecta para que Nick se fuera cuanto antes.
En su mente no dejaba de surgir la imagen de Beth diciéndole lo bien que había hecho marchándose del piso de Nick y haciéndose cargo de su vida.
Lo encontró sentado en el sofá, ojeando uno de sus libros de arte.
-Si tenías algo que decirme podías haberme telefoneado -dijo mientras le entregaba el café.
-Tu número no figura en la guía telefónica.
-Oh sí.
-Y no lograba conectar con tu móvil.
-Se me ha roto. Tengo intención de comprarme uno, pero aún no me he animado a hacerlo.
Nick chasqueó la lengua irritado.
En una época en que dominaba la tecnología Miley era la única persona que conocía que podía vivir tranquilamente sin un móvil.
-No me sermonees con que tengo que salir a comprarme uno. Estoy bastante a gusto sin tenerlo.
-Y si alguien necesita ponerse en contacto contigo?
Miley se encogió de hombros.
-Por qué has venido?
Nick sabía reconocer cuando no iba a ganar de manera que decidió dejar el tema.
-He venido porque al verte en ese club con el tal am...
-Scott.
Nick ignoró la interrupción.
-... me di cuenta de lo incurablemente ingenua que eres.
-¿Disculpa? - desconcertada Miley se humedericí los labios con la lengua.
Nick entrecerró los ojos.
Aquél era un ejemplo perfecto de lo que estaba hablando.
La mayoría de las mujeres con un poco de experiencia serían conscientes de que el gesto era muy provocativo...
¿pero era Miley consciente de ello?
Desde luego que no.
Bajó instintivamente la mirada hacia sus pechos y al escote que no pudo evitar ver cuando ella se inclinó hacia delante.
Sintió que se excitaba y tuvo que hacer un auténtico esfuerzo de voluntad para apartar la mirada.
-Mira cómo estás sentada.
Cada vez más perpleja Miley frunció el ceño.
-Cómo estoy sentada? ¿De qué estás hablando? Supongo que no has venido aquí a hablar de mi postura ¿no? Sé que cuando me siento encorvo la espalda... pero pienso corregirlo en cuanto me compre el móvil.
Nick no captó el intento de broma.
-Cuando te inclinas así se ve prácticamente todo.
Miley se irguió al instante ruborizada y se llevó una mano al cuello de la camiseta.
-No tienes por qué mirar -replicó.
-Sería imposible no hacerlo -Nick se apoyó contra el respaldo del sofá y enlazó los dedos sobre su regazo- 0 de verdad no eres consciente de las señales que envías con algo tan simple como eso o me estás mostrando deliberadamente lo que está en oferta...
Miley no podía creer que Nick hubiera llegado a aquella humillante conclusión.
Su ego era grande pero nunca había sabido hasta qué punto.
¿De verdad pensaba que trataba de excitarlo, que estaba tan desesperada por recuperarlo?
Por supuesto que lo pensaba se dijo avergonzada.
Le había abierto la puerta de su casa dispuesta a perdonárselo todo a cambio de que hubiera vuelto con intención de reconciliarse.
Naturalmente Nick había asumido con su espléndida arrogancia que haría cualquier cosa por recuperarlo.
Incluso mostrarle su cuerpo.
Por unos momentos no supo qué decir pero enseguida notó cómo crecía su rabia.
-¿De verdad piensas que estoy aquí sentada tratando de provocarte? - preguntó con voz temblorosa - Esa es la suposición más arrogante... engreída y ridícula que podrías hacer...
Nick se encogió de hombros.
-En ese caso, está claro que no tienes idea de cómo sobrevivir en un mundo lleno de depredadores masculinos...
-Depredadores masculinos? -repitió Miley aturdida- El mundo no está lleno de depredadores masculinos, Nick . ¡No todo el mundo es como tú!
-Yo estoy muy lejos de ser un depredador - replicó él con una calma insufrible - Los depredadores se mueven por la necesidad de encontrar y atrapar a su presa. Yo nunca he sentido tal necesidad. De hecho diría que soy más una presa que un depredador...
Miley se quedó boquiabierta.
-Tratas de hacerme creer que eres tan inocente como un niño?
-No. Sólo trato de decir que normalmente son las mujeres las que me persiguen.
Probablemente aquello era cierto... pero no por ello dejaba de ser un depredador de primer orden.
Pero consciente de que aquélla era otra discusión que corría peligro de perder Miley se contentó con fulminarlo con la mirada.
-Lo que me lleva de nuevo a tu novio...
Miley abrió la boca para negar que Scott fuera su novio pero volvió a cerrarla de inmediato.
Su cita con él había resultado encantadora.
Después del club fueron a su apartamento y estuvieron charlando mucho rato.
Scott se desahogó hablando de su ex novia de la que seguía obviamente enamorado y se despidieron prometiendo mantenerse en contacto.
A merced del griego cap 30
-HOLA ¿qué te trae por aquí?
Miley se apartó para dejar pasar a Nick .
-De manera que éste es tu nuevo apartamento -dijo él mirando a su alrededor.
-Te gusta? Es bastante pequeño pero está en una buena zona de Londres. Aún no he terminado de decorarlo. Sólo he colgado un par de mis dibujos.
-Los he reconocido
Aquellos dibujos también habían colgado de las paredes del piso de Nick que se irritaba cada vez que veía el espacio vacío.
Evidentemente se había acostumbrado a verlos allí... lo que venía a demostrar lo malo que podía ser acostumbrarse a algo.
Se asomó al dormitorio al baño y a la cocina antes de volverse de nuevo hacia Miley que estaba de pie junto al sofá.
Como había imaginado su uniforme de prendas sin forma había quedado descartado a favor de unos vaqueros y una camiseta que hacía imposible no fijarse en sus pechos.
¡Menos mal que se había sentido lo suficientemente magnánimo como para decidir ayudarla y como amigo que aún se consideraba de ella advertirle sobre los peligros del sexo opuesto!
Nick sintió un brote de satisfacción por lo desinteresado de su actitud.
-No está mal -dijo- El apartamento es pequeño pero no es el típico cuchitril en que son capaces de meterse la mayoría de los solteros.
-Yo no viviría en un cuchitril - protestó Miley que se ruborizó al recordar el piso que compartía antes de trasladarse a vivir con Nick - Al menos ahora - corrigió - ¿Te apetece beber algo? ¿Té? ¿Café?
-No tienes whisky?
-Sabes que no bebo whisky
Por lo visto Nick no había ido a verla para arrojarse en sus brazos y decirle que había sido un estúpido por no haberse dado cuenta de cuánto la necesitaba y Miley empezó a tener dudas sobre el motivo de su visita.
- vino?
-Sí tengo vino. Ayer tomé un vaso y el resto de la botella está en la nevera.
Miley fue a la cocina mientras Nick se preguntaba con quién habría compartido el vino.
Miley no tenía por costumbre beber sola lo que significaba que debía haber compartido el vino con alguien y la única persona que surgió en la suspicaz mente de Nick fue el oportunista con que la había visto en el club hacía unos días.
Su hostilidad afloró al instante pero la reprimió rápidamente al recordar su generosa misión de aquella noche.
-Has comido? -preguntó Miley por encima del hombro.
-No hace falta que te molestes por mí pero no no he comido. He venido aquí directo del trabajo.
-Yo tampoco he comido
Miley sonrió culpablemente consciente de que no debería estar disfrutando de la compañía de Nick de que estuviera en su piso.
Beth se subiría por las paredes si llegara a enterarse
-He pasado el día recopilando mi carpeta de trabajos para mi nuevo trabajo. Ya los vieron en la entrevista pero voy a llevarlos de todos modos para que mi jefe sepa lo que soy capaz de hacer. Beth dice que eso es lo que hay que hacer asegurarse desde el principio que sepan que tengo potencial para trabajar en lo que quiero. La gente no sabe de qué eres capaz a no ser que hagas sonar la trompeta.
Nick tomó el vaso de vino que le ofreció Miley .
-Tu amiga Beth para ejercer una gran influencia sobre ti - comentó - Si vas a cocinar algo para ti puedo compartirlo. Hoy no tengo ninguna prisa.
Miley se moría por preguntarle qué había pasado con Michelle.
Si eran una pareja era extraño que no fueran a pasar la tarde juntos.
-Iba a prepararme algo de pasta.
-Háblame de tu trabajo.
-Te apetece un poco de pasta?
-Por qué no?
-No quiero presionarte para que la tomes - dijo Miley con un desacostumbrado brote de rebelión- La salsa va a ser de lata y sé que no te gusta nada que esté enlatado.
Nick frunció el ceño.
-Simplemente porque lo que se cocina en casa suele ser más saludable y más sabroso. La comida enlatada está cargada de conservantes.
-Y por supuesto tú siempre has podido permitirte el lujo de no comer nada enlatado...
-No he venido aquí para mantener una inútil discusión contigo sobre las ventajas y las desventajas de comida enlatada - dijo Nick que tuvo que esforzarse para controlar su irritación- Ibas a hablarme de tu trabajo
Nick se levantó para servirse más vino y rozó a Miley al pasar junto a ella.
Distraída por el breve contacto físico Miley olvidó preguntarle por qué había ido a verla ya que lo había mencionado y se encontró contándole cómo había conseguido el trabajo.
Mientras charlaba y como concesión al desagrado que Nick sentía por las latas troceó unos tomates para añadirlos a la salsa.
Le añadió unas hojas de albahaca y un poco de ajo para darle más sabor.
El resultado final parecía totalmente casero y sirvió una generosa cantidad de salsa con los tallarines.
-Muy saludable - dijo Nick mirándola con aprecio - ¿Se trata de una nueva dieta a juego con tu nueva vida? Has perdido peso.
Miley estaba orgullosa de su logro.
No pensaba revelarle que su tristeza había aplacado su apetito y que en el proceso había sucedido algo extraño pero maravilloso: había perdido la ansiedad por comer cosas dulces.
De manera que asintió y miró a Nick por encima del borde de su vaso de vino.
-No esperaba que fueras a notarlo - dijo satisfecha - Pero sospecho que nunca voy a ser un palillo. Aparte de mi cintura y mi estómago lo demás sigue como antes.
-Ya lo he notado. Tus pechos parecen tan suculentos como siempre.
Miley se ruborizó y trató de no pensar que aquel cumplido pudiera ser indicio de algo.
Pero no pudo evitar que sus esperanzas crecieran.
-No tienes que hacerme cumplidos sólo porque te haya preparado la cena. Además tienes una novia y estoy segura de que no le haría ninguna gracia ente rarse de que estás sentado en mi cocina haciendo halagos a mi figura.
-Yo no llamaría a Michelle mi novia. Es una mujer con la que he salido en un par de ocasiones nada más.
-Qué ha sucedido? ¿Se ha vuelto demasiado posesiva?
-De momento tengo demasiado trabajo como para dedicarme a cortejar a una mujer - dijo Nick cuyo plan no consistía precisamente en hablar sobre su vida amorosa.
Miley movió la cabeza en un gesto admonitorio.
-Demasiado trabajo y nada de diversión...
Nick sintió una irritación inexplicable pero su poderosa lógica le hizo comprender enseguida por qué.
Durante el tiempo que Miley había convivido con él escuchando y obedeciendo dócilmente nunca lo había cuestionado en aquel tono.
Era evidente que había salido del capullo al que él se había acostumbrado y estaba manifestando opiniones que iban más allá de lo aceptable.
-Más consejos marca Beth? - preguntó con suavidad y como había sospechado Miley se ruborizó intensamente.
El no conocía a su amiga aunque había oído hablar frecuentemente de ella.. normalmente en relación con algún ridículo tema feminista.
Evidentemente Miley se estaba dejando arrastrar por una oleada de «poder femenino» que nada tenía que ver con ella.
Lo que demostraba lo crédula que era y hasta qué punto necesitaba que alguien la apartara de los posibles peligros que la acechaban.
¿Y quién iba a hacerlo si no?
Desde luego no su liberal amiga que probablemente odiaba a los hombres.
-Beth tiene mucha experiencia - dijo Miley a la defensiva - Tiene contacto con toda clase de gente en los tribunales y es lógico que haya desarrollado una duro caparazón. Ella no se deja camelar así como así.
-Que es lo que te sucedió a ti ¿no?
El enfado de Nick con la ausente pero influyente amiga de Miley no hacía más que aumentar.
Al ver el testarudo silencio en que se mantenía Miley su expresión se endureció.
-No creo que nadie te pusiera una pistola en la cabeza para que trabajaras para mí. De hecho yo ni siquiera tenía necesidad de ofrecerte ese trabajo un trabajo muy generosamente pagado por cierto. Pero siempre podrías haberlo rechazado.
sábado, 26 de enero de 2013
Un rencuentro volatil cap 15
Demi le devolvió el beso apasionadamente mientras él le abría las piernas para acariciar le los húmedos pliegues entre los muslos.
Estaba tan húmeda tan excitada que cuando él rozó el capullo escondido entre sus rizos tuvo que morderse los labios para no gritar.
Joe le introdujo un dedo en su interior y Demi se dejó llevar por las sensaciones agarrándose a sus hombros su útero contrayéndose de excitación.
Las olas de placer llegaban cada vez más rápidamente mientras ella movía las caderas adelante y atrás… y la sacudió el orgasmo con una explosiva intensidad que parecía no terminar nunca.
Que no había terminado cuando Joe se quitó los calzoncillos para entrar en ella con masculina energía.
Demi se sentía tan increíblemente excitada que gritó:
–¡No pares!
–No lo haré
Sujetándola de las caderas Joe se enterró en ella hasta el fondo.
Demi disfrutaba de cada embestida pero de repente no podía respirar y dejando escapar un desinhibido grito de satisfacción sintió que el mundo se rompía en pedazos a su alrededor.
– No he usado preservativo – murmuró Joe después intentando llevar aire a sus pulmones.
Ella sonrió besando su hombro cubierto de sudor.
–No importa.
Al día siguiente Demi tuvo un par de video conferencias con dos de sus mejores clientes y luego salió del estudio para que pudiera usarlo Joe .
Por primera vez en muchos mesesse sentía feliz y sabía que esa renovada alegría de vivir se debía a su marido.
Durante el mes que siguió su felicidad fue en aumento.
Pasaban los fines de semana en un hotel en Marrakech donde visitaban galerías de arte cenaban en fabulosos restaurantes y tomaban alguna copa en los clubes y las terrazas de moda.
Durante la semana tenían una rutina de trabajo compartiendo el estudio por las mañanas… sólo con alguna discusión sin importancia.
El resto del tiempo lo pasaban buceando paseando por la playa o explorando diminutos pueblos en las montañas donde el tiempo parecía haberse detenido.
Cuando no tenían ganas de hacer nada se relajaban en la piscina o comían en la playa.
Se habían convertido en amantes felices el uno en la compañía del otro cómodos en el silencio.
Cuando volvieron a Londres su reconciliación había durado seis semanas y Demi ya tenía la secreta esperanza de haber concebido de nuevo.
De vuelta en Londres justo antes de que Joe entrara en el ascensor para ir a comer con Demi su ayudante lo llamó para que volviese a la oficina urgentemente.
Se había acostumbrado a tener a Demi a su lado continuamente mientras estaban en Marruecos y había pensado darle una sorpresa pero sabiendo que su ayudante sólo lo llamaría si se trataba de algo urgente volvió a la oficina de inmediato.
Desconcertado se encontró hablando con un abogado francés al que no conocía Edouard Arpin.
Y lo que Edouard Arpin tenía que decirle fue una sorpresa muy desagradable:
Oleia Telis había muerto en un hospital de París a consecuencia de una neumonía y su entierro había tenido lugar el día anterior.
Joe se quedó atónito por la noticia sobre la joven griega de la que había estado enamorado cuando era joven pero lo que más le sorprendió fue que Oleia lo hubiese convertido en su heredero.
Y aparentemente,su presencia era necesaria en París deinmediato.
Sacudió la cabeza apesadumbrado.
Tenía al menos una docena de preguntas que hacerle al abogado pero el hombre ya había cortado la comunicación.
¿Por qué lo habría nombrado Oleia su heredero?
Y en el peor momento además.
Demi y él habían retomado su matrimonio y lo último que necesitaba era la sombra de una antigua amante.
Y Oleia precisamente de quien Demi tenía razones para sospechar.
¿Oleia exótica y alegre como un pájaro había muerto?
Le parecía imposible.
Cuando recordó su último encuentro con ella tuvo que hacer una mueca.
No no había sido su mejor momento.
Había pasado más de un año desde la última vez que la vio y nisiquiera sabía que se había ido a vivir a París.
No tenía parientes pensó entonces.
Era huérfana había sido criada por su padrino y se había independizado a los dieciocho años cuando recibió la extensa fortuna de sus padres.
¿Pero qué podía haberle dejado en su testamento?
Un rencuentro volatil cap 14
En la terraza tomaron yogur fruta fresca y cruasanes rellenos de chocolate.
Cuando terminaron de desayunar Joe por fin había recuperado el buen humor y salieron de la casa para pasear por la playa.
Demi se quitó el pareo y empezó a jugar en la orilla como una niña…
–Nunca pudimos relajarnos así cuando estábamos casados. Entonces yo trabajaba demasiado – dijo Joe con expresión apenada – Sólo llevábamos juntos unas semanas cuando te quedaste embarazada de modo que no nos conocíamos bien…
–Sí es verdad – reconoció Demi – Entonces no lo veía así pero es cierto.
–Tuvimos que portarnos como adultos y yo no estaba preparado para esa responsabilidad – siguió diciendo él mirando el mar.
–No tuviste tiempo para acostumbrarte a la idea de ser padre.
Joe giró la cabeza para mirarla.
–En lo que se refiere al niño era algo más que eso.
–¿Algo más?
Joe hizo una mueca.
–Yo no tuve una infancia feliz. Nadie me trató mal pero sencillamente no fui un niño deseado o querido. No sé qué hice para que fuera así pero mi madre parecía sentir repulsión cada vez que la abrazaba y mi padre no tenía tiempo para mí… Sin embargo Titos recibía todo su cariño – le contó encogiéndose de hombros después de tan sorprendente revelación como si estuviera por debajo de él reconocer cuánto le dolía.
Demi tuvo que hacer un esfuerzo para disimular su compasión porque sabía que a Joe le resultaba muy difícil hablar de cosas tan personales.
–No lo sabía – murmuró.
–Entonces decidí que nunca tendría hijos – siguió diciendo él – No quería hacerle a un niño el daño que me habían hecho a mí y temía ser tan frío como mis padres.
Demi se quedó helada porque jamás se le había ocurrido que tuviera dudas sobre su capacidad para ser un buen padre.
Había atribuido sus reticencias a algo más superficial y egoísta.
–Yo creo que si tuvieras oportunidad serías un buen padre. Tú no eres como ellos – le dijo – Soy la primera en admitir que apenas los conozco pero por lo que he visto me parecen unas personas frías y sin sentimientos.
Joe tuvo que sonreír.
–Eres muy amable – murmuró burlón antes de besarla con un fervor que hizo que se le doblasen las rodillas.
Demi puso las manos sobre sus hombros para no perder el equilibrio y lo miró con el corazón en la garganta.
Era una reconciliación falsa se recordó.
No quería volver con Joe y no quería amarlo.
Pero él no lo sabía y eso la hizo sentir culpable porque ella no era una persona deshonesta.
Sin embargo cuando volvió a besarla su mundo se puso patas arriba.
Sentía un calor insoportable en la pelvis sus pezones endureciéndose bajo el biquini.
Estaba preguntándose si tenía que amarlo para acostarse con él pero Joe la sacó de ese conflicto sugiriendo que se bañasen un rato.
No parecía querer seguir con lo que habían dejado a medias y Demi no se atrevió aprotestar.
Dos días después llegó el segundo ramo de rosas.
< Te echo de menos. Robert > decía la tarjeta.
–¡Esto es ridículo! – exclamó Joe rompiéndola en pedazos – ¿Qué pretende ese hombre?
–Nuestra reconciliación tomó a Robert por sorpresa – intentó explicar Demi – Y está siendo deliberadamente provocador… lo cual es muy raro en él. Pero debe de ser culpa mía que se sienta abandonado.
–¿Qué significa Miller para ti? –le espetó Joe .
– Somos amigos y le tengo mucho cariño pero no quiero hablar de él. Ahora que estoy contigo otra vez todo ha cambiado.
Aunque molesto por su reticencia Joe decidió dejar el tema.
Pasaron la tarde buceando y el día terminó con una cena en un restaurante del puerto.
Cuando volvieron a lavilla Abu les sirvió un té de menta con pastelitos que se derretían en la boca.
Joe le entregó entonces una cajita de piel.
–Lo compré en Londres y me gustaría que te lo pusieras.
Dentro de la caja había un anillo y Demi lo miró sorprendida.
–¿Es demasiado pronto?
Abruptamente Joe se levantó para dirigirse a la barandilla de la terraza mirándola con impaciencia
–Estoy intentando respetar las reglas que tú has impuesto pero no es fácil para mí. No quiero ser tu nuevo amigo moli mou.
Desconcertada y confusa por el deseo de echarse en sus brazos Demi miró el anillo de nuevo.
Le parecía algo tan tradicional para un hombre que rara vez era predecible…
–Quiero ser tu amante ...tu marido.... el padre de tu segundo hijo – siguió Joe con voz ronca.
Esa declaración envió un escalofrío de anhelo por su espina dorsal.
Como amante era fabuloso y resistirse a su poderoso carisma era cada día más difícil porque ya no era la joven inocente que había sido cuando lo conoció.
Pero debía hacerlo.
Aún era demasiado pronto.
Esa noche sola en la enorme cama Demi se cuestionó si estaba fingiendo con Joe .
Desde luego no estaba fingiendo que se sentía feliz.
Joe era muy buena compañía y le había contado cosas de su infancia algo que no había hecho cuando estaban casados.
Esa demostración de confianza y su evidente intención de hacer las cosas de otra manera significaban mucho para ella porque Joe era un hombre muy independiente nada sentimental y nada dado a examinar sus actos.
De nuevo Joe era en lo primero que pensaba por la mañana al despertar y en lo último que pensaba cuando se iba a dormir.
Pero aunque él no lo sabía dormir sola había sido una manera de declarar su independencia.
Algo le decía que no sería sensato usar el sexo como recompensa cuando era algo que Joe podía tener cuando quisiera.
Ignorar eso sería una estupidez por su parte.
«El padre de tu segundo hijo».
Que hubiera dicho eso le emocionaba hasta tal punto que sus ojos se llenaron de lágrimas.
No podía negar que le gustaría tener otro hijo.
Había un espacio vacío dentro de ella que sólo podía ser llenado por un niño tuvo que reconocer.
Tal vez ésa era la curación que necesitaba…
Antes de que pudiese cambiar de opinión Demi saltó de la cama y cruzó el pasillo hasta la habitación que ocupaba Joe .
Él estaba tumbado en la cama con un calzoncillo oscuro viendo un canal de noticias económicas.
Al oírla entrar giró la cabeza sorprendido.
Pero Joe era como siempre un hombre astuto y flexionando sus poderosos músculos se sentó en la cama y alargó una mano en muda invitación.
Con el corazón latiendo a mil por hora Demi aceptó esa mano.
–No hay marcha atrás yineka mou.
Era tan típico de Joe mostrarse agresivo y aprovechar un momento de debilidad poniendo condiciones que Demi casi estuvo a punto de soltar una carcajada.
–Muy bien – asintió.
–Y mañana te pondrás mi anillo y no volverás a quitártelo.
Demi miró sus ojos dorados el corazón palpitando dentro de su pecho.
No podía creer que tuviese tanta cara… estaba ofreciéndole sexo sólo si se comprometía a un matrimonio a largo plazo.
Si algo demostraba cuánto había cambiado y madurado Joe era esa proposición.
Pero había vuelto a vivir con él a cambio de que su padre pagase la deuda de Crystal y no había pensado bien lo que estaba haciendo.
Era el momento de tomar una decisión y Demi se dio cuenta en ese instante de que nohabía la menor duda.
Sólo había un hombre en el mundo para ella sólo un hombre le hací asentir lo que Joe le hacía sentir y no podía decirle adiós le costase lo que le costase esa decisión.
Seguía amándolo a pesar de todo.
Seguía amándolo más de lo que había creído que podría amar a una persona.
Joe se inclinó hacia delante para buscar sus labios y ese contacto despertó el fuego que ardía dentro de ella.
miércoles, 23 de enero de 2013
Un rencuentro volatil cap 13
Demi se quedó asombrada.
¿Estaba dispuesto a hacer ese esfuerzo cuando nunca antes lo había hecho?
Pero Joseph Volakis era un adicto al trabajo y si él estaba dispuesto a olvidarse de la naviera Volakis ella podía hacer lo mismo se dijo.
Sonriendo por primera vez en muchos días Demi se levantó de la cama y llamó a Belle su ayudante para decirle que se iba de vacaciones.
Entre las dos revisaron su agenda para informar a los clientes de que debían esperar unos días o decirles que hablaría con ellos por videoconferencia.
Con un sencillo pantalon jean y una bolsa de viaje Demi se dirigió al aeropuerto con el corazón sorprendentemente alegre.
Experimentaba una emoción que no había sentido en mucho tiempo y que la hizo ruborizarse como una adolescente cuando subió al jet privado de Joe y se encontró con la mirada de su marido.
Tenía los ojos más bonitos que había visto nunca se vio obligada a admitir.
Y ese pensamiento le exasperó.
Desde que rompió con él había intentando controlar sus emociones porque el dolor le había enseñado a protegerse a sí misma... pero desgraciadamente cuando estaba con Joe se olvidaba de todo eso.
Crystal había dicho que era el amor de su vida una afirmación que ella rechazaba.
No ya no amaba a Joe se recordó con una pizca de orgullo.
Había superado su corazón roto después de la ruptura de su matrimonio.
La cruda realidad había destrozado sus ilusiones cuando Joe no pareció compartir su dolor y siguió adelante aparentemente inmune a la depresión a la pena a la desolación que la muerte de su hijo había provocado en ella.
Aunque empezaba a sospechar que esa interpretación no era justa del todo Demi había aprendido a vivir sin él y sin el aura sensual que lo acompañaba a todas partes.
Su padre la había chantajeado para que le diese otra oportunidad a ese matrimonio y no tenía intención de creer que pudiese llegar a buen puerto.
Sólo era una reconciliación temporal durante un año.
¿Podría vivir con Joe durante todo un año y no poner en peligro su corazón? se preguntó.
Joe había vivido con ella durante su matrimonio sin demostrarle que era realmente importante para él.
Había mantenido los pies en el suelo y esa vez ella haría lo mismo se prometió.
–¿Dónde estamos? – le preguntó unas horas después mientras bajaban del avión en un soleado aeropuerto.
–En Marruecos – respondió Joe .
Joseph recogio los pasaportes y poniendo una mano en su cintura para llevarla a la limusina que los esperaba a pie de pista
– Un amigo me ha ofrecido su casa en la costa.
Demi que ya había sacado esa conclusión por el calor el paisaje y porque todo el mundo hablaba en árabe o francés se relajó.
Viajaron hacia la costa siguiendo una ruta montañosa con un fabuloso paisaje de valles cubiertos de olivos y árboles frutales.
Los almendros estaban florecidos sus capullos como nubecitas blancas.
Empezaba a atardecer cuando la limusina se detuvo frente a una enorme casa pintada de blanco rodeada de lujosos jardines.
Al bajar del coche Demi escuchó el sonido de las olas golpeando la playa y respiró la brisa del mar.
–¿Has estado aquí alguna vez? – le preguntó.
–Cuando era estudiante – respondió Joe .
–¿Ah, sí?
–Fui al colegio con Alexei Drakos. Esta casa es suya – dijo él tomando su mano para llevarla hacia el jardín.
Demi se quedó impresionada por esa referencia a uno de los hombres más ricos del mundo pero no dijo nada.
Joe se detuvo al borde de una piscina desbordante frente a una cala de arena dorada.
–Es un sitio fabuloso. En un mundo perfecto te habría traído aquí de luna de miel.
Demi recordó las primeras semanas de su matrimonio cuando Joe había tenido que concentrarse en salvar la naviera familiar más que en su nueva esposa.
Pero sería mejor olvidar tan amargos recuerdos.
En la entrada de la casa fueron recibidos por Abu un empleado que llevaba una larga chilaba blanca y que se mostró encantado de tener invitados.
Decorada a la manera árabe tradicional con colores fuertes azulejos pintados a mano y opulentas telas la casa contaba además con todo tipo de lujos y las más modernas tecnologías.
Y el dormitorio principal tenía un cuarto de baño de mármol dorado que parecía sacado de Las mil y una noches.
–Tú puedes usar esta habitación – dijo Joe – Yo usaré una de las habitaciones de invitados.
Después de una cena fabulosa Demi disfrutó de una relajante ducha y luego envuelta en un vestido de algodón se sentó en la terraza desde la que podía ver el mar las montañas el puerto y hasta los minaretes de las mezquitas de un pueblo cercano.
Sonriendo le envió un mensaje de texto a su ayudante para decirle dónde estaba y luego por fin se tumbó en la enorme cama y cerró los ojos sintiéndose más relajada que en muchos meses.
¿Por qué? se preguntó.
¿Tal vez saber que Joe estaba cerca hacía que se sintiera segura?
Cuando despertó un par de empleadas estaban colgando su ropa en el armario y sintiéndose estupendamente descansada sonrió a las dos jóvenes en su oxidado francés y examinó la ropa que Joe le había prometido.
La selección era impresionante pero eligió un sencillo biquini azul y un pareo antes de bajar a desayunar.
Abu la recibió al pie de la escalera y la informó de que habían llegado flores para ella.
Cuando le mostró el magnífico ramo de elegantes rosas blancas Demi salió a la terraza donde Joe estaba tomando el desayuno.
–Las flores son preciosas muchas gracias.
Él la miró con el ceño fruncido.
–¿Qué flores? Yo no te he enviado flores.
–Ah…
Demi volvió al interior de la casa para investigar y esa vez encontró una discreta tarjetita entre las flores.
< Pensando en ti. Robert >
Joe leyó el mensaje por encima de su hombro sin poder creerlo .
–¿Cómo se atreve?
Mortificada por haber pensado que Joe le había enviado las rosas Demi tragó saliva.
–Le diré a Abu que las tire – anunció él.
–No de eso nada. Son preciosas – protestó Demi – Además ¿por qué no va enviarme flores Robert?
–Porque es inapropiado – respondió él mirándola con expresión airada – Eres mi mujer.
Demi se encogió de hombros.
No tenía intención de involucrarse en una absurda discusión por un ramo de flores.
Un rencuentro volatil cap 12
Al día siguiente Robert se quedó sorprendido cuando Demi le contó lo que había pasado.
–¿Vas a volver con Joseph Volakis? ¿Por qué?
–Cuando nos vimos en la casa de Francia me pidió que le diese otra oportunidad – admitió ella nerviosa – Lo he pensado y he decidido que tiene razón…
–Pero tú eras infeliz con él.
–Las cosas empezaron a ir mal cuando murió nuestro hijo pero antes éramos felices.
–¿Y nosotros? – le preguntó Robert– ¿Qué pasa conmigo Demi ?
–Somos amigos nunca hemos sido nada más.
–¿Y de quién es la culpa? Tú querías esperar a que el divorcio estuviera finalizado…
–Seguimos siendo socios y no quiero que nos enfademos.
–Somos socios y eso no va a cambiar –asintió él con innecesaria vehemencia– Pero ya puedes decirle a Joe Volakis que no voy a permitir que compre mis acciones en Diseños Tallulah.
Después de tan emocional confrontación Demi agotada se preguntó si habría dejado que Robert se hiciera expectativas irreales.
Ella sólo lo quería como amigo y jamás había pensado en él como algo más.
A las siete de la tarde Demi llegó con su equipaje a la casa que Joe había comprado.
Era un edificio grande imponente amueblado de manera tradicional nada que ver con su antiguo apartamento.
De hecho parecía una casa familiar más que la vivienda de un hombre soltero.
Pero el estudio resucitó infortunados recuerdos del pasado cuando él no volvía a casa hasta altas horas de la madrugada o se quedaba trabajando hasta las tantas en su ordenador...
Demi dejó sus cosas en el dormitorio de invitados.
Iban a darse otra oportunidad pero eso no significaba que tuvieran que acostarse juntos de inmediato.
De hecho poner cierta distancia entre los dos mientras se acostumbraba a la idea de volver a ser su mujer le parecía lo mejor.
En cualquier caso se vistió con sumo cuidado para su primera cena en Londres eligiendo un vestido de flores que acariciaba sus muslos y se ajustaba a sus pechos.
Cuando oyó que se abría la puerta de entrada se levantó el corazón palpitando locamente y esperó en la puerta del salón adonde la había acompañado el ama de llaves.
Con un traje de chaqueta oscuro el cabello despeinado por el viento y sombra de barba Joe la miraba fijamente.
En su opinión la única palabra que podía definirlo era «hermoso».
Tenía la belleza de un predador.
–¿Tienes hambre? – le preguntó él a modo de saludo.
Y a ella le dio un vuelco el corazón el deseo sexual atravesándola como una espada.
–No la verdad es que no.
–Podemos comer algo charlar…
–Me he instalado en la habitación de invitados – dijo para dejar eso claro antes de nada.
–Muy bien. Espero que no te quedes allí para siempre pero soy un hombre paciente.
–Antes no lo eras.
Joe clavó en ella sus ojos dorados.
–Quiero que sigamos casados y haré lo que tenga que hacer para conseguirlo yinekamou.
Que fuese tan directo la sorprendió recordándole que se escondía detrás de la mentira de que quería volver con él por decisión propia.
–No será fácil.
–Un masoquista dijo una vez que nada que mereciese la pena era fácil de conseguir – bromeó Joe para romper la tensión.
El elegante vestido era mucho para una chica que una vez había pensado que una gota de perfume era el colmo de la formalidad de modo que Demi había hecho un esfuerzo pensó Joe .
Y podía ver lo nerviosa que estaba.
Aún no había entendido pensó con cierta ternura que el único vestido que admiraba era el que podía quitarle en un segundo.
Pero tendría que hacer un esfuerzo para disimular.
Demi se quedó dormida esa noche en cuanto puso la cabeza sobre la almohada el estrés y el agotamiento dejándola rendida.
Había vuelto con Joe y aunque no dormían juntos que él lo hubiera aceptado sin protestar o sin pedirle explicaciones le hacía saber que de verdad estaba dispuesto a intentarlo de nuevo.
Tal vez tendrían otro hijo se encontró pensando.
Pero enseguida se vio sobrecogida por un abrumador sentimiento de culpa y decidió que era demasiado pronto para pensar en ello.
No había manera de reemplazar al niño que había perdido.
Incluso pensar que podría algún día formar una familia era un paso demasiado grande para ella.
Una mano rozó su hombro suavemente y Demi abrió los ojos sorprendida.
Joe estaba al pie de la cama.
–Hola… ¿qué hora es?
–Temprano no te preocupes – dijo él – Es el día de nuestra reconciliación– le recordó luego – Y nos vamos de vacaciones.
–¿De vacaciones? – repitió Demi – ¿Por qué?
–A veces tengo buenas ideas –respondió Joe – Necesitamos tiempo para acostumbrarnos el uno al otro de nuevo y no creo que fuese fácil teniendo alrededor amigos yf amiliares. Así que nos vamos a mediodía.
–¿Adónde?
Él la miró con una sonrisa enigmática.
–Es una sorpresa. Pero todo está organizado así que no tienes que hacer nada. Nisiquiera la maleta.
–Pero… ¿cómo que no tengo que hacer la maleta? – exclamó Demi .
–Le he pedido a una amiga que envíe una selección de ropa de verano a la villa en la que
nos alojaremos. No quiero que tengas que preocuparte por nada… y no quiero que te enfades
es un regalo – se apresuró a decir Joe .
–¿Cuánto tiempo estaremos fuera? Yo tengo un negocio que llevar. Tengo clientes esperando…
Él le puso un dedo sobre los labios.
–Sólo por una vez piensa en nuestro matrimonio antes de nada. Eso es lo que yo voy a hacer. Los clientes van y vienen los matrimonios son mucho más frágiles – le dijo – Tenemos una oportunidad y vamos a aprovecharla moli mou.
Un rencuentro volatil cap 11
Esa noche Demi llamó a su padre y aunque no parecía muy comprensivo tampoco serió de la situación como había temido Crystal.
–¿Por qué no le pides ayuda a tu marido? Ah sí se me había olvidado te aburriste de él y lo dejaste plantado.
Sorprendida por el sarcasmo Demi murmuró:
–No no fue así.
Pero era evidente que Anatole no estaba interesado en escuchar su versión de la historia.
En su opinión cuando presionó a Joe para que se casara con ella había ayudado a Demi a «casarse bien» y al dejar a su marido había tirado por la ventana esa oportunidad.
–Mira estaré en Londres el miércoles – le dijo abruptamente – Nos veremos para comer en el sitio de siempre a la una.
Demi colgó angustiada.
Seguía sin saber si estaba dispuesto a ayudarla a evitar que su madre tuviese que ir a juicio.
Ella sabía bien que Anatole estaba resentido por haber tenido que mantener a Crystal y a la hija ilegítima que había tenido con ella.
Cuando volvió de la oficina después de pasar todo el día trabajando para un cliente que cambiaba de opinión cada cinco minutos encontró a su madre deshecha en lágrimas.
–¿Qué ha pasado?
–Roger va a presentar la denuncia el lunes – le contó Crystal clavando en ella unos ojos asustados – Demi ¿qué voy a hacer? Tu padre no va a ayudarme…
–He quedado a comer con él el miércoles.
–Seguramente sólo quiere verte para que le cuentes los detalles y reírse de mí.
–Esperemos que no – respondió Demi .
Aunque había tenido una aventura con otro hombre mientras estaba comprometida y embarazada de Anatole algo que él nunca le había perdonado Crystal lo había demandado para exigir una pensión alimenticia.
De modo que era comprensible que Anatole no sintiera ningún cariño por ella.
En cualquier caso Demi sabía que su padre no actuaba por compasión.
Anatole Karydas era un empresario y no ganaba dinero siendo blando.
Por otro lado era su única salvación.
No podía pedirle dinero a Joe cuando estaban en medio de un divorcio.
–Tengo que hacerte una proposición – le dijo Anatole directamente.
Anatole era un hombre bajito y grueso de pelogris e inteligentes ojos oscuros cuando estaban comiendo en su restaurante italiano favorito.
–Te daré el dinero para evitar que Crystal tenga que ir a juicio pero sólo si aceptas volver con tu marido.
Absolutamente atónita por la oferta Demi estuvo a punto de atragantarse.
–Lo dirás de broma.
–No yo no suelo bromear con las cosas serias. Y valoro mucho mi relación con los Volakis… son gente muy importante con influencia en Atenas.
–¿Y cómo puede favorecerte eso a ti? Nadie sabe que soy tu hija.
Anatole apretó los labios.
–Muchos de mis amigos y colegas saben que eres mi hija. Los padres de Joe lo contaron de modo que ya no eres un secreto. ¿Y por qué ibas a serlo?
–Lo he sido casi toda mi vida –le recordó Demi .
Él hizo un gesto con la mano.
–En cualquier caso me gustaría que volvieras con tu marido.
–Pero eso es ridículo…
–No no lo es. Es lo más sensato y la mejor opción que tienes – la contradijo Anatole aparentemente convencido – No quiero que termines como tu madre viviendo con un hombre y con otro hasta que termines en la calle y robando para sobrevivir. Quiero que mi hija tenga una vida normal y Joseph Volakis puede darte eso.
–¡Yo misma puedo darme eso! –exclamó Demi – Tengo una carrera y acabo deabrir una empresa…
–Aun así estarías más segura con Joe .
Demi se quedó helada porque Anatole Karydas jamás había mostrado preocupación por su bienestar.
–Sé que no he sido un buen padre para ti – reconoció él entonces – Sé que he cometido errores y he dejado que mi odio hacia tu madre y mi respeto por los deseos de mi mujer se interpusieran entre nosotros. Pero no quiero que quemes tus barcos con Joe Volakis. Así que si quieres el dinero para salvar a Crystal aunque no se lo merece tendrás que darle otra oportunidad a tu matrimonio durante al menos un año. Lo que ocurrió con tu hijo fue una tragedia lo sé y espero que lo superes con el tiempo.
Atónita Demi sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas.
–A los padres de Joe les dio completamente igual. Ni siquiera acudieron al funeral.
Anatole apretó su mano durante un segundo en un gesto torpe y enseguida la apartó incómodo.
Pero estaba claro que aunque no era capaz de expresarlo en palabras había sufrido al saber que Demi había perdido el hijo que esperaba con tanta ilusión y que hubiera sido su primer nieto.
–¿Aceptas mi oferta?
Irónicamente aunque estaba furiosa porque Anatole intentaba manipularla como había manipulado a Joe para que se casara con ella Demi no podía evitar sentirse conmovida por su preocupación.
¿Y cómo iba a dejar que su madre fuera a juicio y tal vez a la cárcel?
Se daba cuenta de que tendría que hablar muy seriamente con ella intentar convencerla de que no podía vivir por encima de sus posibilidades e instigar cambios en su comportamiento para evitar que volviera a hacer algo así.
–Sí… la acepto – respondió finalmente.
Se negaba a pensar en profundidad sobre el matrimonio con Joe y sencillamente aceptó que estaba poniendo su orgullo y su independencia en una pira funeraria para ayudar a su madre.
Como no habría podido soportar el tono satisfecho de Joe decidió enviarle un mensaje de texto como una adolescente decidida a evitar una confrontación.
"Joe he cambiado de opinión. Estoy dispuesta a intentarlo de nuevo si aún es lo que quieres."
Joe la llamó mientras esperaba que su madre volviera a casa.
–Iré a buscarte para cenar…
–No esta noche estoy ocupada – lo interrumpió ella– Haré la maleta y te veré mañana en el apartamento.
–Vendí el apartamento el año pasado y compré una casa – dijo Joe antes de darle la dirección su acento griego más pronunciado que nunca – Demi … no lo lamentarás.
Ella esperaba que así fuera.
Aunque Joe pensaba que volvía con él por voluntad propia Demi no veía razones para contarse la fea verdad.
¿Qué conseguiría con eso?
Estaba haciendo la maleta cuando Crystal volvió a casa y al recibir la noticia de que Anatole estaba dispuesto a darle el dinero se quedó completamente petrificada.
–¿En serio? Jamás pensé que Anatole fuera un buen samaritano.
–Ha puesto un precio… para las dos –le explicó Demi – Yo tuve que aceptar darle otra oportunidad a mi matrimonio con Joe … y tú tienes que buscar un trabajo mamá.
–¿Un trabajo? –repitió Crystal– ¿De qué estás hablando? ¿Qué podría haceryo?
–No lo sé pero tienes que intentarlo –respondió Demi – Tal vez podrías vender cosméticos en unos grandes almacenes eso es algo que conoces bien. Tienes que encontrar un trabajo y dejar de vivir por encima de tus posibilidades.
–Pero llevo años sin trabajar…
–No necesitas que un hombre te mantenga mamá. Ya no tienes que pagar tarjetas de crédito así que harás lo que hace todo el mundo: trabajar para vivir y tener un presupuesto mensual.
Crystal parpadeó.
–Estás loca.
–No te estoy diciendo lo que debes hacer. Anatole te ha rescatado ahora pero no volverá a hacerlo estoy segura. Sé que no será fácil para ti empezar de nuevo y dejar atrás viejas costumbres pero eres más fuerte de lo que crees mamá. Y las cosas tienen que cambiar. No puedes gastarte un dinero que no tienes.
–Podría hacerlo si mi hija que está casada con un millonario me ayudase – protestó su madre.
–No voy a pedirle a Joe que te dé dinero lo siento. Ya es suficiente con verme forzada a volver con él cuando no quiero hacerlo.
–A mí no puedes engañarme –dijo Crystal entonces – Yo sé que no volverías con Joe Volakis si no quisieras hacerlo. Ese hombre es el amor de tu vida .
Crystal seguía enfadada pero unas horas después Demi había conseguido extraerle la promesa de que lo intentaría.
La prometida del desierto cap40
La boca expresiva de él se curvó en una mueca.
—Mi madre no está muerta.
—Pero Zulema me dijo...
—Te aseguro que está muy viva. Es la mujer de un prominente político francés con intensa vida social y la madre de otros dos hijos.
—¿Se divorció tu padre de ella entonces?
—Se divorció ella cuando volvió con su familia. Mi padre era demasiado orgulloso como para admitir que él sólo fue un romance de vacaciones y difundió el falso informe de su muerte.
Miley estaba fascinada.
—¿Un romance de vacaciones?
—La madre de Laila había muerto dejando a mi padre viudo con cuatro hijas. Conoció a mi madre en París — explicó Nick con calma — Ella era joven rica y caprichosa y pensó que podría ser divertido casarse con un príncipe árabe. Mi abuelo estaba todavía en el trono entonces...
—¿Me estás diciendo que tu madre era francesa? ¿Cristiana?
—Sí pero eso no supuso ningún problema. Más de un tercio de la población de Datar es cristiana.
Miley se había olvidado de la historia.
Hacía un siglo un gran número decristianos coptos de Egipto se establecieron en Datar.
Su presencia había llevado aun mayor grado de tolerancia religiosa que en los demás países musulmanes.
Pero estaba asombrada de enterarse de que Nick era medio francés.
—Me parezco a mi padre no a mi madre.
—¿Cuánto tiempo estuvieron casados?
—Más tiempo del que ella hubiera deseado porque se quedó embarazada el primer mes y se fue de Datar cuando yo tenía dos semanas.
—Tu padre no le permitió que te llevara con ella.
—Tampoco tenía ella deseos de hacerlo. Un niño mestizo la hubiera avergonzado
Nick suspiró con exasperación
— Mi padre estaba profundamente enamorado de ella. Era un hombre mayor pero no muy prudente según el punto de vista occidental. Era mucho más vulnerable al fracaso y que me rechazara a mí fue lo que más le dolió.
Miley se había puesto roja.
Imaginarse al viejo tirano como ella siempre le había catalogado como a un hombre vulnerable y poco sofisticado le había impactado.
—¿Te has puesto alguna vez en contacto con tu madre?
—Sólo una vez. Fui a verla aunque mi padre me había advertido que sería una tontería
Apretó el vaso con fuerza
— Si hubiera visto un esqueleto no hubiera quedado más horrorizada. No quiere recordar que estuvo casada otra vez ni que tiene otro hijo porque a su marido no le gusta nuestra raza. En presencia mía le hizo jurar a un sirviente que mantuviera el secreto.
—¡Qué odioso hacerte eso! —exclamó Miley con ardor.
—Parece como si te importara aziz.
Miley se paralizó y su mirada tropezó con aquellos ojos intensos.
Desvió la mirada a toda velocidad guardando su corazón y su lengua.
—Por supuesto que me importa. Ni siquiera a mi peor enemigo le desearía una experiencia como esa.
—No sufrí mucho. Tenía a un padre que me amaba y al llegar a los tres años también a una madrastra que me crió como si fuera hijo suyo. También tengo dos hermanas más jóvenes las hubieras conocido si nuestra boda no hubiera sido así. Las dos están casadas y viven en el extranjero.
—Así que tú eres el único hijo.
—Lo que explica por qué mi padre es tan exagerante protector conmigo. Laila no bromeaba. Si estornudo en su presencia se pone pálido. He deseado muchas veces que Alá le hubiera bendecido con más hijos.
«Su amado hijo» recordó Miley que había dicho Laila.
Seis hijas y un solo hijo que debía haber sido más precioso qué el oro al nacer pero que le había cargado en las espaldas con muchas expectativas.
La imagen de su suegro había sufrido un vuelco:
no el viejo tirano sino un padre amoroso e hiperprotector.
—Mi padre empezó a tener esa desconfianza en el mundo occidental cuando su matrimonio falló. Por esa misma razón yo fui educado en Datar..
Miley casi soltó un gemido.
—Y entonces la única vez que te dejó ir a occidente...
—Te conocí a ti —Nick apuró el vaso y lo dejó a un lado— Y cuando lleguen las lluvias y te vayas dirá... No no quiero pensar ahora en lo que dirá.
No dudaba que habría toda una semana de celebraciones y la relación entre padre e hijo se restauraría.
—Por supuesto... él no quería que te casaras conmigo.
—No no quería.
—Entonces ¿por qué lo hiciste? — susurró con impotencia.
Al comprender ahora lo que le habría costado a Nick desafiar a su viejo padre.
Los árabes honraban a sus padres.
Los hijos árabes siempre obedecían los deseos paternales sin cuestionarlos como si se trataran de leyes.
—Ya te he dicho por qué.
Nick estaba otra vez como una máscara impenetrable.
—¿Tanto me deseabas?
—¿Crees que tengo la costumbre de raptar mujeres y casarme con ellas a toda velocidad? —una repentina sonrisa le surcó los labios — He oído que ya has inspeccionado los establos. ¿Sabes montar a caballo?
niñas de mi alma como andan?
yo aqui alas prisas por qe como ya termine la secundaria estoy buscando universidad :$
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pero bueno tratando de subir un poco cada dia (:
aqui les dejo estos caps dedicados a :
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marina♥ gracias tesoro por comentar
mitchie amiga te extraño y a todas las demas C:
LAS AMODORO♥ CUIDENCE PRECIOSAS *-*
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La prometida del desierto cap39
—¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó Laila con incredulidad.
—Me llevo a mi mujer a casa — anunció con agresividad Nick como si esperara una pelea — También me llevaré a una enfermera.
Laila estaba haciendo un esfuerzo por mantener la compostura.
—Lunas de miel. Me hace sentir cada año de mi edad.
Mientras su hermana se iba a hacer los arreglos oportunos Razul la envolvió en un dorado escrutinio que la cautivó.
—Va a ser el verano más feliz de tu vida —prometió apasionado.
Entonces la sacudió una punzada de pena profunda.
El final del verano era peor destino que la muerte.
¿Por qué tenía Nick que seguir mencionándolo?
Era comoponer sal en una herida abierta pero tampoco tenía sentido evitar la realidad se recordó con dolor.
Esa tarde Nick se acercó a ella por el césped con movimientos fluidos y felinos con su ropa del desierto pero con aquel fruncimiento aristocrático que indicaba que estaba a punto de ponerse difícil.
—Normalmente a esta hora te echas una siesta — le recordó Nick eslizaba aquellos ojos felinos donde estaba ella reclinada a la sombra de un árbol leyendo un libro.
—Me siento en plena forma.
—Pero todavía estás pálida y pareces débil.
Miley bajó la cabeza.
Sólo una semana atrás había bajado sus defensas y quemado los puentes para arrojarse a los pies de Nick .
Nunca en sus peores pesadillas se había imaginado sacrificando su orgullo hasta tal límite.
¿Y con qué resultado? se preguntó a sí misma con el resentimiento que había empezado a invadirla durante la semana anterior.
Por algún motivo Nick había pasado de aquel breve instante de júbilo en el hospital a un estado de ánimo frío y distante.
Era extremadamente educado y atento.
Le llevaba flores y la visitaba varias veces al día pero lo mismo que si se tratara de un invitado que no fuera mas íntimo.
—¿Cuándo vamos a irnos al desierto? —preguntó sin rodeos.
—Quizá el próximo mes cuando bajen las temperaturas. No aguantarías el calor que hace ahora.
—Estoy bastante segura de que podría....
—No tienes ni idea de lo que estás diciendo —dijo con frialdad de hielo— ¿Y crees que yo te lo permitiría? En esta época del año el desierto es un horno y emprender ese viaje sería una locura.
Miley apretó los dientes.
—¡Puedes ocupar tu propia tienda si es eso lo que te preocupa!
En cuanto lo dijo hubiera deseado meterse bajo la hamaca y desaparecer.
Pero la humillación más profunda había empezado a acosarla.
¿Es que Nick ya no la encontraba deseable?
¿Estaría deseando deshacerse de ella y abrazar a Selena sin retraso?
Levantó la vista involuntariamente y captó el brillo felino de sus ojos dorados y el arqueo divertido de sus labios.
—¿Se está haciendo solitaria tu cama? —Miley se sonrojó hasta la raíz del pelo— Parece que me estoy convirtiendo en un objeto sexual. Y no me es del todo desconocido este papel. Otros miembros de tu sexo ya me han visto bajo esa óptica. Sólo que tú eres mi esposa.
—¡Temporalmente! — explotó Miley furiosa porque pudiera leerle los pensamientos con tal facilidad.
—Y como no tengo deseos de ser ofensivo...
—Pues lo haces muy bien ¿sabes? —interrumpió Miley .
—No soy tu gígolo.
—¿Perdona?
Miley estaba tan furiosa que apenas podía hablar.
—A ti te gustaría mucho que yo fuera a tu cama cada noche en silencio y saliera al amanecer con el mismo silencio. Podrías obtener placer físico conmigo sin tener que dar un átomo de ti misma. No dejaré que me uses de esa manera. Cuando aprendas a hablar conmigo compartiré tu cama.
—No quiero hablar contigo... no te quiero en mi cama... De hecho me gustaría que dieras un salto y aparecieras en la próxima colina.
—Pero yo sé que nada de eso es verdad — dijo Nick con delicado énfasis — Simplemente no puedes soportar que te contradigan. ¿Es que nunca te disciplinaron de pequeña?
Miley se quedó con la boca abierta.
—Lo pregunto porque yo tuve un arrebato como los tuyos una vez... pero me disciplinaron. Y me hizo mucho bien.
Miley apretó las manos y contó despacio hasta diez.
Nick se sentó en la hamaca más próxima.
—Me gustaría tomar una bebida fría.
Miley levantó la jarra de zumo helado y empezó a servir un vaso.
—Y no me gustaría que me lo arrojaran encima.
—¿De verdad?
—Odiaría someterte a la indignidad de tener que tirarte al estanque más cercano. Los rumores acerca de la fuente el día de nuestra boda se han extendido por estos muros.
Ella se puso escarlata y contó hasta cincuenta.
—Que tu temperamento es del color de tu pelo ya no es un secreto para nadie.
La cuenta llegó hasta cien a una velocidad super sónica.
—Y ahora ¿de qué te gustaría hablar?
—De métodos de tortura y muerte. Me pones tan furiosa a veces —concedió miley con un gemido.
—Al menos no te aburro como mi padre aburría a mi madre.
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