martes, 12 de febrero de 2013

La prometida del desierto cap41


El cambio de tema la despistó.

—¿Montar?

—Yo monto al amanecer cuando hace fresco. Mañana si te apetece te llevaré conmigo. El desierto es un lugar de una maravillosa belleza a esa hora... Lo compartiré contigo.

—No parece que tenga mucho sentido el que compartamos nada ¿no crees?

—¿Porque te irás?

Nick se puso de pie.

—Derrotista como siempre aziz. Si yo puedo vivir con esa idea ¿por qué no puedes tú? ¿Y por qué iba a desear yo una relación vacía en el tiempo que nos quede? Yo quiero el oro no el falso brillo.  Haremos más que compartir una cama antes de que vuelvas a tu mundo.

Miley inspiró con fuerza y se reclinó mientras él permanecía en una magnífica pose bajo el brillante sol.

—Hace diez días nada de lo que hubiera hecho te hubiera convencido de dejarme sola —le recordó ella con fiereza.

—Hace diez días fui lo bastante tonto como para creer que tu actitud hacia mí era... digamos que estaba... caldeándose o nose suavizándose. Pero cuando te he visitado en tu cama enferma sólo hemos hablado del tiempo de política o de tu investigación.

—¿Te he estado aburriendo?

Miley tenía la cara ardiente.

—Eres demasiado inteligente como para aburrirme y tus observaciones y opiniones siempre me interesan pero mientras evades cualquier tema personal y pones tanto cuidado en aparentar que te intereso tanto como un desconocido que te encuentras en la calle todavía siento que estamos en fase de cortejo.

—¿Cortejo?

—No me tratas ni corno a un amante ni como a un marido. Me niegas toda intimidad... excepto cuando me miras. Pero si yo he tenido que aprender inglés para comunicarme contigo tú tendrás que aprender la lengua que yo deseo escuchar.

—¡Lo quieres todo! ¿verdad?

Sobre todo venganza pensó con amargura.

El sabía que si la tocaba ella sería suya... pero eso no era suficiente para satisfacerle.
Oh no él quería meterse en su cabeza y desvelar cada secreto suyo para controlarla por completo.

—¿Lo has dudado alguna vez?

—Bueno ¿qué quieres saber? No tengo nada que esconder.

—Realmente aziz. ¿Estás tan desesperada por mi como para hacer una oferta tan inmediata?

Miley extendió las manos con un gesto de suprema frustración y entonces notó la irresistible sonrisa de él y empezó a sentirse tonta.

—Yo debería haber resistido la tentación... pero tú te tomas demasiado enserio. Me has acusado de tantas cosas ridículas. Me río cuando pienso en mis doscientas concubinas en mi otra esposa en tu opinión de que era un hombre violento... Y más recientemente la idea de que soy una especie de doctor Jekyll y Hyde que se convirtió en un monstruo a las pocas horas de casarse contigo. Si no pudiera reírme estaría amargado.

Miley tragó saliva de forma compulsiva.

Ahora que había repetido todas sus acusaciones se sentía avergonzada por la tolerancia que había tenido con ella.

—Lo siento pero.... Bueno tengo algunas justificaciones a mis sospechas —alzó la barbilla— Mi tía estuvo casada con un árabe y tuvo una experiencia muy traumática. Supongo que lo sabrás ya que me has hecho investigar.

—No no lo sabía. La investigación sólo abarcó el año pasado nada más. Yo también sentía que me estaba entrometiendo en tu intimidad y sólo buscaba información de que no estuvieras comprometida con otro hombre.

—¡Ah!

Ahora era Miley la que estaba desconcertada.

—¿Tu tía? — repitió él mientras empezaban a caminar por la terraza de piedrabajo los árboles.

—Mi tía tiene sólo seis años más que yo. Cuando tenía diecinueve años conoció a un ingeniero iraní en una fiesta. Faisal era encantador y parecía completamente enamorado de ella. Pero fue un desastre desde el principio. Desde el momento enque estuvieron casados él cambió. La trataba como a una prisionera. Ponía pegas asu ropa a su maquillaje y a sus amigos. La acusaba de coquetear con otros hombres y hasta intentó impedir que siguiera yendo a sus clases. Ni siquiera le gustaba que visitara a su familia. Se volvió también contra nosotros. Y al final la pegaba y ella estaba aterrada... Tuvo que acudir a la policía.

—¿Y me citas eso como prueba de inferioridad cultural?

—¿No lo es?

—Hombres así los hay en todas las culturas. Son emocionalmente enfermos irracionalmente celosos y posesivos e invariablemente acaban siendo violentos.


Miley se humedeció los labios.

Se sentía devastada por una argumentación que ella no había reconocido antes porque por supuesto que ese tipo de hombres también existía en su propia cultura.

—Ese era un hombre enfermo y peligroso. Es una suerte que tu tía escapara sin daños más serios. Pero ¿cómo tu familia permitió que una chica tan joven se casara con un extranjero del que no sabían nada?

—Parecía un hombre tan romántico... —Miley recordó lo impresionada que había estado hasta ella con Faisal — Parecía adorarla.

—Debió ser una pesadilla Noche tras noche.


1 comentario:

  1. AWWWW MAYI ME SUPER ENCANTO LOS CAPIS INSISTO QUE SUBAS EL SIGUIENTE!Y DE LAS OTRAS NOVELAS
    TE QUIERO BABY....BESITOS

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si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥