miércoles, 6 de marzo de 2013

Un rencuentro volatil cap 23



Al lado estaba la fotografía de una castaña con un bebé en brazos frente a un famoso hotel de Londres, con Joe unos pasos detrás de ella.

La carita de la niña no era visible, por supuesto.
Con el corazón en la garganta, Demi empezó a leer el artículo.

                                                                                                                
Oleia Telis había muerto siendo una rica heredera y le había dejado todas sus posesiones, incluyendo su hija secreta a Joe a quien el periodista se refería como «el magnate griego que estaba intentando en la actualidad reconciliarse con su mujer».

Su relación con Oleia era descrita como « impredecible pero duradera » por una amiga que prefería no revelar su nombre, dando a entender que Oleia y Sander habían sido amantes mientras estaba casado con ella.

Eso era algo que a Demi no se le había ocurrido pensar hasta ese momento y le dolió en el alma.
De repente, sintiendo la necesidad de tomar el aire, salió a la calle… pero el destello de una cámara la cegó.

Un reportero le preguntó por qué ya no vivía con su marido y, enfadada Demi volvió a la oficina, donde su ayudante, Belle, acababa de colgar el teléfono.

–El teléfono no deja de sonar… los periodistas están haciendo preguntas…

–No voy a hacer comentarios – dijo Demi  volviéndose al ver a otro hombre entrando con una cámara colgada al cuello.

–Quiero hacerle una pregunta, señora Volakis.

–No estoy interesada en contestar. Váyase ahora mismo.

Pero en ese momento otro paparazzi entró en el local.

–Señora Volakis, ¿sabía que su marido había tenido una hija con la heredera Oleia Telis?

–¡O se van ahora mismo o llamo a la policía! – los amenazó Belle.

Los reporteros se negaron a marcharse hasta que Demi hiciera alguna declaración pero afortunadamente los hombres de seguridad que Joe le había prometido llegaron en ese momento dos gigantes que se libraron de los intrusos con la mínima conmoción.

Para entonces, Demi había visto que había más reporteros en la puerta del local y su convicción de que aquello no iba a ser un problema para ella la hizo quedar como una ingenua.

–Soy Johnson, señora Volakis. La sacaremos por la parte de atrás.

–Pero tengo una cita con una clienta…

–Yo creo que deberías tomarte el día libre – opinó Belle, cuando otro fotógrafo golpeó el cristal del escaparate para llamar su atención – Si te vas de aquí, se marcharán.

–Pero he quedado con lady Margaret a las diez…

–La llamaré para cambiar la cita. No creo que le hiciera gracia tener que abrirse pasoentre todas esas cámaras.

Demi estaba de acuerdo.
Aquel escándalo podría asustar a muchos de sus clientes y como resultado, el negocio sufriría.

Mientras subía a un coche negro aparcado en la parte trasera del local, un periodista se acercó corriendo pero el conductor arrancó a toda velocidad.

–Su marido espera que vaya a su nueva casa de campo, Roxburn Manor – dijo Johnson.

–No, quiero ir a mi casa – replicó Demi , preguntándose cuándo había comprado Joe una casa de campo.

Desde luego, a ella no le había dicho nada.
Claro que habían estado viviendo vidas separadas, de modo que aquello no debería sorprenderle.

Pero cuando llegaron a la puerta de su apartamento también allí había paparazzi y el conductor pisó el acelerador.

–Tendremos que volver al plan original – dijo Johnson.

Después de una noche en la que apenas había pegado ojo, Demi estaba agotada y decidió no discutir.

Ella no quería ir a ningún sitio, sólo quería desaparecer y no tener que dar explicaciones.
Nunca se había sentido tan insegura en toda su vida y, sacando el móvil del bolso, llamó a Joe .

–Esto se pasará en dos días, glikia mou – dijo él, intentando tranquilizarla – Luego será elturno de otro pobre desgraciado. Pero en Roxburn Manor estarás tranquila.

–Muy bien, pero sólo un par de días. Y pienso dormir todo este tiempo.

–¿No duermes bien? – le preguntó él.

–¡Dormía perfectamente hasta que tú volviste a mi vida!

Diez minutos después, subían a la terraza de un rascacielos donde los esperaba el helicóptero de la compañía Volakis.

Demi se abrochó el cinturón de seguridad, percatándose en ese momento de que ni siquiera había llevado una muda de ropa con ella.

Pero era lógico.
Estaba sorprendida, casi traumatizada por todo lo que había ocurrido enlas últimas veinticuatro horas.

El viaje en helicóptero fue una bienvenida distracción de sus tristes pensamientos.
El cielo azul sobre un mundo hecho de campos verdes y bosques rotos ocasionalmente por casitas o pueblos hizo que olvidase sus problemas durante media hora.

Roxburn Manor, sinembargo, era un edificio impresionante de estilo georgiano.

La señora Jones, el ama de llaves la saludó con una alegre sonrisa y la llevó directamente al salón donde había una chimenea encendida y una bandeja con té y pastas sobre la mesa.

Demi no se había dado cuenta de lo cansada que estaba, o del hambre que tenía, hasta que se dejó caer sobre el cómodo sofá.

Después de una taza de té y un par de pastas, se quitó los zapatos, cerró los ojos… y el sueño la venció.

Había atardecido cuando despertó, sobresaltada al escuchar un ruido que le pareció elde un helicóptero.
Pero no podía ser, estaba en medio del campo.

Nerviosa, se incorporó, apartando los rizos de su cara para buscar los zapatos.
En ese momento, sonó un golpecito en la puerta y el ama de llaves asomó la cabeza.

–¿Señora Volakis? No he querido despertarla para comer, pero ahora que ha llegado su marido me encargaré de servir la cena.

–¿Mi marido? – repitió ella.

En ese momento oyó la voz de Joe y se dirigió a la puerta furiosa.
¡Qué tonta había sido al dejar que la llevasen a Roxburn Manor!

¿Por qué no se le había ocurrido pensar que Joe tenía pensado reunirse allí con ella?

¿O que podría usar a los paparazzi para manipularla?

¿Desde cuándo era tan ingenua que su astuto marido podía engañarla sin hacer el menor esfuerzo?

Joe entró en el salón, tan imposiblemente alto e imponente como siempre con un abrigo de cachemir negro sobre un traje de chaqueta oscuro.

–La señora Jones me ha dicho que no has comido nada. No te haré esperar mucho…

–Tengo que hablar contigo – lo interrumpió ella.

Entonces escuchó el llanto de un bebé y cuando Joe se apartó a un lado vio a una joven morena con un moisés en la mano.

Demi miró al bebé que había dentro, pero sólo pudo ver parte de una carita muy roja y unos rizos oscuros bajo la manta…

Paralizada por un momento, lanzó una mirada de reproche hacia Joe .
Pero tuvo que morderse los labios porque no quería hablar delante de extraños.

¿Cómo podía haber ido allí con la niña?

 ¿No se daba cuenta de lo que le estaba haciendo?

 ¡Esa niña era su hija, la hija que había tenido con otra mujer!

Un grito sin voz parecía ocupar todo el espacio en sus pulmones y se dio cuenta de que una vez más, estaba hiperventilando…

–Demi …

Joe se quitó el abrigo, tirándolo sobre una silla antes de volverse para cerrar la puerta.
Aunque ella sentía como si tuviera una piedra en la garganta hizo un esfuerzo por respirar con normalidad.

–¿Cómo has podido traerla aquí? – le espetó, incrédula.

–No podía dejarla en el hotel.

–¿Por qué no? – insistió ella, que no estaba de humor para ser razonable.

–Lili no para de llorar y estaba molestando a todo el mundo. Los demás clientes se quejaron…
Joe apretó los labios

– La niñera es nueva y no tiene experiencia. No podía dejarla sola con Lili en Londres, con un montón de paparazzi esperando la oportunidad de hacer una fotografía.

–Ah, qué responsable eres de repente… como si fueras un padre de verdad – replicó Demi .


1 comentario:

  1. pobre Demi esta sufriendo demasiado con el tema de la bebe....
    siguela prontoooo.....en serio la espera me esta matando...POR FAVOR SIGUELA...!!!

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si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥