Odiaba las intromisiones de su hermana que todavía se preocupaba por él como si fuera uno de sus hijos.
Mientras llenaba la cesta de Miley la vio intercambiar una sonrisa con su esposo y aquello provocó que Nick fusilase a su cuñado con una mirada de advertencia.
—No he abierto la boca — se escudó Matt.
Con semblante satisfecho Emma acabó de colocar las provisiones.
Sonriendo entregó la cesta a su hermano.
Él correspondió con un «gracias» que servía tanto para la comida como para su esforzada prudencia.
Se encaminó con paso decidido al banco donde Miley permanecía sentada y una vez allí se plantó frente a ella enseñándole la cesta.
Ella levantó la cabeza y lo miró de frente.
Nick vio una expresión de derrota tan profunda que le obligó a apretar los dientes.
—Vamos —dijo tomándola del brazo.
Miley se agarró a él con dignidad.
Nick estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviese en su mano para acabar con aquella mirada triste.
Había tomado una decisión inamovible: Si su esposa no era querida en un sitio él tampoco lo era por tanto estaba de más permanecer allí ni un minuto.
Emma y Matt los observaron, contentos en el fondo de verlos marchar.
—Cada vez más, me parece estar viendo al viejo Robert —comentó Matt.
—¿Tú crees? —preguntó Emma sin dejar de mirar a su hermano.
—Yo creo —respondió, tan cadencioso como si acabase de llegar de Texas.
Nick guiaba el caballo al paso con Miley a horcajadas recostada en su pecho.
Cuando llegaron a tierras de los Jonas trató de incorporarse y él se lo impidió con suavidad.
—No hemos llegado.
—¿Adónde vamos?
—A un sitio que conoce muy poca gente.
Creyó que racionándole la información despertaría su curiosidad y así saldría del mutismo que arrastraba desde hacía más de media hora.
Miley se limitó a reclinarse de nuevo sosteniendo la cesta con ambos brazos.
Al adentrarse en el pequeño bosque que se veía desde el rancho Miley pensó que la llevaba allí, pero aquella zona la conocía bastante gente.
—Debimos parar en casa a coger mis botas —comentó.
—No te harán falta, iremos con cuidado. Y si no puedes andar te cargaré al hombro.
Aquello por fin la hizo sonreír.
—Peso mucho.
—Pesas menos que una ardilla —murmuró él besándola en el cuello.
Nick se relajó al ver que se encontraba a gusto.
Desde el incidente de la fiesta no había hecho más que preocuparse por ella.
Cruzaron el bosquecillo casi hasta la mitad y en un punto donde el camino se bifurcaba tomaron una dirección desconocida para Miley .
—¿Es un sitio secreto?
—Secreto no porque pertenece al rancho y lo conocemos todos los que hemos vivido aquí. Pero no sube casi nadie. Es un sitio especial.
Conforme iban dejando atrás la espesura, se adentraron en un claro tapizado de hierba y él mandó parar al caballo.
Miley estaba fascinada por las distintas tonalidades de verde que tenía a su alrededor.
Había una humedad mucho mayor que abajo en los prados y creyó oír el murmullo del agua.
Pese a montar delante bajó todo lo rápido que pudo y le dirigió una mirada interrogante a Nick.
—Es aquí.
—¿Por qué no me habías traído nunca? Es precioso —le reprochó sin creer lo que veía.
—Porque nunca he traído a nadie excepto a Matt. También venía con mi padre pero era él quien me traía a mí. Y cuando era pequeño a veces en verano subíamos toda la familia.
Miley se sintió muy honrada de que la hubiese llevado a un lugar que sólo había compartido con personas tan especiales para él.
—Se oye agua —comentó ella.
—Ahora verás —dijo mientras desmontaba.
Ató al caballo a una rama a la sombra y le tendió la mano.
Miley tomó la cesta, se aferró a él y lo siguió en silencio.
Se habían alejado apenas un trecho cuando, al girar una curva, apareció ante sus ojos lo más hermoso que recordaba desde que llegó a Indian Creek.
A su izquierda lo que parecía un torrente se arremolinaba formando espuma y discurría prosiguiendo la pendiente hasta llegar a un par de escalones de piedra a modo de pequeñas cascadas que caían en un remanso.
Allí el agua parecía perder su fuerza y se aquietaba para continuar corriente abajo.
Con el día tan claro el arroyo reflejaba los rayos del sol como un espejo y en los márgenes salpicados de lirios de agua, donde las ramas de los pinos proyectaban su sombra, la transparencia era tal que permitía ver el fondo de arena y guijarros.
Miley se abrazó a Nick y hundió la cara en su pecho.
No lloró pero sacudía los hombros por la emoción.
Aquel contacto con la naturaleza era lo más parecido a su vida como lakota que tenía en los últimos ocho años.
—Le llamamos la cascada —le explicó acariciándole la cabeza— En realidad no es más que un escalón. Llamarle cascada a esto es una tontería, pero siempre lo hemos conocido por ese nombre.
Miley entre sus brazos, se recreó en la vista y los sonidos que la envolvían.
Comprendió que debió de ser allí donde fue a mitigar su dolor el día que murió su padre y se sintió dichosa al ver que requería su compañía en aquel lugar.
—¿Te gusta? —Ella asintió—. Espérame aquí he pensado que es mejor que traiga al caballo para que beba.
Miley se sentó bajo los árboles donde la hierba era más mullida.
Merecía la pena el disgusto por la tarta si el premio consistía en disfrutar de aquello.
Mitchieeee♥ amiga perdon por la demora como sabes con todo eso de mi cumple estado ocupadita pero como te prometi (negocie / chantajie ) ajajaj aqui estan los 10 caps
ojala qe te hayan gustado amiga te amodoro♥
ojala qe te hayan gustado amiga te amodoro♥
y garcias marina♥ , mari♥, male♥ por comentar las quiero ♥