miércoles, 5 de noviembre de 2014

Corazon Indomable cap 32 Final

ALLÍ se presentaron Corrigan, Rey y Cag con sus respectivas mujeres, Dorie, Mereith y Tess, además de Simón  y Tira, que i tomaron un avión desde Austin. Llegaron justo cuando las chicas del catering se acababan de ir ¡ tras dejarlo todo preparado.
Nick y Miley les abrieron la puerta.
—¿Tú también has venido? —dijo Nick sorprendido al ver a Simon.
—Como no me lo creía, tenía que venir a verlo con mis propios ojos —contestó su hermano.
—Nosotros tampoco lo creíamos —apuntó Rey.
Todos miraron a Miley que se apretó contra Nick, sonrojada.
—Como esté embarazada, te enteras —dijo Cag—. ¿Te has dedicado a pegarle? —añadió mirando el cuello de Miley .
—¡Cómo se te ocurre! ¡Ni está embarazada ni le he puesto la mano encima! —exclamó Nick ofendido.
—Pero al que me hizo esto, sí —intervino Miley agarrándolo de la mano y mirándolo con cariño.
—Me temo que no sirvió de mucho —se disculpó su futuro marido.
—Porque ese tipo es cinturón negro —lo defendió ella —.Solo Grier pudo con él.
—He oído hablar de él —apuntó Simon —.Ese hombre tiene fama de ser el mejor incluso en Austin.
—Bueno, a lo que íbamos... —intervino Cag —. Si nos ponemos en serio, podemos mandar esta misma noche las invitaciones por correo electrónico.
—Yo me puedo encargar del coro —se ofreció Rey —.Tengo aquí el teléfono del director. —Podemos comprar el vestido por Internet y que te lo traigan desde DalIas. Solo necesitamos la talla. ¿Tienes una diez? —preguntó Corrigan.
Miley asintió.
—Aquí llega el padre —anunció Dorie con una sonrisa al ver a Fred.
—Yo me encargo de mandar el anuncio al periódico —dijo Tess—. Llegamos para la edición del martes. Necesitamos una foto.
Tira disparó con su cámara digital.
—¿Qué os parece? —dijo enseñándoles el resultado a Tess y a Meredith.
—¡Estupenda! —contestó Meredith—. Vamos a mandarla desde el ordenador de Nick. Así la tendrán a primera hora en el periódico. También podríamos mandarla a la tele. ¡Venga, vamos!
—¡Esperadme! —exclamó Dorie—. Yo escribiré el anuncio oficial —añadió corriendo tras Corrigan y las demás mujeres.
—¡Eh! —dijo Miley .
—¿Qué ocurre? —dijo Tira—. ¡Ah, sí, el banquete! Podría ser aquí. Vamos a necesitar una tarta. ¡Hay que llamar a un restaurante!
—De eso se encarga Cag —dijo Simon.
—¡Qué es mi boda! —protestó Miley .
—Pues claro, preciosa —dijo Tira—. Vamos, chicas.
Las mujeres se metieron todas en el despacho de Nick mientras los hombres formaban un corrillo.
Fred y Hettie estaban en la puerta, asombrados por el comportamiento de los Jonas.
—Ni caso —le dijo Nick a Miley yendo a saludar a su futuro suegro—. Déjalo todo de su cuenta. Parece ser que va a ser una gran boda, con vestido, banquete y prensa —añadió sonriendo—. Si quieres, estás invitada.
Miley le dio un empujón.
—¡Quiero una boda pequeña y sencilla!
—Díselo a ellos, cariño... pero no creo que te escuchen.
Hettie se echó a reír y Miley la miró.
—¿No te acuerdas de que Nick ayudó a hacerles lo mismo a Dorie, Tira, Tess y Meredith? Se están tomando la revancha.
—Eso me temo —apuntó Nick—. Míralo por el lado positivo. No tendrás que hacer nada.
—Pero, mi vestido... —protestó Miley
—Tienen mucho gusto —la consoló Nick.

Fred tenía una sonrisa de oreja a oreja. Aquello estaba yendo muy rápido, pero no le sorprendía porque sabía reconocer a un hombre enamorado y estaba claro que Nick Jonas lo estaba hasta la médula.
Aquella misma noche, Miley había dado el visto bueno al vestido y había hecho la lista de invitados de su familia.
—Me han dicho que los anillos estarán el martes —le dijo Nick mientras la llevaba a casa—. Vas a ser la novia más guapa del mundo —añadió con una sonrisa.
—No me lo puedo creer —dijo Miley .
—El miércoles por la noche, no vas a tener más remedio que creértelo —le aseguró él con voz ronca antes de besarla —.¡Vamos, entra en casa!
Así lo hizo Miley soñando despierta, mientras él se alejaba por la carretera.
===
Fue una boda de cuento. Todo fue perfecto: Los anillos estuvieron el martes, el vestido llegó sin problemas, les dieron los análisis y la licencia a tiempo, llegó la prensa, la tarta estaba riquísima. ..Todo, absolutamente todo, fue maravillosamente bien.
—Eres la novia más guapa del mundo —le dijo Nick mientras la besaba cuando los acababan de casar.
Miley lo abrazó y lo besó con entusiasmo. Salieron bajo una lluvia de arroz y se metieron en casa.
Los hermanos de Nick le indicaron a la prensa que se fuera después de la tarta, hablaron con el coro para que recogiera sus cosas, acompañaron a los invitados educadamente hasta la puerta y, por último, se fueron ellos también con sus esposas dejando a los recién casados solos en su nuevo hogar.
Nick miró a Miley y ambos sintieron que se les aceleraba el corazón.
—Solos —susurró acercándose a ella —.Por fin.
La tomó en brazos y la llevó al dormitorio, donde cerró la puerta con llave. Descolgó el teléfono, cerró las cortinas y volvió a su lado.
—No te voy a hacer daño —le aseguró viéndola un poco nerviosa—.Eres mi más preciado tesoro. Voy a ir despacio, con cuidado, te voy a dar todo el tiempo que necesites. No temas nada.
—No tengo miedo —contestó Miley mientras él le quitaba el velo y las horquillas y las flores del pelo—. Lo que me preocupa es que... me deseas tanto que... ¿y si no soy capaz de satisfacerte?
Nick rió.                                                                                                      
—Te estás subestimando.
—¿Seguro?
—Sí —contestó Nick desabrochándole los botones del vestido.
Miley lo dejó hacer.
—Estás preciosa. Me encanta como te queda la ropa interior de encaje blanco —dijo Nick observándola con deleite.
—Tú estás muy bien con ese traje —dijo ella.
—¿ y qué tal estaré sin él?
—Vamos a verlo —contestó ella dejándolo en calzoncillos. Magnífico... —añadió acariciándole el torso.
—No te lo puedes ni imaginar —comentó él quitándose los calzoncillos y haciéndola mirar.
Miley no pudo evitar una exclamación de sorpresa. Aquello estaba mucho más grande que la primera vez que lo había visto.
Nick la tomó en brazos y la depositó en la cama. Se tumbó sobre ella. Le daban espasmos del deseo. Observó el cuerpo desnudo de Miley .
Ella lo vio lanzarse sobre su tripa con la boca, bajar, seguir bajando.
—¡No, espera, para! —rogó.
Imposible. Ya estaba allí. Durante los siguientes minutos, Miley no pudo pensar más, solo sentir placer.
Arqueó la espalda con lágrimas de éxtasis corriéndole por las mejillas. Sintió un gran espasmo por todo el cuerpo que la dejó tensa como una cuerda. Entonces, se dio cuenta de que Nick se estaba introduciendo en su cuerpo. La tomó de las caderas y empujó.
—¿Te hago daño? —le preguntó moviéndose dentro de ella.
—No... —contestó Miley fascinada.
Nick se levantó un poco para que ella pudiera mirar.
—Mira, mira, Miley Los dos, juntos.
Miley miró y se maravilló de lo que vio.
—y no hemos hecho más que empezar —le dijo él—. Te siento como un guante. Vamos, cariño, tómame, méteme en lo más profundo de tu cuerpo, hazme gemir. Vamos, Miley
Miley estaba fuera de sí de placer. Siguió el ritmo de las caderas de Nick, lo miró y vio que estaba disfrutando tanto como ella.
En ese momento, deslizó la mano entre sus cuerpos.
—¡Oh, sí! —gritó él—. ¡Muy bien, así!
Miley sintió que se moría. Abrió los ojos y lo miró.
—Más... fuerte —le dijo.
Nick obedeció, la agarró de las muñecas, le puso las manos sobre la cabeza y la embistió varias veces mirándola a los ojos.
Jame se movía a su ritmo. En los últimos segundos de locura, se preguntó si podría. ..
Dejó de ver a Nick con claridad. Le temblaba todo el cuerpo, sintió varios espasmos, no podía controlar su cuerpo.
—¡Ahí está! ¡Ahí está! —exclamó él convulsionándose también.
Gritó de placer y cayó sobre su cuerpo.
Miley sentía que las lágrimas le resbalaban por la cara. No podía respirar. Intentó moverse y, al sentirlo todavía dentro, experimentó un gran placer.
—Mírame —le dijo Nick comenzando a moverse de nuevo—. Si quieres, podemos empezar de nuevo.
—Sí —contestó ella con decisión—. ¡Sí, sí!¡Por favor!
—Me encanta mirarte —dijo él—. Te podría comer entera, señora Jonas. Eres la perfección con la que nunca soñé.
—Lo mismo... te digo —consiguió contestar ella—.Te quiero mucho.
Nick gimió y la abrazó con fuerza. A continuación, la hizo alcanzar cotas de placer nunca imaginadas por Miley que creyó desmayarse en más de una ocasión.
Cuando terminaron, lo abrazó y le dijo que jamás se habría imaginado que hacer el amor fuera así.
Nick no dijo nada.
—¿Te pasa algo? —preguntó Miley al cabo de un rato.
—He perdido el conocimiento durante unos segundos —contestó mirándola a los ojos—. Creí que me iba a morir intentando entrar más y más en tu cuerpo para satisfacerte.
Miley se sonrió.
—No estás tomando la píldora y no me he puesto preservativo, así que creo que te acabo de dejar embarazada.
—Dijiste que eso era lo que querías —susurró ella.
—Sí, pero te debería haber preguntado primero.
—Si no te he hecho parar y no he salido corriendo a la farmacia será por algo, ¿no? —dijo ella acariciándole la cara.
Nick rio.
—Estoy exhausto... y yo que te había dicho que podía aguantar toda la noche... ¡Menuda noche de bodas! Si dieran medallas, a ti te tendrían que dar dos —dijo mirando su desnudez.
—¿De verdad? ¿Lo he hecho bien?
—¿Bien? No, bien, no. Maravillosamente. Nunca me lo había pasado tan bien con una mujer.
—Pero si no sabía nada...
—No es cuestión de saber —la tranquilizó él besándola.
—De eso, tienes tú por los dos —bromeó Miley .
—Nunca había visto nada tan bonito. Por eso, he dejado la luz encendida. Tu cuerpo, tu cara, y el placer reflejado en ellos —añadió apretando las mandíbulas—. Es la primera vez en mi vida que lo he sentido. Ha sido amor —murmuró—. Esto ha sido hacer el amor de verdad.
—Sí —dijo ella.
—¿Sabes lo que te estoy diciendo?
Miley lo miró a los ojos y, en ese momento lo entendió. El corazón se le desbocó.
—Me estás diciendo que me quieres —le contestó.
Nick asintió.
—Te quiero. Lo he sabido desde que Clark te agredió y no pude hacer nada para evitarlo. Mientras te curaba las heridas y te secaba el pelo, me di cuenta de que te quería. De ahí a comprarte la alianza, no había nada —le explicó besándola con ternura—. No podía pensar en perderte.
Miley sonrió feliz.
—Yo llevo dos años enamorada de ti, desde aquel día en el que me regalaste una margarita pocha que habías encontrado en el campo. Me tomaste el pelo y me dijiste que era un precioso ramo. Para mí, lo fue.
—Perdona por habértelo hecho pasar mal —dijo Nick sinceramente.
—Ya tendrás tiempo de recompensarme por ello —bromeó Miley besándolo y rozando su torso con sus pechos—. Yo sí que puedo aguantar toda la noche. Cuando te hayas recuperado, te lo demuestro.
Nick se rió.
—Cuando tú te hayas recuperado, te dejaré hacerlo. Te quiero, señora Jonas. Te quiero con todo mi corazón.
—Yo también te quiero —dijo Miley pensando en como, a veces, los sueños se hacían realidad.
                                                                         ===
Una semana después, celebraron la Navidad todos  juntos, con Fred, Hettie y la tía Lydia. Nick le regaló un precioso collar de esmeraldas, que, según le dijo, iban a juego con sus ojos y ella le dio un maravilloso reloj con sus dos nombres grabados.
El Fin de Año lo pasaron en el centro cívico de la ciudad, donde se celebró una fiesta que estuvo muy concurrida.
—¡Está nevando! —exclamó Miley de pronto sacando la mano por la ventana—, ¡Pero si aquí nunca nieva!
—Otro sueño hecho realidad —dijo Nick, que sabía lo mucho que a su mujer le gustaba la nieve—. Feliz año, mi amor.
—Feliz año —contestó ella besándolo con pasión ante la atenta mirada de los presentes.
Bueno, al fin y al cabo, eran recién casados.
El nuevo año no trajo buenas nuevas para algunos.
John Clark fue a Victoria a contratar a un abogado para su hermano, pero, como no tenía dinero, decidió robar un banco. Lo pillaron, hubo un tiroteo y murió en el acto.
Jack Clark recibió un permiso para poder ir al entierro de su hermano. A la vuelta, consiguió escapar del coche patrulla.
Miley y Nick llevaban unos cuantos días sin salir de casa, en su mundo de amor y felicidad. Sabían que solo era cuestión de tiempo que lo encontraran y lo detuvieran.
—Tippy no es el tipo de Grier —comentó ella somnolienta porque no dormían mucho por las noches—. Él se merece a una mujer más dulce, no a una arpía.
—¿y tú qué sabrás de arpías si eres la persona más encantadora de la zona? Después de mí, claro.
—¡Nick Jonas!
—Me has dicho que era un encanto —murmuró él—. Me lo has dicho muchas veces. Muchas de ellas, mientras me clavas las uñas en la espalda y juras que no vas a sobrevivir a tanto placer. ..
Miley lo besó con fruición.
—Tienes razón... Vamos a repetirlo.
Nick pensó que era imposible que llegaran a la cama, pero, bueno, las puertas estaban cerradas, así que...
Una hora después, la llevó en brazos a la cama, exhaustos y sonrientes.
—Espero que Clark se pase unos cuantos años en la cárcel y no pueda acercarse a ti —dijo Nick.
—Ni a ti —contestó Miley —. ¿Te he dicho que ayer me llamó Marilee?
—No.
Miley sonrió.
—No pasa nada. Solo quería pedimos perdón. Se va a Londres a ver a su abuela. Le dije que se lo pasara bien.
—No sé si Londres está lo suficientemente lejos.
Miley suspiró y lo abrazó.
—No seas malo. Ella nunca sabrá lo que es ser tan feliz como nosotros.
—Ni ella ni nadie —bromeó Nick acariciándole el pelo mientras Miley se quedaba dormida.
Nick se quedó un buen rato mirándola. Aquella mujer hacía unos bizcochos estupendos, sabía disparar y hacía el amor como una diosa. Se preguntó qué había hecho en la vida para merecérsela.
—Los sueños —dijo ella de repente.
—¿Qué, cariño?
—Los sueños se hacen realidad —murmuró Miley entre sueños.
—Sí, mi amor —dijo él dándole un beso—. Los sueños se hacen realidad.


                                        ~ FIN




Corazon Indomable cap 31

Pidieron la licencia, se hicieron los análisis y reunieron a sus familias para anunciarles la buena nueva.
—La tía Lydia está de vacaciones en Europa y le dará un ataque como se pierda la boda —les dijo Fred preocupado.
—No pasa nada, estará para el bautizo —dijo Nick viendo sonrojarse a Miley —. Ven mañana a cenar a casa y tráete a Hettie contigo —añadió viendo que Fred no se sorprendía por lo del bautizo—. He invitado a todos mis hermanos para decírselo a la vez.
—Hettie no se lo va a creer. Cuenta con nosotros sobre las seis.
—Muy bien —dijo Nick.
Esperó a que Miley se cambiara de ropa y se la llevó al rancho con él.
Juntos hicieron varias cosas y estuvieron mirando papeles. Sin tocarse. .
—Te propongo que no nos toquemos hasta después de la boda. ¿Te parece bien? —dijo él.
—De acuerdo —sonrió ella.
Cenaron en un restaurante y volvieron a casa.
—Me habría encantado llevarte a Houston —le dijo Nick al dejarla en casa de su padre—, pero no con la cara así. En Jacobsville, todo el mundo sabe lo que pasó anoche, pero en Houston, tal vez creyeran que he sido yo... —le explicó besándola—. Te prometo que nadie te volverá a hacer daño jamás —le juró vehementemente.
Miley cerró los ojos y saboreó su beso.
—¿Estás seguro de que te quieres casar conmigo?
—Seguro —contestó él—. Te paso a buscar a las diez y media.
—¿Para qué? —preguntó ella sorprendida.
—Para ir a misa —rió Nick—. Hay que dar buen ejemplo a los niños.
—De acuerdo —contestó Miley riendo también.
—Hasta mañana, preciosa —se despidió Nick dándole un último beso y yendo hacia su coche para irse.
                                                                         ===
Fred estaba sorprendido de que Nick hubiera llevado a su hija a la iglesia y hubieran vuelto a casa para comer. Hablaron de ganado mientras Miley seguía sin creerse como se habían desarrollado los acontecimientos. Fred estaba encantado con la boda y también Hettie.
Nick y Miley se adelantaron a la hora de ir al rancho Jonas para la cena. Ella estaba preciosa con un vestido beis y perlas en las orejas y alrededor del cuello.
—Tus hermanos se van a quedar de piedra —apuntó un poco nerviosa.
—¿Después de lo que pasó en el baile de ganaderos? —contestó Nick enarcando una ceja—. No creo.
—Estabas muy borracho —dijo Miley recordando la pelea de aquel día.
—Me acababa de enterar de las mentiras de Marilee y verte aparecer con el maldito Harley no me sentó nada bien tampoco —se defendió él.
—Estabas celoso —dijo Miley .
—Los celos me quemaban, sí —confesó Nick—. Y empeoraron cuando te pusiste a trabajar en Shea's —añadió—. No vuelvas allí, por favor. Pídeme lo que quieras a cambio.
Miley sonrió.
—No pensaba volver. Además, después de la boda, necesitaré tiempo para acostumbrarme a tu rancho.
—Prefiero no hablar de eso ahora.
—¿Te estás echando atrás?
—Claro que no, pero te voy a decir una cosa para que te quede clara: la palabra boda va unida, irremediablemente, a noche de bodas y eso me vuelve loco.
Miley silbó sorprendida.
—Así que vamos a pensar en la cena de hoy y en mis hermanos. Te advierto que los tres van a estar a la que salta para ver si nos dirigimos miradas ardientes y cosas por el estilo. Les encanta.
—Si quieres, podemos ponernos a decir las tablas de multiplicar.
—Buena idea —contestó Nick con sarcasmo—. Eso me trae a la cabeza conejos... No hace falta que te diga más, ¿no?
—En fin, entonces, ¿qué te parece si hacemos bizcochos?
—¿Bizcochos? ¡Acabas de pronunciar la palabra mágica! Claro que sí. Perfecto  —dijo Nick acelerando encantado.

Miley sonrió y se dijo que el matrimonio iba ser una aventura maravillosa.

Corazon Indomable cap 30

Nick la miró a los ojos y la colocó encima de su potente erección. 
Miley se apretó contra ella.
—Quiero... Quiero... dejarte embarazada —le dijo.
Miley se quedó con la boca abierta, sin saber qué decir.
Nick la miró preocupado.
—Es la primera vez que me pasa —dijo él—. Nunca me había pasado con otra mujer.
—Mi padre te mataría —contestó Miley .
—Mis hermanos, también.
Miley no entendía.
Nick la besó con ternura y se rió.
—Esto me pasa por liarme con una virgen que cocina bien.
—No estamos liados —protestó ella.
Nick empujó las caderas de Miley contra su erección y enarcó una ceja.
—Bueno, no estamos demasiado liados —corrigió Miley mordiéndose el labio superior.
—Te miro y me excito tanto que me cuesta andar. Te toco y me vuelvo loco. Sueño contigo todas las noches y me despierto sudando —le dijo mirándola a los ojos muy serio—. Ya no puedo más, Miley o nos entregamos o paramos esto ahora mismo.
Miley le acarició la cara con amor.
—Adelante. Hagamos todo lo que nos apetezca —contestó sinceramente.
—¿Todo?
Miley asintió colmada de amor.
Nick cerró los ojos y la abrazó con fuerza mientras se besaban con pasión. De repente, Nick se incorporó, la volvió a sentar en su asiento y le puso el cinturón de seguridad.
No la miró mientras se abrochaba el suyo. Miley lo miró sorprendida al verlo poner el coche en marcha y salir á la autopista. Creía que iban a ir a su casa, a compartir la cama de la noche anterior. Al recordar lo que habían hecho, se volvió a excitar. Estaba fuera de control. Su padre la iba a matar. Miró a Nick y se dijo que daba igual, que merecería la pena.
Nick aparcó el coche frente a la droguería. Miley pensó que iba a comprar preservativos... pero había dicho que quería un hijo. Nick le abrió la puerta del coche. La ayudó a bajar con delicadeza y la miró de una forma que Miley no pudo descifrar.
La tomó de la mano para cruzar la calle. 
Miley encaminó sus pasos hacia la tienda.
—Por ahí no —le dijo Nick dirigiéndose a la joyería.
El dependiente los recibió con una sonrisa.
—¿Los puedo ayudar en algo?
—Sí, queríamos ver alianzas — contestó Nick.
Miley sintió que se ponía pálida y rezó para no desmayarse.
—Elige —le dijo a Miley sin soltarle la mano.
Miley sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas y él se inclinó y la besó.
Ella intentó mirar los anillos. La verdad era que no quería nada grande ni ostentoso. Se fijó en una alianza de oro amarillo con unas hojas de parra en platino. El anillo de compromiso era igual, con un pequeño diamante.
—Me gusta este —dijo por fin.
—Yo también me lo tendré que poner, ¿no? —bromeó Nick.
Miley asintió. 
No podía ni hablar. 
El amor la embriagaba.
—Muy bien —dijo Nick dirigiéndose al dependiente—. Los tres, entonces.
—¿No son un poco caros? —preguntó de repente Miley preocupada.
—Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que van a durar, no —contestó Nick besándola en la punta de la nariz.
Miley no se podía creer lo que estaba sucediendo. Quería decírselo, pero le daba vergüenza con el dependiente delante. El hombre les tomó las medidas de los dedos y Nick sacó una tarjeta para pagar.
—Próxima parada: el ayuntamiento —anunció Nick mientras iban hacia el coche—. Bueno, más bien, la estación de bomberos, que es donde dan las licencias de matrimonio los sábados, cuando el ayuntamiento está cerrado.
Miró a Miley que estaba como en otro mundo.
—La verdad es que podríamos hacerlo todo en un día —añadió sacando el teléfono Y llamando al doctor Coltrain, cuya clínica estaba abierta los sábados por la tarde. Miley lo escuchó pedir cita para ira hacerse el análisis de sangre.
—Primero, la licencia de matrimonio, luego los análisis y, con un poco de suerte, el miércoles nos casamos y pasamos la noche más apasionada de nuestras vidas —le dijo con voz ronca.
—Nick, ¿estás seguro?
É1 la tomó entre sus brazos y la besó con fuerza.
—Lo siento, cariño. No puedo esperar más... ¡O nos casamos o me voy a vivir a la otra punta del país! ¡No te puedes ni imaginar cómo te deseo, Miley ! —exclamó mirándo1a con angustia.
Miley lo entendía perfectamente porque a ella le pasaba lo mismo. Tomó aire. Aquello no era más que deseo por su parte. Tal vez, un poco de cariño, pero lo que le estaba llevando a casarse con ella era que quería acostarse con ella. Nick había repetido hasta la saciedad que nunca se casaría.
Nick comprendió lo que Miley estaba pensando.
—Si aceptas, te haré la mujer más feliz del mundo —le aseguró—.Jamás te engañaré ni te haré sufrir. Te cuidaré toda la vida —le prometió.
Aquello fue suficiente.
—De acuerdo —dijo Miley con ternura, acariciándole los labios—. Me caso contigo.
Nick le besó la palma de la mano con fuerza.
—Vamos a por la licencia, que la gente va a empezar a murmurar. De hecho, Evan y Anna Tremayne ya lo estarán haciendo.
—¿Porqué?
—Porque han pasado al lado cuando nos estábamos besando —sonrió Nick.
—Llevan años casados.
—Espera a que nosotros llevemos años casados —susurró él—. Seguiremos empañando las ventanillas del coche en los aparcamientos.
—¿Tú crees? —sonrió Miley .
—Espera y verás —contestó Nick poniéndose al volante—. Vamos allá.