viernes, 21 de diciembre de 2012

A merced del griego cap 22


Una hora antes habría negado aquella posibilidad pero las dudas empezaban a aflorar a través de la bruma optimista e irreal de sus sueños.

Permaneció ante él deseando que le dijera algo que sus dudas se desvanecieran pero Nick se limitó a sonreír y a acercarse a ella para besarla en los labios.
Con un patético gemido de rendición Miley lo tomó por la solapas de la chaqueta y lo atrajo hacia sí.

Satisfecho Nick sonrió de nuevo y se preguntó de dónde habría salido el escalofrío de preocupación que había sentido un rato antes.
Estaba tan seguro de que Miley lo deseaba como cualquier hombre podía estarlo de algo en su vida.

Tres horas más tarde Miley salía del apartamento para enfrentarse cara a cara con los recelos de su amiga Beth.

-Me temo que esto no va a acabar bien - dijo Beth y aquello era precisamente lo último que Miley quería escuchar - Si hubieras tenido el más mínimo sentido común no habrías aceptado participar en esa farsa de relación.

-Ya no es una farsa - dijo Miley a la defensiva - Lo amo y sé que él siente algo por mí...

-Porque has sido lo suficientemente tonta como para acostarte con él? - Beth rió cariñosamente- Tienes que volver al planeta tierra Miley . Tienes que comprender que tu relación con él no es más real de las que ha tenido Nick en el pasado con todas esas mujeres sofisticadas. Tú misma te has ocupado de comprar los ramos de rosas que algunas de ellas han recibido a modo de despedida.

-Sí, lo sé pero...

pero el caso de ella era distinto ¿no?
Pasaba las noches en la cama con Nick en su piso... había conocido a su madre...
¿acaso no significaba nada todo aquello?

-Sólo estoy diciendo que tienes que ser realista Miley

dijo Beth que conocía suficientemente a los hombres como Nick como para saber que podían resultar letales para la salud de una mujer

-Cuando su madre se vaya me temo que Nick pretenderá que las cosas vuelvan a ser como antes.

-Haces que parezca un monstruo -dijo Miley que empezaba a arrepentirse de haber quedado con Beth para que la ayudara a comprar el vestido.

Aparte de sus consejos respecto a éste esperaba haber encontrado apoyo en ella para su teoría de que lo que estaba pasando «tenía que significar algo».

Pero había iniciado la conversación contándole que Nick había incumplido su promesa de acompañarla y desde ese momento todo había ido cuesta abajo.

De manera que, cuando terminaron de comer y se acabaron los sermones se enfrentó a la tarde de compras que se avecinaba con un pequeño suspiro de resignación.

-Primero dime la clase de ropa en que has pensado y luego te digo lo que he pensado yo - dijo Beth.

Tras pensar un poco Miley decidió que algo de color oscuro le sentaría bien a su figura.
Algo elegante y serio que no llamara la atención.

Iba a encontrarse con gente que no conocía de nada y lo mejor que podía hacer era comprarse algo que la hiciera pasar desapercibida.
Manifestó su opinión en tono indeciso aunque trató de razonarla.

-No no... y no - dijo Beth con una sonrisa satisfecha y Miley sintió que había caído en una trampa mientras su amiga llamaba a un taxi - Vas a sorprender a ese bastardo con tu atuendo lo que significa que vas a verte con él directamente en la fiesta. Puedes cambiarte en mi apartamento. Yo te llevaré luego.

-Nick no es un bastardo - murmuró Miley .

Durante el trayecto en taxi Beth fue enumerando todos los motivos por los que Miley debía seguir sus consejos.

Debía demostrar a Nick que era mujer independiente y no el felpudo que él asumía que era.
Tenía que romper con el hábito de vestir como lo hacía porque el mar estaba lleno de peces coloridos juguetones y divertidos y no tenía por qué atarse al mayor tiburón de la ciudad.

Pronto llegaría el día en que no podría seguir ocultándose en su mundo de sueños.

¿Qué pasaría si huía de la realidad y se ocultaba en su apartamento si sólo salía con una ropa que la hiciera invisible?

¿Sería capaz de encontrar alguna vez un compañero?

-No me quedan bien los colores vistosos - protestó Miley  asustada por el panorama que estaba pintando su amiga- Y no puedo quedarme en tu apartamento hasta que llegue la hora de irme.

-Por qué no?

-Porque... - la idea de presentarse sola en la fiesta aterrorizaba a Miley .

Había logrado llegar hasta aquel momento de su vida sin tener que pasar por una experiencia como aquélla.
Si llegaba con Nick al menos podría esconderse tras él.

-No te preocupes. Todo irá bien. Mejor que bien -dijo Beth para animar a su amiga- Confía en mí. Adelante. Llama a Nick antes de que te eches atrás.

A pesar de sí misma Miley sabía que todo lo que estaba diciendo su amiga tenía mucho sentido.
Su relación con Nick no era real.

Porque Nick no se había enamorado locamente de ella.
Su supuesta relación no era apenas más que una relación sexal.
Al parecer y por motivos que no llegaba a comprender Nick se sentía sexualmente atraído por ella.

Pero como había dicho Beth eso no significaba nada.
Ella quería una relación significativa.
Había querido creer que hacer el amor con Nick era el primer paso para conseguirla.

Tal vez era así pero probablemente... y además tampoco le vendría mal que Nick tuviera un toque de advertencia.

Estaba fantaseando sobre la posibilidad de sorprenderlo cuando Beth le puso el móvil en la mano.
La llamada a Nick sólo sirvió para reforzar su decisión.

Su actitud fue realmente cortante.
Según dijo estaba en una reunión y no podía dedicarle tiempo en aquellos momentos.

-Probablemente no podré volver al piso a tiempo para acudir a la fiesta contigo -dijo Miley rápidamente.

-En ese caso nos vemos allí - replicó Nick - Ya eres mayorcita para ir sola.

Miley sintió una absurda decepción por su actitud.
Pero no era culpa de Nick estar ocupado y hacía tiempo que sabía que el trabajo era lo más importante de su vida.

-Y bien? -preguntó Beth cuando vio que colgaba.

-Estoy en tus manos - dijo Miley con un suspiro.

Beth sonrió de oreja a oreja.

-Bien. A partir de ahora no esperes descansos.

Y no los hubo.
Primero se centraron en la ropa.
Beth hizo caso omiso de las protestas de Miley sobre su figura y le hizo probarse todo tipo de vestidos.

Cuando iban por el tercero dejó de protestar por la cantidad de carne expuesta y se entregó dócilmente a la experiencia de ser transformada.

Para el sexto ya empezaba a pensar que en realidad no estaba tan mal con menos ropa.
Los pechos que había ocultado avergonzada desde los trece años eran perfectos para los generosos escotes de los modernos vestidos que se estaba probando y sus piernas tampoco estaban mal.

Sí su figura era de ánfora pero eso no tenía por qué ser necesariamente malo.

Era posible que Claire tuviera una figura de modelo pero ella poseía su propio encanto físico.
Perdió la cuenta de todos los vestidos que se probó hasta elegir el definitivo.

Su delicada tela de color azul turquesa realzaba el tono de su marfileña piel y se ceñía a su cuerpo sin pegarse a él y el corte con un atrevido escote revelaba el inicio de unos pechos que según Beth muchas mujeres habrían querido poseer.

Elegir los zapatos les llevó menos tiempo.

-Nunca podré caminar con ésos - dijo Miley  mirando con escepticismo los zapatos color crema de tacón alto elegidos por su amiga.

-No tienes que andar. Tienes que pavonearte.

A continuación fueron a la peluquería donde tras teñirle el pelo de un rubio imposible el peluquero en connivencia con Beth decidió dejarle sus rebeldes rizos naturales porque según dijo le daban un aspecto muy provocativo que contrastaba con su aspecto de inocencia.

Beth soltó un prolongado silbido cuando ya en su apartamento Miley se detuvo frente al espejo y se quedó boquiabierta ante la desconocida que le devolvía la mirada.

-Estaba asombrosa. Lo contrario a invisible.

El delicado trabajo de Beth con el maquillaje había sido increíble.
Tenía un aspecto... ¡muy sexy!

El silbido de Beth fue seguido de diversas recomendaciones.
«No camines deprisa, no bebas demasiado, no hables demasiado, no hables demasiado poco, no coquetees con los jóvenes y sobre todo ¡no te acuestes con el jefe!»

-Creo que esto ha sido buena idea -dijo Miley cuando Beth detuvo el coche ante el hotel en que iba a celebrarse la fiesta- Me aterroriza la idea de entrar sola pero...

-Tienes que hacer cosas por tu cuenta de vez en cuando. Se llama independencia. Y ahora ¡fuera!

Cuando Miley entró en el hotel dando pasoss muy cortos para no estropear su nueva imagen descubrió por primera vez en su vida lo que era que se volvieran a mirarla.

¡De manera que aquello era lo que se sentía al entrar en un sitio con la cabeza alta y recibir aquellas miradas de reojo!

Desde luego la experiencia no se parecía nada a entrar ocultándose tras un grupo de gente.
Un botones la condujo hasta el salón en que iba a celebrarse la fiesta que ya estaba abarrotado de gente.

Localizó casi de inmediato a Nick .
Estaba charlando desenfadadamente con un grupo de empleados de la empresa.
Avanzó hacia él entre la multitud notando que las miradas de interés no habían remitido.

Cuando Nick la vio Miley agradeció en silencio que Beth la hubiera presionado para hacer aquello porque sólo le faltó quedarse boquiabierto.

Un momento después Nick la estaba presentando a varios de sus colegas y a su secretaria Jackie que en determinado momento durante la cena cuando el vino ya había circulado generosamente le dijo que había supuesto un gran cambio conocer finalmente a una amiga de Nick que tenía algo que decir por sí misma.

Miley se encontraba en su elemento.

No entendía por qué se había sentido tan insegura antes porque Nick no dejaba de mirarla con evidente admiración y cuando a punto de finalizar la fiesta le susurró al oído :
"que si no se iban pronto iba a tener que llevársela al guardarropa más cercano para hacer lo que realmente le apetecía con ella" 

Miley temió desmayarse allí mismo.
Cuando salieron un rato después el chófer de Nick los estaba esperando fuera.

-Has estado brillante - le dijo Nick una vez que estuvieron en el coche mientras le masajeaba el cuello con una mano.

-En serio? - preguntó Miley orgullosa-. ¿Crees que ha tenido algo que ver mi aspecto?

-Te has relacionado como una veterana - dijo Nick a la vez que la atraía hacia sí - Y sí tu aspecto es... deslumbrante - añadió mientras pasaba una mano tras su cintura y la curvaba hacia el tentador ese cote del vestido - Totalmente deslumbrante...

Miley tembló de placer ante la expectativa de ser acariciada...
¡en la parte trasera de un coche nada menos otra nueva experiencia para ella!

Nick no dejó de besarla y acariciarla durante todo el trayecto y cuanto llegaron al piso Miley se alegró de que Litsa tuviera el sueño profundo y de que su habitación no estuviera cerca de la Nick  porque prácticamente fueron corriendo al dormitorio en su ansia por colmar la promesa de lo que habían iniciado en el coche.

Miley trató de olvidar las dudas que sentía desde que había ido de compras con Beth pero con Litsa a punto de irse no pudo evitar que afloraran.

Nick había tratado de convencer a su madre para que se quedara unos días más en Londres pero como la mayoría de las personas mayores Litsa echaba de menos la familiaridad de su entorno habitual.

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