jueves, 28 de marzo de 2013

Dama de treboles cap 95



Cuando oyó aquello, Emma se emocionó ante la perspectiva de un día entero sin sus hijos alrededor.
De pronto, se sintió culpable por cargar al joven matrimonio con toda su prole.

   —Quizá sean demasiado estorbo, me parece que vosotros solos lo pasaríais mejor — alegó con el ferviente deseo de que su cuñada mantuviera la oferta.

   —Tonterías. Lo pasaremos estupendamente y a vosotros os vendrá bien algo de intimidad —comentó mirándola de reojo a la vez que remataba un botón.

   —¿El próximo domingo? —Sonrió haciendo planes.

   —Sí, dentro de ocho días. ¿Hace mucho que no vas a la cascada de arriba? —preguntó Miley fingiendo desinterés.

    —Ni me acuerdo de la última vez que estuve allí. Me encantaba bañarme en el remanso, ¿sabes?

   —Lo imagino —contestó con el mismo tono despreocupado—. Se me ocurre que podíais aprovechar que estáis solos para acercaros a la cascada Matt y tú.

   —Sí que es buena idea, y podríamos comer allí. —Emma ya se veía en la cascada.

   —Hace calor, podríais bañaros —sugirió sin dejar de coser.

   —¿A nuestra edad?

   —Lo dices como si fueses una vieja. ¿Qué te pasa? Nadie va a subir a espiar. A lo mejor prefieres dejar la excursión para un día que estén los niños — replicó contrariada ante la indecisión de su cuñada.

La observó de reojo y supo que la imaginación de Emma giraba a la velocidad de un tornado planificando la jornada dominical.
Decidió que ése era el momento de entregarle el regalo.

   —No, con los niños otro día. Desde que nació Albert, no he pasado ni un día a solas con mi marido. Y ya va siendo hora — se dijo convencida.

    —Te he traído un regalo, espero que te guste — dijo Miley entregándole el paquete.

   —Pero, ¿por qué te has molestado? No necesito que me regales nada — comentó incómoda.

   —No me supone ninguna molestia y esto no es nada para todo lo que tengo que agradeceros —añadió con cariño —. Porque el regalo no es para ti, es para los dos.

   —Pues no pienso esperar a que llegue Matt — aseguró deshaciendo el envoltorio.

Cuando descubrió el contenido, se quedó sin palabras y abriendo mucho los ojos, extendió las dos prendas sobre la mesa.

   —¿Para los dos?

   Se giró escandalizada hacia Miley que le sostuvo la mirada impasible.

   —Si lo prefieres, para ti sola — respondió sin inmutarse.

   —Pero esto es... la ropa interior más... impúdica y desvergonzada que he visto en mi vida.

Miró a Miley con la mano en el pecho y de nuevo volvió los ojos a la ropa que se exhibía sobre la mesa.

   —La he cosido yo. La seda la saqué de un camisón del baúl, espero que no te importe.

Emma negó con la cabeza sin apartar los ojos de aquella ropa.
No recordaba haber visto en toda su vida una labor tan delicada y lujosa, con aquella seda casi transparente y encajes finos.
 
Al instante, recordó el camisón de boda de su madre y mentalmente le pidió perdón por el uso que habían dado a aquella prenda.

Tuvo que disimular una sonrisa convencida de que estaba perdonada porque Agnes Jonas, si las estaba viendo desde allá arriba, debía de estar pasándolo en grande.

   —¿De dónde has sacado una idea tan... descocada? — preguntó sin salir de su asombro.

   —La señora Owen me dio la idea, incluso me dibujó un patrón. Por lo visto, en Europa ya hace tiempo que se usa. Ella conoció estos modelos cuando estuvo en el Este.

   —¿Rose? No la Rose Owenque yo conozco desde hace años, es demasiado recatada.

   —No veo la falta de recato por ninguna parte — aseguró con convicción — ¿o es que piensas enseñarla? Lo que va debajo de las enaguas no incumbe a nadie. Además, resulta muy cómoda ahora que hace calor.

   —Entonces, ¿tú también...?

   —Claro, yo también me hice un juego como éste. No pasa nada, no lo ve nadie. — Su cuñada enarcó las cejas —. Bueno, casi nadie.

   —No quiero ni pensar la cara que va a poner Matt cuando vea esto. Aunque, pensándolo bien —sus ojos se tornaron dos rendijas— no se la pienso enseñar. Será una sorpresa para el domingo y me la verá puesta.

   —Por fin lo has entendido —respiró Miley con alivio—. Me tengo que ir.

Emma tomó al bebé en brazos y la acompañó al patio para despedirla.
Con el pie en el estribo, Miley le recordó que avisase a los chicos de la excursión y acordaron que la familia Sutton llegaría temprano al rancho de los Jonas para salir desde allí.

De este modo, ellos estarían a un paso de la cascada.

   —Albert tendrá que quedarse a cargo de todo, no contéis con él. Y Joseph supongo que no querrá ir, ya es casi un hombre y no creo que le apetezca.

   —Como ellos prefieran. Emma, te dejo que tengo trabajo en casa —se despidió ya a lomos del caballo.

   —Miley  estoy pensando en lo transparente que puede resultar la seda mojada —comentó recuperando la osadía de siempre.

   —Te aseguro que disfrutarías más del baño sin nada de ropa.

   —¿Sin nada? ¿Y tú cómo lo sabes?

Emma no salía de su estupor.

   —¡Ay, Emma! —alegó azorada—. Utiliza tu imaginación.

   —Me pregunto qué ha sido de aquella rubia mojigata que apareció por aquí hace dos meses —enunció su cuñada divertida.

   —Se perdió por el camino —respondió con una amplia sonrisa—. Y, si la ves, dile que no vuelva porque desde que se fué soy inmensamente feliz.

Azuzó al caballo para girar grupa y clavando talones salió al galope rumbo a su casa ante la atónita mirada de Emma, que con su hijito en brazos todavía dudaba si estaba soñando o despierta.


2 comentarios:

  1. wow me encantooooooooooooooooo
    siguela porfa ...
    miley si que esta cambiandooooooooooooooooo
    me gusta mucho la amiistad de miley y dannii

    ResponderEliminar
  2. AWWW ME ENACNTO EL CAPIS
    POR CIERTO CUANDO VA A PARECER LA PARTE DE MILEU
    CON EL CAMISON TRANSPARENTE
    LO QUE PASA ES Q AME EL CAPIS Y YA QUIERO LEER EL SIGUIENTE!!!!
    ME ENCANTO TODO SIGUELA
    BESOS BABY <3

    ResponderEliminar

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥