martes, 30 de octubre de 2012

Lo Siento =(

Niñas de mi corazón como estan?¿ espero qe muy bien  C:

primero que nada quiero decirles que siento muchisimo no haber subido anda estas ultimas semanas   pero lo qe pasa es qe septiembre octubre e inicios de noviembre solo hasta el 10 son epocas donde tengo mucho qe hacer en el colegio por qe empiezan mis actividades deportivas olimpiadas concursos y ensayos para la danza del aniversario del colegio qe es en noviembre pero como son bailes tipicos tenemos qe ensayarlos desde noviembre y mi tiempo se a ido en todo eso.

 ademas qe mi danza es un poquito riesgosa por qe se hacen piramides torres cosas ai miren :






y yo voy en la parte de arriba ya me e caido varias veces ensayando y mi cuerpito para adolorido cuando venia de los ensayos llegaba cansadisima y aveces qeria subirles un par de caps pero el cansancio me ganaba :/  y me quedaba dormida por eso no e estado subiendo ni comentando mucho los blogs pero juro qe en mi tiempo libre e estado leyendo como loca los blogs como el  de 

mari♥: amiga me encanto el final de secretos aunqe extrañe la parte niley :( pero me muero por leer el epilogo , por cierto amo amo tu tattoo me encanta :D tmb amo las nuevas noves apenas regrese espero ver muchos muchos caps para devorarmelos todos rawww *-* 

Sari♥: periquita se que tu tampoco tienes mucho tiempo y agus♥ te esta ayudando por eso me alegro y espero qe todo esta saliendo bien en tus preparativos :) por cierto amiga me encanto el final de Why I had to love lo ameee!! me moria por qe subieran esa y la subieron :D

Mitchie♥: amiga mia de mi! estos dias an sido mas agotadores qe nunca :/ extraño mucho qe coversemos :( ojala qe pronto lo hagamos x cierto estubo bien lindo el final de White Lies  :D y  ame los 4 caps de I Don't Want To Love You   y  Summer Hot aunqe no e podido comentar tu sabes qe me encantan espero qe pronto subas mas te amodoro ><'♥

vane♥ : amiga no e podido comentar pero no me pierdo de leer ni un solo cap dDurmiendo Con Su Rival  me encanta joe y demi :!! y no sabes como me rei cuando lei el prologo de Caperucita y El Lobo  estuvo tan chistoso y me encantaron los dos!! :D

male♥ : amiga estuve leyendo pero vi qe pusiste una entrada nueva pero cuando le di clic me aparecio qe tu blog fue eliminado :( alguien me puede decir que paso ? 

bueno eso es maso menos un resumen solo queria pedirles disculpas pero qe apesar de todo siempre paro pendiente de ustedes y sus blogs :)
las quiero mucho chicas ♥
y tmb para avisarles qe ya todo termina el 10 apartir del 10 de novienbre estare subiendo muchos muchos caps y quiero decirle  a yazmin qe apenas regrese lo primero qe voy a subir va a hacer a merced del griego a peticion de ella :)

BUENO NIÑAS DE MIS AMORES ME DESPIDO Y ESPERO QE PUEDAN ESPERAR UNOS DIITAS MAS C:

NO SE OLVIDEN DE QUE LAS AMODORO MUCHO ♥.♥
CUIDENSE Y PORTENSE BIEN =D





DIGANME SI NO SON UNOS PAPIS Y ESTAN SUPER VIOLABLES AJAJJAA ;)





ahora si las dejo chicas cuidense 
las amodoro♥



jueves, 18 de octubre de 2012

Dama de treboles cap 45




Nick cobró de manos del capataz la cantidad acordada, molesto por las miradas curiosas que su esposa despertaba entre los vaqueros del rancho Schweiger.
Gideon, tras saludar a los hombres, regresó junto a Miley que esperaba un poco rezagada.

Antes de montar, Nick observó que Miley se había desabotonado el vestido.
Hacía mucho sol y no llevaba sombrero.
Debió haberlo previsto antes de salir.

Por el cuello le caían gotas de sudor que corrían hacia la abertura del escote.
La vio secarse la frente con el antebrazo y torció el gesto.
Gideon, en un arranque de caballerosidad, se desanudaba el pañuelo para ofrecérselo.

No soportaba la idea de que algo suyo entrase en contacto con la piel de otro hombre, ni siquiera su sudor.
Con la mano indicó a Gideon que parase, y sin decir ni una palabra le entregó su badana con una mirada torva.
Ella se secó el sudor y se la devolvió.

   —Caballeros —anunció Miley entregando la bolsa de la comida a Gideon—, ahora que no llevamos ganado, regreso por mi cuenta. Tengo mucho trabajo que hacer.

Nick no la detuvo.
Se limitó a montar mientras la contemplaba cabalgar cada vez más lejos.

Durante las tres primeras millas, Nick apenas cruzó unas palabras con Gideon.
En lo más profundo del valle, pararon a comer junto al riachuelo.

   —¿Doreen y tú también discutís? — preguntó tumbándose sobre la hierba.

   —Alguna vez — rio por lo bajo — Son peleas de enamorados.

   —¿Tú también crees en eso? — preguntó escéptico.

   —¿En el amor? Desde luego. Creo que Doreen y yo estábamos destinados el uno para el otro —aseguró con una sonrisa—. No podría mirar a otra mujer porque pienso en ella cada minuto del día.

   —Y ¿cómo te diste cuenta? — preguntó con interés —. ¿Cómo supiste que era ella?

   —Lo supe en cuanto le di la mano para ayudarla a bajar del tren. Lo vi en sus ojos.

   Nick reflexionó sobre ello durante el resto del camino.

No tardaron mucho rato en llegar al rancho.
Una vez allí, llevaron los caballos a refrescar y cambiaron de montura.
Y Gideon salió hacia el este para continuar el resto de la tarde en los pastos.

Nick entró en casa y encontró a Miley ya aseada.
Estaba preciosa con el pelo suelto y ropa limpia.
Y hecha una furia.
La miró de reojo, mientras ella se afanaba con la aguja.

Aunque montaba con mucha soltura, los bajos se le habían enganchado en los matorrales.
Tenía motivos para estar enfadada.
Su tozudez solo le había reportado llegar a casa agotada y un montón de agujeros que remendar.

   —Un vestido no es la ropa más adecuada para arrear ganado — comentó Nick revolviendo en la alacena.

Miley perdió la paciencia.
Eso saltaba a la vista, no hacía ninguna falta que se lo recordara.

  —La próxima vez cabalgaré desnuda.

  «¿Desnuda?» 

Nick tuvo que hacer un esfuerzo por no dar un puñetazo en la pared.
Cogió una botella de linimento (frotacionparaeldolor) y la colocó sobre la mesa ante las mismas narices de Miley.
No hacían falta palabras, con el gesto se lo decía todo.

Ella dejó la costura a un lado, indignada por su actitud arrogante.
Cogió la botella y salió de la casa con ella en la mano.
Nick la siguió sin entender qué se proponía.
Enseguida lo supo.

  —Que te dé las friegas ella — masculló estrellando la botella contra la pared del granero.



niñas de mi corazon lamento tanto mi ausencia pero como algunas saben e estado muy ocupada en el colegio :/ pero bueno estoy tratando de hacerme un tiempo con todo :)
bueno y aqui les dejo unos caps qe van dedicados a mitchie♥ amiga te amodoro jiji y como te lo prometi ahi estan los cap espero qe te gusten a ti y a todas mari♥, male♥gracias cariño porqe te tomaste el tiempo de preguntar por nosotras c: ,vanee♥ , sari periquita♥ , yazmin y lovaticforever
LAS AMODORO CHICAS ♥.♥
GRACIAS POR TODO ESPERO QE LES GUSTE Y COMENTEN :D

Dama de treboles cap 44




  —El mustang —decidió Miley

Gideon, a la vista del humor que lucían los patrones, ensilló el caballo sin rechistar.

   —Los quarters son más dóciles. Este es difícil de controlar si se pone nervioso —sugirió Nick.

Miley alzó las cejas desafiándolo con una mirada de soslayo y montó a horcajadas.

Nick, al acomodarse en la silla, tensó la mandíbula para ahogar un quejido y con la cabeza indicó a Gideon que abriese camino.

Salieron hacia el este y subieron la loma para rodear el bosque.
Nick cada vez estaba de peor humor.

La noche tirado sobre el heno con la ropa mojada le estaba pasando factura.
Los dolores lo estaban matando y lo que menos necesitaba era a Miley a su lado en pie de guerra.
La miró con disimulo.
Para colmo de males, al trote sus pechos parecían cobrar vida propia.

   —No llevas corsé.

   —Si usase corsé no podría trabajar —escupió girándose como una fiera—, tendría que estar todo el día paseando bajo una sombrilla.

Nick masticó un juramento, sería un milagro que no saliera el tema.
Intentó cogerla del brazo, pero Miley se escapó al galope.

A gran velocidad, se inclinó sobre el cuello del caballo para esquivar una rama.
A él se le paró el corazón al ver lo cerca que había estado de quedarse viudo y salió tras ella.

Gideon prefirió quedarse atrás, algo le decía que aquél iba a ser un viaje memorable.

   —Como vuelvas a hacer eso te envío de vuelta a casa de una patada en el trasero — le advirtió tirando de sus riendas —. Estoy seguro de que sabes montar incluso oculta en el flanco del caballo, así que se han acabado las exhibiciones.

   —Esas acrobacias son propias de comanches —dijo desdeñosa por su ignorancia—. ¿Aún no te has enterado de que soy lakota?

   Azuzó al mustang y sin mirar atrás lo dejó con la palabra en la boca.

El traslado de las reses fue una de las experiencias que más disfrutó Miley desde su llegada al rancho.
Le encantó cabalgar junto al ganado a través del valle.
Gideon le explicó que así se acortaban unas millas y además no se levantaban esas nubes de polvo, tan desagradables para los vaqueros.

Durante casi todo el camino fue conversando con él.
Supo que Nick habla decidido vender cuarenta y seis vacas de cría y dos toros a un ganadero de Lone Tree que había perdido un montón de cabezas envenenadas por trébol.
Miley quiso saber más y pensó que lo correcto era enterarse por boca de Nick.

 Se puso a su altura y su aspecto la preocupó.
Su rostro contraído reflejaba que debía de soportar un fuerte dolor.

   —No sabía que los tréboles eran venenosos —comentó.

   —El trébol dulce es una mala hierba. No tiene nada que ver con los tréboles a los que te refieres.

   —¿Puede ocurrir que tus vacas se envenenen con esa hierba? — preguntó preocupada.

   —Por suerte, en el rancho no crece trébol dulce.

   —Gideon me ha comentado que vas a vender las vacas a muy bajo precio. No entiendo por qué dice que es un buen negocio y que ni sabes lo que haces.

   —Estas vacas de cría son viejas. Solo aguantarán un par de partos más; después, sólo valdrán para hacer salchichas. En el Schweiger hacen falta y a mí me sobran. Voy a sacar por ellas mucho más de lo que me pagaría cualquier cliente.

 Nick clavó espuelas y la dejó atrás dando por concluida la conversación.


Durante el resto del camino, Miley se limitó a observar las maniobras de Nick y Gideon para agrupar el ganado.
Entendió por qué una silla de montar del Oeste era tan diferente de las sillas clásicas de paseo.
Al ser tan largas, distribuían mejor el peso sobre el lomo del animal, que tenía que aguantar al jinete durante largas jornadas.
Además de ser más cómoda para caballo y vaquero, facilitaba los movimientos de éste y evitaba caídas.

Contempló admirada cómo uno y otro mantenían el equilibrio al hacer un quiebro para agrupar alguna vaca que se apartaba del resto.
Aprendió a rodear el ganado para que ninguna se alejase del grupo.

Nick la colocó a la cola para azuzar a las que se quedaban rezagadas.
Pero no se atrevió a imitarlos en sus carreras y frenadas bruscas; con los pies en los estribos, estiraban las piernas echando la espalda atrás con una tranquilidad que a Miley le pareció demasiado arriesgada.

Pero en cuanto llegaron al cruce de Lone Tree, desapareció su entusiasmo.
Su esfuerzo no había merecido ni una palabra de alabanza por parte de Nick , ni siquiera una mirada de admiración.



Dama de treboles cap 43




Miley apoyó los brazos sobre la mesa y recostó la cabeza ahogando un sollozo.
Todo iba de mal en peor.
Tras un par de minutos, se enderezó con un suspiro.
Ya estaba bien, el llanto no solucionaba nada.

Tomó el dinero, se trataba de una buena suma.
De momento lo guardaría, ya vería en qué emplearlo.
En cualquier cosa menos en un billete de tren.

   Una hora después, encontró a Aaron limpiando el corral de las gallinas.

—Deja eso, Aaron, puedo hacerlo yo — protestó.

—Ya está hecho — zanjó apoyando ambos brazos en la pala — Y he regado el huerto en cuanto hemos llegado.

—¿No entras a tomar café? — Agradecida, puso la mano en su antebrazo — Grace acaba de hacerlo.

—Gracias, ahora no  —se excusó mirando hacia el frente — Voy a ver qué pasa.

Miley volvió la cabeza hacia el grupo formado junto al porche, donde Nick y los peones comentaban a viva voz las tareas.
Miley subió los escalones, pendiente de la conversación.

   —Bart ha tenido que ir al pueblo a devolver un caballo a la herrería — explicaba Nick.

   —¿Un caballo? — preguntó Fred, uno de los peones.

   La mirada torva de Nick le obligo a cerrar la boca.

   —Cuando vuelva, que se vaya directo a los pastos del este. Aaron, ve allí con Benjamin y Fred. Gideon, tú te vienes conmigo —continuó—. Connor, tú te vas con Ramón a repasar la cerca del sur.

   —Señor Jonas, nosotros dos solos con todo el ganado, no sé si es una buena idea.

   —No discutas, no llegan ni a cincuenta cabezas. Podemos con ellas de sobra.

   —¿Qué tal si nos acompaña Benjamin? — sugirió Aaron —. Bart no creo que tarde.

   —No. La verdad es que nos haría falta un hombre más —pensó en voz alta—. Puede que me acerque al rancho Sutton. De todos modos, solo vamos hasta el cruce de Lone Tree, allí nos espera el capataz del rancho Schweiger para recoger el ganado. Son cinco millas atravesando el valle.

   —Iré yo —concluyó una voz desde lo alto del porche.

Los seis hombres giraron la cabeza a un tiempo.
Miley sostuvo la mirada de Nick con los brazos en jarras.
Aunque se había lavado y afeitado, no tenía muy buen aspecto.

 —Una mujer no conduce ganado — sentenció él dándole la espalda.

   —¡Oh, algunas sí! — intervino Aaron — En mis tiempos, vi mujeres venir desde Texas…

Nick se giró hacia él con una mirada atravesada, así que decidió dejar la historia para otro momento.

   —He dicho que voy yo — repitió Miley con calma — Hace falta un vaquero más, ¿no es así? Pues ya lo tienes.

Si su esposo creía que iba a poder con su tozudez, estaba muy equivocado, porque a obstinada no la ganaba nadie.
Y pensaba de mostrarle que ella era el tipo de mujer capaz de llevar un rancho.
Se iba a arrepentir de haber pensado en mandarla lejos.

   —La señora Jonas viene con nosotros — cedió — Cada uno a su trabajo.

   Cuando los peones se marcharon, Miley entró en la casa a preparar algo de comida para llevar.

   —Un momento — la detuvo Nick — ¿Qué pretendes demostrar?

   Miley volvió sobre sus pasos sin dejarse intimidar por aquel tono grave.

   —No tengo nada que demostrar — mintió.

Tenía intención de demostrarle que valía mucho más que esa estúpida muñeca de porcelana, pero no pensaba decírselo.


Nick enderezó la espalda y al hacerlo emitió un quejido.
Tomó aire y cuando el dolor paso volvió a mirarla.

   —Como quieras. Pero eres un peón más y aquí mando yo. No se discuten mis órdenes, no lo olvides.



La caida de Jonas cap 28 final




Había sido la princesa mimada.
La bebé.
Había sido amada por su padre, por su hermano.
Querida después de la muerte de su madre.

—Mi nombre es Miley , — susurró.

No sabía qué decir, cómo sentirse.
Sólo sabía que si Nick la soltaba, se hundiría hasta el fondo por el dolor.

—Tan solo, como te llama él, ¿"Mils"? — Su pa-pa asintió con la cabeza a Nick detrás de ella.
Ella entrecerró los ojos. — Sólo Nick me llama " Mils".

—Ah. Y sólo tú lo llamas "Nick", cuando todos los demás le llaman. "Jonas". —Él asintió con la cabeza. — Sí. Es el camino del amor, ¿eh?

Ella le devolvió la mirada mientras se movía en silencio y se sentó en uno de los sillones que estaba cerca de la pared.
Se inclinó hacia delante, su cuerpo alto, ancho, casi demasiado grande, incluso para los muebles de Nick.
Sus codos apoyados sobre las rodillas, sus manos entrelazadas entre sí cuando la miró.

—Miley , — suspiró su nombre. —No tengo excusas por lo que fui. Y asumo toda la culpa por la forma en que Marco te aterrorizó. —Sacudió la cabeza, y cuando levantó los ojos, vio las lágrimas en ellos. —Por ti, yo habría muerto. Trace te buscaba, y temí que iba a morir en el intento de rescatarte. Se enfureció. Así que fui a las autoridades. Y, — le extendió las manos — te dejé ir. Fuiste el único trozo de inocencia en mi vida. Mi dulce hija. Y pensé que podría dejarte volar como sabía que debería hacerlo, lejos de la fealdad de quién y qué era yo. —Su expresión se volvió feroz. — Pero no puedo.

Él se puso de pie, rígido, y se volvió hacia ella.

—Eres mi pequeña. Mi hija. La que le dará hijos a este hombre. Sangre de mi sangre. —Se golpeó el pecho, cruzó los brazos sobre él. —Lucha contra mí todo lo que quieras. Voy a venir a esta ciudad si debo hacerlo. Voy a estar donde estés. Les diré a todos que tú eres mi hija, que te quiero, te atesoro. No voy a dejarte ir.

Miró a Nick, y luego a ella.

—Y mi nombre no es Gio. Mi nombre es Billy . —Levantó la cabeza con orgullo. —Por mi bisabuelo. Quién era puro. Quién no fue parte de esa vida que aborreces. Soy Billy Ray . Un inmigrante. —Su voz bajó. —Un padre.

Ella le devolvió la mirada en estado de shock.

—¿Y tú crees que es tan fácil? ¿Que sólo puedo perdonar?

Sacudió la cabeza, su mirada dirigiéndose una vez más a los brazos de Nick alrededor de ella.

—No es fácil, —dijo en voz baja. —Pero espero que, quizás con el tiempo, puedas encontrar en ti misma el recuerdo del hombre que amaba a su Miley . Su ángel precioso.

Esa primera lágrima se deslizó libre.
Su pa-pa nunca lloraba.
Él era feroz, y era fuerte.

—No. —Ella negó con la cabeza, sintiendo los ojos llenos de lágrimas.

Porque se acordó de su pa-pa.
Recordaba, y oh Dios, ¡cómo lo había extrañado!

—Billy Ray no ha cometido ningún delito, Miley , — Susurró Nick.

—¡No lo excuses!, —gritó ella.

—No lo estoy excusando, bebé. —Él se frotó la barbilla contra su cabeza. —Se le permite escoger, Miley . No es uno o lo otro. Y el infierno, no soy precisamente un santo. Los dos sabemos eso.

—Mató.

—Protegía a mi gente quizá no de la manera correcta, pero de todos modos, mía, — su pa-pa exhaló profundamente. —Pero a diferencia de Carlos y los otros, Miley , nunca dañé a inocentes. Nunca secuestré a una mujer o un niño y les causé dolor. Tampoco apruebo tal acción. Nunca he podido. Fuiste mi guía, hija. —Negó con la cabeza. —Desde el día en que naciste, tú eras mi guía. Tu dulzura y luz garantizaron que ningún niño resultara herido por mi mano.

—Giovanni Federico era conocido como el Gigante Gio. El Gigante Gentil, — le recordó Nick.

—¿Por qué lo defiendes?

—Debido a que la necesidad de un hijo por su padre nunca se va, Miley , —dijo. —Nunca dejarás el duelo por él. Y te vas a romper por dentro. Es mejor escoger tus batallas con él, y asegurarte de que sigue por el camino que ha elegido para él de aquí en adelante. Es menos amenazante para nuestra paz mental de esa manera. Además, alguien tiene que llevarte cuando nos casamos. No creo que Casey o el Turco se vieran bien en un esmoquin.

Ella se dio la vuelta.
Parpadeó incredula y sorprendida.

—¿Pensaste que te dejaría escapar de mí? —Su sonrisa era pura confianza masculina y un toque de maldad. Después de todo, su padre estaba allí de pie.

—No me has pedido que me case contigo —ella hizo un mohín. —¿Te has parado a pensar que tal vez me gustaría que lo hicieras con todos los adornos?

Él soltó un bufido.

—Naa. No lo haces. O no habrías escogido al hombre con el carácter más sombrío de la ciudad para hacerlo caer por ese furtivo corazón tuyo. He caído, Miley . Derecho a tus pies. No te estoy pidiendo matrimonio, más bien lo exijo. —Le tocó la mejilla, ahuecándola con la mano. —Y tu padre no está pidiendo perdón, sólo una oportunidad.

Ella se volvió hacia su pa-pa, y lo observó mientras se pasaba las manos por la cara y la miraba con tristeza.
Gio el gigante estaba muerto.
Billy Ray podía no ser perfecto, pero ella todavía recordaba el amor.
Su pa-pa abrazándola, protegiéndola, riendo con ella.

—Pa-pa — murmuró, temblando, dándose cuenta que Nick la había dejado ir lentamente.

Los labios de su padre temblaban.
Dio un paso, y entonces él estuvo allí.
Cruzó la distancia entre ellos, sus brazos fuertes envueltos a su alrededor, apretándola contra él, y llevándole el olor y los sonidos de su infancia.

El padre que había adorado.
¿Podría olvidar sus crímenes?
No podía olvidarlos.
Pero tampoco podía olvidar que él la había salvado.
Habida cuenta de sí mismo y todo lo que poseía para protegerla.
No era perfecto, pero seguía siendo su pa-pa.

Nick los miró, cruzó los brazos sobre el pecho, y miró a Gio.
Era la mirada de un hombre determinado, imponiendo su propia voluntad.
Si el padre de Miley le hacía daño otra vez, si alguna vez sufría algún daño a causa de él, entonces Gio el gigante estaría muerto, de verdad, igual que en la ficción.
Era una mirada que el otro hombre entendió a la perfección, y sobre la cabeza de su hija, asintió con la cabeza.

—Te doy a mi hija, — dijo con voz ronca cuando finalmente Miley se apartó de sus brazos. Tomando su mano, la colocó en la de Nick. — Ella es la luz de mi alma, —continuó Gio. —Mi tesoro.

Nick sonrió y arrastró a su mujer cerca de nuevo.

—Ella es la mía desde el primer minuto en que se mudó aquí y puse los ojos en ella, Señor Ray  Tropecé con mis propios pies y perdí mi corazón.

—¿En serio? —Miley  le miró, sorprendida. —No lo hiciste. Lo habría notado.

—Lo escondí condenadamente bien. —Sonrió. —Pero no cabe duda, cariño, tú eres la primera mujer que me hace caer. Por completo.

Gio Federico miró a la pareja.
Trace, él no estaría contento, pero ¡ah!, su hijo a menudo era demasiado arrogante, demasiado seguro de sí mismo.
Había querido mantener a Miley entre ellos.
Tener a este hombre, tan áspero, tan evidentemente un hombre de verdad, protegiendo a su preciosa hermana sería una espina en su orgullo.
Pero su Miley estaba a salvo.
Era muy querida.
Y Gio tuvo la sensación de que si algún hombre trataba de tomar lo que Jonas consideraba suyo, se encontraría tal vez llamando a las puertas del infierno.

No, Nick Jonas no era un hombre fácil.
Pero era sin duda el hombre de Miley .
Ella era su hija.
Pero era la mujer de Jonas.
Y estaba a salvo.
Y se alegró.
Tal vez pronto, habría bebés.
¡Ah, sí! pensó Gio. Nietos.
La vida tal vez estaba a punto de ser muy, muy buena.



FIN 






La caida de Jonas cap 27



El Gobierno.
Los dos del frente eran federales, y cuando Jonas vislumbró al tercero, supo con quien estaban tratando.
Giovanni Federico.

—Miley . — Federico se quitó la gorra , los ojos fijos en Miley mientras permanecía quieta y en silencio en la entrada de las escaleras de escape.

No parecía tan viejo como Jonas sabía que era.
Giovanni Federico tenía cincuenta años, pero parecía diez años más joven.
Su pelo negro sólo tenía una pizca de blanco en las sienes.
Sus ojos eran como los de Miley ,un azul pálido, su piel oscura, y miraba a su hija del mismo modo en que otro hombre podría mirar a un ángel.

Miley tuvo que luchar contra la necesidad de correr hacia él.
Gio el Gigante, así lo llamaban.
Él era su pa—pa.
Por lo menos, lo había sido, hasta que había descubierto lo que era, quién era.
Hasta que había aprendido que había sido tan brutal, tan cruel como los hombres que la habían secuestrado.

Cuando Nick bajó el arma, se alejó con vacilación de Casey.
Rodeando a toda la gente de la parte delantera de la sala, se movía lentamente hacia Nick.
No podía explicar las razones del por qué, no podía explicar por qué necesitaba aferrarse a él, pero la necesidad era abrumadora.
Se sentía como si el suelo se moviera debajo de ella, como si el mundo diera vueltas.

Cuando su brazo se deslizó a su alrededor y la atrajo hacia sí a su lado, se sintió bien.
Y cuando miró a Gio el Gigante, luchó para encontrar en él al hombre que la había llevado a dormir cuando era niña, que le había cantado canciones divertidas, que le enseñó a bailar y a jugar a la rayuela.

—Miley . —Su rostro desencajado dolorosamente cuando los brazos que había extendido hacia ella cayeron a los lados. —Te he estado buscando desde que te fuiste de Dallas. Dos años, después de que tu primo y tu tía se enteraron de la muerte de Martin. Para llevarte a casa.

—Estoy en casa. — Se aferró a Nick como si fuera un salvavidas.

Se sentía como si su corazón se partiera en dos.
¡Cómo había amado al alto y fuerte pa-pa!
Lo amaba tanto que la noticia de su muerte, a pesar de su ira contra él, había roto su corazón.
Y ahora, al saber que eso también era mentira...

Aspiró a grandes rasgos, metió las manos en los bolsillos de sus pantalones en un movimiento que fue tan característico de él.
Él la miró, la cara más marcada de lo que había sido, con los ojos sombríos.

—Tu hermano está en California buscándote. Pensó que tal vez habías regresado allí.

Ella negó con la cabeza.
No quería oír hablar de su hermano, tampoco. trace, el nombre de un amigo americano, era digno hijo de su padre.
No era el hermano de ella había imaginado tener.

—Vete— susurró, sintiendo los brazos de Nick apretarse alrededor de ella.

—Miley , — Nick susurró contra su cabello. — Vamos a ver lo que quiere.

Sacudió la cabeza y lloró.

—El quiere el perdón. Expiación. ¿No es cierto, Gio? —Parpadeó para alejar las lágrimas ante el dolor que reflejaba su cara. — Es lo mismo que trace quiere.

—Quiero saber de mi pequeña Miley , mi ángel, que está segura y es feliz, —dijo Gio pesadamente. — El perdón o la expiación no es lo que busco.

—Sabías antes de venir aquí. —Podía sentir el dolor rasgar en ella, las garras despiadadas excavando en su pecho. — Me encontraste y me seguiste, y enviaste a trace a California. ¿Por qué? ¿Quieres que te diga por qué?

—Miley , —susurró como un hombre marcado por el dolor.

—¿Por qué, Gio? — Ella apretó los puños y se encaró con él, años de dolor y rabia explotando en su interior, en cascada a través de ella como una avalancha de dolor y furia. —¿Tú enviaste a trace a California para que no matara? ¿Cómo juró que haría cuando tenía dieciséis años y decidió matar a cualquier hombre que se atreviera a tocarme? Bueno, ya no tengo dieciséis años. Y ya no soy Miley .

—Sigues siendo mi hija, —dijo en voz baja. —La hija por la que mi corazón late.

Ella quería burlarse, pero eso dolió.
Dolió mucho.

—Tú mataste, —susurró. — Drogas, violación, asesinato. Ah, Dios mío. —Se limpió la cara con las manos, temblando, temblando por el horror de la información que había aprendido una vez que su padre había sido detenido. —Tú, tío Martín, trace, todos vosotros. Erais criminales. Lo que Marco me hizo cuando me secuestró fue suave en comparación con tus crímenes.

—Nunca he perjudicado a un niño, —gritó entonces Gio, sacando las manos de su pantalón, y pasándolas por el pelo. —Nunca he perjudicado a un inocente, ni yo ni trace ni nadie. Había reglas. Marco rompió las reglas cuando te tomó.

—Nunca deberías haberme mentido, —gritó de nuevo con furia. —¿Por qué simplemente no me dijiste que eras un mafioso asesino y que esa era la razón por la que no se me permitía ir más allá de las paredes de nuestra casa? Dios del cielo, tal vez entonces yo habría entendido por qué me hicieron daño.

Gio pareció estremecerse.
Su pa-pa.
Vio a su pa-pa en este hombre, no importaba lo mucho que intentara no verlo.

—trace no formaba parte de ese negocio, —dijo al fin, pesadamente. —Era la razón por la que se iba tan a menudo, no podía soportar el camino que yo había escogido. —Movió la cabeza lentamente. —Cuando te llevaron, yo morí por dentro.

—Me tuvieron seis semanas—se burló ella. —Seis cortes, Gio. ¿Te acuerdas de ellos?

—¡Miley  Dios! Los veo todas las noches en mis pesadillas.

Ella era apenas consciente de que Nick hacía señas a los otros para que salieran de la habitación.
Incluso los guardaespaldas de su padre salieron en silencio, cerrando la puerta detrás de ellos, dejándola sola con Gio y Nick.

—Trace estaba trabajando para legitimar nuestros negocios, —resopló ásperamente —Por él, había accedido a entregar el negocio a tu tío Luciano. Estábamos negociando esto con Luciano la noche en que te secuestraron. —Sacudió la cabeza con cansancio. —No me disculpo, Miley . No por lo que he hecho, o por lo que he sido. Pero tú siempre fuiste mi luz. Mi niña preciosa. Más aún que mi otro hijo. Y lo sabes.


La caida de Jonas cap 26




Casey, Iron, y el Turco estaban subiendo las escaleras.
Estaban fuertemente armados, sus expresiones serias.
Sacó a Miley de la sala mientras ellos entraban, al mismo instante sonó un golpe fuerte en la puerta.

—Jake no dijo ni una palabra, ni siquiera indicó problemas, — gruñó el Turco casi sin hacer ruido.

—No supe nada hasta que levantó la vista y se marchó del bar.

—Hey Coop, necesito hablar contigo. — Jake volvió a llamar cuando los ojos de Jonas se estrecharon.

—¿Nick? —Dolorida, asustada, Miley le devolvió la mirada. — No podemos dejar a Jake solo con ellos.

Su mano tocó su pecho, frotándolo, como si le doliera.
Jonas sintió una rabia asesina.

—¡Vete de aquí!— La empujó hacia las escaleras detrás del revestimiento.

—No — le agarró del brazo, el miedo en sus os ojos, trató de traerlo con ella. — No sin ti. No voy a dejarte aquí.

—Maldita sea, Miley .

—No. No me voy a proteger a la vez que te pones delante de una bala por mí. No voy a hacerlo.

Miley .

Miley se congeló ante el sonido de esa voz, el nombre por el que la llamó a través de la puerta.

—Haz que tu amigo nos abra la puerta, Miley .Te lo prometo, no hay peligro. Vamos, cariño. Deja que Pa-pa pueda ver esa bonita cara.

Su mirada se dirigió hacia la puerta cuando sintió las emociones:
miedo, esperanza, anhelo, fluyendo a través de ella.
Negó con la cabeza, sintiendo las lágrimas detrás de los ojos a causa de esa voz.

No era Pa-pa.
No podía ser.
Estaba muerto.
El tío Martin había llorado cuando se enteró de la noticia de que Pa-pa había muerto.

—No — negó con la cabeza y le devolvió la mirada a Nick llena de terror ahora. — Es un truco. Está muerto. Tío Martin sabía que estaba muerto. No es él.

—Coop, tranquilo, hombre. No están armados, —dijo Jake. —Vamos sácame esta mierda de encima para que pueda volver a trabajar, ¿de acuerdo?

—¡Estate preparada para correr! — Nick la empujó hacia Casey. — Casey, si algo le pasa a ella...

—Soy carne muerta y me convertiré en embutidos. —Casey asintió con la cabeza hirsuta cuando la agarró del brazo y tiró de ella hacia las escaleras.

Miley sintió que su pecho erupcionaba con dolor, con miedo.
Sus manos se apoderaron del brazo de Nick, el miedo corriendo a través de ella mientras se estremecía, desgarrada de dentro hacia afuera.

—Miley , pequeña. Pa-pa sólo quiere ver a su pequeño ángel. ¿Me negarás eso? —La voz llamó desde el otro lado de la puerta.

Miley sintió que las lágrimas caían de sus ojos.
Sonaba tan parecido a Pa—pa…
Su respiración se enganchó, clavando una lanza de dolor a través de su corazón como una espada de doble filo.

—No. Está muerto—murmuró, mirando a su amante, suplicando. —Tenemos que irnos, Nick. Por favor.

Le tocó la mejilla con la punta de los dedos.

—Te amo. Ve, quédate con Casey y nosotros veremos lo que tenemos aquí.

—No— rogó cuando se apartó de ella.

luchando para seguirlo mientras el brazo de Casey la enganchaba por la cintura y tiraba de ella hacia atrás.

—No lo mataran, niña — le espetó en voz baja Casey. — Deja que haga lo que tiene que hacer. Jonas no huye. Ninguno de nosotros lo hace. Estamos de pie y luchamos, o estamos mejor muertos.

No. No. No podía hacer esto.
Ella sabía lo que los enemigos de su padre hacían, las crueldades, la absoluta falta de piedad.
Podía sentir las cicatrices en su piel como una marca fresca, ardiente con el recuerdo de cómo utilizaron a una niña para forzar a su pa-pa de hacer lo que querían.

Hasta que él había ido en secreto a las autoridades, se entregó, e hizo un trato que lo destruyó, así como a las familias que habían golpeado en su contra.
Su pa-pa la había salvado.
Pero ella había sufrido por sus crímenes.

Una parte de ella odiaba lo que había sido antes de morir, pero otra parte se dolía por el padre que había conocido.
Amoroso. Fuerte. Bueno.
Por lo menos, con los que amaba.
Para los que no amaba, había sido un monstruo, no muy diferente de aquellos que la habían secuestrado.

—No lo distraigas, muchacha, — gruñó Casey en su oído cuando la empujó detrás de él y Nick, mientras el Turco y Iron se colocaban junto a la puerta.
Nick se trasladó a un lado mientras el Turco e Iron se aplastaban contra la pared a cada lado de la puerta.

—Nick. Hombre. El bar se va al infierno sin mí, — dijo Jake.

Nick frunció el ceño.
Cada maldita cosa que Jake estaba diciendo era una clara señal de que sus visitantes estaban desarmados y no eran peligrosos.
Se trasladó a la mesa y tecleó el código electrónico para desbloquear y quitar el cerrojo de la puerta.
Dio un paso atrás, levantando su arma del hombro, asegurándola, con el dedo acariciando el gatillo.

—¿Jake?

—¿Sí, Coop?

—Vuelve al bar. Si estos chicos son tan agradables y amistosos, no te necesito, ¿verdad?

Jonas miró hacia los monitores y vio que Jake tensó los hombros.
Jake se paró frente a los otros tres en el rellano de la escalera.

—Vamos, Jonas, — la voz de Jake era irritada ahora.

Una señal clara de que de que no creía una mierda de lo que estos patanes le estaban diciendo.

—¡Que entren, Jake!— dijo Jonas arrastrando las palabras, viendo como el Turco y Iron se preparaban.

La puerta se abrió lentamente y Jake entró, por delante de los demás.
Las manos relajadas cuidadosamente a sus lados, los otros tres hombres se movieron detrás de él.



La caida de Jonas cap 25




Jonas estaba sentado frente a los monitores sobre el escritorio, con los brazos cruzados sobre el pecho, los dedos de una mano acariciando la barba incipiente sobre su mandíbula.

Se había olvidado de afeitarse por la mañana y no se había dado cuenta hasta que vio las rojas abrasiones en la piel sensible de Miley .
Ahora, no era el momento de afeitarse.

Observó a los dos hombres que entraron en el bar con los rostros girados deliberadamente para no permitir que la cámara pudiera captar imágenes claras.

Había un tercer hombre detrás de ellos:
un hombre mayor, con una gorra calada hasta las cejas.
Interesante.

Hablaban a Jake mientras servía las bebidas.
Jonas vio como Jake negó con la cabeza a los dos frente a él y luego se trasladó hacia el otro lado de la barra para servir a otros clientes.

Uno de los hombres levantó la vista hacia la cámara con los ojos entrecerrados y los ojos de Jonas se estrecharon.
Había algo en esa mirada que él reconoció.
No era el hombre, no lo conocía, pero esa mirada.
Una sensación de familiaridad que no podía ubicar.
Haciendo una mueca, se volvió y se dirigió rápidamente a la cama.

—Miley . — Se inclinó sobre su amante dormida, la besó en la mejilla, sintió que sus brazos se elevaban con pereza y se enroscaban alrededor de su cuello.

—Hmmm. Vuelve a la cama —murmuró, tratando de llevarlo de nuevo bajo las sábanas.

—Miley , tenemos problemas, bebé.

Sus ojos se abrieron de inmediato.
Sus brazos se deslizaron de su cuello y saltó de la cama.
Su respuesta fue demasiado rápida, demasiado arraigada.
Jonas sintió que su pecho se apretaba en el conocimiento de que se había visto obligada a correr muchas veces en su corta vida.
Sus rizos sueltos y salvajes cayeron a su alrededor mientras se movía por la habitación, en busca de su ropa.

—¿Cuan malo es? —Preguntó, poniéndose el sujetador y las bragas a toda prisa.

Estaba recogiendo sus vaqueros mientras acababa de colocarse la camiseta y miró de nuevo a los monitores.
En ese momento, una luz roja se encendió y un zumbido bajo llenó la habitación.

—¿Qué es eso? — Miley  tiró de la blusa a pesar de la alarma que llenaba su cara.

—Eso son problemas. — Jonas sintió que su cuerpo se ponía en estado de alerta.

Empujó sus pies en sus botas y se dirigió al armario en el lado de la habitación.
Allí, tiró el fusil automático militar, lo cargó de forma eficiente, y empujó dos clips de munición extra a la banda de los vaqueros.
La puerta detrás del bar acababa de ser violada, y Jake o uno de sus guardias no la habían abierto voluntariamente.
Se trasladó de nuevo a los monitores.

—¿Los reconoces? — Dijo, señalando a los hombres en movimiento a través del corto pasillo que conducía a la escalera.

Miley se trasladó a los monitores, tirando de sus sandalias mientras miraba a los tres hombres que mantenían sus rostros deliberadamente alejado de las cámaras.
Negó con la cabeza.

—El individuo grande en la parte posterior parece familiar, pero no puedo ver su cara por su gorra de béisbol.

Jonas oyó el miedo en su voz.

—¿Cómo podemos salir de aquí? — Susurró.

Jonas se quedó mirando a los tres hombres.
Jake se encontraba en la delantera, con una expresión furiosa mientras miraba a las cámaras ocultas a su paso.
Pero él no daba ninguna señal.
No había nada que indicara un ataque.
Jonas observó su rostro con cuidado ya que condujo a los hombres hacia las escaleras.
Nada.
Ni un parpadeo, ni un endurecimiento de los labios.

—Ven aquí. — La agarró del brazo y la condujo a través del cuarto.

Golpeó con la mano contra el revestimiento de madera, se apartó cuando la puerta se abrió para revelar unas escaleras que conducen hacia fuera.



wife by accident cap 12



A la mañana siguiente, después de desayunar en su pequeño chalet.
Demi bajó en su modesto biquini negro a la playa, buscó un lugar apartado y se tumbó al sol, cubierta de crema protectora.

Iba a tratar de pasarlo lo mejor posible.
Lo había decidido esa mañana al despertar, mientras contemplaba el brillante cielo azul desde la ventana de su habitación.

Era difícil tener pensamientos pesimistas estando rodeada de un paisaje tan hermoso.
El mar estaba tranquilo como una balsa y sus aguas eran transparentes como el cristal.
La arena era fina y blanca, y el ambiente era de una calma tal, que Demi no pudo evitar preguntarse si realmente existía la frenética actividad que acababa de dejar en Londres.

Acaba de cerrar los ojos plácidamente bajo el sol cuando oyó la voz de Joe .

—Imaginaba que te encontraría aquí. Pero debes tener cuidado; el sol de aquí es muy traicionero, especialmente para alguien con una piel tan blanca como la tuya.

Demi se irguió como si hubiera recibido una descarga eléctrica.
Al abrir los ojos vio que Joe la observaba desde su considerable altura.
Sólo llevaba puesto el bañador y una toalla sobre los hombros.

—Lo sé. He tomado la precaución de darme crema protectora.

—Muy bien.

Joe extendió la toalla en la arena y se tumbó sobre ella.
Se volvió de costado para mirar a Demi .

—¿Qué haces aquí? —preguntó ella, manteniendo el rostro apartado y los ojos cerrados tras las gafas.

Joe estaba tan cerca que pudo sentir su aliento en la mejilla cuando habló.

—He ido a tu chalet y he visto que no estabas. He supuesto que estarías aquí. Precioso, ¿no? —alargó una mano y retiró las gafas de los ojos de Demi —. Así está mejor. Me gusta ver los ojos de las personas con les que hablo.

—¿Te importa devolverme las gafas? —Demi miró a Joe y vio que estaba sonriendo.

—No te las pongas.

—¿Es una orden? — preguntó ella suspicaz.

Joe rió abiertamente.

—¿Me obedecerías si lo fuera?

—No.

—Lo imaginaba. Y, precisamente por eso, me las quedo de momento,si no te importa.

Demi lo miró con cara de pocos amigos y él volvió a reír en alto.

—Qué variedad de expresiones tienes — dijo —. De nerviosismo, de miedo, de testarudez, de enfado… ¿Cuántos años tienes?

Demi estuvo a punto de decirle que eso no era asunto suyo, pero se contuvo.
A fin de cuentas, era su invitada.

—Veinticuatro.

—Carolina tiene diecinueve años, pero parece varias décadas mayor que tú.

—Lo siento, pero no sé de quién estás hablando — replicó Demi ,implicando con su tono de voz que tampoco tenía el más mínimo interés en saberlo.

—La prima lejana.

Demi no dijo nada, pero su corazón se encogió.
La imagen empezaba atomar forma en su cabeza.
El poderoso cliente con su pretenciosa esposa y sus precoces niños, Caroline, con su sofisticación de nacimiento, Joe ,y ella.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó educadamente—. ¿No tienes que revisar el barco y asegurarte de que las velas, o las cuerdas, o lo que sea,estén en su lugar?

—Espero que no haya un intento de burla en esa pregunta —dijo Joe en tono divertido.

—Nada más lejos de mi intención.

—Qué alivio — la voz de Joe sonó exageradamente seria, y Demi sepreguntó si el verdadero motivo de que la pusiera tan nerviosa sería que lo detestaba Intensamente — Lo cierto es que he ido a verte para asegurarme de que estabas bien —añadió él tras sentarse y cruzar laspiernas sobre la toalla.

—¿Y por qué no iba a estarlo? —preguntó Demi .

—Ayer parecías preocupada ante la perspectiva de verte encerrada en un barco con los caníbales que he invitado como compañeros de viaje.

—Muy gracioso.

—No, no mucho —dijo Joe , y, en esa ocasión, su tono de voz era realmente serio —Quería encontrarte para tranquilizarte y asegurarte que nuestros compañeros de viaje son personas encantadoras con las que notendrás el más mínimo problema para relacionarte.

—Gracias —replicó Demi , sintiéndose avergonzada.

Mantuvo la miradafija en el rostro Joe , estúpidamente consciente de su atractivo sexual

—.Siento haber reaccionado como lo hice anoche. No esperaba que las cosas fueran así y me sorprendí.

—Lo comprendo —dijo Joe —. Y me encantaría que dejaras de disculparte.

—Lo siento —replicó Demi automáticamente, y sonrió con timidez, apartando la vista.

—¿Le has dicho a tu jefe en qué iban a consistir tus vacaciones? — preguntó Joe en tono despreocupado, y Demi supo que la estaba mirando.

—No exactamente — admitió — Le dije que necesitaba tomarme un respiro, que estaba cansada. Más o menos era cierto — añadió, a ladefensiva.


—Más bien menos que más —dijo Joe —. ¿Pensaste que no entendería?

—Algo así .

Paul se habría desmayado del susto, pensó Demi ,divertida.

Su jefe sabía lo poco que le gustaba arriesgarse e improvisarcon su vida; así se lo hizo saber ella misma cuando, varios años atrás, la entrevistó para el trabajo.

Con el paso del tiempo, Paul había comprobado que lo que más apreciaba Demi en su vida era la seguridad.

Se compró el piso en el que vivía con el dinero que heredó tras la muerte de sus padres y siempre se había mostrado satisfecha con llevar una vida tranquila y sin sobresaltos.



Dedicado a vane♥ , lovaticforever , mitchie♥
y a todas las qe aman jemi♥♥



wife by accident cap 11




Tenía una forma muy seductora de hablar.
La inteligencia y elencanto podían ser una combinación muy persuasiva.
Demi suspiró,sintiéndose de pronto muy cansada.

—Un crimen no. Pero debes comprender que…

—Que sientes aprensión.

—Te agradecería que dejaras de terminar las frases por mí.

Joe sonrió, sin apartar la mirada de ella.

—Te asusta mucho la idea de relacionarte con un grupo de personasa las que no conoces.

—¿No te pasaría a ti lo mismo?

—No.

—¡Pues discúlpame mientras busco mi medalla al valor en el bolso! — espetó Demi .

Al ver que Joe se acercaba a ella, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no alejarse al rincón más apartado de la habitación.

—Eso está mejor —dijo Joe , deteniéndose junto a ella.

—¿Qué está mejor?

—Un poco de fuego en lugar de asumir pasivamente lo peor sin antes haber probado el agua. Respecto a mañana… — continuó, sin darle tiempo a pensar — …normalmente desayunamos independientemente en cada chalet. Resulta menos complicado que concertar una cita para encontrarnos en el restaurante. Hemos quedado en el yate a las doce y media. ¿Quieres que pasemos a recogerte o prefieres echar un vistazo a la zona y acudir al yate por tu cuenta?

—¿Cuántos vamos a ser? —preguntó Demi , frunciendo el ceño.

—Sólo seis. Uno de mis clientes, que además es un buen amigo, su esposa y su hija, y una prima lejana.

—¿Una prima lejana?

—Tenemos un parentesco tan lejano que sería muy trabajoso tratar de rastrearlo.

—Oh.

—Y aún no has respondido a mi pregunta.

—¿Pregunta? ¿Qué pregunta?

Joe movió la cabeza, divertido.

—Dios santo, mujer, ¿me llevarás allí alguna vez?

—¿Llevarte a dónde?

—Al mundo en que vives. Desde luego, no debe ser el planeta tierra.

—Muchas gracias —dijo Demi con rigidez, sintiendo que el rostro le ardía.

—Eso no pretendía ser un insulto — dijo Joe , sin dejar de sonreír —Pero a veces no puedo evitar preguntarme cómo te las arreglas para cuidar de ti misma.

¿Acaso recordaba cada palabra que había dicho hacía meses?
 se preguntó Demi .  

—Prefiero que nos encontremos en el yate — dijo, ignorando la sonrisa de Joe , que empezaba a ponerla tan nerviosa como su paternal actitud.

—Perfecto.

Tras explicarle cómo llegar al embarcadero y dedicarle una nueva sonrisa, Joe salió del chalet.
Demi se sentó en la cama y contempló su maleta.

¿Por qué había ido allí?
¿Qué la había poseído?
¿Pretendía poner a prueba de una vez por todas la sospecha que siempre había tenido de ser una persona sosa, poco excitante y demasiado dispuesta a tomar el camino fácil en la vida?

Sus padres, sus vibrantes y activos padres, se habrían alegrado sabiendo que había tomado aquella decisión.

¿Era eso lo que la había impulsado adecidirse?
«Sí», pensó, abrumada.
Por supuesto que había sido eso.

Solo que no había tenido en cuenta ciertos aspectos vitales de la ecuación.
Era la invitada de un hombre con la capacidad de reducirla al ser inseguro, nervioso y excesivamente consciente que ya casi había logrado olvidar, un hombre que sentía lástima por ella, que la veía como a alguien que necesitaba un poco de excitación en su vida, alguien que necesitaba abrir los ojos.

La invitación de Joe era un gesto que sus padres habrían sabido apreciar, pero, allí sentada, Demi comprendió que aquel mundo no era para ella.
Joe estaba en lo cierto; tenía miedo.

Era algo que él no podría comprender ni en un millón de años, porque el temor a lo desconocido no era lo que guiaba sus pasos.

Era una de esas personas que veía lo desconocido como un reto.
Sin embargo, pensó mientras se duchaba, para ella, lo desconocidoera equivalente a la ansiedad.

La ansiedad de tener que cambiar constantemente de colegio, de tener que conocer a nuevos compañeros,de verse en la necesidad de crear nuevos lazos en su vida, sólo para tenerque acabar rompiéndolos.

Y cada vez había sido peor.

¿Cómo era posible que un accidente la hubiera arrojado a aquella situación?



wife by accident cap 10




Joe la observó con una sonrisa en los labios, y Demi se sintió aliviada cuando el botones le mostró su habitación, que no era en absoluto una habitación, sino uno de los pequeños chalets que había visto desde laentrada.

—¿Qué tal ha ido el viaje?

—Oh, muy bien, muchísimas gracias; ha sido perfecto.

—No hace falta que seas tan amable —dijo él, divertido.

—Lo siento. ¿Lo estaba siendo?

—Sí — Joe se cruzó de brazos y la miró — No te he invitado para arrojarte a los tiburones.

—No, ya lo sé —Demi trató de sonreír.

—Eso está mejor. Estás aquí para disfrutar. Ese es el motivo por el que has venido, ¿no?

—Sí, por supuesto —Demi sintió que sus respuestas resultaban demasiado rígidas y miró a su alrededor en busca de inspiración.

—Debo reconocer que me sorprendió que aceptaras venir. Después de lo que me dijiste en el hospital sobre no aceptar caridad, pensé que no querrías saber nada.

Demi resistió la tentación de volver a disculparse, pero el comentario de Joe le preocupó.
¿Habría contado con que rechazara la invitación?

—Seguí un… un impulso —admitió, bajando la mirada.

—Me alegra saberlo —tras una breve pausa, Joe dijo — Supongo que estarás bastante cansada del viaje. No te sientas obligada a venir a comer. El servicio de habitaciones se ocupará de traerte algo si prefieres quedarte aquí para recuperarte del viaje. Tenemos intención de empezar a navegar mañana por la mañana.

—Sí, por supuesto. Tu secretaria me hizo una lista del itinerario. La tengo aquí

Demi rebuscó en su bolso y al hacerlo cayeron de él varios trozos de papel, un paquete se pañuelos de papel, sus cheques de viajes,algunos caramelos y un libro del que apenas había leído unas páginas durante el viaje.

Ambos se agacharon a la vez para recoger los objetos caídos, y, al hacerlo, sus cabezas chocaron.
Demi se apartó de inmediato, azorada,maldiciendo el bolso, que era demasiado grande y estaba demasiado lleno.

—Lo… lo siento —balbuceó, ruborizándose mientras Joe le alcanzaba el paquete de pañuelos y los caramelos.

—No tienes por qué ponerte nerviosa —dijo él amablemente, de rodillas frente a ella.

—¡No estoy nerviosa! —Demi también estaba de rodillas, con las manos ligeramente apoyadas en los muslos.

—Por supuesto que lo estás — dijo Joe , como sorprendido porque ella pudiera negar lo evidente — Vas a pasar dos semanas de vacaciones en un yate con un grupo de gente a la que no conoces. Por supuesto que estás nerviosa.

Demi se levantó como impulsada por un resorte y miró a Joe ,confundida.

—¿Un yate? Pensaba que era un crucero.

—Yate, crucero, ¿qué diferencia hay? —preguntó Joe , frunciendo el ceño a la vez que se erguía.

Demi sintió que empezaba a temblar por dentro.

—¿Te importaría aclararme con exactitud qué clase de vacaciones van a ser éstas? ¿Vamos o no vamos a ir en un transatlántico?

—¿Transatlántico? ¿De qué estás hablando?

—En tu carta decías que íbamos a hacer un crucero… Pensé qué…

La expresión de Joe se aclaró y rió.

—¿Qué íbamos a ir en un barco? Me temo que ha habido un malentendido. No vamos a ir en uno de esos grandes barcos en los que se organizan cruceros multitudinarios. Desde mi punto de vista, no tendría mucho sentido alejarse de la muchedumbre para rodearse de nuevo de ella durante las vacaciones. No se me ocurre nada peor; ¿y a ti?

«¡No!», habría querido gritar Demi . 
«¡No estoy en absoluto deacuerdo!»

 Aún peor era la idea de verse encerrada en un pequeño yate con un grupo de personas totalmente desconocidas.

—Yo… no habría venido si… —balbuceó, horrorizada.

—¿Si lo hubieras sabido? Cobarde.

—No creo que pueda… ha habido un error… No ha sido culpa tuya…Debería haber preguntado, pero no pensé… Lo siento pero…

—No seas tonta.

—¡No soy tonta! —Demi empezaba a sentirse enfadada además de horrorizada.

—Mírame.

Ella obedeció, reacia.

—¿Crees que sería tan desconsiderado como para invitarte a venir, dejarte abandonada a tu suerte y dedicarme a observar con una sonrisa cómo te las apañabas?

—No, estoy segura de que no harías eso, pero… la idea no me hace gracia… voy a ser una intrusa… — la voz de Demi se fue apagando

Mientras asumía el enorme mal entendido que había acabado con ella a miles de millas de su casa, dejándola como a un pez fuera del agua.
Trató de recordarse que era capaz de un enorme auto control cuando eranecesario.

—Tonterías. ¿Una intrusa en qué? — Joe no le dio tiempo acontestar — Dame la llave. Es absurdo que estemos hablando aquí fuera cuando podríamos hacerlo dentro.

Demi le entregó la llave y apenas miró a su alrededor cuando entraron.

—Una intrusa en tu mundo —dijo, casi desesperada—. Estarás con tus amigos y…

—¿Qué te parece el chalet? —preguntó Joe .

—Estupendo. Maravilloso — dijo Demi con evidente tristeza.

—Nunca has disfrutado de unas auténticas vacaciones en tu vida, Demi — Joe habló con gran suavidad, con el mismo tono de voz que habría utilizado para tranquilizar a un niño asustado — Tú misma me lo dijiste.Cuando reservé estas vacaciones, pensé en ello. ¿Por qué no dejas tus reservas a un lado y tratas de contemplar las dos semanas que te esperan como lo que son? Una posibilidad de ampliar tus horizontes, de abrirte a lavida.

—Me invitaste porque sentías lástima por mí — replicó Demi ,reconociendo lo que había sospechado desde el principio.

Joe se encogió de hombros y metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Es una manera un poco fuerte de expresarlo.

—Pero es esencialmente cierto, ¿no? — Demi sintió que sus ojos estaban a punto de llenarse de lágrimas de rabia y humillación.

—Sentía que te debía algo por haberte dejado sin tus vacaciones en Lanzarote. Yo no consideraría eso un crimen, ¿no?


sábado, 6 de octubre de 2012

A merced del griego cap 12




Hasta una semana después, cuando una de sus compañeras de piso lo había mencionado ,
Miley no se dio a sí misma una severa reprimenda.

Lloriquear por un hombre con el que apenas había estado tres horas era una locura.

-¿Estoy loca? -preguntó a su reflejo en el espejo-. No. Porque sabes que sólo una completa chiflada perdería el sueño por un hombre como Nick ... y tú aún no estás completamente chiflada.

De manera que se rehizo y aceptó el trabajo en el pub de Tom.
Como ya sabía, el trabajo era duro pero sociable, y encajaba con su temperamento.
Aunque le llevaba más tiempo y energía que el de limpiadora, al menos comía todos los días y tenía los viernes libres.

Pero los viernes que pasó con sus amigos durante las primeras semanas no podían compararse con aquella noche surgida de la nada y que se había esfumado del mismo modo.
La imagen de Nick no dejaba de surgir en su mente.
No podía evitarlo.

Un momento se estaba riendo de algo y al siguiente allí estaba Nick , liberado de las barreras con que trataba de contenerlo.
Se iba a la cama con él y despertaba ala mañana siguiente con él.
Era algo involuntario.
El recuerdo de aquel hombre la perseguía.

Pero sabía que todo se pasaba con el tiempo, y se resignó animadamente a vivir el proceso.

Y se resignó tanto que, dos meses después de aquella memorable noche, respondió a una llamada de teléfono y prácticamente no reconoció la voz de Nick .

Cuando lo hizo tuvo que sentarse a la vez que hacía frenéticos gestos con el brazo para que Beth bajara la televisión.
Su amiga obedeció... y se quedó donde estaba para escuchar la conversación.

Miley sintió que el corazón le latía como loco en el pecho.

Nick había conseguido su teléfono a través de la empresa de limpiezas para la que solía trabajar.
Miley supuso que había utilizado su poderosa influencia para obtener la información pues se suponía que ésta era confidencial.

Aunque no le importa.
Lo único que quería era que Nick le explicara para qué la había llamado.

-Tengo una proposición que hacerte - dijo él finalmente, tras intercambiar las cortesías de rigor.

-¿En serio?

-Mi asistenta ha tenido que irse porque tiene que atender a su hermana que ha enfermado. El puesto ha quedado libre y he pensado en ti

Nick le explicó brevemente en qué consistía el trabajo.
Incluso podía quedarse a dormir allí.
Su piso tenía un ala independiente y además él apenas paraba por allí.
Prefería pasar todos los fines de semana que podía en el campo.
Cuando le dijo lo que ganaría, Miley se quedó boqui abierta.

Era bastante más de lo que ganaba con los dos trabajos que tenía.
Podría ahorrar y, si decidía quedarse allí a vivir, podría permitirse empezar su curso en unos meses en lugar de los tortuosas años que había previsto.
Aunque las consideraciones financieras no pesaron demasiado en su decisión.

-Acepto - dijo rápidamente, y Nick sonrió al otro lado de la línea - Sólo dime cuándo quieres que empiece.



A merced del griego cap 11




El coche estaba aparcado a unos metros pero, antes de que Nick se encaminara hacia él, Miley le dedicó una acuosa sonrisa

-Puedo volver a casa sola - dijo, pronunciando cuidadosamente cada palabraa la vez que metía las manos en los bolsillos y apretaba los puños.

-No seas ridícula. ¿Dónde vives?

-En serio. Estoy bien. Ya has hecho bastante por mí

Miley notó que estaba arrastrando ligeramente las palabras a causa del vino.
Y cuando Nick la tomó por un codo supo que iba a capitular.

-Te has quedado muy callada...

-Me siento un poco floja... cansada...

En cuanto estuvo en el coche apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos.
Oyó que Nick daba las señas al conductor y cuando volvió a abrir los ojos vio que se hallaban ante la entrada de la casa que compartía con otras tres chicas, ninguna de las cuales se hallaba allí en aquellos momentos.

Por primera vez pensó que debía ser la única habitante de Londres soltera de menos de veinticinco años que no había salido a divertirse el viernes por la noche.

¡Pero sí había hecho algo!

Nick la acompañó hasta la puerta y tomó su bolso para buscar las llaves cuando vio que ella no lograba encontrarlas.
Cuando pasó al interior tras Miley , ella no protestó.

Nick ya había cumplido con su deber acompañándola, pero no quería que se fuera.
Todavía no.
No sabiendo que no iba a volver a verlo.

-¿Te apetece un café?

-¿Cuántas personas compartís el piso? - preguntó Nick .

-Cuatro - Miley hipó y se cubrió la boca con la mano.

-Creo que tú necesitas ese café más que yo. Ve a sentarte mientras lo preparo.

Nick que estaba acostumbrado a la atención que le prodigaban los miembros del sexo opuesto
no recordaba la última vez que había cuidado de una mujer como lo estaba haciendo de la que se había quedado dormida junto a él en el coche cuando le estaba hablando.

Tras preparar el café volvió al cuarto de estar y encontró a Miley nuevamente dormida.
Se había quitado el grueso jersey que llevaba y estaba tumbada en el sofá con un brazo alzado que cubría parcialmente su rostro.
Se había quitado los zapatos, dejando expuestos los calcetines grises que llevaba.

Nick permaneció unos momentos contemplándola como hipnotizado, porque su informe figura no era tan informe como había imaginado.

Sus pechos eran grandes suculentamente generosos pero había una evidente proporción en su curvilíneo cuerpo y el fragmento de piel que dejaba al descubierto el borde de la camiseta que vestía parecía sorprendentemente firme.

Se frotó los ojos para distraerse de la visión...
y para alejar la tentación de acercarse para apreciar con más detenimiento aquellas curvas.

Sin despertarla, dejó el café en la mesa que había junto al sofá y, tras unos segundos de duda, sacó su pluma y buscó un papel a su alrededor.
No iba adespertarla, pero habría sido grosero irse sin despedirse de algún modo.

De manera que le escribió una nota deseándole suerte para conseguir un nuevo trabajo y luego se fue sin ceder a la tentación de volver a mirarla.
Una vez fuera se rió de la locura que lo había poseído durante unos segundos.

¡La había mirado y se había excitado!

 Estuvo a punto de llamar a Claudia, consciente de que con un poco de dulzura conseguiría que acudiera corriendo a sus brazos, pero en lugar de ello apagó su móvil y obligó a su disciplinado cerebro a concentrarse en el trabajo que había retrasado para la mañana siguiente.

Al día siguiente, al despertar a causa de los ruidos que estaban haciendo sus compañeras de piso en la cocina, Miley tuvo unos momentos de feliz olvido durante los que imaginó que era el ruido que estaba haciendo Nick mientras le preparaba el café.

Pero la taza de café ya estaba a su lado en la mesa, fría.
Junto a ella había una nota con una educadas frases de despedida.
Miley se irguió en el sofá y enterró el rostro entre las manos.

¡Nick no la había despertado!

Se había quedado dormida y había perdido la oportunidad de pasar unos minutos más en su compañía.
El sol parecía haber desaparecido de su vida.


A merced del griego cap 10




Dado su escaso contacto, habría sido una locura empezar a pedirle que le devolviera el dinero.

- Pero no tiene sentido quejarse - añadió con una sonrisa - La comida estaba deliciosa, por cierto, Gracias. Me alegra haber venido.

-¿Aunque no podías soportar la idea de que todo el mundo te mirara? - Nick terminó de servir la botella de vino en los dos vasos y se preguntó si debería pedir otra.

Si lo que buscaba era novedad, no había duda de que la había encontrado en aquella mujer que parecía dispuesta a comer y beber sin preocuparse por las consecuencias.
Además, no habría ningún mal en prolongar un poco la tarde.
Después de todo, la chica con la que salía ya no estaba disponible y los asuntos de trabajo podían esperar a la mañana siguiente, cuando volviera al despacho para completar lo que había empezado.

-¿Quieres más vino? -preguntó a la vez que hacía una seña al camarero.

Miley lo miró con expresión seria.

-¿No te estoy impidiendo hacer algo?

-¿Como qué?

-Oh, no sé. ¿No tienes que ir a ningún sitio? ¿No tienes una cita o algo parecido?

-La mujer con la que había quedado ha cancelado la cita al enterarse de que me iba a retrasar.

Miley sintió una punzada de culpabilidad y se ruborizó.

-Lo siento mucho - dijo a la vez que se ponía en pie - Siento que te hayas peleado con tu novia por mi culpa.

-Siéntate - ordenó Nick mientras el camarero les servía el vino que había encargado - Si te sirve de consuelo, te has limitado a dar un empujoncito a lo inevitable. ¡Siéntate! Vas a hacer que la gente nos mire, y no quieres que eso suceda, ¿verdad?

Miley obedeció, reacia.

-¿Qué has querido decir con lo de que sólo he dado un empujoncito a lo inevitable? -preguntó al cabo de un momento, sin poder contener su curiosidad -¿Ibas a dejarla?

-Antes o después - Nick se apoyó contra el respaldo de su silla y se cruzó de brazos mientras miraba el consternado rostro de Miley .

¿Quién habríaimaginado que la chica que limpiaba sus oficinas podía ser una compañía tan refrescante?

-¿Y por qué iba a romper contigo sólo porque fueras a retrasarte? - Miley frunció el ceño.

Sabía que las relaciones podían ser transitorias, pero aquello era demasiado.
Ella sólo había tenido una relación larga, pero incluso cuando ambos llegaron a la conclusión de que las cosas no iban bien, aún pasaron largas tardes juntos hasta que finalmente cortaron definitivamente

- ¿Y por qué ibas a dejarla antes o después? ¿No ibas en serio con ella?

Aquéllas ya eran demasiadas preguntas para Nick .
Pidió la cuenta y apoyólos codos en la mesa.

-Creo que hemos llegado al punto en que estás haciendo preguntas sobre temas que no son asunto tuyo.

Miley miró un momento al hombre en torno al que todo el mundo andaba de puntillas.
El hombre con la mano de acero bajo un guante de terciopelo.
Se encogió de hombros.

-De acuerdo. Te pido disculpas. A veces hablo demasiado

-Sí - asintió Nick sin sonreír.

 A continuación pagó la cuenta y se puso en pie.
Cuando Miley hizo lo mismo tuvo que sujetarse un momento a la mesa.
Debía haber bebido demasiado vino.

Desde luego, el suelo le había parecido mucho más estable mientras estaba sentada.
Y no le iba a quedar más remedio que cruzar el abarrotado restaurante.

-Ése es el problema con el vino bueno - dijo Nick - Es demasiado fácil de beber - añadió mientras rodeaba la mesa para pasar un brazo en tomo a la cintura de Miley .

El contacto pareció electrizar su cuerpo.
De pronto se hizo consciente del acalorado ritmo de su pulso y de una agradable vibración que pareció originarse en la boca de su estómago y extenderse por todo su cuerpo, alejando de su mente todo gramo de sentido común.

El breve contacto no debía significar nada para Nick ...
pero ella sentía que la cabeza le daba vueltas como a una mujer enamorada.

Apenas lo oyó hablar mientras salían y se despedían de Henri.
Lo único que quería era apoyar su cuerpo contra el de él.

¿Había sentido alguna vez algoparecido con liam?

No podía recordarlo, pero no creía.
Nick la soltó en cuanto salieron, y Miley agradeció el aire fresco que la despejó un poco.
También agradeció que él la ayudara a ponerse el abrigo.