Seduccion Peligrosa cap 8

Cuando se despertó olió a flores. Abrió los ojos y vio tres cestas de las mismas.
Estaba en una cama desconocida, en una habitación igual de desconocida y rodeada de flores.

Casi se cayó de la cama con las prisas por salir de ella

Entonces recordó y se puso pálida. ¿Qué había hecho?
Cerca de la ventana había una maleta que reconoció como la suya.
La abrió y dentro vio una nota de Selena en la que le preguntaba qué pasaba.

Miley tomó unas ropas y se metió en el cuarto de baño.
Se miró al espejo y se preguntó cómo se podía haber comportado así con Nick jonas.
Deseó que la tierra se la tragara. Y también que se lo tragara a él.

Por suerte, ya se había marchado al trabajo.
¡Cielos, el trabajo!
Ya eran más de las nueve e iba a tener que inventarse una buena excusa por llegar tarde.

Una vez peinada y vestida, tomó su maleta y salió de allí.
Le dolía todo y estaba descubriendo músculos nuevos en sitios inmencionables y el dolor innegable en el lugar menos mencionable de todos, así que la ira la fue llenando cada vez más a cada paso.

-Buon giorno, cara...

Nick la estaba mirando desde la escalera.

-Venía a ver si querías desayunar conmigo... pero lo podemos hacer sin el equipaje.

Nick la miró a la cara y añadió:

-No lo hagas, no me digas lo que estás pensando.

Ella deseó darle una patada y mandarlo escaleras abajo.

-Sucede que llego tarde al trabajo, señor Jonas.

-Miley... quiero que cuentes hasta diez y pienses en lo de esta noche sin prejuicios. ¿Puedes hacerlo?

-No - respondió ella apartando la mirada.

-Compartimos algo muy especial que no quiero... o pretendo, perder. No importa que tú estuvieras afectada. Lo único que tiene importancia es lo que los dos sentimos ahora. Borrón y página nueva


-Cometí un error - le dijo Miley con los dientes apretados


-No, cara, en eso te equivocas. Lo que sucedió entre nosotros no fue ningún error... ni por mí ni por ti.

-¿Puedo dar yo mi opinión?

-No ahora.

Nick le quitó la maleta de la mano y la puso a un lado.

-No te marches, te prometo que no trataré de presionarte más. Necesitas tiempo y espacio para pensar y yo te los daré. Tendré paciencia y me mantendré apartado de ti.

-Nick...

-No hay nada de lo que avergonzarse, nada de lo que arrepentirse.

-¡Pero yo no quiero esto! No quiero un ligue contigo. Lo de anoche fue una locura...

-Una dulce locura que fue como un sueño. No niegues lo que estás sintiendo ahora.

-No siento nada... ¡nada! -dijo ella antes de maldecir violentamente y recoger de nuevo su maleta con una energía salida de la desesperación.

Luego, empezó a bajar las escaleras.

-Miley, no vas a poder volver a la oficina después de esto.

Nick la atrapó en el pasillo y la agarró firmemente de la mano, haciendo que se volviera y lo mirara de nuevo.

-¡Si te crees que voy a ser tu querida, te equivocas!

-¿Qué te he dicho hoy mismo que recuerdes? Que eso no era lo que quería que sucediera entre nosotros - le dijo Nick conteniendo el enfado -. Pero ahora me echas la culpa a mí. Eso es muy femenino, pero completamente injusto.

Ella bajó la mirada.

-No te estoy culpando a ti. Sólo quiero olvidar lo que ha sucedido, eso es todo.

-Pero yo no voy a jugar a eso... ¡Y quítate ese peinado de solterona!

Mientras decía eso, Nick la rodeó con un brazo y con el otro le soltó las horquillas del cabello.

-Eres una joven hermosa. ¡Muestra esa belleza, no la disimules!

-Déjame!

-Lo único que quiero es volverte a llevar a la cama -le dijo él en voz baja mientras le acariciaba las caderas.

Sus miradas se cruzaron y saltaron chispas entre ellos.
Ella parpadeó entonces al sentir el dulce calor que empezó a formarse entre sus muslos y la forma en que los pezones se le endurecían.

-Déjalo... -susurró ella casi sin respiración.

-Un beso, bella mía, y te dejaré que empieces a trabajar - dijo él, bromeando.

-¡No!

-Cabezota... Tú quieres ese beso tanto como yo.

-Lo siento... No me he dado cuenta -dijo otra voz.