sábado, 24 de noviembre de 2012

A merced del griego cap 18




Tras dejar a su madre acostada Nick había hecho una incómoda llamada a Venetia para cancelar los planes que tenían para aquella semana.

Después el trabajo había sido lo único en que había podido refugiarse de manera que había permanecido más de una hora en su despacho respondiendo a unos correos electrónicos de los que podría haberse ocupado perfectamente en un horario más civilizado.

La visión de Miley en su cama lo dejó momentáneamente desconcertado.

Estaba tumbada como la había visto hacía unos meses con un brazo sobre la cabeza.
Dudaba mucho que se hubiera tumbado originalmente en aquella postura de abandono.

Haciendo tan poco ruido como le fue posible;
avanzó hacia la cama mientras se quitaba la camisa.

Cuando había mencionado el sofá se había referido a que «ella» podía dormir en él.
Una ligera sonrisa curvó sus labios mientras la veía dormir.
Lo justo era lo justo pensó irónicamente.

Había presionado a Miley para que lo ayudara.
Por lo que a ella se refería y dado lo reacia que se había mostrado originalmente hacia su plan él podía dormir en el sofá o en el suelo.

Cuando salió completamente desnudo del baño tras tomar una rápida ducha Miley se movió en la cama.
Nick se fijó en su pierna doblada bajo las sábanas y por lo que vio dedujo que no debía estar demasiado vestida.

¿Sería una de esas mujeres que se ocultaba tras la ropa como una monja durante el día pero que apenas se acostaba con nada encima de noche?

Aquel pensamiento provocó en él una reacción que parecía haber estado aguardando todo aquel tiempo para producirse.

Apartó la mirada consciente de la reacción de su cuerpo tan poderosa como inesperada.
El sofá serviría para aplacar cualquier acción inadecuada desde luego pero lo descartó en cuanto lo miró.

Miley estaba profundamente dormida y su cama era infinitamente más cómoda que cualquier sofá sobre todo teniendo en cuenta que éste no tenía sábanas y que él no tenía idea de dónde buscarlas.

Se metió sigilosamente bajo las sábanas y permaneció muy quieto esperando a que su excitación remitiera.
Cuando Miley giró sobre sí misma en su dirección estuvo a punto de gemir.

La pequeña camiseta sin mangas que llevaba dejaba muy poco a la imaginación y dejaba expuesto un generoso escote que Nick jamás había podido ver de día.

Su respiración se agitó mientras contemplaba el rostro de Miley sus labios ligeramente entre abiertos y su pelo rubio y revuelto enmarcándole el pelo.

Sólo el cielo sabía cuánto tiempo habría permanecido allí quieto si Miley no se hubiera movido de nuevo y hubiera dejado una mano apoyada sobre su pecho.


Nick se quedó paralizado al ver que abría los ojos.
A continuación, Miley dio un grito y se apartó de él horrorizada.

-¿Qué haces aquí?

-Este es mi dormitorio, ¿recuerdas? El que has aceptado compartir.

-¡Pero no acepté compartir la cama!

Miley estaba asimilando la información de que Nick no llevaba nada puesto por encima de la cintura.
¿Llevaría algo puesto debajo?

Todo su cuerpo comenzó a arder mientras su imaginación se liberaba y tomaba el vuelo.

-El sofá no está hecho - le informó Nick cuya erección lejos de aplacarse pareció animarse ante la visión del ruborizado y aún adormecido rostro de Miley

-¡Pues ve a hacerlo! ¡No puedes quedarte en esta cama conmigo! Prometiste...

-No te prometí nada. Y no te alteres tanto. Es una cama grande - dijo Nick

...lo que no explicaba porque estaban tan cerca el uno del otro.

-¿Llevas algo puesto? -se oyó preguntar Miley .

El silencio de Nick fue revelador

-No llevas nada, ¿verdad?

-No tengo pijamas. Siempre me han parecido una prenda inútil.

-¿Cómo puedes ser tan... tan irrespetuoso? - susurró Miley mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-¿Irrespetuoso? - repitió Nick atónito - No sé de qué estás hablando.

-¡Claro que lo sabes! ¡Me desprecias hasta tal punto que te da igual que esté o no esté en la cama! ¡Ni siquiera te has molestado en ponerte algo! ¡Por loque a ti se refiere, lo mismo podría ser un... un... saco de patatas !

En el silencio que acogió las palabras de Miley Nick la tomó de la mano.

-¡Creo que un saco de patatas no tendría este efecto sobre mí!

Miley sintió la palpitación de su poderosa erección y durante unos instantes el tiempo pareció detenerse.


La conciencia sexual que se había mantenido oculta durante tanto tiempo rompió sus barreras y afloró como un maremoto.
Su respiración se agitó de pronto como la de alguien que acabara de correr un maratón.

La mano de Nick permanecía sobre la de ella obligándole a sentir el efecto que le producía su proximidad.

-¿Y bien? No creo que lo que estás sintiendo bajo tu mano sea precisamente el resultado de mi menos precio.

-Tienes... tienes que irte a dormir a otro sitio...

-¿Y simular por la mañana que nada de esto ha pasado?

Nick soltó la mano de Miley pero sólo para deslizar la suya bajo su camiseta hasta la pródiga curva de sus pechos.

Gimió.

Sin su informe ropa Miley era todo mujer todo voluptuosidad curvas...
Se irguió sobre un codo para poder mirarla.

Miley pensó que en la penumbra reinante resultaba diabólicamente sexy.
Sus brazos eran equilibradamente musculosos y su preciosa boca... su preciosa boca se estaba acercando a ella.



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