domingo, 17 de marzo de 2013

Dama de treboles cap 93



Nick entró en la habitación y cogió un par de toallas, esponja, jabón, peine.
Ahora lo tenía todo.

Al volver a la cocina, se acercó por detrás a Miley y la abrazó al tiempo que le mordía el cuello; hinchó el pecho con satisfacción al comprobar cómo conseguía erizarle el vello de los antebrazos.

   —¡Nick! —fingió zafarse.

   —El carro no era la única sorpresa. Vamos.

   Miley vio sobre la mesa las toallas y supuso que iban al río.

   —A la cascada.

A Miley le brillaron los ojos y él se felicitó.
Cada día estaba más seguro de saber complacer sus deseos.

Ya en el claro, Nick dejó las toallas en el suelo y la abrazó por la espalda recostando la barbilla en su pelo.

Durante un par de minutos, guardó silencio para que su mujer pudiera disfrutar de la contemplación que tan feliz la hacía.

Por fin se puso frente a ella y comenzó a desabrocharle la blusa.

   —Hay algo que me preocupa desde hace días —confesó Nick.

   —¿Pasa algo? —preguntó Miley con semblante preocupado.

   —No. —Sonrió y ella respiró aliviada—. Me preocupa algo entre nosotros.

Miley levantó la cabeza con brusquedad.
Al notar su desasosiego, Nick le besó el pelo con una sonrisa.
Tantos años reprimiéndose y por fin había logrado liberarse de tanta atadura.

La chica gris de hacía semanas era un modelo de contención, pero su mujer era transparente como el agua.

   —Quiero que seas feliz a mi lado, pero no un poco feliz, tienes que serlo por entero. No me conformo con menos — le explicó peleándose con un botón.

   —Y lo soy, ¿vas a explicarme de una vez qué pasa?

   —Hace días me dijiste que echabas de menos algo de tu vida en las praderas. — Ella sonrió — A mi lado no quiero que eches nada en falta.

Acababa de entender tanto misterio, pero lo empujó con ambas manos por haberla asustado.
Él la atrajo de nuevo y con una sonrisa golosa le levantó la falda.

   —¿Qué llevas debajo?

   Forcejeó con una risita palmeándole las manos.

   —¡Para! Lo que más te gusta —dijo con una mirada tan ingenua como sugerente.

A toda prisa, Nick acabó de desabrocharle la blusa y, mientras ella se la quitaba, se agachó y le bajó la falda y las enaguas hasta los pies.

Ella salió del embrollo de ropa y él le quitó las botas.
Mientras le bajaba las medias, recorrió sus muslos con pequeños mordiscos que la hicieron reír y gritar.

Una vez estuvo ante él descalza y sólo cubierta por el fino conjunto de culote y camisa de seda, le aferró ambas manos y le alzó los brazos para admirarla.

La obligó a girar sobre sí misma; su larga trenza la seguía como una estela.
Sintió una creciente erección, pero se impuso a su deseo.
Aquel deleite tenía que durar.

Miley se soltó de su mano.
Sin mirar atrás, pero consciente de su atenta mirada, se dirigió al remanso.

Introdujo los pies y la primera impresión fue que el agua estaba muy fría.
En cuanto le llegó hasta la rodilla, se sintió mejor que nunca.
Se agachó y con las manos comenzó a mojarse los brazos.

Nick la miraba con codicia.
En aquella postura, la seda permitía una visión de su trasero que le provocó deseos de morder.
Le entraron ganas de acompañarla y empezó a quitarse las botas.

Se acercó a ella y, de pronto, le entró un arrebato de malicia infantil.
Se adentró con sigilo e impulsando un pie le lanzó agua por sorpresa.

Ella reaccionó con un grito por la impresión de notar en su espalda el agua fría y se giró con actitud vengativa.
Trató de hacer lo mismo, pero como desconocía el terreno, perdió pie y cayó de espaldas al agua.

Nick al principio se asustó al no verla salir, pero de repente la vio emerger como una carpa.
No había por qué temer: nadaba como un pez.

Y pudo comprobar por la expresión de su rostro que estaba mitad furiosa mitad divertida.
Lo cierto es que se sintió culpable pero, ¡qué diablos!, habían subido para bañarse.

Él se desnudó ante su atenta mirada luciendo un semblante travieso.

Miley con una sonrisita peligrosa, levantó un dedo acusador para señalar su miembro erecto y desafiante.

   —No esperes utilizar eso esta noche después de lo que acabas de hacer —sentenció.

Nick soltó una carcajada.
Se lanzó al agua y la atrapó entre sus brazos impidiéndole toda posibilidad de escapatoria.

   —Este lugar tiene algo especial, hace que aflore tu faceta más desvergonzada —dijo recorriendo su cuello con pequeños mordiscos—. Prometo portarme bien lo que queda de tarde.

  —Más te vale.


niñas de mi corazon como estan?
lose lo siento si ando perdida pero tengo muchas cosas qe hacer ultimamente ya les contare :)
pero aqui estoy publicando como una muestra de paz para Mari♥ y espero qe asi ella publique IRROMPIBLE♥ ya qe amo esa nove , espero qe leas esto mari y lo hagas :D
las quiero mucho niñas besos de pescaditu' C3
 

1 comentario:

si te gusto el capitulo o tienes alguna sugerencia no dudes en decirmela seran todas bienvenidas gracias C:
besitos vuelve pronto y mil gracias por visitarme ♥