domingo, 23 de diciembre de 2012

La prometida del desierto cap33



Cuando salió como una nadadora novata que se hubiera sumergido a demasiada profundidad sus senos estaban desnudos inflamados y sus pezones vergonzosamente erizados.

Nick cerró una mano sobre la de ella cuando intentó cubrirse.

—No te avergüences... disfruta de tu belleza como hago yo — la apremió con voz ronca— Tu pelo tiene la gloria del amanecer y tu piel el brillo de las carmelias blancas.

Allí echada Miley sintió todo su cuerpo arqueándose hacia él y se quedó sin aliento.

—Pura... sin mancha.

Miley curvó los dedos reverentes sobre un montículo tembloroso y a ella se le contrajo el estómago y cerró los ojos ante la intolerable sensación que su dedo estaba produciendo en el sensible pezón.

Nick abarcó sus senos, los contoneó y exploró conmanos expertas y después bajó la cabeza morena para devorar un botón rosa en el ardor de su boca dejándola sentir sus dientes y el frote sensual de su lengua.

El corazónse le desbocó a Miley y perdió todo el control mientras arqueaba la espalda y se le escapaba un gemido febril.
Derepente estaba ardiendo viva en una oleada de atormentado placer.

No podía permanecer quieta.
Sus uñas se clavaron en la suave sábana y después volaron instintivamente hacia él arañándole los hombros enterrándose en su pelo hasta que con un gemido ahogado Nick tomó su boca de nuevo con una apasionada urgencia que la consumió.

Entonces deslizó uno de sus fuertes muslos entre los de ella mientras sus dedos jugueteaban sobre su tembloroso vientre.
Se agachó para besar sus senos de nuevo cubriendo lac arne ya febril con ardientes y ansiosos besos.

Se movió hacia la barrera de seda que cubría sus finas caderas deslizando una mano acariciante a lo largo del sedoso muslo de ella y dibujando todo el contorno de la extremidad temblorosa hasta el remolino de fieros rizos que ocultaba el verdadero corazón de ella.

Un sonido estrangulado escapó de los labios de Miley cuando él encontró la fuente del más insoportable placer.

Nick se inclinó sobre ella y le asió por el pelo mientras su cabeza se agitaba sobre la almohada con frenesí.
Miley tenía los ojos muy abiertos y nublados de pasión.

Nick la miró como un ansioso conquistador sus brillantesojos dorados cerrándose en los de ella mientras apretaba los nudillos en el punto más sensible de su cuerpo palpitante y murmuraba roncamente:

—Ahora dime que no te imaginaste esto la primera vez que posaste los ojos en mí. Dime que no te viste yaciendo bajo mi cuerpo con el tuyo ardiendo por mi posesión...

—Yo... yo... —jadeó.

—Sólo con verme me deseaste.

—¡No!

Al instante de forma desesperada e inolvidable.
Sentiste lo que no habías sentido nunca antes.
Un reconocimiento sexual tan poderoso y consumidor que los dos los vimos a la vez.

—No.

Nick movió su experta mano como un torturador y Miley soltó un grito incapaz de reprimir los gemidos de intolerable placer ni el arqueo de su cuerpo.

—Admítelo — en tonó él con una sonrisa y la tenacidad que tanto la asustaba a ella.

—¡Eres un bastardo! — gimió ella en una explosión de frustración emocional —De acuerdo... de acuerdo... sí ... sí... sí.

Nick esbozó una sonrisa de triunfo y como premio a su rendición bajó su largo cuerpo contra el de ella.
Apretó su boca con ardor contra el hueco palpitante de su cuello.

—Tú eres mi mujer..

—No — jadeó ella con desesperación.

—Y si te hubiera besado hasta dejarte si respiración en vez de haber intentado comunicarme contigo con mi pobre inglés de entonces hubieras caído a mis pies.

—¡No! — gimió ella con angustia y furiosa contra él.

Estaba tan furiosa que estaba a punto de explotar pero no podía controlar la atormentada reacción de su cuerpo ni la necesidad que él mantenía en el punto de ebullición.

—Sí.

Con una ronca carcajada Nick deslizó la punta de la lengua entre sus senos y cambió de dirección para lamer los pezones inflamados que ya había acariciado hasta poner erectos.

La hizo jadear y retorcerse mientras sus dedos se deslizaban por la suave parte interior de uno de sus muslos hasta descubrir el centro de su placer.
Miley arqueó las caderas salvajemente bajo el asalto de su mano exploradora.

Sentía como si cada átomo de su ser estuviera centrado allí y cada caricia la volvía más loca hasta apretarse a él con frenesí buscando ella misma su boca provocativa desesperada por todo el contacto que pudiera conseguir por aliviar la agonía que la estaba consumiendo.

—Intentaré no hacerte daño — murmuró Nick con voz ronca — Pero estás muy tensa y yo llevo tanto tiempo sin hacerlo...

La había conducido hasta tal cima de excitación que Miley estaba totalmente fuera de control.
Nada importaba salvo aquella intolerable vaciedad que necesitaba ser llenada.

Nick se deslizó entre sus muslos abiertos la alzó consus fuertes manos y la ardiente y dura prominencia de su masculinidad se frotó contra su suavidad.

Miley jadeó y se puso rígida mientras abría los ojos.

—No te pongas tensa — susurró él mientras buscaba la entrada de su húmeda bienvenida que él había preparado con tanta devoción.

—Por favor..

Iba a decir no pero sus labios no pudieron pronunciar la palabra.

Estaba tan excitada que la primera sacudida de su lenta invasión la despojó de toda capacidad de pensar o hablar.

Nick se arqueó ligeramente sobre ella el vello de su torso rozando sus pezones y atrapó su boca antes de zambullirse en el auténtico centro de ella.

Un dolor agudo paralizó a Miley .
Cuando gritó él apartó sus labios y la miró con sus facciones doradas tensas por el control que estaba imponiendo a su fiero deseo.

Pero sus ojos eran como dos llamas vibrantes cuando la abarcó con posesivo orgullo.

—Ahora eres verdaderamente mía aziz ♥ — susurró con salvaje satisfacción.


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