lunes, 25 de febrero de 2013

Ella es tan Dulce, parte 1 - Jemi♥



Todo el pueblo sabía de la extraña obsesión que Demi sentía por Joe , todos menos Joe , y también sabían de los métodos nada limpios que utilizaba para alejar a las mujeres de él 

¿Cómo reaccionaría ahora que Joe se comprometía?


***********


—Entre.

El asunto no pintaba nada bien, Demi fue empujada dentro de la celda junto con un muy enojado Joe , una furiosa e incrédula amiga y una bellísima rubia con el cabello repleto de pólvora y los ojos tan filosos que parecían dos dagas.

Y todos los presentes estaban furiosos con ella, todos.

¡Diablos, si hasta podía cortar la tensión que se sentía aquí adentro con un dedo!

Su mirada se paseaba por la celda intentando ignorar las tres miradas sobre ella y las miradas que le lanzaban los que estaban desde las otras celdas.

Todas esas personas estaban furiosas con ella.

Carraspeo para pasar el nudo que oprimía su garganta y durante los segundos que siguieron de ese carraspeo llego otro, no podía pasar la saliva de los nervios que tenía así que carraspeaba constantemente.

Pero con discreción, pensó, bueno tampoco con tanta como quisiera, nadie hacia un maldito ruido en todo el lugar, a lo lejos se escuchaba el ajetreo de la gente y las alarmas o como quiera que se le llamen de los carros policiales.

Miro a Kate quien lucia su cabellera castaña ligeramente estropeada las mejillas llenas de pólvora manchando su cuerpo también con manchitas por aquí y por allá negras.

Sabía que ella no estaría mejor, incluso sabia que quizás estuviera peor a ella casi le explotaba de frente.

Su mirada recorrió las celdas cuando la mirada de Kate la fulmino.

Y otra vez se llevo otra sorpresa, la madre de Joseph estaba frente a ella en la celda de enfrente con una mirada incrédula y curiosa.

Vaya, por fin alguien aparte de Frankie no quería matarla con su mirada.

Bueno Frankie no tenía muchos motivos como para querer darle un buen puntapié, él la había ayudado, que las cosas no salieran como tenía pensado, hizo una mueca al recordarlo, las cosas no habían salido en absoluto como había pensado.

Pensó preocupada y ligerísimamente divertida.

¡Diablos! Si pudiera ella misma se daría un golpe en las nalgas.

Casi suelta un gemido de dolor al recordar todo lo sucedido hacia una hora.

El taconeo sonó en los pasillos.

—Demi … ¿por qué no me sorprendes? Y me cuentas la tan buena escusa que tienes a todo esto.

Tenía de dos, decirlo todo y morir de vergüenza o fingir no saber nada del asunto, aun que muy probablemente todos los presentes la apuntaran con el dedo.

Casi había empezado a formarse una buena forma de explicarlo, incluyendo mentirillas tristes, bueno terriblemente tristes, si de esa forma lograba ablandar el corazón de la sheriff Mónica.

Pero gracias a Dios bendito ella le dio una salida más fácil.

—Sáquenla de la celda — le dijo a los oficiales — Hablaremos en mi oficina.


Al momento se escucharon las quejas de los presentes, la mayoría no sabía cómo había terminado ahí, lo que si sabían era que todo era culpa de esa mujer, con el cabello castaño alborotado y las mejillas, brazos y piernas llenas de betún de pastel y pólvora, casi sentía la pólvora en sus oídos.

—Tenemos derecho a escuchar su explicación — gritaron desde la celda del fondo.

—Es cierto — contribuyo otro con voz más profunda — Esa señorita nos metió aquí, así que lindura suéltalo.

—A la oficina — repitió.

Demi miro a Joseph quien todavía se notaba visiblemente furioso.

Trago con fuerza y lo miro con aquellos ojos color whisky que imploraban como un cachorrito por un poco de cariño y comprensión mucha, mucha, muchísima compresión.

—Ni lo pienses — le gruño, cuando la miro — Ya hablaremos en privado.

Demi carraspeo nuevamente.

—Me sería mucho más fácil si vienes de una vez — le contesto — Es una historia terriblemente larga, Mónica — se volvió hacia ella, ambas se conocían desde los nueve años y aunque a Mónica siempre la sacaba de sus casillas sabia que en el fondo la quería — ¿Podría venir Joe ?

La quería y conocía su obsesión por Joe — agrego.

Mónica casi revienta de risa, cuando le habían contado la historia pero al mirar a Joe entrando en la delegación no había podido evitar encerrarse en su oficina y estallar en carcajadas durante más de quince minutos.

Qué gran vida la de Demi era la nueva en el pueblo con apenas ocho años de edad, Joe jugaba futbol y era el capitán del equipo, Demi una niña con una cámara colgada del cuello unos relucientes ojos whisky que daba a todas luces la palabra, problemas.

Oh, pero él se pudo haber salvado de aquella flacucha si esta no hubiera resultado ser su vecina y haberla salvado de aquel accidente.

La misma iglesia, las mismas clases en la escuela, las madres eran amigas y por lo tanto ellos eran amigos.

Y aun después de todo eso ella y el mantenían una amistad normal, la cosa cambio cuando Demi casi era arrollada con un enorme disfraz de chango, Joe la había empujado justo a tiempo y aunque quizás no le hubiera pasado nada grave más que un raspón ella hablo de él como si fuera un súper héroe.

Y Joe por su parte se sintió tan genial con la extraña adoración de Demi que incluso hasta estos tiempos a él parecía fascinarlo.

—Por favor — agrego Demi mirándola con esa carilla de inocente que ¡por dios! le salía bien incluso ya siendo una mujer.

Daban ganas de abrazarla y cumplirle sus caprichos como un bebito recién nacido.

Y claro, como siempre se salía con la suya.

—Saquen a Joe también.

No hacía falta formalidades en ese pueblo se conocían todos, casi todos, se corrigió Demi .

Mónica se coloco a un costado de Demi mientras que del otro lado se encontraba Joe .

—Mas te vale que sea buena — le gruño Joe — De lo contraria me veré obligado a hacer algo para que en verdad te encierren aquí.

No hablaba enserio, pensó Demi con una confianza  más allá de los cielos, Joe nunca le haría daño.

Demi se enfrasco en sus recuerdos mientras se dirigían a la oficina buscando una forma de resumir todo lo ocurrido hacía unas horas en minutos…

******

Un día antes del suceso.

—Tienes veinticinco años, esto — la señalo mientras Demi limpiaba su rostro lleno de tierra — Se tiene que acabar.

—Se acabara cuando todas esas mujeres se alejen de él — hizo una mueca cuando sin querer probo un poco de lodo.

—Porque no simplemente le dices que lo quieres.

—Porque aun no está preparado para escucharlo.

—Esas mujeres no tienen la culpa de nada Demi , Joe es el que está soltero y seguirán calleándole mujeres mientras siga así, díselo y si te rechaza entonces lo siento por él no sabrá la joya que se pierde.

Demi rodo los ojos y la miro con incredulidad.

—Enserio esperas que caiga con esas frases de… psicóloga que usas con tus pacientes — se saco la blusa llena de lodo aventándola a un lado, al tiempo que habría el grifo de la regadera — Joe me ve como una muñequita a la cual tiene por misión cuidar… pero no tocar — agrego haciendo un puchero tanto por olor a basura como por sus palabras — El necesita que le abra los ojos antes de decírselo.

—¿Así? ¿Y cuándo estará listo? Por dios si ni siquiera has tenido un solo novio, es más si no fuera porque te han robado besos aun serías virgen hasta de los labios.

Demi la fulmino con la mirada.

—Por favor, que te dice que aun soy virgen—comento envalentonada.

—Tan solo lo sé — se encogió de hombros mientras se volvía a recargar contra el marco de la puerta — Vez no lo vas a negar — replico.

Demi se saco las botas e hizo una mueca cuando el agua sucia salió de estas.

—No tuviste suerte esta noche ¿eh?

Demi percibió la burla de su voz.

—¡Cállate Kat!— le dijo al tiempo que le cerraba la puerta en las narices.

Escucho la carcajada de Kat, resonar mientras se quitaba los pantalones junto con las bragas.


—Te aseguro que ella termino peor — mascullo al tiempo que se metía en el agua — Por lo menos yo no termine con excremento — agrego con una sonrisa triunfante.

Y soltó su propia carcajada al recordar la mirada de la chica y de Joe .

—Si tan solo la hubieras visto — confeso entre jadeos, pero sus palabras quedaban ahogadas por el caer del agua.

La mirada de Joe había pasado de la incredulidad al asco y después se mezclo el asco con el bochorno.

—¡Oh, dios fue tan divertido!

Y la chica, ella, había chillado mientras gritaba.

—¡Oh, por dios, Joe ! – trato de fingir su voz entre jadeos para después estallar en carcajadas otra vez.

Pero la chica no se había rendido pensó Demi ella había continuo saliendo con Joseph durante las semanas pasadas y a Demi ya se le habían acabado las ideas.

Ya se había cansado de las constantes reprimendas de Kat y para ser sincera eso de tener que pensar durante las horas libres que tuviera lo que le haría a la nueva chica de Joe se estaba volviendo difícil.

Chasqueo la lengua mientras se limpiaba las orejas nuevamente, era una lástima que no pudiera repetir las cosas, si Joe sospechaba algo pronto daría con ella.

Y era precisamente por eso que ella nunca repetía nada ni atacaba muy seguido.

Enjabono su cabello por segunda vez.

Escucho como el timbre era cruelmente presionado y como aporreaban la puerta varias veces.

—¿Dónde está? — la voz de barítono de Joe resonó por toda la casa haciendo que a Demi le temblaran las rodillas.

—¡Oh, dios mío! — pensó frenética, salió de la bañera, ya limpia se envolvió en una bata con rapidez y se vio tentada a brincar por la ventana del baño

 ¿y que si estaba en el segundo piso?

Y así fue justo como la encontró Joe , vestida solo con la bata solamente y con la mitad del cuerpo tratando de brincar la ventana y la otra mitad, su culo, para ser específicos intentando salir.

—¿Qué diablos estás haciendo?

—Huyo — le grito desde afuera — Estas molesto y cuando estas molesto dices cosas que no quieres decir — su voz quedaba amortiguada por la pared que los separaba.

Joe la tomo de la cintura y escucho el grito de Kat cuando esta entro al baño.

—Con cuidado Joe — chilló.

—Sabes algo — gimió Joe mientras jalaba a Demi con fuerza—Deberías revisar mentalmente a esa cabeza tuya estás literalmente loca — gruño mientras jalaba con más fuerza — ¡Qué coño! — Gritó y la jalo aun más —Acaso te pegaste al cemento — le grito.

Por su parte Demi extendía los brazos a los lados  de la ventana tratando de ganar tiempo.

—¡Auch! — grito cuando Joe jalo con más fuerza — Déjame, déjame me lastimas—sus mejillas se tiñeron de rubor cuando el vecino de enfrente se asomo por la ventana — Hola señor Hart — gruño abochornada y adolorida de los brazos.

—¿Demi ? — lo vio colocarse sus gafas y enfocar la vista en ella — Cielos, Demi ¿te encuentras bien?

—¡Sí! — gruño, perdería sus brazos si Joseph continuaba jalándola así.

—Solo se atoro en la ventana — grito Joseph, su voz sonaba muy irritada.

—Bueno niña — le dijo el señor Hart — Quizás si dejas de estirar los brazos alrededor de la pared logres salir.

Demi había gritado cuando el anciano hablo, pero al parecer no con la suficiente fuerza porque momentos después escucho el grito de Joseph .

—¿Qué? — Tiro más fuerte — ¡Suéltate mujer! — le grito.

—Demi , cariño deja que te ayudemos, Joe no está molesto…

—¿ah, no?

Joe la miro con los ojos como platos.

—Kate — le dijo con sarcasmo — ¿Enserio eres una jodida psicóloga?
 
—No es mi culpa esta situación — le grito — Si tú no hubieras gritado ella no hubiera intentado aventarse por la ventana y me es imposible ayudarla como psicóloga porque me conoce desde pequeña y la regla numero uno dice que es imposible…

—Me importa un carajo la estupida regla — la corto — Suéltate ya Demi .

—Demi es suficiente — le grito Kate — Ya suéltate.

—¡No! — gimió terca.

—Me quieres decir ¿Cómo mierda piensas bajarte? — le grito Joe .

—No sé — le grito.

Y era verdad, a menos que de pronto le salieran alas o que abajo en vez de césped fuera una piscina no quedaba de otra que romperse la cara o… romperse la cara, le daba real vergüenza ver a Joe .

—¡No! —c hilló cuando sintió las manos de Joe hacerle cosquillas — Basta, ya déjame.

Joe tiro de ella tan pronto como ella retiro los brazos.

Demi resbalo, por su cuerpo quedando pegada a él y con la parte trasera de la bata levantada, sus nalgas al aire libre pegadas a su entre pierna.

—Hay por dios — gruño y la sintió alejarse al mismo tiempo que la bata caía nuevamente en su lugar.

¡Lástima que el amigo de su entrepierna no pensara lo mismo!

La situación paso de furiosa a bochornosa, pero nada más de recordar como quedo la pobre de Lucy el enojo regreso.

—¿Cómo diablos le hiciste algo así a Lucy?

—Yo — sus ojos whisky se abrieron — ¿De qué diablos me hablas?

Joe sintió su rostro teñirse de rojo.

—Negarlo no te va a servir — le grito.

—No niego nada — replico y lo dejo desconcertado.

—¿Ah, no?

—No, no lo hago, pero no se dé que me hablas.

Respiro profundo mientras las palabras salían escupidas con rabia.

—Te voy a recordar para ver si así recue…

—¿ Demi te encuentras bien? — la voz del señor Hart interrumpió su discurso.

—Sí señor Hart.

Enojado y frustrado Joe le hecho un último vistazo a Demi .

Si seguía ahí terminaría contándole cosas que definitivamente eras una sorpresa y esta mujer no lo volvería loco hasta el punto de sacárselo todo.

—Mañana—le dijo apretando los dientes — Hablaremos y te informo que no te servirá negarlo.

—Joe — le dijo con las cejas levantadas — Yo no sé de qué me hablas.
 
El primer instinto que tuvo fue asesino, quería retorcer el pescuezo de esa mujer.

—Había cámaras cabrona y te grabaron — le grito y se giro sobre sus talones saliendo del baño — Mañana te veré con un bonito vestido en el restaurante Jose´s — menciono el restaurante mexicano de la ciudad — Te tomaras una margarita y me escucharas.

—Pero…

—¡Mañana! — Le gritó — Me la debes, por dios que ¿acaso estás loca? tantos años ellas me lo decían y yo te defendía — las comisuras de sus labios vacilaron pero Joseph las controlo antes de soltar una carcajada — Todas esas cosas que le hiciste, pobres chicas — salió y le repito lo mismo a Kate que se encontraba en medio de la habitación.

Cuando Kate asomo su cabeza por el baño vio las lagrimas que amenazaban con salir de los ojos de Demi .

—Oh, cariño — se acerco pegándola a su cuerpo — Tranquila ya se le pasara…

—Tenias razón Kate — su voz sonó quebrada — Ya perdí a Joe .

—No — le dijo y acariciando su cabello — Se le pasara, ya veras, Joe no puede estar más de un día enojado contigo — la consoló.

—Esta noche — le dijo — Estaba con ella y lo vi sacar un anillo justo antes de que el agua con excremento cayera encima de Lucy — después de esas palabras Demi se dedico a llorar, dejando a Kate perpleja ante la palabra “excremento”

—Oh, por dios, Demi ¡la bañaste con mierda!

*****

El restaurante estaba repleto de personas vestidas formalmente, Demi sintió un nudo en la boca del estomago mientras entraba, técnicamente arrastrada por Kat, sintió el golpe de la traición al mirar la sonrisa de su amiga ante la tristeza de ella.

No quería estar ahí, presentía lo que pasaría y sabía que se le rompería el corazón.
Su mirada cayó en el pastel que se encontraba en el fondo del restaurante y su nudo en el estomago se apretó aun más.

No pasaría…Joe no se comprometería, no frente a ella ¿o sí?

Se sentía idiota con aquel vestido verde oscuro, se lo había puesto estúpidamente para que Joe le dijese que sus ojos se veían preciosamente dorados, felinos les decía él.

Pero ahora no quería resaltar, no quería que nadie la viera, quería ser invisible y su mirada volvió a caer en aquel pastel y casi gimió como un cachorrito herido.

Que mierda…

Giro su cabeza y clavo los tacones de sus zapatillas en el suelo, mientras sus ojos se abrían con incredulidad.

¡No podía ser!
Hija de puta.

Todo razonamiento se borro de su mente cuando miro a la rubia de la noche anterior, entrecerró los ojos clavándolos en ella, Lucy…— el nombre fue como un susurro en su mente.

Ella reía alegremente mientras conversaba con la madre de Joe , los celos la golpearon a tal punto que jamás, jamás en su vida creyó que celaría tanto a la madre de Joe .

Que Lucy no tuviera un contusión justo ahora era prueba del escaso control que Demi tenía, su deseo hubiera sido quitarse la zapatilla lanzarla con toda su fuerza contra la cabeza de la rubia, las rubias son huecas, pensó, y tan pronto como lo pensó se arrepintió al recordarse que ella tenía amigas rubias muy inteligentes.

Pero, agrego obstinada, eso no quería decir que esta fuera inteligente.
Ni siquiera era natural, ahí muy claro se notaba la raíz negra que tenía, agrego con veneno.

—Si no quitas esa cara, todo mundo pensara que estas estreñida — le murmuro Kat.

Se sintió más herida al ver que Kate parecía disfrutar de su situación.

—Estoy estreñida — le susurro colérica — Me estriñe la idea de no poder estampar mi zapatilla en su cabeza y…

—No te atrevas a hacer nada esta noche Demi — la amenazo — Iré por unas margaritas las necesitamos — le dijo extrañamente temblorosa.

Con una mueca y un movimiento de muñeca Demi la observo irse durante tres segundos y regreso al escrutinio de la bruja de narnia.

—Ese es un bonito apodo — farfulló.

Habían venido en su camioneta y ella tenía las llaves, miro la puerta con añoranza.

—Te estás divirtiendo — susurraron en su oído.

 Siento más deseos de que me saquen una muela.

—Sí — escupió a fuerzas — Muy bonita tu fiesta — farfullo agria — Y ni hablemos de la novia luce bellísima — mintió  descaradamente — Quizás si se opera las arruguita que tiene en la frente y retoca su tinte y fuera un poco más alta — trato de detenerse pero las “y” continuaron saliendo de sus labios —…y una liposucción le caería de perlas — de acuerdo se iría al infierno y esa mujer moriría si adelgazaba un poco más, diablos si hasta verla la hacía sentir gorda.

Estaba tan concentrada dictando su lista de inconformidades, que no noto la mirada risueña que se pintaba en el rostro de Joe .

—¿Tú crees? — le susurro aun tras ella.

Demi lucho contra los deseos de recostarse contra el torso de Joe .
Abrió la boca para contestar pero Joe hablo otra vez obligándola a callarse.

—A mi me parece que luce bellísima incluso más que la noche anterior — pensó Joe recordando a Demi en bata y después ese desnudo trasero contra su entrepierna — Aunque desnuda definitivamente se ve mejor—agrego.

Los colores abandonaron el rostro de Demi agradeció que el maquillaje la cubriera.

—No me interesa tus intimidades Joe — su voz sonó más grosera y se odio por eso, no quería que el viese cuan enoja estaba.

Se estaba divirtiendo de lo lindo con ella, pensó Joe .


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