wife by accident cap 27

A la mañana siguiente en el trabajo le dijo a Paul sin preámbulos:

—Me temo que tengo una noticia sorprendente que darte —tuvo que sujetarse al borde del escritorio porque sintió que el suelo se movía bajo sus pies— Voy a tener un bebé.

Se produjo un tenso silencio durante el cual Demi no se atrevió a levantar la mirada imaginando la conmoción que reflejaría el rostro dePaul.

—Eres un auténtico misterio Demi —dijo finalmente su jefe moviendola cabeza— Ni siquiera pensaba que hubiera un hombre en tu vida.

 —No lo hay — replicó ella secamente .

Arrepintiéndose de inmediato de la brusquedad de su respuesta pues imaginaba cómo se sentiría Paul.

A lo largo de los años se había desarrollado una autentica confianza entre ellos y ahora él pensaría que había malinterpretado por completo su personalidad

—Simplemente sucedió —añadió suavizando su tono de voz— Y no estoy segura de qué voy a hacer — terminó sentándose.

—Espero que nada precipitado —Paul la miró compasivamente cosa que hizo que Demi sintiera ganas de llorar— No es el fin del mundo — continuó él estrechándole la mano con sincero cariño— Tu trabajo estáseguro. ¿Hay alguna posibilidad de que el padre…?

—No — interrumpió Demi  alzando la cabeza — Ni lo sabe ni lo sabrá. Esto es problema mío .

 recordó a Joe diciéndole que los hijos eran para otros y que deseaba buena suerte a quienes se decidieran a tenerlos

—Gracias por garantizarme el trabajo Paul —añadió tratando de apartar de su mente aquellos pensamientos.

—¿Hay alguien a quien se lo puedas decir? ¿Algún familiar?

—No — sonaba triste, dicho así pero era cierto.

No había nadie y lasoledad de su situación se hizo patente con una oleada de desesperación.
Sabía que podría contar con los amigos pero nunca sería lo mismo quecontar con el apoyo de una familia.
Al final estaría sola.

Sola con un embarazo que no quería sola con un bebé sola con toda la responsabilidad aunque se dijo que no era la única persona que se encontraba en aquella clase de situación.

—Ellie te ayudará ya lo sabes —dijo Paul y Demi no contestó.

Ellie la esposa de su jefe era un encanto.
Tenía tres hijos pero como Paul se quedaría asombrada al enterarse de la noticia asombrada de que hubiera pasado lo inimaginable.
Como todos los que trabajaban con ella.

Acabarían sabiéndolo por supuesto y se convertiría en el tópico de conversación durante unos días.
Para Demi fue un alivio saber que su puesto de trabajo no corría peligro.
Además contaba con un techo y con varios buenos amigos.

Los primeros tres meses resultaron bastante llevaderos.
Todos sus amigos se mostraron comprensivos y todos ocultaron sucuriosidad por saber quién era el padre.

También estaban bastante más excitados que ella ante la perspectiva de que fuera a ser madre.
A Demi le vino bien que así fuera porque ella apenas sentía ilusionada al respecto.
La mayor parte del tiempo se sentía mareada y cansada y ansiosa el resto.

El embarazo empezó a hacerse patente y de vez en cuando se miraba el vientre maravillándose de lo que pasaba allí dentro fuera del alcancede la vista.

Cuando lo hacía su instinto maternal se despertaba pero sabía que no habría excitadas cuentas en el calendario ni animadas salidas a las tiendas para comprar ropa de bebé.
Aquello era sólo para mujeres con pareja.

El verano ya estaba acabando cuando Paul le sugirió un día que acudiera a una exposición floral.

—Yo no puedo ir —explicó su jefe— porque tengo que viajar pero túpuedes ir y llevar a algún amigo o amiga contigo. Han mandado dos invitaciones. Te gustará. Y te vendrá bien un cambio de rutina.

Demi miró con gratitud el amable rostro de Paul.
Estaba siendo maravilloso con ella animándola cuando la veía decaída y invitándola a comer a su casa al menos una vez por semana.

Tres días después tomó el tren para Londres con el encargo de echar un vistazo a la muestra y ver si encontraba alguna oferta que pudieran querer almacenar para el siguiente verano.

Cuando llegó el lugar estaba abarrotado.
Las muestras florales siempre solían atraer a mucha gente pero no esperaba encontrarse contanta.
En la entrada pensó que nunca lograría pasar al menos si hacerlorequería luchar a codazos con la riada de gente que la empujaba.

Pero una vez dentro la multitud se dispersó un poco y Demi pudo dedicarse amirar las flores y las plantas expuestas.

Había llevado un pequeño cuaderno y cuando veía alguna planta interesante tomaba sus datos por si decidían hacer un pedido.


Apenas llevaba cinco minutos en el recinto cuando oyó una voz conocida.
Al volver la cabeza y ver de quién se trataba se sintió como si estuviera a punto de caer por un precipicio.

Oyó que una mujer decía:

—¿Se encuentra bien, querida?

Demi asintió distraídamente a punto de seguir andando cuando oyó la voz de Caroline a su lado.

—¡Qué sorpresa Demi !