ALLÍ
se presentaron Corrigan, Rey y Cag con sus respectivas mujeres, Dorie, Mereith
y Tess, además de Simón y Tira, que i
tomaron un avión desde Austin. Llegaron justo cuando las chicas del catering se
acababan de ir ¡ tras dejarlo todo preparado.
Nick
y Miley
les
abrieron la puerta.
—¿Tú
también has venido? —dijo Nick sorprendido al ver a Simon.
—Como
no me lo creía, tenía que venir a verlo con mis propios ojos —contestó su hermano.
—Nosotros
tampoco lo creíamos —apuntó Rey.
Todos
miraron a Miley
que
se apretó contra Nick, sonrojada.
—Como
esté embarazada, te enteras —dijo Cag—. ¿Te has dedicado a pegarle? —añadió
mirando el cuello de Miley .
—¡Cómo
se te ocurre! ¡Ni está embarazada ni le he puesto la mano encima! —exclamó Nick
ofendido.
—Pero
al que me hizo esto, sí —intervino Miley agarrándolo de la mano y mirándolo con
cariño.
—Me
temo que no sirvió de mucho —se disculpó su futuro marido.
—Porque
ese tipo es cinturón negro —lo defendió ella —.Solo Grier pudo con él.
—He
oído hablar de él —apuntó Simon —.Ese hombre tiene fama de ser el mejor incluso
en Austin.
—Bueno,
a lo que íbamos... —intervino Cag —. Si nos ponemos en serio, podemos mandar
esta misma noche las invitaciones por correo electrónico.
—Yo
me puedo encargar del coro —se ofreció Rey —.Tengo aquí el teléfono del
director. —Podemos comprar el vestido por Internet y que te lo traigan desde
DalIas. Solo necesitamos la talla. ¿Tienes una diez? —preguntó Corrigan.
Miley asintió.
—Aquí
llega el padre —anunció Dorie con una sonrisa al ver a Fred.
—Yo
me encargo de mandar el anuncio al periódico —dijo Tess—. Llegamos para la
edición del martes. Necesitamos una foto.
Tira
disparó con su cámara digital.
—¿Qué
os parece? —dijo enseñándoles el resultado a Tess y a Meredith.
—¡Estupenda!
—contestó Meredith—. Vamos a mandarla desde el ordenador de Nick. Así la
tendrán a primera hora en el periódico. También podríamos mandarla a la tele.
¡Venga, vamos!
—¡Esperadme!
—exclamó Dorie—. Yo escribiré el anuncio oficial —añadió corriendo tras
Corrigan y las demás mujeres.
—¡Eh!
—dijo Miley
.
—¿Qué
ocurre? —dijo Tira—. ¡Ah, sí, el banquete! Podría ser aquí. Vamos a necesitar
una tarta. ¡Hay que llamar a un restaurante!
—De
eso se encarga Cag —dijo Simon.
—¡Qué
es mi boda! —protestó Miley .
—Pues
claro, preciosa —dijo Tira—. Vamos, chicas.
Las
mujeres se metieron todas en el despacho de Nick mientras los hombres formaban
un corrillo.
Fred y Hettie estaban en la puerta, asombrados por el comportamiento de los Jonas.
Fred y Hettie estaban en la puerta, asombrados por el comportamiento de los Jonas.
—Ni
caso —le dijo Nick a Miley yendo a saludar a su futuro suegro—.
Déjalo todo de su cuenta. Parece ser que va a ser una gran boda, con vestido,
banquete y prensa —añadió sonriendo—. Si quieres, estás invitada.
Miley le dio un empujón.
—¡Quiero
una boda pequeña y sencilla!
—Díselo
a ellos, cariño... pero no creo que te escuchen.
Hettie
se echó a reír y Miley la miró.
—¿No
te acuerdas de que Nick ayudó a hacerles lo mismo a Dorie, Tira, Tess y
Meredith? Se están tomando la revancha.
—Eso
me temo —apuntó Nick—. Míralo por el lado positivo. No tendrás que hacer nada.
—Pero,
mi vestido... —protestó Miley
—Tienen
mucho gusto —la consoló Nick.
Fred
tenía una sonrisa de oreja a oreja. Aquello estaba yendo muy rápido, pero no le
sorprendía porque sabía reconocer a un hombre enamorado y estaba claro que Nick
Jonas lo estaba hasta la médula.
Aquella
misma noche, Miley
había
dado el visto bueno al vestido y había hecho la lista de invitados de su
familia.
—Me
han dicho que los anillos estarán el martes —le dijo Nick mientras la llevaba a
casa—. Vas a ser la novia más guapa del mundo —añadió con una sonrisa.
—No
me lo puedo creer —dijo Miley .
—El
miércoles por la noche, no vas a tener más remedio que creértelo —le aseguró él
con voz ronca antes de besarla —.¡Vamos, entra en casa!
Así
lo hizo Miley
soñando
despierta, mientras él se alejaba por la carretera.
===
Fue
una boda de cuento. Todo fue perfecto: Los anillos estuvieron el martes, el
vestido llegó sin problemas, les dieron los análisis y la licencia a tiempo,
llegó la prensa, la tarta estaba riquísima. ..Todo, absolutamente todo, fue
maravillosamente bien.
—Eres
la novia más guapa del mundo —le dijo Nick mientras la besaba cuando los acababan
de casar.
Miley lo abrazó y lo besó con entusiasmo.
Salieron bajo una lluvia de arroz y se metieron en casa.
Los hermanos de Nick le indicaron a la prensa que se fuera después de la tarta, hablaron con el coro para que recogiera sus cosas, acompañaron a los invitados educadamente hasta la puerta y, por último, se fueron ellos también con sus esposas dejando a los recién casados solos en su nuevo hogar.
Nick miró a Miley y ambos sintieron que se les aceleraba el corazón.
—Solos —susurró acercándose a ella —.Por fin.
La tomó en brazos y la llevó al dormitorio, donde cerró la puerta con llave. Descolgó el teléfono, cerró las cortinas y volvió a su lado.
—No te voy a hacer daño —le aseguró viéndola un poco nerviosa—.Eres mi más preciado tesoro. Voy a ir despacio, con cuidado, te voy a dar todo el tiempo que necesites. No temas nada.
—No tengo miedo —contestó Miley mientras él le quitaba el velo y las horquillas y las flores del pelo—. Lo que me preocupa es que... me deseas tanto que... ¿y si no soy capaz de satisfacerte?
Nick rió.
—Te estás subestimando.
—¿Seguro?
—Sí —contestó Nick desabrochándole los botones del vestido.
Miley lo dejó hacer.
—Estás preciosa. Me encanta como te queda la ropa interior de encaje blanco —dijo Nick observándola con deleite.
—Tú estás muy bien con ese traje —dijo ella.
—¿ y qué tal estaré sin él?
—Vamos a verlo —contestó ella dejándolo en calzoncillos. Magnífico... —añadió acariciándole el torso.
—No te lo puedes ni imaginar —comentó él quitándose los calzoncillos y haciéndola mirar.
Miley no pudo evitar una exclamación de sorpresa. Aquello estaba mucho más grande que la primera vez que lo había visto.
Nick la tomó en brazos y la depositó en la cama. Se tumbó sobre ella. Le daban espasmos del deseo. Observó el cuerpo desnudo de Miley .
Ella lo vio lanzarse sobre su tripa con la boca, bajar, seguir bajando.
—¡No, espera, para! —rogó.
Imposible. Ya estaba allí. Durante los siguientes minutos, Miley no pudo pensar más, solo sentir placer.
Arqueó la espalda con lágrimas de éxtasis corriéndole por las mejillas. Sintió un gran espasmo por todo el cuerpo que la dejó tensa como una cuerda. Entonces, se dio cuenta de que Nick se estaba introduciendo en su cuerpo. La tomó de las caderas y empujó.
—¿Te hago daño? —le preguntó moviéndose dentro de ella.
—No... —contestó Miley fascinada.
Nick se levantó un poco para que ella pudiera mirar.
—Mira, mira, Miley Los dos, juntos.
Miley miró y se maravilló de lo que vio.
—y no hemos hecho más que empezar —le dijo él—. Te siento como un guante. Vamos, cariño, tómame, méteme en lo más profundo de tu cuerpo, hazme gemir. Vamos, Miley
Miley estaba fuera de sí de placer. Siguió el ritmo de las caderas de Nick, lo miró y vio que estaba disfrutando tanto como ella.
En ese momento, deslizó la mano entre sus cuerpos.
—¡Oh, sí! —gritó él—. ¡Muy bien, así!
Miley sintió que se moría. Abrió los ojos y lo miró.
—Más... fuerte —le dijo.
Nick obedeció, la agarró de las muñecas, le puso las manos sobre la cabeza y la embistió varias veces mirándola a los ojos.
Jame se movía a su ritmo. En los últimos segundos de locura, se preguntó si podría. ..
Dejó de ver a Nick con claridad. Le temblaba todo el cuerpo, sintió varios espasmos, no podía controlar su cuerpo.
—¡Ahí está! ¡Ahí está! —exclamó él convulsionándose también.
Gritó de placer y cayó sobre su cuerpo.
Miley sentía que las lágrimas le resbalaban por la cara. No podía respirar. Intentó moverse y, al sentirlo todavía dentro, experimentó un gran placer.
—Mírame —le dijo Nick comenzando a moverse de nuevo—. Si quieres, podemos empezar de nuevo.
—Sí —contestó ella con decisión—. ¡Sí, sí!¡Por favor!
—Me encanta mirarte —dijo él—. Te podría comer entera, señora Jonas. Eres la perfección con la que nunca soñé.
—Lo mismo... te digo —consiguió contestar ella—.Te quiero mucho.
Nick gimió y la abrazó con fuerza. A continuación, la hizo alcanzar cotas de placer nunca imaginadas por Miley que creyó desmayarse en más de una ocasión.
Cuando terminaron, lo abrazó y le dijo que jamás se habría imaginado que hacer el amor fuera así.
Nick no dijo nada.
—¿Te pasa algo? —preguntó Miley al cabo de un rato.
—He perdido el conocimiento durante unos segundos —contestó mirándola a los ojos—. Creí que me iba a morir intentando entrar más y más en tu cuerpo para satisfacerte.
Miley se sonrió.
—No estás tomando la píldora y no me he puesto preservativo, así que creo que te acabo de dejar embarazada.
—Dijiste que eso era lo que querías —susurró ella.
—Sí, pero te debería haber preguntado primero.
—Si no te he hecho parar y no he salido corriendo a la farmacia será por algo, ¿no? —dijo ella acariciándole la cara.
Nick rio.
—Estoy exhausto... y yo que te había dicho que podía aguantar toda la noche... ¡Menuda noche de bodas! Si dieran medallas, a ti te tendrían que dar dos —dijo mirando su desnudez.
—¿De verdad? ¿Lo he hecho bien?
—¿Bien? No, bien, no. Maravillosamente. Nunca me lo había pasado tan bien con una mujer.
—Pero si no sabía nada...
—No es cuestión de saber —la tranquilizó él besándola.
—De eso, tienes tú por los dos —bromeó Miley .
—Nunca había visto nada tan bonito. Por eso, he dejado la luz encendida. Tu cuerpo, tu cara, y el placer reflejado en ellos —añadió apretando las mandíbulas—. Es la primera vez en mi vida que lo he sentido. Ha sido amor —murmuró—. Esto ha sido hacer el amor de verdad.
—Sí —dijo ella.
—¿Sabes lo que te estoy diciendo?
Miley lo miró a los ojos y, en ese momento lo entendió. El corazón se le desbocó.
—Me estás diciendo que me quieres —le contestó.
Nick asintió.
—Te quiero. Lo he sabido desde que Clark te agredió y no pude hacer nada para evitarlo. Mientras te curaba las heridas y te secaba el pelo, me di cuenta de que te quería. De ahí a comprarte la alianza, no había nada —le explicó besándola con ternura—. No podía pensar en perderte.
Miley sonrió feliz.
—Yo llevo dos años enamorada de ti, desde aquel día en el que me regalaste una margarita pocha que habías encontrado en el campo. Me tomaste el pelo y me dijiste que era un precioso ramo. Para mí, lo fue.
—Perdona por habértelo hecho pasar mal —dijo Nick sinceramente.
—Ya tendrás tiempo de recompensarme por ello —bromeó Miley besándolo y rozando su torso con sus pechos—. Yo sí que puedo aguantar toda la noche. Cuando te hayas recuperado, te lo demuestro.
Nick se rió.
—Cuando tú te hayas recuperado, te dejaré hacerlo. Te quiero, señora Jonas. Te quiero con todo mi corazón.
—Yo también te quiero —dijo Miley pensando en como, a veces, los sueños se hacían realidad.
===
Una semana después, celebraron la Navidad todos juntos, con Fred, Hettie y la tía Lydia. Nick le regaló un precioso collar de esmeraldas, que, según le dijo, iban a juego con sus ojos y ella le dio un maravilloso reloj con sus dos nombres grabados.
El Fin de Año lo pasaron en el centro cívico de la ciudad, donde se celebró una fiesta que estuvo muy concurrida.
—¡Está nevando! —exclamó Miley de pronto sacando la mano por la ventana—, ¡Pero si aquí nunca nieva!
—Otro sueño hecho realidad —dijo Nick, que sabía lo mucho que a su mujer le gustaba la nieve—. Feliz año, mi amor.
—Feliz año —contestó ella besándolo con pasión ante la atenta mirada de los presentes.
Bueno, al fin y al cabo, eran recién casados.
El nuevo año no trajo buenas nuevas para algunos.
John Clark fue a Victoria a contratar a un abogado para su hermano, pero, como no tenía dinero, decidió robar un banco. Lo pillaron, hubo un tiroteo y murió en el acto.
Jack Clark recibió un permiso para poder ir al entierro de su hermano. A la vuelta, consiguió escapar del coche patrulla.
Miley y Nick llevaban unos cuantos días sin salir de casa, en su mundo de amor y felicidad. Sabían que solo era cuestión de tiempo que lo encontraran y lo detuvieran.
—Tippy no es el tipo de Grier —comentó ella somnolienta porque no dormían mucho por las noches—. Él se merece a una mujer más dulce, no a una arpía.
—¿y tú qué sabrás de arpías si eres la persona más encantadora de la zona? Después de mí, claro.
—¡Nick Jonas!
—Me has dicho que era un encanto —murmuró él—. Me lo has dicho muchas veces. Muchas de ellas, mientras me clavas las uñas en la espalda y juras que no vas a sobrevivir a tanto placer. ..
Miley lo besó con fruición.
—Tienes razón... Vamos a repetirlo.
Nick pensó que era imposible que llegaran a la cama, pero, bueno, las puertas estaban cerradas, así que...
Una hora después, la llevó en brazos a la cama, exhaustos y sonrientes.
—Espero que Clark se pase unos cuantos años en la cárcel y no pueda acercarse a ti —dijo Nick.
—Ni a ti —contestó Miley —. ¿Te he dicho que ayer me llamó Marilee?
—No.
Miley sonrió.
—No pasa nada. Solo quería pedimos perdón. Se va a Londres a ver a su abuela. Le dije que se lo pasara bien.
—No sé si Londres está lo suficientemente lejos.
Miley suspiró y lo abrazó.
—No seas malo. Ella nunca sabrá lo que es ser tan feliz como nosotros.
—Ni ella ni nadie —bromeó Nick acariciándole el pelo mientras Miley se quedaba dormida.
Nick se quedó un buen rato mirándola. Aquella mujer hacía unos bizcochos estupendos, sabía disparar y hacía el amor como una diosa. Se preguntó qué había hecho en la vida para merecérsela.
—Los sueños —dijo ella de repente.
—¿Qué, cariño?
—Los sueños se hacen realidad —murmuró Miley entre sueños.
—Sí, mi amor —dijo él dándole un beso—. Los sueños se hacen realidad.